Capítulo 8
BeomGyu entró a la comisaría con una sonrisa pequeña, saludando al hombre de recepción que ya sabía lo que quería y a qué iba.
Todas las mañanas, el abogado iba a ver a SooBin, aveces llevaba donantes con él y otra simplemente su presencia para dar compañía al modelo que ya no estaba tan débil como antes, su aspecto seguía desaliñado pero algo que una buena ducha arreglaría.
—Hola, abogado Choi —SooBin le sonrió flojo cuando lo miró entrar, BeomGyu lo observó sorprendido, se supone que él debía pasar a la sala y luego, sacarían a SooBin de su celda para llevarlo ahí.
—¿Alguien vino antes? —preguntó tomando asiento frente a él, SooBin asintió con un suspiro.
—Un amigo y su hija —respondió relajado, al parecer algo contento por esa visita, BeomGyu sonrió levemente.
—Mañana podrás ir a casa, ya aceptaron la casa por cárcel —avisó, SooBin soltó un sonido aliviado, ya estaba aburrido y ansioso de estar en esas cuatro paredes.
Estaría mejor en su casa, muchísimo mejor a pesar de no poder salir igualmente en esos cinco meses.
Apretó sus labios y le sonrió a BeomGyu, feliz.
El abogado rió estirando su mano para darle un apretón en su hombro, ya su parche en el ojo no estaba, ninguna de las heridas estaban, piel lisa y sin cicatrices era lo que había ahora.
En medio de ese pequeño silencio, el teléfono de BeomGyu sonó, el abogado lo sacó de su chaqueta y contestó al ver que era BaekHyun, él había estado manteniendo contacto con el otro abogado para así saber de YeonJun.
SooBin miró a los lados, las luces de esa habitación no le extraían energías y le causaba cierta relajación eso.
Estaba muchísimo mejor a pesar de todo, incluso su sentido auditivo se estaba empezando a agudizar como antes, por eso, pudo escuchar las palabras de BaekHyun del otro lado del teléfono.
—YeonJun escapó...
—¿¡Cómo qué escapó!? —preguntó exaltado arrebatando el teléfono de BeomGyu para tomarlo él— ¿Cuándo escapó?
—Ayer en la noche, no dejó nada, solo una carta, solo dice que se fué del país, su teléfono está apagado —explicó BaekHyun del otro lado. SooBin le devolvió el teléfono a BeomGyu empezando a caminar de lado a lado como un león enjaulado.
¿A dónde pudo haber ido? ¿Por qué se fue?
Choi SooBin, no quiero que me busques.
Recordó lo que le había dicho la vez que se vieron, ese recuerdo siendo aún doloroso para él.
¿Había sido por él?
—N-no debe estar tan lejos... ¡No pudo haberse ido así como así! ¡Él tiene una vida aquí y no creo que la haya dejado así cómo si no fuera nada! —gritó caminando cada vez más rápido. BeomGyu se levantó y lo tomó de los hombros, deteniendo su caminar.
—Calma, SooBin, no haces nada alterándote —le dijo, SooBin chasqueó la lengua.
—¿¡Cómo no quieres que lo haga!? ¡Estoy aquí, encerrado y sin poder saber en dónde está mi YeonJun! ¿Y qué quieres que haga? ¡No voy a calmarme hasta saber en dónde y con quién está! ¡Quiero salir hoy! ¡Ya mismo! —pidió a gritos, alterado y con ganas de golpear cualquier superficie.
BeomGyu lo sacudió llamando su atención.
—Si no te calmas, me voy y deberás esperar a mañana. Siéntate y cálmate —señaló. SooBin hizo un gesto y con un bufido se arrojó a la silla, moviendo su pierna derecha con rapidez.
BeomGyu lo miró una última vez y salió de la sala, podía conseguir que SooBin saliera en ese mismo momento pero no sabría si sería buena idea.
Mordisqueó su labio inferior pensando las cosas, él sabía en dónde estaba YeonJun, claro que lo sabía.
Pero, no iba a hablar, recordó el pasado que tuvo con el pelinegro, a pesar de todo, una pizca de compañerismo quedaba en él y aparte, su buen corazón le decía que no debía traicionarlo, solo debía guardar ese secreto.
