Extra #1
SooBin arrastró los pies por el pasillo y colocó la clave para acceder a su vivienda, suspiró dejando sus zapatos en la entrada.
—Ya llegué, cielo —murmuró caminando por el lugar sabiendo que YeonJun estaba en la habitación.
Dejó un par de bolsas en la encimera de la cocina antes de avanzar a la habitación compartida.
Era domingo, y le había tocado cubrir un comercial de artículos para el cuidado de la piel, YeonJun se había quedado en casa esa vez, teniendo la suficiente comodidad en su cama como para levantarse.
—¡Binnie! ¿Cómo te fue? —el abogado caminó hacia él rodeándolo por los hombros con una sonrisa, SooBin suspiró dejando su nariz en el hombro ajeno.
—Fue divertido, la sesión sale en cuatro días —fue lo único que dijo antes de separarse del abogado con una sonrisa— Te compré fresas.
—¿Fresas? ¿Con chocolate? —preguntó el abogado jalando al vampiro hacia donde suponía estaban sus fresas, lo más obvio era en la cocina.
—Si, tienen chocolate, también hay chocolates, brownies, ten —fue el mismo modelo que sacó una caja de tamaño mediano color gris, dejándolas en manos del abogado que chilló, feliz.
—¡Gracias, gracias! —dijo besando la mejilla de SooBin antes de irse a la habitación en busca de su teléfono, dejando al vampiro solo y suspirando con una pequeña sonrisa de malicia.
Bien, algo ocurría con SooBin.
¿Qué era?
¿Porque tenía que trabajar un domingo? No, no le importaba.
¿Estaba cansado? No.
¿Entonces qué era?
Retrocedamos un mes.
"Choi SooBin llevaba dos días enteros, con pequeños descansos, sentado en el sillón, con su consola. Mundo tras mundo, misión tras misión, era un juego nuevo de su saga favorita, no podían culparlo.
—Binnie...
—¿Qué necesitas? —preguntó el modelo pausando el juego a tiempo. YeonJun se quejó acercándose a él, tomando asiento en su regazo a horcajadas.
—Estoy aburrido —dijo dejando su frente caer en el hombro ajeno, SooBin solamente besó su cien reiniciando su partida sin problemas, rodeando con sus brazos al abogado para poder apuntar bien el mando.
—¿No quieres jugar?
—No —se quejó con la oferta que SooBin le había dado por... ¿Quinta vez?
YeonJun suspiró acomodándose en su lugar.
—SooBin...
—Uhm.
—¿Y si hacemos otra cosa? Estoy aburrido.
—Si, tienes razón —le contestó automático, chasqueando la lengua cuando su personaje bajó considerablemente de energía.
—Está lloviendo mucho... ¿Crees que deje de llover de aquí a las ocho? —preguntó el abogado recostando su mejilla en el hombro ajeno.
—Estoy de acuerdo.
—¿Acaso no escuchaste lo que pregunté, SooBin?
—Lo que tú quieras, príncipe... ¡Mierda! —SooBin se exaltó en su lugar haciendo a YeonJun también brincar, había perdido el juego. Gruñó reiniciando la partida, no le iban a ganar así de sencillo.
YeonJun frunció el ceño y se irguió en su lugar, encaró a SooBin que lo observó fijamente, esperando a que su partida se reiniciara.
—¿Qué?
—¿Qué? ¿¡Me vas a preguntar qué!? Te hice varias preguntas y siquiera me contestaste con coherencia —le reclamó sujetándose de los hombros ajenos cuando el vampiro se acomodó en su lugar, pegando su espalda al respaldo del sillón.
—Estaba concentrado en el juego —dijo ladeando un poco la cabeza para ver el transcurso en la pantalla, YeonJun bufó sujetándolo de las mejillas— Ésta es mi última partida, déjame jugarla y vemos que hacemos, colmillitos.
—Ujum —el abogado accedió abrazándose a SooBin, escondiendo su cara en el hueco de su cuello y hombro.
Esa sería la última partida de SooBin, podía esperar un poco más y después ambos buscarían que hacer.
—¡Una más! —pidió el vampiro frustrado reiniciando.
—SooBin...
—Si, tienes razón, YeonJun.
—No sabes lo que te iba a decir.
—Ajá.
—SooBin, me estoy molestando.
—Ujum...
—Te doy tres minutos para que apagues esa porquería.
—Uhm, que bien.
Cuenta hasta diez, YeonJun.
Uno.
Dos.
Tres.
Cuatro.
Cinco.
Seis.
Siete.
Ocho.
Nueve.
Diez.
El abogado tomó un profundo respiro.
Bien, no había funcionado, seguía molesto.
Sus encías picaron un poco, sus colmillos crecieron un poco más, si separaba un poco los labios podían verse la punta de los colmillos.
Se levantó del regazo de SooBin con brusquedad, el vampiro haciendo una maniobra rápida para que su mando no cayera de sus manos.
YeonJun no dudó ni un solo segundo en apagar la televisión y desconectar el cable de la consola.
—¡Pero YeonJun! —SooBin se levantó de un salto del sillón, con el ceño fruncido pero aún así denotando sorpresa.
—A partir de hoy, ¡Estás en abstinencia! —fue lo único que le gritó antes de irse molesto e indignado a la habitación. Encerrándose y odiando tener que escuchar a la perfección como diez minutos después SooBin volvía a encender la consola."
