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Capítulo 6

Maratón 2/2






La voz de SooBin lo sacó de sus pensamientos, su cabeza se agitó con brusquedad, lastimando en el acto la herida en su cuello.

—¡No me voy a resignar contigo! —gritó SooBin, agitándolo.

—¡Suéltame, SooBin! ¡M-me estás lastimando! —dijo al sentir su cuello doler. Sollozó sujetándolo del brazo para evitar que siguiera moviéndolo y por ende, lastimándolo— ¡N-no seas salvaje! ¡Me haces daño! ¿¡Acaso no es suficiente daño el que me has hecho ya!?

—¡No te voy a perder! ¡Y no me voy a resignar, YeonJun! —dijo. Con los gritos de YeonJun alegando que lo estaba lastimando, el oficial entró de inmediato.

SooBin juntó sus labios a la fuerza, YeonJun se removió en la camilla, sus piernas agitándose y sus manos tratando de separarlo de él.

El oficial Kang, lo tomó de los hombros y lo empujó al suelo, separándolo de YeonJun abruptamente, lo levantó a la fuerza y lo empezó a jalar hacia afuera sujetándolo de los brazos.

SooBin ponía fuerza, para no irse. Pero el oficial a pesar de su tamaño un poco más bajo que él, tenía mucha más fuerza por obvias razones.

BeomGyu cerró la puerta a sus espaldas con un suspiro, le había hablado con claridad a SooBin, y tuvieron que sacarlo a la fuerza de la habitación.

A pasos lentos se acercó a YeonJun, tomó asiento en el sillón blanco.

Alzó la mano y la dejó en el hombro ajeno a modo de apoyo, no quería y no iba a preguntar si estaba bien, no por alguna razón de enemistad o rencor, simplemente porque había escuchado la repuesta cuando SooBin le preguntó lo mismo.

Miró una jarra de agua con hielo y un vaso, sirvió un poco y se la extendió al pelinegro que agradeció en un susurro dándole un trago.

—¿Cuánto tiempo le dieron de cárcel? —preguntó YeonJun pasando su mano libre por su cara, sus dedos temblando, ese gesto BeomGyu no lo pasó por alto.

—Cinco meses —dejó sus manos en su regazo, YeonJun asintió— Estoy tratando de que le den casa por cárcel, he estado llevando donantes para que coma algo, pero aún así, me dijo que tú eres el único que puede alimentarlo y que eres lo único que tiene.

—No lo voy a hacer, no voy a velar por él en prisión, no es mi novio, ni es responsabilidad mía —contestó volteando a ver a BeomGyu— Trata en todo lo posible que le den casa por cárcel, confío en que lo harás, eres un buen abogado. Aunque no más que yo —dijo, sonriendo pequeño a BeomGyu que le correspondió la sonrisa.

Los dos quedaron en un momento de silencio, BeomGyu sacó una carpeta, de un maletín que apenas YeonJun se estaba dando cuenta que llevaba y tenía a su lado en la silla.

YeonJun le prestó atención, su cuello dolía con intensidad, el movimiento brusco al que SooBin le había sometido lo lastimó y temió que la herida se volviera a abrir como hace unos días.

Recordó como lo había sujetado, con fuerza, maltratando su mentón, pero aún así en sus ojos había miedo, había tristeza.

Estar con él, le había enseñado que los ojos de SooBin eran difíciles de leer, el modelo siempre estaba con una mirada indescifrable, pero cuando tenía sentimientos muy fuertes, esa fachada se caía y sus ojos pasaban a ser una gran ventana a su alma. Muy pocas veces había pasado eso, no obstante ese mismo día, apenas SooBin entró a la habitación, YeonJun supo que SooBin estaba teniendo sentimientos muy fuertes con solo ver sus ojos.

—SooBin me pidió hacer esto —la voz de BeomGyu lo trajo de vuelta al mundo real, salió de sus pensamientos mirándolo fijamente— Te dejará una tarjeta en dólares, con un monto de...—dejó las palabras en el aire buscando el monto en la hoja— Diez millones de dólares.

—¿¡Qué!? —preguntó. El monto era demasiado, llevó el monto a wons y le resultó aún más costoso.

—La tarjeta está a tu nombre, SooBin solamente aparece como el beneficiario, él podrá transferir, sacar dinero, cambiar la clave incluso. Tú solamente la podrás usar, y retirar en efectivo —aclaró. YeonJun entrelazó sus manos mirando su regazo.

No quería ese dinero.

No lo quería por el hecho de que seguiría ligado a SooBin, SooBin seguiría en contacto con él y no quería nada con él.

—No la quiero —dijo, mirando superficialmente los papeles que debía firmar para aceptar la tarjeta y se le pudiera reconocer como un segundo dueño— Tengo mi propio dinero —contestó a pesar de saber que sus ahorros y demás no llegaban ni a la mitad del monto que SooBin le estaba dando.

BeomGyu suspiró mirando a YeonJun.

—Este dinero cubre un año y medio entero. La finalidad de esta tarjeta no es caridad ni alguna otra cosa, el monto es para sacar tu pasaporte, subsistir en otro país y poder pagar tu renovación de título en una universidad o instituto privilegiado, además de cubrir gastos de insumos, ropa, zapatos, lo que quieras.

—Entonces quiero que la tarjeta sea solamente mía, que SooBin no sepa la clave ni tenga ningún acceso a la cuenta, siquiera para transferir —pidió. Ese dinero le servía para escapar de ahí, claro que le serviría.

