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Capitulo 46

Dos años después.







Cumpleaños, navidad, fines de año, aniversarios, ya habían pasado dos años desde que arreglaron las cosas y empezaron a vivir juntos en el dichoso penthouse de Choi SooBin.

¿Peleas? Había.

¿Gritos? De todo tipo.

¿Amor? De sobra.

Se podría decir que al fin estaban viviendo su relación como querían desde un principio, ya no había ninguna inseguridad, tampoco algún miedo, todo el principio había quedado en lo más profundo de sus mentes para concentrarse en el presente.

¿Ataques de celos? SooBin seguía teniendo, pero el lado positivo, aprendió a controlarse.

Pero estaban bien, actualmente, SooBin se había tomado un hiatus indefinido con su carrera decidiendo descansar un tiempo del modelaje, las cámaras, todo. YeonJun estaba a un mes de finalizar con éxito otro año de su renovación de título para tener sus tan deseadas vacaciones, justamente estaba en exámenes finales.

Y justamente hoy, debía presentar uno.

—No, no puedo, ¡No me puedo quedar solo! —SooBin miró con desespero a YeonJun que rodó los ojos, metiendo en su mochila todo lo necesario para ir a la universidad.

—SooBin, no es para tanto, ya deja el drama.

—¡No es un drama! ¡Sabes que yo solo no puedo! —el vampiro empezó a perseguirlo por el lugar con una expresión de miedo y desesperación que solamente sacó una carcajada al estudiante.

YeonJun se colocó los zapatos, abrió la puerta.

—No va a pasar nada malo, además, son solo tres horas que estaré afuera.

—¿¡Tres horas!? ¿¡Solo!?

—Ay, SooBin, es un bebé, deja de dramatizar —le dijo inclinándose para dejar un beso en la mejilla ajena— El biberón ya está listo solamente calientalos como te enseñé, si no quiere el biberón puedes darle alguna papilla. Te amo —y sin más, cerró la puerta.

SooBin escuchó los pasos de YeonJun, luego el elevador.

Se había ido.

Definitivamente lo había dejado solo con la bestia.

Bufó pasando sus manos por su cabello, caminó hacia la habitación compartida, entró en silencio mirando hacia la cama.

En medio de las almohadas, con mantas y peluches estaba la bestia.

El bebé de apenas dos años estaba dormido plácidamente, pero SooBin sabía que no duraría mucho más así, sabía la hora de despertar del niño y solo faltaban minutos.

Esperó de brazos cruzados, sin quitarle la vista de encima al infante.

Tomó una respiración cuando escuchó un pequeño quejido.

El niño empezó a removerse en su lugar, quitando la sábana en el proceso.

El pequeño lloriqueó un poco antes de tomar asiento entre las mantas y almohadas, con la mirada perdida y adormecida, las mejillas abultadas y sonrojadas, el cabello apuntando a todos lados y un puchero.

—Hey —saludó SooBin mirando al niño que lo ignoró olímpicamente y empezó a mirar a los lados, buscando a la persona a la que estaba más acostumbrado, YeonJun.

No lo ubicó en ningún lado. Su puchero aumentó.

Y empezó a llorar.

—No no no, no no llores... Oh, ¿Qué hice? ¿Que hice? Ven acá —dijo acercándose al niño que seguía llorando, molestando levemente el oído del vampiro que lo tomó en brazos antes de empezar a mecerlo, ofreciéndole un peluche— Ya, no llores, vamos a hablar, ¿Si? —SooBin empezó a caminar por el penthouse tratando de calmar el llanto al niño que apretó el peluche de vaca en sus brazos y se quedó llorando bajito.

¿Algo que SooBin no supiera hacer?

Tratar con niños o bebés humanos.

—¿Tienes hambre? Oh... ¿Manchaste el pañal? Pues debes aguantar a que llegue YeonJun porque-... —el bebé lo observó, sorbiendo su nariz y puchereando— Oh, no me veas así, KiKi —dijo sentándose en el mueble, dejó al pequeño en su regazo, el niño dejó de llorar minutos después, asimilando que no estaba YeonJun.

