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LOUIS

Esta mañana Harry tenía fiebre, yo quería llevarlo al doctor y él solo me dijo que quería dormir un poco más. Tuve que insistirle un rato a qué se diera un baño tibio antes y cuando lo convencí lo lleve cargando a la tina, me dijo que estaba perfecta; a él le gusta cuando el agua está apenas caliente, perfectamente tibia incluso si eso significa que se pondrá fría pronto y como consecuencia sale entumido del baño.

Mordí mi labio antes de soltarme a llorar porque el agua estaba helada y él tenía tanta fiebre que ni siquiera lo sentía.

El calor cedió un poco y lo vestí con algo ligero, le seque el cabello (el poco que le quedaba y que aún se reusaba a cortar) para después llevarlo a la cama, en el proceso vi su piel reseca con dos tonos más claros del que era normal en él. Pude apreciar esas manchas moradas adornando lo blanco de su dermis.

Puedo sentir su sangre fluir y amontonarse lentamente en nuevos moretones cuando descuidadamente apretaba un poco más su piel sin querer. Puedo escuchar su lento latir desde la planta baja incluso cuando la licuadora, el estéreo y la lavadora están funcionando.

Estoy cortando verduras y apenas me doy cuenta de que me he cortado porque no puedo parar de pensar en su palpitar y el miedo me invade al pensar que en cualquier momento puede detenerse. No debería estar en casa, no debería ser tan necio como para aceptar un poco de ayuda, Harry no debería estar muriendo de forma tan lenta frente a mí.

De todas las vidas que hemos compartido juntos, está ha sido la peor. Recuerdo cada vida pidiéndole al cielo que el tiempo se me haga lento, que pueda disfrutarlo en cada una de nuestras vidas. Queriendo fervientemente poder detener el tiempo y quedarnos ahí al menos por un poco más.

En el pasado, creían que el sol, el ajo y las estacas eran los enemigos de los vampiros, la realidad es que nuestro peor enemigo es el tiempo y como este siempre te lleva la contraria.

"Solo se necesita tiempo." Sí, claro.

Ojalá por primera vez el tiempo no esté en mi contra y pueda dejar de verlo sufrir de esta manera, solo quiero volver a hacer una reservación en el campo de girasoles y llevarlo a un picnic, quiero verlo bailar y hacer esos pasos tan únicos de él mientras el amarillo de las flores hace resaltar su piel.

Quiero verlo tirarme esas sonrisas llenas de alegría y no estás en las que se esfuerza por parecer feliz y sin dolor. Sé que le duele, lo veo en las minúsculas muecas que hace cuando cree que no lo veo. El problema es que siempre lo veo. No podría no verlo, él siempre llama mi atención sin importar donde sea, en qué época, en qué cuerpo, siempre son lo mismo ojos, siempre tendrá todo mi corazón.

La comida está casi terminada, él sigue durmiendo y su respiración sigue siendo pausada y lenta, intento ver algo en la televisión pero los infomerciales del fin de semana no me llaman la atención.

Tocan a la puerta y es Zayn quién viene a ver cómo está Harry, le ofrezco la mejor sonrisa que tengo y le digo detenidamente lo que los doctores nos han dicho, los cambios que he visto y finalmente mientras le digo lo que ha pasado está mañana mi voz de quiebra y termino llorando aferrado a él como un niño pequeño a las faldas de su madre.

Mi madre. Tal vez si ella estuviera aquí podría decirme qué hacer, yo podría contarle lo mucho que lo amo y cuánto lo necesito a mi lado, ella podría decirme que esto no es para siempre y que eventualmente volverá a dolerme. Aunque esa última parte no sé que tanto quiero oírla.

Zayn me abraza y me sostiene cuando mis piernas ya no aguantan mi peso.

