
Capítulo 5
Maratón 1/2
Dos días después.
SooBin llevaba cinco días en la cárcel y no aguantaba mas la desesperación de estar en esas cuatro paredes sin poder ir a ver a quien más quería en ese momento, BeomGyu había ido para dar información de YeonJun y algunos documentos para el trámite con el banco en dólares.
Estaba ansioso y alterado, pero aún así, había tenido que mantener la calma para que le vieran buen comportamiento y le dejaran salir mucho antes a visitar a YeonJun.
La cantidad exacta eran ocho días para dejarlo salir tres horas a cualquier lugar, escoltado con un oficial, claro está, pero gracias a BeomGyu posiblemente saldría ese mismo día.
BeomGyu le había estado consiguiendo donantes, solamente diez minutos para comer le daban.
Y diez minutos no era suficiente, por eso su aspecto era muy débil, desaliñado y con el ojo que no tenía el parche portando un círculo negro, ojeras que no eran por falta de sueño, eran por falta de alimento en cantidades exactas.
Ese era el aspecto de un prisionero, lo sabía.
—Sal, modelito —dijo el oficial a cargo de él, se levantó del suelo con lentitud y caminó con la cabeza gacha, siendo guiado a la sala de visitas, BeomGyu ya lo esperaba ahí, con un maletín en manos.
SooBin le hizo un gesto para saludarlo, tomando asiento con un quejido, algo que también le afectaba el no comer adecuadamente y haber peleado recientemente era que había dolores en su cuerpo, odiaba estar así de débil, pero no había otra opción.
—El oficial Kang va con nosotros —avisó dándole a entender a SooBin que no iría el oficial a cargo de él si no que el jefe del caso directamente— Ya la tarjeta y todo lo que pediste está listo, solo necesitamos la firma de YeonJun. Por favor, necesito que te comportes.
—Lo sé —asintió.
—Tampoco quiero alboroto, ni problemas de ningún tipo —señaló. Parecía una madre advirtiéndole a su hijo lo que no debía hacer, algo gracioso pero que en ese momento era muy serio para los dos.
Las ansias en SooBin crecieron, al fin, estaba a nada, solo a minutos de ver a YeonJun, algo que había anhelado desde que salió de ese edificio mugriento y abandonado.
—Si.
—Y mucho menos, que te alteres y alteres a YeonJun —SooBin asintió una última vez y se levantaron, emprendiendo el camino a la clínica que no estaba tan lejos de la estación.
El oficial iba en silencio, en el asiento del copiloto, BeomGyu conducía y SooBin iba a atrás, mirando las calles pasar, su expresión era neutral, pero por dentro estaba ansioso y con el corazón latiendo a mil por hora.
Después de cinco tortuosos días, vería a YeonJun, podría verlo a los ojos y pedirle perdón por todo, podría verlo y decirle lo mucho que lo amaba y que estaba dispuesto a empezar desde cero con él incluso si algunas partes de él debían ser quitadas.
El frío de la clínica impactó en su piel apenas entraron, el oficial iba siempre detrás de él, BeomGyu a su lado pidiendo ir a la habitación de Choi YeonJun.
—Piso doce habitación dieciseis —les indicó la recepcionista, el abogado agradeció y en silencio se dirigieron al elevador, SooBin movía sus dedos entre ellos, mirando al frente y tomando pausadas respiraciones, sus manos estaban esposadas así que cada que movía sus manos o dedos la cadena sonaba en el elevador.
Su sentido auditivo no estaba bien tampoco así que no pudo escuchar que en la habitación a la que se dirigían, YeonJun se quejaba de dolor.
—Quédense aquí —pidió BeomGyu señalando unas sillas metálicas a un lado de la puerta de la habitación, tocó la puerta con suavidad, de inmediato, BaekHyun abrió, saliendo mientras cerraba a sus espaldas— Hola.
—Buenas tardes, abogado Choi —saludó con una sonrisa, pudo observar a dos personas sentadas en las sillas de metal, volteó a verlas, alzó las cejas cuando miró a SooBin.
Caminó y se puso delante de él, el modelo se levantó, se vieron a los ojos.
—Siento no poder... No poder protegerlo bien —se disculpó, lo hizo, porque BaekHyun y él no tenían una buena relación, no era estrecha y lo poco que había rozado no había sido del todo bueno.