SooBin pensó que serían un par de semanas, tal vez días en los que podría pasar la molestia de YeonJun, y fueron dos días en total en los que YeonJun estuvo molesto con él, sin hablarle, sin abrazarlo, nada.
Pero... ¿Y el sexo? Ya iba un mes.
Y dió señales, buscó la manera, trató de convencerlo y YeonJun simplemente lo ignoraba.
Pensó, pensó y pensó en todas las posibilidades que había para hacer que YeonJun fuese quien necesitara el sexo.
Al ser un vampiro convertido YeonJun tenía una probabilidad de 50% en tener una noche de celo, aún no se le había presentado por lo que sospechaba que era parte del otro cincuenta que no lo tenía.
"Vas a tener que excitarme sin tocarme si quieres salir de tu abstinencia, SooBin, y suerte, porque puede que aguante tu plan sorpresa."
Eso fue lo que YeonJun le dijo cuando optó por su última opción de convencimiento: La conversación.
Así que su cerebro maquinó cosas, laboró y laboró.
Hasta que...
Afrodisíacos.
En bombones, fresas, chocolate y Brownies.
Oh sí.
—¿Ya vas a encender esa porquería? —preguntó YeonJun con una fresa en la mano mirando como su pareja encendía su consola con cuidado. Demasiado cuidadoso con eso para ser verdad.
—Solo será un rato —excusó mirando la fruta entera en manos del abogado— ¿Están deliciosas? —preguntó mirando a YeonJun morder la fresa, asintiendo luego con una pequeña sonrisa.
—¿Quieres? El chocolate está delicioso —le ofreció estirando la fresa hacia él, SooBin negó con su cabeza mirando la pantalla empezar a cargar el videojuego.
—Comí algunas antes de llegar —mintió con una pequeña sonrisa que YeonJun no vio por estar más atento a su fresa.
SooBin lo dejó irse en paz, sintiéndose triunfador.
YeonJun ahora era un vampiro, pero convertido, por lo que el afrodisíaco haría más rápido el efecto que como lo haría en SooBin.
Además, los afrodisíacos que pidió eran tanto para humanos como para vampiros, un químico que se encargaba de activar el líbido de humanos y vampiros sin afectar los genes o causar efectos secundarios en ninguna raza.
Jugó con tranquilidad, solamente aumentando su puntuación en los niveles con bajos puntos, escuchando el leve tarareo de YeonJun revisando su teléfono con tranquilidad, podía escucharlo comer.
Algo que le habían dicho al entregarle su compra fue que de ninguna manera la persona se comiera toda la caja al mismo tiempo.
—Yeon.
—¿Uhm?
—Ven acá un momento —le pidió haciendo un gesto de disconformidad cuando observó que había pasado el nivel por debajo de su puntuación ideal. YeonJun se levantó de la cama con un quejido y caminó a pasos perezosos hacia SooBin.
Solo de ver la consola encendida le daba fastidio.
—Dime —dijo chupando sus dedos llenos de chocolate mientras se arrojaba en el sillón a un lado del vampiro— ¿No te aburre jugar siempre lo mismo?
—No, es divertido —contestó alzando los hombros— Y me distrae de mi cruel y dolorosa abstinencia —YeonJun rodó los ojos mirando el perfil de su pareja.
—Bueno, sigue jugando tu tonto juego, y distraete, aún no mereces que te quite —YeonJun rodó los ojos al final, suspirando a los segundos.
El tiempo pasó.
SooBin contó en su cabeza el tiempo que YeonJun tardaría en sentirse excitado.
Por otro lado, YeonJun se removió en su lugar.
Empezó a sentirse extraño.
Empezó a sudar un poco, un cosquilleo se extendió en su vientre.
—SooBin...
—Uhmm.
—¿No tienes calor? —preguntó agitando un poco su playera, el vampiro negó con la cabeza siguiendo con su juego.
Como si no supiera nada.
YeonJun supo que no era simple calor cuando un bulto se alzó en sus pantalones, de inmediato volteó a ver al modelo que estaba distraído en su juego.
¿Era el celo?
Pero SooBin me había dicho que era en luna llena...
¿Cuando es luna llena?
Relamió sus labios sintiendo la excitación subir por su cuerpo, un calor extremo y necesidad de sexo que jamás había sentido.
—V-voy a ducharme —avisó levantándose.
—Está bien —fue lo único que escuchó de SooBin. No pasaría nada si YeonJun se duchaba, tal vez la erección se bajaría, pero sería cuestión de tiempo para que el afrodisíaco volviera a afectarle.
SooBin escuchó tranquilamente como el abogado se duchaba casi que desesperado, soltando sonidos de satisfacción cuando sintió lo refrescante del agua fría.
El modelo siguió contando el tiempo, llevaban veinte minutos apenas.
—¿Estás bien? —le preguntó a YeonJun, mientras escuchaba que se colocaba algo de ropa. Aunque la ropa le incomodaba y solo le causaba más calor.
—E-estoy bien —balbuceó el abogado tomando asiento en la cama, en esos momentos su cabeza no estaba para pensar más allá de que estaba excitado y necesitaba aliviarse.
Se acababa de duchar, pero estaba sudando, sentía calor, no tardó mucho para que tuviera una nueva erección en sus shorts, siquiera sé colocó una playera, le incomodaba y solo lo hacía sudar más.