—SooBin es el creador y afiliado del banco, es completamente imposible a menos que tú tengas tu propia afiliación a un banco en dólares —negó BeomGyu, él no podía dejar que YeonJun pidiera o consiguiera eso. Además, tenía conocimiento de que YeonJun no tenía cuenta en dólares.

Esa tarjeta sería la única manera de SooBin para saber en dónde estaba YeonJun, el vampiro se lo había dicho, y cumpliría con su trabajo.

—¿Puedo pensarlo quince minutos? —preguntó, BeomGyu asintió dejando la carpeta y el bolígrafo a su lado, le dió una mirada antes de salir.

YeonJun cubrió su cara con sus manos y soltó todo el aire retenido, miró la carpeta a su lado, la tomó y empezó a leer, con concentración y detenimiento, tomándose el tiempo de analizar cada palabra y usar su inteligencia para desaparecer por completo de la vista de SooBin.

Estiró su mano y con un pequeño quejido de dolor tomó su teléfono en su buró.

Tecleó con rapidez, abrió un chat y pensó muy bien.

No llamaría, podía escuchar aún la voz de SooBin fuera de la habitación hablando con, al parecer, ChanYeol.

Tecleó con paciencia, repasando mentalmente su plan, la otra persona no contestó, pero aún así, devolvió el teléfono a su lugar para así tomar el bolígrafo, dejó su firma en todos los papeles correspondientes, encontró una hoja en blanco, la tomó y empezó a escribir, palabra tras palabras, un mensaje preciso.

Cerró la carpeta y la dejó en su regazo. Esperó cinco minutos, hasta que BeomGyu entrara dando por acabado esos quince minutos que le dió.

El abogado trató de cerrar la puerta, pero un cuerpo la empujó con rudeza.

—No vas a pasar —negó BeomGyu, el oficial del otro lado jaló a SooBin que intentaba a toda costa volver a entrar.

—Déjalo que pase, con el oficial —pidió YeonJun.

BeomGyu no opinó nada, abrió la puerta para ambos hombres.

SooBin entró con rapidez, el oficial sosteniéndolo del cabello cuando se zafó de su agarre, YeonJun tuvo la necesidad de desviar la mirada, pero no lo hizo, miró como el oficial inmovilizaba a SooBin a los pies de la camilla, lo suficientemente lejos de él.

Tomó aire, y le entregó la carpeta a BeomGyu que de inmediato la abrió, encontrando un hoja con un mensaje, cerró la carpeta y la metió en su maletín, luego la leería.

—Solo quería decirte... Que estoy aceptando el dinero porque es tu responsabilidad, porque por tu culpa me quedé sin el título y prometiste hacerte cargo de los pagos, no lo hago por más nada, Choi SooBin, no quiero que me busques, olvídate de mi, de todas maneras, puedes conseguir otro, no soy único, SooBin —dijo con algo de dolor en sus palabras, apretó la sábana que cubría sus piernas. SooBin también recordó esas palabras que le había dicho a Seong-Suk.

Se quedó sin palabras, soltó un jadeo, casi quedándose sin aire.

Casi.

—Te amo —fue lo que dijo, BeomGyu y el oficial en silencio, incómodos.

YeonJun sintió sus mejillas mojadas, ¿cuándo había empezado a llorar?

—No quiero ese tipo de amor, no contigo —contestó. Miró a BeomGyu— Puedes irte, gracias.

—Dejame abrazarte —pidió SooBin forcejeando con el oficial que lo estaba dirigiendo a la salida, forcejeó para ver a YeonJun— ¡Por favor! —pidió ante el silencio del pelinegro en la camilla— YeonJun, déjame abrazarte, una sola vez, ¡si no vamos a vernos más déjame abrazarte entonces!, ¡es solo un abrazo, YeonJun!

—Cállate y camina —ese fue el oficial que, a la fuerza y con agresividad, sacó a SooBin de ahí, YeonJun se dió cuenta ahí de lo débil que SooBin debía estar, pues el oficial era mucho más pequeño que SooBin pero aún así podía obligarlo y someterlo a caminar.

Flexionó las piernas y las abrazó, ocultando su cara ahí, ocultando un sollozo, los gritos de SooBin aún fuera de la habitación pidiendo un mísero abrazo que no se vió capaz de darle.

Porque temía que todo lo que había planeado se viniera abajo con ese abrazo.

Escuchó a ChanYeol, escuchó golpes, a BeomGyu regañando a SooBin.

Llevó su mano derecha a el parche en su cuello, tocó superficialmente, una de esas mordidas, era la marca que SooBin le había hecho, si él se iba lejos, ¿seguirían unidos? ¿SooBin seguiría sabiendo como estaba?

Su teléfono vibró en el buró, se alzó y lo tomó leyendo el mensaje entre sus ojos cristalizados, sorbió su nariz dejando el aparato a su lado.

Cerró los ojos y apoyó su cabeza en la camilla.

Estaba haciendo lo correcto.













Quiero irme contigo, a Italia, lo más pronto posible.

TaeMin 💞

Te espero aquí entonces, cariño ;)




































El primer maratón de la serie, un poco pequeño pero lo suficiente como para iniciar!

Necesito aclarar que el comportamiento de SooBin NO lo estoy romantizando ni mucho menos, más adelante sabrán muchas más cosas de su manera de ser, y si se preguntan, ¿podrá dejar de ser así? ¿podrá controlarlo? La respuesta es un no, por ahora.

Espero hayan disfrutado estos caps.

The_Dark_Diamond

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