—Zayn, ya no quiero hacer esto. Ya no quiero verlo partir, no creo sopórtalo una vez más. Esto no es vida, esto es peor que la muerte misma. ¿Así se siente el infierno?– sé que él ya no tiene palabras para decirme, todo se ha dicho ya, sé lo que él piensa y cuál es su partido. Y lo entiendo pero no puedo.

—Louis...

—Pero no puedo morderlo Zayn, no es seguro. Tú sabes lo que puede pasar ¿Y sí?

— ¿Pero y si eso no pasa? ¿Y sí funciona? ¿Y si dejas de atormentarte, a ambos en realidad, y comienzas a vivir?

—Es que justo ahora no es la mejor oportunidad, tú sabes que podría no...

— ¿Louis?

Harry venía bajando las escaleras, me limpio el rostro y corro hasta él para interceptarlo a la mitad de su camino, venía agarrado del barandal y aunque lucía mejor eso no impedía que pudiera oler la enfermedad invadirlo lentamente.

Me sonríe y me enamore de él, puedo jurar que si tuviera un palpitar normal como cualquier otro ser humano mi corazón se hubiera detenido por ese simple gesto.

—Hola amor, ¿Qué pasa? ¿Estás bien?

—Sí, es solo que te extraño. No puedo dormir sin ti.– mentira, mi piel es fría y antes del cáncer él no soportaba más de diez minutos pegado a mí por el frío que le daba, incluso cuando él no lo decía en voz alta yo lo sabía. Ahora, sin embargo, con las fiebres constantes el abrazarme hace que su cuerpo se regule un poco y se sienta mejor.

—Ven a comer cielo y después nos acurrucamos toda la tarde, ¿Si?

—Si Lou.

—Ven aquí. – lo cargo tomándolo desde los muslos y él se aferra a mi cuello, bajamos los últimos escalones y lo llevo a la sala junto a Zayn mientras servía la comida.

Comimos todos juntos, como en los viejos tiempos, como en algunas vidas pasadas.

Zayn me ayudó a llevar a Harry hasta la mesa del comedor, lo vi cargarlo y sentarlo sobre una de las sillas altas poniendo suma atención a cada uno de sus movimientos para evitar hacerle un nuevo moretón, lo vi acomodar el respaldo y la almohadilla de la silla al fin de asegurarse de que estuviera cómodo y perfectamente sentado sin temor a que cayera. No es como que la silla fuera muy alta o él muy bajo para poder resbalar y caer, es solo que sus músculos ya no son tan fuertes como antes y a veces su peso le gana, ha pasado antes, siempre llego a tiempo para sostenerlo, pero justamente el tiempo es que a veces me impide ver lo que está frente a mis ojos, como si realmente yo fuera a ganar esta batalla y entonces inconscientemente dejo de poner atención.

La comida no es una gran cosa, es un caldo con verduras y algo de pollo, es perfecto para darle de comer lo que necesita, todo picado finamente para que no le cueste trabajo comerlo, pero aun así no come ni siquiera la mitad del plato.

Zayn voltea a verme y yo rehuyó la mirada porque si lo veo veré inevitablemente a Harry y probablemente llore, últimamente lo hago mucho. Tengo que salir de aquí, porque no lo resisto más, le pido a Zayn que cuide de Harry y salgo corriendo por la puerta aunque alcanzo a escuchar como ambos gritan mi nombre pero sé que ninguno vendrá, Harry querrá y Zayn se lo va a impedir, le dirá que volveré rápido dará una excusa tonta que no va a calmar el corazón del hombre al que amo pero que al menos lo intentara por guardar un poco en apariencia frente a nuestro amigo, quizá lo vuelva a llevar hasta la habitación y después él se quedara a esperar a que se duerma, sé que Zayn también quiere ir detrás de mí, pero mi petición lo detendrá.

Que patético me he vuelto, el amor te hace tanto daño que entonces ya no puedes ni reconocerte, duele de maneras tan inimaginables que parece imposible que esto sea parte de algo a lo que describen como “Gusto, esmero y cuidado”. Basura.