Miró la caja de fresas y chocolates, debí calmarse, distraerse.
Tomó una y la comió, cerrando los ojos y concertando todos sus pensamientos a la fresa que comía y no a su cuerpo que pedía atención.
SooBin está en abstinencia, no, esto debe ser un plan de él. Ese imbécil.
—YeonJun —el modelo lo llamó pausando el juego, YeonJun mordió su labio inferior, tomando un respiro— ¿Seguro estás bien?
—Si, SooBin, estoy perfectamente bien —le contestó entredientes desde la habitación. El modelo soltó una pequeña risa antes de seguir jugando, relajándose en el sillón.
Solo debía esperar.
Por otro lado, YeonJun dejó la fresa a medio comer en la caja mientras se quedaba recostado en la cama, removiéndose y empezando a jadear.
Tenía mucho más calor, sentía demasiada excitación y la posibilidad de tocarse él mismo era grande, pero sabía que no era suficiente.
Jadeó cerrando los ojos. Ya no podía aguantar más.
No iba a ir con SooBin.
No iba a ir con SooBin.
No iba a ir con él.
No iba a ir.
No iba.
No.
YeonJun empezó a caminar de lado a lado, estaba demasiado excitado, necesitaba aliviarse y ya sabía que la ducha no le serviría.
¿Ese era su celo como vampiro?
Trató de pensar en algo que no fuese su erección y recordó los anteriores celos que SooBin había tenido. El vampiro solamente había necesitado contacto físico y sabía que no se aliviaba con una ducha.
Entonces... ¿Si era su celo?
Pero, aún no era de noche.
YeonJun dejó de pensar mucho y se concentró en su mayor molestia. Avanzó hasta la puerta.
Que siga su tonto juego. Pensó cerrando la puerta de la habitación con pestillo.
Ahí, SooBin detuvo el juego, sin importar que estuviera en una parte importante consiguiendo el mayor puntaje.
¿Por qué había cerrado la puerta? No no, no debía ser así.
El vampiro se levantó de sopetón y avanzó hasta la habitación, forzando un poco la perilla.
—¿YeonJun, que haces? —preguntó con el ceño fruncido. Solamente escuchó un gemido bajo.
El abogado no cedería tan fácil, aún estando en su celo, como él pensaba.
Por eso, utilizó su herramienta más fiel y efectiva en ese momento. Empezó a masturbarse, primero con lentitud, se arrojó por completo a la cama, utilizando su mano libre para pasarla por sus pezones ya erectos, arqueó la espalda y gimió, escuchando a SooBin de fondo pidiéndole que lo dejara pasar.
En medio de su placer, soltó una risa, mordió su labio inferior luego aumentando el ritmo de su mano.
Se sentía bien, estaba aliviando su erección, pero su cuerpo pedía más.
Y ese más era el vampiro que buscaba la llave de la habitación casi con desespero.
Él lo complacía de muchas maneras, y así como su corazón reaccionaba a las mínimas cosas o gestos que SooBin tenía con él, su cuerpo también lo hacía. Con el pasar de los años, su cuerpo no había dejado de reaccionar a su toque, no dejaba de erizarse bajo sus labios, no dejaba de necesitar su anatomía completa unida a él.
Por eso, sabía que no podría hacerlo sólo, y a pesar de que lo estaba intentando, su cuerpo le pedía más, lo pedía a él.
Su respiración estaba errática, una fina capa de sudor cubriéndolo, no sabía a dónde había arrojado su ropa, estaba completamente desnudo. Soltó un lloriqueo antes de gemir necesitado, el cosquilleo en su vientre presentándose con más intensidad.
Tomó asiento en la cama, apoyándose con la izquierda mientras que la derecha se encargaba de subir y bajar por su miembro erecto.
Jadeó cerrando los ojos, sus oídos captaron la cerradura de la puerta, abrió los ojos, SooBin lo observó, relamió sus labios soltando un jadeo que ocultaba las ganas de pedirle que lo tomara de una vez por todas.
No dejó de mover su mano, miró al vampiro que avanzaba hacia él, observándolo fijamente, una sonrisa juguetona en sus labios.
—Binnie —lo llamó en medio de un suspiro, mordiendo su labio inferior después.
La abstinencia se iba a la mierda, ambos lo sabían, desde hace rato.
SooBin avanzó hasta él, inclinando su cabeza, usó su mano derecha para tomarlo del mentón y alzarle la mirada, la respiración del abogado agitada, sus mejillas un poco sonrojadas, sus labios rojos y un poco hinchados de morder los él mismo, su cabello desordenado, sus ojos brillantes y suplicando que lo hiciera suyo.
—Dime, príncipe —arqueó una ceja como si no supiera la situación en la que estaba su prometido, YeonJun relamió sus labios siguiendo con su trabajo manual, mordió su labio inferior aguantando los gemidos, que el modelo lo estuviera viendo solo lo excitaba más.
Soltó un pequeño gemido, mirándolo, pidiendo silenciosamente que lo besara. SooBin solo ladeó la cabeza esperando una respuesta, acariciando su mentón con el pulgar, pasó la punta de sus dedos por sus labios, YeonJun sintió la punta de esos dedos hacer ademán de entrar, sacó un poco la lengua pero los dedos nunca entraron, empezó a desesperarse, SooBin bajó sus dedos por su mentón, rozando su cuello con extrema delicadeza— Si no me dices lo que quieres, no puedo ayudarte, cariño —le dijo volviendo a sostener su mentón, ésta vez sus labios estaban más cerca, YeonJun jadeó aferrándose con su mano libre a la ropa del vampiro para que no se alejara de él.