Llegó a una conclusión mientras avanzaba a la recepción, era preferible que estuviera en su casa, un vampiro encerado entre cuatro paredes en ese estado podía ser capaz de muchas cosas.
Por otro lado, SooBin caminaba de lado a lado, queriendo deshacerse de las esposas que tenía, sus encías ardían, sus colmillos querían salir más de lo normal de lo alterado que estaba.
Tenía que saber en dónde estaba YeonJun, no podía estar esos cinco meses de encierro sin saber de su paradero porque cuando esté libre lo primero que hará es buscarlo y recuperarlo.
No le importaba que su manager estuviera sin cabello del estrés que le causó la situación, no le importaban los medios de comunicación, ni Hye, Ni EunSuk, le importaba YeonJun, saber en dónde estaba e ir con él.
Volteó a ver la puerta, un oficial a un lado de BeomGyu. Caminó a ellos con rapidez, estirando sus manos al oficial que negó con su cabeza, guiándolo a la salida de la estación.
El camino en el auto se le hizo totalmente tortuoso, BeomGyu le daba miradas a cada rato, deseando que no le gritara al oficial por ir tan lento.
SooBin estaba tranquilo por fuera, estaba sentado y mirando por la ventana del auto pero por dentro estaba vuelto un manojo de nervios, ira y desesperación, una mezcla que no era buena teniendo en cuenta su temperamento.
Aún así, estuvo lo suficientemente tranquilo para subir en el elevador y después de unos días, pasar a su departamento.
Apretó sus manos y se sentó en el sillón, olía a cloro, a productos de limpieza.
Ya no olía a la fragancia que usaba YeonJun luego de ducharse, mucho menos a su sangre, porque por muy asqueroso, perturbador o loco que sonara, cada vez que YeonJun estaba con él podía oler su sangre además de su fragancia. Pero el punto es que no había rastros de YeonJun en ningún lado, y eso le puso más ansioso, apretó sus manos y las soltó repetidas veces, el oficial a su lado no prestó atención a ello, simplemente se dedicó a quitarle las esposas e instalar en su tobillo el aparato que evitaría cualquier intento de escape, ya se lo habían puesto antes así que la presión en su tobillo fue lo de menos.
BeomGyu se dedicó a compartir un par de palabras de despedida con el oficial, mientras él no dijo nada y solo avanzó directo a la habitación de huéspedes, pasó con rapidez llenando sus pulmones, esperando a qué el aroma de YeonJun aún estuviera ahí, pero solo soltó un sonido ahogado mirando la habitación, no había nada, siquiera el arreglo de dulces que había dejado en la habitación, nada, todo limpio, acomodado y con aroma a desinfectante.
—¿SooBin? —el abogado caminó por la sala de estar buscando al vampiro, pasó su vista por la cocina y luego por el pasillo de las habitaciones, miró una con la pueda abierta, avanzó con un suspiro— Voy a irme, si necesitas algo...—disminuyó el volumen de sus palabras cuando miró al modelo agachado en el suelo con las manos en el rostro, sus hombros subiendo y bajando en una señal de que estaba llorando.
Preocupado, se acercó a él, tomando sus hombros a modo de apoyo.
SooBin lo observó, ojos enrojecidos y cristalizado junto a lágrimas deslizándose por sus mejillas.
—N-no hay ni un maldito r-rastro de él, BeomGyu —fue lo único que le dijo antes de levantarse y encerrarse con un portazo en la habitación que al parecer, era la suya.
BeomGyu se levantó y caminó a la habitación y dejó su oreja en la superficie de la puerta, apretó sus labios cuando escuchó un pequeño sollozo.
—¡Deja de escucharme, maldita sea! ¡Vete de una buena vez! —le gritó el vampiro caminando de lado a lado por la habitación secando sus lágrimas con sus manos y aguantando cualquier sonido.
—No puedo dejarte así, SooBin —explicó aún en su posición. El modelo gruñó tomando asiento en la cama, tomó su cabeza entre sus manos, mordió su labio inferior, sintiendo sus colmillos traspasar su piel, sacándole sangre— YeonJun me pidió que te cuidara...