SooBin miró fijamente al niño, ya había dejado de llorar pero sabía que algo estaba pasando por esa cabecita loca.

El pequeño empezó a balbucear mientras apretaba el peluche en sus manos, mirando a todos lados, de pronto empezó a impulsarse para estar en el suelo, SooBin lo dejó ser libre y lo dejó gatear por allí.

Aunque a los segundos se preocupó y empezó a perseguir al bebé por todo el lugar, mirando lo que hacía.

Minki gateaba por la cocina, mirando hacia los lados y sosteniéndose de algunas cosas, seguía balbuceando, se sentó frente al refrigerador.

Ahí, SooBin pensó que era una indirecta.

—¿Hambre? ¿Tienes hambre, Minki? —preguntó el vampiro agachándose a un lado del niño que lo observó fijamente— ¿Hambre? Bueno... Entiendes qué es hambre, ¿Cierto? —silencio absoluto— Uhm... Estómago —SooBin se tocó el abdomen y después gruñó— Estómago, grrr, hambre —MinKi le dió una mirada a SooBin, fija e incomprensible.

SooBin quería simplemente llamar a YeonJun.

Pero no podía, su pareja estaba en examen.

Además, él era un vampiro, SooBin pudo pelear, matar, cazar, modelar, ser famoso y muchísimas cosas más, un bebé debía ser lo de menos.

—¡No, no llores, te lo pido! ¡Lloras horrible y no lo soporto! —dijo tomando al bebé en brazos para calmarlo.

Tomó un biberón de la encimera y se lo enseñó al bebé que calmó un poco su llanto al ver el alimento.

SooBin procedió, ante la desesperación de callar al nene, a meter el biberón en el microondas, colocando un minuto cuando claramente YeonJun le había dicho treinta segundos.

Pero bueno, se daría cuenta luego.

—¡Ya, por favor! Se está calentando, espera un momento, Minki. En la vida tienes que aprender a esperar, los biberones no se calientan con un chasquido, esto dura un poco, ¿Entiendes eso? Así que hagamos un trato, yo te caliento y doy el biberón y tú, dejas de llorar, ¿Hecho?—dialogó con el infante que simplemente hipeó un poco estirando sus manitas al biberón que simplemente daba vueltas en el microondas.

SooBin pensó en lo que haría YeonJun en ese caso.

El primer beso impactó en la mejilla del bebé, éste siguió hipeando, otro beso en la otra mejilla, luego su nariz, su frente y así sucesivamente por toda la cara del infante que aminoró su llanto, riendo levemente cuando el cabello del vampiro rozó con su cara.

El microondas avisó que ya había pasando el minuto que SooBin había colocado.

—Esto no pasó, caballero —le dijo al niño antes de abrir el electrodoméstico para sacar el biberón— ¡Carajo, está caliente! —gritó dando un salto en su lugar mientras agitaba su mano, en consecuencia moviendo al nene que solamente soltó una carcajada por el movimiento, SooBin frunció el ceño— ¿¡Qué te da risa!? Ahora por gracioso, te esperas un momento   —contestó buscando un pañuelo, Minki se aferró a él cuando sintió que el vampiro se desplazaba muy rápido por la cocina.

SooBin tuvo que esperar que el biberón estuviera en una temperatura apta para el niño.

Minki lloró de nuevo.

SooBin intentó dialogar y llegar a un acuerdo con el de dos años.

—Yo cuando tenía tu tamaño ya sabía cazar —le dijo al niño que lloraba a mares por su biberón— Y también sabía caminar cuando era de tu tamaño, era pequeño y gordito pero sabía más que tú, no lloraba por todo —y siguió hablando y hablando, hasta que no tuvo remedio que distraer al niño con besos y algunas cosquillas.

Y al fin cuando el biberón estuvo listo, SooBin entró en otro dilema.