—Te quiero a ti... —murmuró intercalando su mirada en los labios y ojos del vampiro, empezó a desesperarse aún más, gimió involuntariamente— Te necesito justo ahora, Binnie —pidió, lo suficientemente necesitado y excitado cómo para no avergonzarse de cómo habían salido las palabras con ese tono de súplica que rara vez usaba.
Pero estaba más allá de su límite.
SooBin lo besó con ferocidad, usando su lengua y sosteniéndolo de la nuca, profundizando el beso, YeonJun se sostuvo de sus hombros, dejó de masturbarse y jadeó en medio del beso, sintió los colmillos de su pareja y los suyos rozar, y luego chocar un poco. Sus lenguas se enredaron un par de veces para luego separarse, un pequeño hilo de saliva uniendo ambos labios de una vez.
¿Cómo eso podía excitarlo aún más de lo que estaba?
—Primero termina lo que estabas haciendo —sonrió SooBin alejándose unos pasos de él. YeonJun sintió sus mejillas calientes, su cuerpo erizarse.
SooBin lo estaba viendo fijamente, esa mirada intensa y profunda que solo reflejaban las ganas de hacerlo suyo incontables veces.
YeonJun volvió a sujetar su miembro, jadeó retomando su movimiento de antes, rápido, apretando de vez en cuando y dando masajes en el glande.
El modelo solo lo observaba en silencio, sin quitarle la mirada de encima. YeonJun se sentía intimidado, algo avergonzado, pero aún más excitado.
Empezó a gemir en descontrol al sentir su orgasmo cerca.
¿Por qué las sensaciones eran más intensas?
¿Así era un celo? ¿Se volvía tan sensible?
—Binnie... —jadeó arrojando su cabeza hacia atrás, su orgasmo estaba cerca, tan cerca.
Siguió moviendo su mano un par de veces hasta que sintió su cuerpo temblar, su vientre de contrajo y una ola de alivio lo recorrió.
Miró su mano, tenía parte del líquido caliente en ella, deslizándose por sus dedos. Su respiración estaba errática, su pecho subía y bajaba.
Observó a SooBin frente a él. Podía notar la erección bajo la tela de su pantalón.
—Bien, ahora es mi turno —dijo avanzando hacia él, SooBin de inclinó, rozó sus narices unos segundos, besó su mejilla y fue hacia su oído— Abre esas lindas piernas para mí, príncipe —pidió el vampiro besando desordenadamente su cuello, luego su pecho, sonriendo en medio de su camino al conseguir lo que quería.
YeonJun se apoyó con ambos codos en el colchón, respirando errático, jadeando y gimiendo por el más mínimo roce que SooBin le daba.
—No, no juegues, ahora no —pidió mordiendo su labio inferior, lloriqueó sintiendo los besos en su vientre, no estaba para juegos previos.
SooBin lo ignoró por completo subiendo una de sus piernas a su hombro, aprovechando la posición para besar la parte interna de su muslo, casi llegando a su entrepierna, YeonJun arrojó la cabeza hacia atrás, desesperado.
—¡SooBin, por favor! —gimió apretando los ojos. El vampiro encajó sus colmillos en la parte interna de su muslo, sacándole un gemido más alto, apretó las sábanas sintiendo la lengua del vampiro acercarse cada vez más a su miembro, era lo que necesitaba con urgencia.
Y a pesar de haberse masturbado hace minutos tenía una erección nueva.
Abrió la boca en una O, mientras cerraba los ojos, al fin sentía como su miembro era atendido por la mano del vampiro, una que otra vez su lengua se encargaba de dar lenguetazos al glande.
Todo iba bien, estaba recibiendo el placer que quería, sentía el cosquilleo en su vientre.
Hasta que SooBin se detuvo.
—Binnie... Cariño... ¿Q-qué ha-haces? —preguntó apoyando sus talones en la cama para así poder estar más cómodo.
—Cállate —fue lo único que respondió el vampiro, tomándolo del cuello con la mano izquierda, volviendo a besarlo, o más bien, devorarle la boca mientras que aprovechaba con la otra mano de acariciarlo, haciendo un tortuoso camino hacia su miembro.
YeonJun arqueó la espalda enredando sus dedos en el cabello de su pareja, nuevamente estaba recibiendo atención manual, con más velocidad. Sintió el bulto del modelo, la ropa rozando con su piel desnuda.
Inevitablemente empezó a mover sus caderas para tener más roce, SooBin en segundos le concedió lo que quería, simulando embestidas.
YeonJun se separó del beso para gemir, arrojando la cabeza hacia atrás, sus manos fueron a la espalda del vampiro, apretando la tela que aún lo cubría por completo.
—Abre la boca —ordenó el vampiro metiendo dos dedos a su cavidad bucal, de inmediato sintió la saliva llenar sus dedos, escurriendo un poco por fuera.
YeonJun en esos momentos no era el más tímido, eso se sabía, pero había algo más que SooBin no dejaba de notar ni de observar.