Pero a BaekHyun no le importaba en ese momento, él había pensado con cabeza fría y entendía una parte de SooBin, el modelo había hecho lo que podía, si bien, había cosas que le molestan y en las que no estaba de acuerdo, BaekHyun estaba consiente de que SooBin había dado todo de si para que YeonJun no se viera afectado.
Y también había sido testigo de la desesperación del vampiro, las dos veces que fue a verlo luego, para hablar solamente de YeonJun, cabe destacar, se veía ansioso y desesperado, no se veía como el vampiro elegante y de aspecto limpio que conocía.
Por eso, le sonrió y dejó su mano en su hombro con cuidado.
—Lo que importa es que todo ya pasó y que está bien —fue lo que le dijo antes de ver a BeomGyu— Voy a avisarle a YeonJun —y desapareció por la puerta, SooBin suspiró mirando sus manos, empezó a moverse de lado a lado, ansioso, estaba a segundos de verlo, con una pared y una puerta separándolo.
Por otro lado, YeonJun ya estaba harto, no quería seguir ahí, el dolor de su cuerpo seguía ahí, su garganta ardía, su abdomen dolía cada vez menos, pero seguía siendo incómodo.
La paredes blancas ya lo aturdían, demasiado blanco por todos lados y el aparato que marcaba los latidos de su corazón a su lado era lo único que se escuchaba.
BaekHyun abrió la puerta con cuidado y le sonrió antes de entrar, se sentó en un sillón individual del lado derecho, por cierto, blanco.
—No te quites esto, Yeon —le dijo con suavidad acomodando el aparato que le brindaba oxígeno, YeonJun chasqueó la lengua acomodándolo en su orejas, los dos pequeños tubos entrando por sus fosas nasales— ¿Cómo te sientes?
—Adolorido, aburrido, triste, decepcionado y con ganas de irme ya de aquí —le contestó mirando a su amigo, BaekHyun solo estiró su mano peinando su cabello con cariño.
YeonJun suspiró, reposando su cabeza de la camilla.
—Alguien quiere verte —avisó BaekHyun haciéndolo ladear un poco su cabeza el gran y grueso parche en su cuello impidiéndole moverlo más de ahí.
—¿Mi hermano? Me dijo que vendría de nuevo hoy —dijo, su voz algo áspera y lastimada, tenía días así.
—SooBin —respondió BaekHyun haciéndolo enderezar su cabeza, frunció el ceño.
—¿Luego de casi una semana? ¿Enserio? —preguntó molesto, BaekHyun solamente alzó sus hombros.
YeonJun no había estado informado de lo que pasaba afuera, mucho menos de SooBin, había dejado de preguntar y había estado hablando consigo mismo, llegando a muchas conclusiones.
El abogado solamente le dió una última mirada a su amigo y salió de la habitación, dejando la puerta entre abierta.
YeonJun mordió su labio inferior, sus labios resecos y lastimados, miraba la puerta fijamente, alguien trajeado la abrió.
Miró a BeomGyu, el abogado le sonrió levemente quedándose en un esquina.
Y ahí, luego de casi una semana contando lo días que estuvo en inconsciencia, veía a SooBin de nuevo.
Su ojo derecho portando un parche, su cuello con parches, sus brazos con rasguños violentos y sus muñecas...
Con unas esposas.
Miró a la otra presencia, un oficial de policía deteniéndose en la puerta con seriedad, ignorando todo, solamente con sus movimientos atentos a SooBin que con pasos lentos, fué y tomó asiento en el sillón en dónde, hace minutos estuvo BaekHyun.
SooBin alzó sus manos esposadas y las dejó sobre su mano derecha, el toque helado chocando con su mano tibia, como siempre.
Como desde la primera vez y como todas las veces que tocaron sus manos.
—Lamento no poder haber venido antes —habló SooBin, su voz decaída y áspera causando miles de sentimientos en él, BeomGyu le sonrió al oficial y le pidió que esperaran afuera, le podían dar tiempo a la pareja para hablar, después de todo, SooBin no podía escapar ahí— Me alegra de que estés bien, cariño.