¿Cómo se daba un biberón?

Siempre lo había visto en otras personas, pero él no sabía hacerlo, y YeonJun...

YeonJun no le había explicado.

—Sabes hacerlo solo, ¿Cierto? Por favor dime qué si —dijo sentando al niño en su regazo, Minki tomó el biberón con ambas manos, soltó una risita emocionado y tomó el pico del mismo en sus labios, empezando a tomar con tranquilidad, sin ayuda de SooBin— Solo no te ahogues porque no sé que hacer y voy a terminar llorando en un rincón —le dijo al niño peinando cuidadosamente el cabello de Minki.

Ya había pasado la primera etapa, el despertar y el desayuno.

Solo debía aguantar tres horas.

Sencillo.








[...]





—Minki... ¿Te dormiste? —SooBin escuchó un balbuceo del pequeño. Ya YeonJun le había escrito, iba en camino.

SooBin estaba acostado en la cama tamaño King con el pequeño acostado en el pecho, así se había acomodado el niño para posiblemente tomar una siesta.

Minki jugaba con el collar de SooBin, pero había estado tan tranquilo que el vampiro pensó que ya estaba dormido.

—Yo tenía un sobrino, se llamaba SeungBae, y no era tan fastidioso como tú, pequeña bestia —dijo imitando las caricias que YeonJun de vez en cuando le daba al niño en la espalda para adormecerlo, Minki empezó a cerrar los ojos, apretando el dije del collar en su puño— Mi niño era todo un angelito con colmillos, deberías aprender de él —rió levemente mirando el techo de la habitación, su expresión cambió a una de nostalgia.

SeungBae es alguien que jamás olvidaría, era su sobrino, su niño, la culpa lo carcomía por no haber llegado a tiempo, por no salvarlo antes, y en las noches se lo recriminaba, a pesar de el tiempo que pasó. Lo recordaba con una triste sonrisa y una pequeña opresión en el pecho.

Siguió acariciando la espalda del pequeño a pesar de que este ya estaba definitivamente dormido, el vampiro suspiró quitando los tapones para los oídos con su mano libre.

Escuchó el elevador, luego un leve tarareo, YeonJun había llegado.

YeonJun caminó con tranquilidad, sintiendo un peso menos en sus hombros al haber hecho uno de los exámenes finales, solamente dos más y oficialmente habría terminado la universidad, es decir, tendría su título de abogado renovado.

Ingresó la contraseña de acceso teniendo la suficiente flojera como para buscar las llaves en su mochila.

—Llegué —dijo abriendo la puerta, no había nadie en la sala, no escuchó nada, había silencio total. Sonrió dejando la mochila y sus zapatos en el recibidor.

SooBin ya lo debía haber escuchado llegar o tal vez olido.

Se asomó por la puerta de la habitación compartida, SooBin estaba acostado en la cama, boca arriba mientras Minki dormía en su pecho.

—¿Cómo te fue? —preguntó SooBin con una pequeña sonrisa.  YeonJun de inmediato se acercó a la cama inclinándose hacia él pequeño dejando un suave beso en la mejilla del niño que seguía durmiendo plácidamente.

—Me fue bien, luego te cuento mejor... ¿Y a ti? ¿Cómo te fue con la supuesta bestia? —preguntó tomando asiento en la cama, guardando en su cabeza la imagen de SooBin con el niño dormido en el pecho.

—Terrible, horrible, espantoso, traumante —contestó SooBin alzando la mano derecha, mostrando los tapones de lo oídos— Tuve que usar esto, para que no me diera una jaqueca, este niño parece una alerta sísmica con su llanto y gritos.

—Estoy seguro que en lugar de calmarlo empezaste a dialogar con él, y también estoy seguro de que calentaste de más el biberón —dijo acomodando la ropa del niño con cuidado, Minki se acurrucó más en su lugar.

SooBin alzó los hombros sacándole una risa a su pareja.