Sus dedos rozaron con los colmillos ajenos antes de sacarlos, ya húmedos y lo suficientemente lubricados para prepararlos.
YeonJun se removió impaciente, SooBin seguía masturbando pero lento, demasiado para su gusto, y peor cuando ya estaba a nada del orgasmo.
—¡Hazlo rápido! —gritó impaciente, SooBin le obedeció a la vez que adentraba los dos dedos que había lubricado sin aviso, y mucho menos, delicadeza— ¡Ah, si, así! —volvió a gritar antes de soltar un gemido alto, su vientre se contrajo, sus ojos se nublaron y soltaron lágrimas de placer, sus mejillas tomaron un fuerte color rojo, y sus manos...
—¡Ten cuidado, ah, carajo! —SooBin se quejó haciendo al abogado soltarlo, dejando sus manos a cada lado de su cabeza, su cuerpo laxo, su abdomen manchado y la tela de la camisa de SooBin también de su reciente orgasmo.
—¿Q-qué ocurre? —preguntó respirando por la boca, jadeó cuando el modelo sacó los dedos de su interior. Había tenido un fuerte orgasmo, aún así seguía excitado y tenía más energía de las que hubiese tenido siendo humano.
SooBin se quitó la estorbosa tela de su torso, mostrando la tela rasgada.
—Te he dicho que cuides esto —le dijo arrojando la prenda hacia un lado. YeonJun había rasgado la prenda con sus largas garras, aún no tenía la suficiente capacidad para alargar y acortarlas a voluntad, muchísimo menos si estaba desconcentrado.
—Lo siento —fue lo único que dijo observando al vampiro entre sus piernas sonreírle.
Las frías manos de SooBin lo sujetaron de la cadera, apenas estaba empezando, no era una novedad para ninguno de los dos.
Para nadie en realidad.
—Date la vuelta y apoya las rodillas —le ordenó dándole espacio para poder acatar la orden.
Ambos se ubicaron en el espacio de inmediato, YeonJun apoyó las rodillas en el colchón con cada mano al lado de su cabeza, su mejilla apoyada en el mullido colchón de sábanas celestes, sentía el cuerpo de SooBin arrodillado tras suyo, miró hacia el frente.
Estaban frente al gran espejo de la habitación, podía verse. Sus caderas alzadas, su trasero a disposición del vampiro que lo sostenía firmemente de las caderas, y lo observaba cómo siempre que estaba sin nada de ropa.
Con deseo, con lujuria.
—¡Mngh! —las sábanas bajo sus manos se arrugaron cuando nuevamente tuvo los dos dedos dentro de él, ardía y dolía, pero el placer y el calor que sentía no era de mucha ayuda.
El aliento de su prometido tocó su mejilla, SooBin besó su hombro antes de hablar a su oído.
—¿Lo quieres ya, mi amor? ¿Quieres que me hunda en ti? —le preguntó en tono bajo, dejando besos húmedos por su hombro, YeonJun jadeó sintiendo las pequeñas penetraciones que hacían los dedos.
—Sí, si quiero... SooBin —asintió jadeando, SooBin seguía con los besos húmedos, sacando sus dedos lentamente.
No estaba preparado a la perfección, no eran suficientes dos dedos por tan poco tiempo, y YeonJun estaba consciente de eso, aún así, esperó con ansias lo que enserio necesitaba en ese momento.
SooBin al fin se deshizo de toda la ropa que lo cubría, su miembro erecto descubierto.
—Ve hacia el espejo —le pidió a pesar de que lo estaba sujetando del cabello, obligandolo a ver hacia allá. Ambos se mantuvieron la mirada por el espejo, SooBin se alineó con su mano libre.
Y sin más, dió una fuerte estocada.
—¡A-ah, si! —no pudo mantener más la mirada, SooBin dejó de sujetarlo del cabello para rodear su cadera y empezar con penetraciones rápidas, sin esperar que el abogado se adaptara.
Aunque no había recibido reclamos, solamente gemidos, expresiones que jamás olvidaría.
El abogado lloriqueó de placer sintiendo su vientre contraerse, SooBin sonrió de medio lado dando la primera estocada hacia su próstata.
Un gran gemido, agudo y necesitado con el nombre de su prometido de por medio no pudo opacar el sonido de las sábanas rasgándose.
YeonJun no le prestó atención y siguió apretando la tela en sus manos para aguantar todo el placer que le estaba brindando su pareja, aún más, cuando la mano derecha del vampiro empezó a atender su miembro al ritmo de las embestidas.
Nuevamente las sábanas sufrieron varios rasguños.
—Es mejor que no uses tus manos, ¿No? —SooBin dejó de masturbarlo, usando sus manos para dominarlo, haciéndolo llevar sus manos hacia atrás, YeonJun apoyó su mejilla en el colchón, sintiendo sus manos ser apresadas en su espalda.
Nuevamente, había descubierto otra cosa que le gustaba.
Por otro lado, SooBin siguió con las duras embestidas, suficiente conocedor de cómo debía moverse como para hacerlo llegar a su límite, con su mano derecha apresaba las manos del abogado mientras que la izquierda se acomodó en la cintura ajena.
Gimió sintiendo las paredes contraerse una y otra vez, recibiéndolo a pesar de no tener una buena preparación, estaba apretado, el sonido de sus pieles chocando, una y otra vez, el sonido húmedo que hacía al entrar y salir, solo los excitaba más.