—No, SooBin, no estoy bien, para nada bien —habló al fin, su voz maltratada, miró a SooBin fijamente— Llevo una semana y unos cuantos días postrado en una cama, con el tobillo torcido, mi cuello con tres mordidas que aún no sanan y no sabes, no sabes cuánto duelen cada momento y tengo una herida de diez centímetros en el abdomen. No estoy bien, SooBin, que me veas aquí hablando no significa que estoy bien —le dijo al borde del llanto, demasiados sentimientos en él. Había pensando en ese momento, lo había soñado incluso, pero nada se comparaba a la realidad.
SooBin alzó sus manos, la cadena de las esposas sonando con el movimiento, sus manos acunaron las mejillas ajenas, YeonJun se hizo lo poco que podía hacia atrás.
—¡No me toques! N-no te quiero cerca de mi, no quiero verte y no quiero sa-saber nada que tenga que ver contigo, SooBin.
—Vas a tener, soy tu novio.
—No lo eres —negó mirándolo de nuevo a los ojos, una primera lágrima rodó por su mejilla, SooBin apretó el cobertor de la camilla con sus manos— M-me arrepien-...
—No, no lo haces, estás dolido y estás-...
—¡Déjame hablar, SooBin! —el grito se escuchó por fuera de la habitación, todos estaban afuera escuchando y ni la misma enfermera entró a interrumpir ni a pedir silencio, de todas maneras, no había más habitaciones ocupadas en esa área— ¡Me arrepiento de cada maldito segundo que estuve contigo y de aceptarte de nuevo luego de lo que pasó! ¡Me arrepiento de enamorarme de ti! ¡Mírame, SooBin! ¡Perdí mi título, y por tu culpa! ¡Estoy en un maldito hospital y por tu culpa! ¡Me hiciste pasar miedo, dolor y desesperación! ¡Casi pierdo la vida y por tu culpa! —sollozó, el aparato empezó a emitir pitidos más rápidos. SooBin lo miraba fijamente, apretando sus manos lo más fuerte que podía, sus nudillos tornandose blancos— L-le dijiste a Seong-Suk que podía hacer lo que quisiera, dijiste que podías encontrar otro... ¡Me heriste de mil maneras, Choi SooBin! ¿¡Y aún así piensas que te voy a perdonar!? —preguntó en un grito desgarrador.
SooBin bajó la mirada, en el silencio de la habitación se escuchó un sollozo, no era de YeonJun.
El modelo apoyó sus codos en la camilla y tomó su cabello, soltó otro sollozo.
—¡Lo siento mucho, YeonJun! N-no es mi culpa, YeonJun, no es mi culpa —negó subiendo la cabeza, sus miradas, acuosas y adoloridas encontrándose. YeonJun sintió un momento de letargo en él, primera vez que veía a SooBin llorar de esa manera tan dolorosa— Te prometí protegerte y eso hice, YeonJun, n-no pude evitar que te hicieran daño, te pido perdón por eso, p-pero no lo lleves al extremo... No lo lleves al extremo de arrepentirte de todo.
—No voy a retractarme, SooBin —negó abrazándose él mismo, estaba dolido, decepcionado y tal vez aún más porque SooBin no lo había ido a ver hasta ese momento.
El modelo se levantó de su silla y lo tomó de las mejillas a la fuerza.
—S-sé que estás mintiendo —dijo con voz temblorosa, quebrándose por el llanto, YeonJun mordió su labio inferior— S-sé que estás dolido y asustado... Pero podemos ser felices, ya no hay nada que nos lo impida.
—¡Deja de insistir, maldita sea! ¡No quiero! ¡Tú eres peligro, todo tú es peligro! ¡Quitando a Seong-Suk! Ninguno de nuestros dos intentos han funcionado, ya resignate a qué no funcionamos como pareja —le dijo tratando de zafar el agarre ajeno con sus manos.
Se quedaron en silencio unos segundos, SooBin lo miraba con tristeza, con dolor, el parche en su ojo humedecido por las lágrimas, sus labios temblando y siendo maltratados por unos colmillos de los que había temido.
Ahí, cerca de SooBin, en ese momento, no sintió miedo de él, porque se veía tan indefenso y lo único que su mente le pedía era abrazarlo hasta que estuviera bien.
Pero ya había tomado una decisión.
The_Dark_Diamond
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