Me siento un ser terrible, pienso en él, pienso en su piel reseca pienso en el dolor de sus huesos y como crujen al moverse, pienso en su nariz sangrando cuando iniciamos una caminata en el parque y no puedo dejar de pensar  una y otra vez en su respiración lenta y pesada que me resuena como si de una grabación en mi cabeza se tratara.

No me gusta vivir así, dije que ya no quería buscarlo, ya no quería volver a encontrarlo ni pasar una vez más por su muerte y a esperar lentamente a qué reviva en otra persona y entonces tener paciencia a que crezca, tenga otra familia y tenga otra vida y entonces podría tal vez acercarme a él y volver a decir que está vez me negare a amarlo. NO PUEDO, NO PUEDO NO AMARLO.

Lo amo en cada vida, no puedo evitar enamorarme de su alma dulce y por más que quiera evitar el cariño y amor que siente por mí cada vez que nos volvemos a encontrar.

No sé cómo detenerlo y no puedo encontrar la manera de hacer que duela menos.

Cada que pasa, parece que muero un poco más.

Estoy regresando a casa tomando el camino que me hace pasar por todo el bosque hasta los límites del pueblo, extraño poder tener la capacidad de emborracharme, quizá así podría olvidar al menos unos minutos de está tormentosa eternidad.

Pienso en eso, sobre el alcohol y la vida que tenía antes de ser inmortal.

Pienso inevitablemente en Harry encontrándome tirado en una cantina, claro que antes era más riesgoso, más ilegal y sobretodo no era el monstruo que soy ahora. Si mal no recuerdo el Harry de ahora tiene mucho parecido con el primero al que conocí, mismos labios gruesos, la barbilla marcada y esos rasgos masculinos de su nariz. Puedo jurar que es la misma voz gruesa e incluso tiene los hoyuelos marcados en la misma parte. Tiene ese par de marcas raras debajo de sus pezones.

Ahora tiene tatuajes, en aquel tiempo él juraba jamás hacerse uno. Quisiera recordárselo, pero no lo recordaría y solo sería yo quedándome con mis recuerdos de toda la vida.

Soy una basura, estoy frente al centro médico en el que nos dieron la noticia, tuvimos que ir en un viaje de una hora hasta la siguiente ciudad en donde hubieran estudios más específicos de lo que Harry tuviera, el primer día bromeamos con un embarazo. Casi se orina de la risa, no paró de reí, luego se detuvo y dijo que eso sería lindo.

Un hijo, con sus ojos, sus cabello rizado y con suerte uno solo de sus hoyuelos. Si, lo intentamos en un par de vidas. Nunca pudimos, eso lo destrozó en algunos momentos de nuestra historia.

Al principio nos dijeron que era anemia, eso estaba bien, podíamos con ello no era tan complicado, tenía que estar más al pendiente de él y no dejar que esa anemia se hiciera algo más grave.

Que equivocados estábamos.

No puedo creer que lo deje solo, no puedo creer que corrí lejos de él como si ya no lo amara, como si fuera una carga, no lo es. Pero mi corazón, carajo. Lo amo y lo amo tanto que duele, verlo así duele pero estoy eclipsando algo que es peor que mi dolor, el suyo.

Corro tan rápido como mis piernas me lo permiten y no me toma mucho regresar a casa, abro la puerta y lo miro sentado en el sillón frente al la chimenea, camino hasta él y me dejó caer de rodillas frente a él.

No digo nada, no puedo y él solo pasa sus delgados dedos entre las hebras de mi cabello.

Escucho la puerta cerrarse y supongo que es Zayn quien se ha marchado, no lo sé, no me importa. Me importa que Harry sepa que lo siento y que lamento haberlo herido.

“CADA DOLOR TIENE UN NOMBRE Y YO QUIERO CONOCER EL TUYO. SÉ QUE AL FINAL DE LOS TIEMPOS, ME VAS A DOLER”

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