—¡Sigue, sigue! —el abogado lloriqueó sintiendo sus ojos lagrimear del placer, mordió su labio inferior sintiendo como su prometido solo daba pequeños movimientos circulares con su cadera, rozando una y otra vez su próstata.
SooBin se inclinó hacia él, pasando su lengua por la sudorosa espalda, en minutos la llenó de color con mordidas y chupetones.
—Eres un desastre, YeonJun, simplemente mírate —le habló, SooBin le soltó las manos para poder tomarlo del cabello, aún así, YeonJun dejó sus manos tras su espalda.
YeonJun jadeó sintiendo el jalón en su cabello obligándolo a verse en el espejo.
—Estás tan necesitado que no paras de suplicar —se burló el vampiro besando su mejilla antes de pasar su lengua por la parte de atrás de su oreja, YeonJun gimió tomando el suficiente impulso para mover sus caderas hacia atrás, creando una suave embestida— Y mírate, estás llorando del placer —murmuró besando las pequeñas lágrimas que bajaban por los ojos del abogado.
—SooBin, enserio... —tomó una bocanada de aire, SooBin retomó los movimientos de su cadera, rozando su próstata— Rápido, rápido...
—¿Lo quieres rápido, mi amor? —preguntó lo obvio, YeonJun apoyó sus manos en el colchón, apretando las sábanas, nuevamente estaba al borde de su orgasmo— Es obvio, sé que te gusta duro, sé que te gusta que te haga llorar de placer, YeonJun —el modelo no tuvo vergüenza y le gimió cerca del oído, YeonJun lloriqueó impulsando sus caderas hacia atrás— Estás tan apretado, mi amor —siguió hablándole, jugando con su cuerpo, aumentando un poco el movimiento de su cadera, rozando precisamente su próstata. Sus piernas temblaron y su espalda de arqueó provocando que su trasero se levantara un poco más, el modelo soltó una risa seguido de un gemido.
YeonJun seguía viendo hacia el espejo pero su vista se nublaba y las lágrimas acumuladas en sus ojos no lo dejaban detallarse bien.
SooBin gimió sintiendo su orgasmo cerca, no era mentira cuando decía que estaba apretado, su orgasmo se estaba formando en su vientre y por eso, aumentó el ritmo de las embestidas, inconscientemente apretando aún más el cabello de YeonJun.
—¡SooBin! —gimió su nombre, llamando la atención del vampiro, sabía que iba a liberarse en segundos, lo observó por el espejo.
Sus mejillas sonrojadas y húmedas por los caminos que hacían las lágrimas, el cabello agitado, la boca levemente abierta, podía ver parte de sus colmillos, un pequeño hilo de saliva deslizándose por su barbilla, sus cejas arqueadas y sus ojos brillantes de placer.
SooBin sintió su orgasmo llegar sin necesidad de seguir embistiendo, gimió soltando el aire en sus pulmones, aún sin poder dejar de ver a su prometido por el espejo.
YeonJun sintió sus piernas temblar, sus rodillas ya empezaron a doler, sintió el líquido caliente llenarlo y empezar a escurrir por sus muslos cuando SooBin salió de él.
El abogado se dió la vuelta, observando a su prometido que no dejaba de verlo, sus ojos rojos devorándolo.
SooBin aún estaba en un pequeño letargo, se había corrido demasiado rápido y sabía que había sido por esa extraña expresión que había hecho el abogado.
Mientras estaba en ese pequeño letargo, YeonJun se levantó y lo tomó de los hombros, haciéndolo tomar asiento en la ya desordenada y rasgada cama.
—Otra vez —le dijo empezando a besar el blanquecino cuello del modelo que arrojó su cabeza hacia atrás, dejándose hacer, sosteniendo el trasero de su prometido cuando este se sentó en su regazo a horcajadas.
YeonJun empezó a mover sus caderas de adelante hacia atrás, rozando sus miembros erectos, ambos estaban excitados, sudorosos, llenos de fluidos y sudor.
Sus labios se juntaron de nuevo en un beso desorganizado, los chasquidos resonaron en la habitación. YeonJun se separó con una pequeña sonrisa, alzó las caderas mientras tomaba el miembro erecto de su pareja. SooBin lo soltó y se apoyó del colchón, observando todo.
—Ah, se siente tan bien —murmuró el abogado bajando con lentitud por toda la extensión, SooBin gimió, nuevamente estaba siendo apresado por las paredes ajenas.
Ambos se observaron, YeonJun se sujetó de sus hombros.
—¿Qué esperas? —preguntó SooBin alzando las caderas, provocando una embestida que erizó la piel del otro. Sintió las uñas ajenas encajarse suavemente en sus hombros.
¿Debería decirle que tuviera cuidado?
YeonJun mordió su labio inferior y empezó a moverse, movimientos circulares, arriba y abajo, empezó a variar sus movimientos. SooBin lo sujetó de la cadera, siguiendo su movimiento.
—O empiezas a moverte rápido, o lo hago yo —avisó el vampiro sintiendo como el abogado lo empujaba por el pecho y lo inmovilizaba con las manos arriba de su cabeza.
SooBin forcejeó un poco, YeonJun lo apretó aún más, ahora el abogado tenía más fuerza por ser un vampiro, aunque, no tenía más que SooBin.