—¡No soy un niño al que debes cuidar y si él estuviera enserio preocupado por mí no se hubiera ido! —gritó soltando más lágrimas, estaba descontrolado, aún si quisiera dejar de llorar, no podía, no tenía control de él mismo en ese momento— Y... Y si YeonJun te pidió eso... Hablaste con él, tu estuviste en contacto con él...
—Si —afirmó escuchando pasos, la puerta se abrió y sus miradas se encontraron, SooBin tenía las mejillas y la punta de la nariz roja de llanto, sus pupilas rojas, su labio sangrando.
—Tu sabes en dónde está... —murmuró mirándolo fijamente, la diferencia de tamaño intimidándolo.
—No lo sé —negó con su cabeza retrocediendo unos pasos, SooBin gruñó tomándolo de los hombros, agitandolo.
—¡Tienes que saberlo! ¡S-sé que habías estado teniendo contacto con él! ¡Dime en dónde está! —pidió a gritos— ¡No me mientas, BeomGyu! ¡Dime en dónde estás o juro que te mato!
—¡Que no lo sé, SooBin! —respondió asustado por la amenaza que le había llegado, SooBin estaba fuera de control, a pesar de que le estaba gritando molesto, sus ojos seguían cristalinos y con ganas de botar más lágrimas.
BeomGyu empujó por los hombros al vampiro, deshaciéndose del agarre, empezó a caminar fuera de ahí, con el vampiro siguiéndolo.
—Estás fuera de control, SooBin, cálmate primero —pidió quedándose de pié ahí en la puerta. Estaba en un dilema, no sabía si irse o no, no quería dejarlo solo, pero él siendo humano no podría controlar físicamente a SooBin si el vampiro intentaba golpearlo o quién sabe qué podría hacer.
—¡No estoy fuera de control! —negó gruñendo, con cada segundo que pasaba, su ser dejaba de sentir a YeonJun.
El abogado seguía marcado, pero aún así, no podía sentirlo si estaba tan lejos de él, siquiera lo sentía, no sabía sus sentimientos, no había su aroma en ningún lado de la casa.
Volvió a sollozar, ahora frente a BeomGyu, el abogado apretando sus labios.
Enserio estaba fuera de control, y era completamente normal para un vampiro esa reacción.
Tomó su teléfono de sus bolsillos, marcó el número de la única persona que suponía, podría controlar a SooBin o aunquesea calmarlo un poco.
A un humano ya le habría hecho un té y lo hubiera abrazado, o tal vez preparar una sopa, pero con un vampiro nada de eso servía.
ChanYeol sabría que hacer, era un vampiro después de todo, y si SooBin por algún motivo se ponía agresivo, podía controlarlo.
Intentó, claro que intentó ayudar a SooBin pero el vampiro le gruñó y casi lo mordió cuando hizo ademán de tocarlo.
SooBin pasó sus manos bruscamente por su cara y se arrojó al sillón, aún soltando gruñidos, ahora parecía molesto. BeomGyu no entendía, el cambio de ánimo, de llorar a estar molesto, de gritar a estar en completo silencio.
¿Qué estaba pasando por la mente de SooBin?
ChanYeol no tardó en llegar, acompañado de BaekHyun que parecía preocupado y nervioso.
SooBin apenas los vió entrar a su apartamento se levantó acercándose a BaekHyun.
—¿Has hablado con él? ¿Te llamó? ¿Qué te dijo? —preguntó con rapidez, su aspecto siendo el peor y su voz preocupada y rasposa.
BaekHyun suspiró y negó con su cabeza.
—Nada, créeme que no estaría tan preocupado si me hubiera llamado, prometió llamarme cuando llegara por medio de una nota, pero, ¿a qué país pudo haberse ido para tardar tanto en llegar? —preguntó. SooBin negó con su cabeza, por alguna razón, creía en BaekHyun, pero qué BeomGyu le dijera que no sabía le dejaba una pequeña sensación de desconfianza.
BeomGyu tiene que saber algo, aunque sea mínimo, debía saber algo que ellos no.