—¿A qué hora viene SeokJin por él? —preguntó dando pequeñas palmadas en la espalda del niño cuando se removió incómodo.

—En unos minutos debería estar aquí, aún no me ha escrito —contestó mirando el reloj en su muñeca. YeonJun sonrió— Aunque bueno, puedo llamarlo y decirle que el adorable SooBin está dispuesto a cuidarlo lo que resta de día.

—No no, que se lleve a su criatura —negó con la cabeza frunciendo el ceño. Había sido casi traumante tener que cuidar sólo al niño por tres horas, no podía imaginar cómo sería todo el día.

YeonJun soltó una carcajada, recibiendo un pequeño pellizco de SooBin.

El vampiro le ordenó bajar la voz, señalando luego al bebé durmiente.

—Uy, que delicado —se burló antes de salir directo a la cocina para buscar algo de comer, caminando con pesadez.

Cuidar de sus sobrinos nunca había sido molestia, tal vez luego de su reconciliación con SooBin, SeokJin no se sentía muy seguro de dejar a sus hijos con ellos y YeonJun lo comprendía y respetó esa opinión por mucho tiempo. SooBin y SeokJin empezaron a conocerse, a hablar, salir, el vampiro haciendo millones de juramentos a SeokJin sobre cuidar a su hermano y demás.

Ahora, tenían una buena relación.
SooBin ya era considerado alguien de la familia, y fue considerado mucho más rápido cuando SooJun empezó a llamarlo: Tío colmillos.

—Pasa, hyung, Minmin está durmiendo —dijo YeonJun a su hermano, SeokJin pasó con confianza, extrañado de no ver a SooBin por allí.

Supo la razón cuando entró a la habitación, mirando al vampiro, de ojos cerrados, mientras su hijo dormía tranquilamente en su pecho.

—Si mi angelito supiera con el ser vil con el que duerme —dijo con tono burlón. SooBin gruñó y empezó a hablar sin abrir los ojos.

—El ser vil aquí es tu hijo, y yo solo soy una pobre víctima aquí, ¿Sabes que hizo tu hermano estrella? Me dejó solo con una bestia de dos años que llora como una alerta sísmica, espero me paguen el día de niñero —dijo abriendo los ojos para ver a SeokJin que arqueó la ceja cruzando los brazos.

—A los tíos no se les paga —señaló con una sonrisa triunfante.

—Ahora sí te conviene que sea tío de tu bestia —entre habla y habla de ambos hombres, el pequeño Minki empezó a despertar, el niño lloriqueó, abriendo los ojos y acomodándose en el pecho ajeno.

SeokJin se apresuró y lo tomó en brazos, haciendo al niño acurrucarse en él, después de todo, ya debía irse.

—Gracias por cuidarlo —agradeció tomando la mochila del niño y todo lo que había llevado para que el pequeño estuviera cómodo—

—No hay de qué, hyung —YeonJun besó una última vez la mejilla de su sobrino durmiente y le sonrió a su hermano como despedida.

YeonJun bostezó volviendo en sus pasos hacia la habitación compartida.

—Soo...

—Uhm.

—Te tengo una petición —dijo sonriente antes de arrojarse sobre el vampiro que lo recibió en sus brazos sin problemas, sonrió levemente cuando sintió el cosquilleo del cabello de YeonJun en su cuello.

—¿Decente o indecente?

—Decente.

—Entonces no me interesa —contestó sonriendo con la carcajada que soltó el abogado que lo abrazó aún más, maquinando en su cabeza como diría lo que tenía meses pensando.

En el silencio que se formó, YeonJun se encargó de enredar sus piernas, suspiró llenándose de valor.

—Quiero que me conviertas en un vampiro.































SORPRESAAAAAAA

Hace tiempo no actualizo, he estado algo ocupada pero bueno...

¿Qué opinan de la petición de YeonJun? ¿Qué creen que diga SooBin?

No se abstengan de comentar, amo leerlos !

The_Dark_Diamond

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