Aún así, SooBin dejó de forcejear.
Se dejó hacer sintiendo los saltos que empezó a dar el abogado, aferrándose al agarre que tenía en sus manos. Podía ver el cuerpo levemente tonificado del abogado moverse sobre él, escuchaba sus gemidos, sus jadeos, sus suspiros.
Cuando aumentó el ritmo, le secundó a los jadeos, ayudó al otro alzando su cadera cada que bajaba, ambos encontrando el ritmo perfecto aumentando el placer y las sensaciones de ambos.
YeonJun se inclinó, besando desordenadamente al vampiro, sin quererlo haciendo un pequeño rasguño en el labio del otro que solo jadeó siguiéndole con el beso, volviendo a forcejear para poder tener en libertad sus manos.
—No, Binnie —negó con su cabeza seguido de un gemido. YeonJun lo observó desde arriba, saltando y sintiendo el cosquilleo hacerse presente en su vientre, estaba demasiado sensible y sobre estimulado.
—Sueltame —pidió el vampiro en medio de un suspiro, YeonJun negó con su cabeza.
Siguió moviéndose, arriba y abajo, sentía el miembro ajeno llegar justo a dónde quería, sus piernas temblaron por el impulso que estaba teniendo, pero no podía parar, necesitaba llegar a su orgasmo otra vez, necesitaba calmar la excitación que sentía.
Gimió, no supo en qué momento aflojó el agarre de SooBin, ahora sus manos fueron al abdomen del vampiro que lo sostuvo de las caderas, deteniendo sus movimientos.
—Umhm, déjame hacerlo... —pidió sujetando las muñecas ajenas, pero SooBin solo lo observó fijamente.
Respiración errática, las mordidas que había hecho antes, los chupetones tomando un color más intenso, sus labios hinchados suplicando que lo dejara moverse, y sus ojos...
—¡SooBin, por favor! —lloriqueó empezando a tocarse él mismo al estar inmovilizado.
Estaban rojos.
Rojo carmesí, ese precioso color que tanto YeonJun amaba de sus ojos, ahora lo tenía él mismo, SooBin no podía dejar de verlo, casi hipnotizado por ese brillante color en los ojos de su prometido.
Un gemido con su nombre de por medio lo sacó de su ensoñación, YeonJun arrojó su cabeza hacia atrás aumentando el ritmo de su mano al masturbarse.
—No —SooBin lo hizo apartar las manos, en segundos les dió la vuelta, YeonJun arrojó la cabeza hacia atrás sintiendo como entraba en una fuerte estocada.
SooBin lo sostuvo del cuello, besando su barbilla y pasando su lengua por sus labios.
—Te ves tan hermoso, mi amor —le dijo embistiendo una y otra vez, dando en su próstata, estimulando su cuerpo entero. YeonJun no tenía ni idea del cambio de sus ojos, era obvio.
SooBin sintió las piernas ajenas abrazarlo de la cintura, su respiración se fusionó con la ajena, YeonJun lo observó, gimiendo en descontrol, SooBin lo tocó, tocó su pecho, sus pezones, su abdomen, su vientre, hizo el mismo camino hasta sus brazos.
Entrelazaron sus manos, a cada lado de la cabeza de YeonJun que sintió como su voz se quebraba, su garganta dolía, y a pesar de que quería controlarse no podía dejar de pedir por más, de gritar su nombre. Sus gemidos y alaridos de placer opacaron los de SooBin.
Apretó las manos del vampiro cuando su orgasmo llegó, manchando a ambos y extendiéndose por las embestidas que SooBin no paraba de dar, aún el vampiro necesitaba de su orgasmo.
YeonJun se sintió sobre estimulado, se sintió un poco cansado, se sintió lleno cuando el vampiro se liberó dentro de él por segunda vez, el fluido haciendo un sonido de chasquido cuando el modelo salió de él.
—Cariño... —llamó sintiendo los labios del otro besar su cuello.
YeonJun lo observó, agitado, esperando sus palabras.
SooBin lo tomó de los muslos, inclinándose hacia él.
—¿Quieres que te tome de nuevo? ¿Que lo haga duro? —preguntó gozando de la expresión del abogado que asintió rápidamente, se inclinó hacia su oreja— No te escucho, príncipe.
—¡Sí, sí quiero! —gimió al sentir parte del miembro ajeno entrar con lentitud. SooBin terminó de entrar en él, una fuerte estocada que rozó su próstata— ¡Oh, se siente tan bien!
SooBin simplemente pensó en lo efectivos que eran los afrodisíacos, y en lo mucho que le soltaba la lengua a YeonJun.
En años, se había comportado así de explícito, y las veces que lo había hecho se había avergonzado casi de inmediato.
Justo ahora le estaba pidiendo por más, que fuera más rápido sin algún tipo de vergüenza.
Le gustaba esa versión.
[...]
—Bas... Ta... So-... Ya... —YeonJun rió separando a SooBin de él, el vampiro no dejaba de besarlo. SooBin se recostó a su lado con un suspiro, YeonJun se acercó a él, apoyando su barbilla en su pecho, se habían limpiado con toallas de bebé, ambos estaban desnudos, acostados en la desordenada cama.
—Entonces... Ya no estoy en abstinencia —dijo SooBin con una sonrisa, YeonJun lo secundó con una sonrisa más cansada.