—No contesta el teléfono por obvias razones, y siquiera SeokJin lo sabía hasta que lo llamé —narró BaekHyun. SooBin seguía caminando como león enjaulado, BeomGyu los había llamado a ir con las palabras de que SooBin estaba descontrolado, pero BaekHyun no lo veía así.
Aunque ChanYeol si, podía notar a leguas la crisis que estaba teniendo SooBin en ese momento, se podía comparar con un ataque de ansiedad humana o peor.
—¿¡Por qué mierda se fue!? —preguntó repentinamente a gritos pateando de su camino la mesa de noche causando un salto en los dos humanos.
—Por tu culpa —contestó BaekHyun, el abogado lo sabía, BeomGyu lo sabía, YeonJun se fue de esa forma para que SooBin no lo encontrara, porque no quería verlo.
Y BaekHyun estaba molesto, sin poder estar en paz con SooBin porque por él ser como era, YeonJun había sufrido y tuvo que irse en esas condiciones, por su culpa.
BaekHyun en ese momento solo pensaba eso, no veía más que eso y no se sentaría a pensar en SooBin y en lo que sentía el vampiro.
SooBin gruñó mirándolo fijamente.
—¿Mi culpa?...¿¡En qué parte es mi maldita culpa!? ¡Di todo de mí y mira como me paga! —contestó, ChanYeol observó las manos del modelo temblar. BeomGyu se acercó a BaekHyun para hacerlo retroceder un poco, el abogado de cabello blanco se deshizo de su agarre.
—¡Lo heriste! ¡Jugaste con su vida! ¿¡Eso es todo lo que puedes dar!? ¡Se fue por tu culpa y ahora todos pagamos por eso! —gritó de vuelta BaekHyun, SooBin gruñó y se lanzó sobre el abogado que no perdió tiempo y colocó sus manos en las mejillas de SooBin, separando sus colmillos de su cara.
ChanYeol tomó impulso y pateó el costado del modelo haciéndolo apartarse.
—¡Contrólate! —pidió sujetando el cabello del modelo que gruñó tratando de ir de nuevo con BaekHyun, ChanYeol lo sacudió tomando con su mano libre su cuello— Inhala —pidió encajando sus uñas en el cuello ajeno, levemente.
—¡Inhala una mierda! ¡No puedes decir eso de mi! —gritó de vuelta a BaekHyun.
—Inhala —pidió de nuevo ChanYeol encajando un poco más las uñas, SooBin detuvo el forcejeo y dejó las manos en los hombros de ChanYeol, solamente puestas ahí. En el punto en dónde estaban encajadas las uñas de ChanYeol era un punto débil de los vampiros, no para matarlos, pero lo suficiente como para someterlos.
El guardaespaldas lo guió al sillón, dejándolo sentado, soltó su cabello con cuidado. BaekHyun y BeomGyu observaron todo en silencio, lo dos abogados solamente mirando a SooBin.
—Exhala —pidió ChanYeol, el modelo acató, exhalando temblorosamente— Estás fuera de control y así, no vas a lograr encontrarlo, cálmate, por más que te desesperes, aún tienes cinco meses de arresto domiciliario, no harás nada en ese tiempo.
—Es mío, necesito saber en dónde está —dijo con voz baja, ChanYeol solamente lo miró fijamente antes de seguir con el ejercicio de respiración que no estaba haciendo nada en SooBin, ChanYeol lo sabía.
Pero era para crear tiempo, y pensar mejor en las opciones que tenían para controlar a un vampiro descontrolado.
Estas crisis son muy comunes en vampiros cabe destacar, pueden llorar, gritar, ponerse agresivos y más.
Y recuerden que los vampiros de este fic puede que tengan algunas cosas que los originales o de otros libros no, como por ejemplo la manera de someterlos, en este fic y en este mundo vampiro, la raza tiene una fina línea interna en todo su cuello, la cual los hace sumisos mientras toques ese punto, no mueren si la línea llega a ser cortada, pero si afectará en actitudes del vampiro. Está línea interna, puede ser considerada un talón de Aquiles.
¿Alguna duda?
Espero les esté gustando!
Ah, doble actualización porque si y porque estoy emocionada con lo que pasará!
The_Dark_Diamond
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