—Solo por mi celo —fue lo que dijo apoyando la mejilla en el pecho ajeno, cansado, su cuerpo laxo y algunas partes adoloridas.
—¿Celo? —murmuró frunciendo el ceño. Bien, ahora un pequeño detalle, ¿Cómo le decía que fueron afrodisíacos y no un celo?
Si lo dejaba así, YeonJun esperaría su próximo celo y si no pasaba armaría el drama del siglo o se preocuparía demasiado.
Otra opción era darle los afrodisíacos en el mes que le tocaría el celo, pero se daría cuenta.
¿Y si le decía y entraba otra vez en abstinencia?
—SooBin, pásame una fresa —pidió el abogado señalando la caja en el buró.
—No, mejor no —negó con la cabeza.
—¿Qué? ¿Por qué? —frunció el ceño mirando a su pareja. SooBin rió nervioso abrazándolo por la cintura, besando su nariz tiernamente.
—Te amo muchísimo, YeonJun, ¿Sabes que daría mi vida por ti, príncipe?
—¿Qué carajos hiciste, Choi? —YeonJun lo observó juzgadoramente aún conservando el carmesí de sus ojos.
—N-nada, cielito... Uhm... ¿Viste tus ojos? Son hermosos —dijo volviendo a reírse, YeonJun chasqueó la lengua, volteando hacia el espejo, se observó notando sus ojos cambiados.
Abrió la boca pero nada salió, se levantó con rapidez y avanzó hacia el espejo más de cerca, no le importó estar desnudo aún, SooBin también lo estaba.
—Wow...—murmuró detallando los ojos carmesí que no sabía en qué momento había desarrollado— Me veo...
—Sexy, si, muy sexy —afirmó SooBin observándolo. YeonJun volteó a verlo.
—¿Que fue lo que hiciste? —retomó el tema anterior, volviendo a la cama.
Luego averiguaría cómo volverlos a la normalidad, pero primero debía saber que había hecho SooBin.
—¡No hice nada! —negó el vampiro recibiéndolo en sus brazos.
—Entonces pásame una fresa.
—No.
—Bien —YeonJun se inclinó para tomar una de las fresas de la caja. SooBin lo evitó con un suspiro.
—No hice nada —le dijo bajo— Uhm... Solo tuvimos sexo como la pareja comprometida que somos, ¿Bien? Bien. ¿No estás cansado? ¿Quieres un masaje? —YeonJun lo observaba fijamente, casi sin parpadear.
—Tienes cinco segundos para explicarte, Choi SooBin.
—Yeon...
—Uno.
—Cielo, enserio, te explicaré después.
—Dos —SooBin bufó mirando la caja de dulces a medio comer.
La odiaba pero la amaba.
—Tres.
Bien, ¿Qué debía hacer?
—Cuatro —YeonJun dijo el número entre dientes, arqueando una ceja.
SooBin soltó un quejido.
—Los dulces tienen afrodisíacos, no fue tu celo, te comiste demasiado y por eso estabas tan caliente —explicó rápidamente antes de que el abogado llegara a cinco— Estuve mucho tiempo en abstinencia y tú dijiste-...
—Si si, ya entiendo —YeonJun suspiró apoyando su frente en el pecho ajeno. SooBin lo observó.
—Entonces...
—¿Quieres estar en abstinencia?
—No.
—Entonces guarda silencio —YeonJun besó castamente su pecho y suspiró. SooBin apretó los labios esperando pacientemente una reacción de YeonJun.
Por otro lado, YeonJun no podía creer lo ingenioso que había sido SooBin. Y en verdad había comido demasiado, eso explicaba el incontrolable calor que sintió hace minutos.
Bien, no estaba molesto.
Soltó una pequeña risa antes de observar al vampiro.
—Entonces... Todo eso tiene afrodisíacos —señaló la caja recibiendo un asentimiento. Rió.
—¿No estás molesto?
—No —negó, alzó la mano derecha y acarició la mejilla del vampiro, se acercó un poco más y le pellizcó la oreja lo más fuerte que podía. SooBin chilló de dolor tratando de sacarse el fuerte agarre del abogado— Pero que sea la última vez que me das esas cosas.
—¡Si, ya suéltame! —se quejó, suspirando cuando fue soltado. SooBin lo observó unos segundos antes de reír, YeonJun rodó los ojos. SooBin besó su mejilla múltiples veces abrazándolo sintiendo el calor corporal ajeno— Aunque... Fue interesante, estabas más explícito... Y tú cara cada que te-...
—Ya cállate —YeonJun bufó cerrando los ojos, acomodándose sobre SooBin para dormir un poco, estaba lo suficientemente cansado para poder dormir debido a su falta de energía.
Sintió besos, sintió caricias en el cabello, se quedó dormido en segundos, dejando toda la responsabilidad y deber de limpiar y cambiar las sábanas a SooBin.
Pero se lo merecía.
Por darle afrodisíacos.
¡Primer extra y primera actualización del año!
¿Que les pareció? Fue algo largo, y pensé En cortarlo pero luego lo dejé así .-.
Comenten!
En el siguiente extra veremos:
**Redoble de tambores**
SooBin humano y YeonJun vampiro, podrán ver lo que hubiese pasado con los papeles invertidos.
Comenten! Los leo
The _Dark_Diamond
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