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Capitulo 36

Maratón 3/3



Sábado.










Era el día de la sesión de fotos, a las ocho de la mañana SooBin estaba conduciendo al lugar de la sesión, YeonJun dormido en los asientos traseros.

Iba en ropa deportiva, después de todo, debía modelar con lo que le dieran.

Huening.

Es el único que falta, señor Choi, espero venga con una buena sorpresa.

Créeme, llevaré una
muy grande.

Dejó el teléfono de lado, conduciendo por las últimas calles, entrando al estacionamiento del lugar segundos después usando la tarjeta de identificación que le habían dado los patrocinadores.

—Yeon... YeonJun —llamó al abogado palmeando el brazo del otro, YeonJun se removió en su lugar— Llegamos, cariño.

—Dame... Dame unos segundos —pidió peinando su cabello mientras tomaba asiento, cubriendo su cara unos segundos con las manos.

Había dormido de maravilla.

SooBin esperó los segundos suficientes para bajar con su pareja, entregándole su teléfono.

—Cuidalo por mi —dijo subiendo al elevador, YeonJun guardó el teléfono en su saco, junto al suyo.

SooBin miró a YeonJun de reojo.

—Cálmate.

—Que irónico, ¿no? Tú pidiéndome a mí que me calme, mejor cuando llegues dile a ese arrastrado que se mantenga alejado —dijo, bajando cuando el elevador se abrió en el último piso. Ambos bajaron y tuvieron que subir unas escaleras a la terraza del edificio.

SooBin entró con una sonrisa divertida al lugar, varias cámaras, camarógrafos, estilistas, personal certificado para el manejo animal, seguridad. Todo lo que una sesión fotográfica necesitaba estaba ahí.

—Mi modelo favorito, ¿Cómo estás? —el manager de SooBin pasó sus brazos por el vampiro que sonrió pequeño— Abogado Choi, buenos días, bienvenidos al set —saludó a YeonJun con una sonrisa que fue correspondida.

No fue difícil mezclarse entre todos, SooBin saludó a los modelos y a los camarógrafos.

—Allá hay refrigerios para los modelos, yo no los comeré, si tienes hambre ve y dile que es por Choi SooBin —le dijo cuando ya estaban en unas sillas, cerca del set, todavía no habían empezado.

YeonJun asintió, dándole una mirada a la mesa, SooBin le hablaba sobre dónde estaban los baños, y asegurándose de que estuviera cómodo en el lugar.

Pero YeonJun solo quería una cosa.

Y estuvo pensando tanto que logró invocarlo.

—Buenos días, señor Choi —saludó una voz que de inmediato irritó a YeonJun, observó al vampiro frente a él, cabello castaño, delgado, nariz perfilada, algunos lunares en la cara y una sonrisa coqueta, y sus ojos solamente veían a SooBin, ignorando al abogado.

—Buenos días —correspondió SooBin al saludo— Huening Kai, te presento a YeonJun, mi pareja.

—¿Es él? —se rió el vampiro cruzándose de brazos.

YeonJun arqueó una ceja.

—¿Es él por el que pasabas esa decaída? Pensé que sería...

—¿Un vampiro? ¿Qué esperabas que fuera? ¿Uhm? —preguntó YeonJun cruzando los brazos. Kai rió.

—No, ya sabía que eras un humano, solo que... Esperé algo mejor —dijo con un tono que le zafó los tornillos a YeonJun, aún así, respiró profundo.

Por otro lado, SooBin esbozó una pequeña sonrisa, mirando en silencio.

—¿Qué mejor que alguien como yo, Huening? —preguntó diciendo con burla el apellido del extranjero que frunció el ceño— ¿Qué mejor que alguien que no está arrastrándose y suplicando por algo de sexo con cualquier hombre? Claro, no digo que SooBin sea cualquier hombre.

—¿Cómo sabes que yo supliqué y no fue él el que vino a mi? —preguntó con burla. YeonJun se levantó de la silla con rapidez.

—Porque se nota desde lejos que eres un arrastrado, una zorra, y que-...

—Ya, basta, los dos —dijo SooBin alejando a los dos, dejando a YeonJun en la silla y a Huening Kai más apartado— Tú estás trabajando y tú, no causes disturbio —dijo prestando atención cuando un pequeño aplauso resonó en el lugar.

Ya debían empezar con la sesión.

—Nos vemos en unos minutos —le murmuró a YeonJun besando castamente su frente bajo la mirada de Kai que rodó los ojos antes de irse a su puesto de trabajo.

YeonJun lo jaló de la nuca y lo besó, rápido.

—Ese imbécil no me cae bien, aléjate de él.

—Es mi estilista, Jun —dijo, tratando de hacer que el abogado lo soltara. YeonJun lo besó una última vez, sabiendo que estaba bajo la mirada de todos los que estaban en el set puesto que solamente estaban esperando a SooBin.

YeonJun se separó y le dió una última mirada al vampiro, dejándolo irse con los demás modelos. Miró los alrededores, ya no había casi nadie, solo las personas que manejaban las cámaras, personal de limpieza y aquellos que atendían la mesa de refrigerios.

Su estómago gruñó, no había desayunado nada, y recordó que SooBin le había dejado sus refrigerios.

Se levantó y con seguridad se acercó a la mesa.

—Buenos días —saludó a las mujeres, dos chicas coreanas que le sonrieron.

—Oh, es usted el señor Choi, la pareja de el señor Choi —YeonJun rió por lo raro que sonó dos veces el mismo apellido y miró la comida en la mesa.

Para ser de modelos, era algo grasienta.

—El señor Choi nos informó que dejaramos todos los refrigerios de él para usted, así que díganos qué desea —dijo, YeonJun alzó las cejas.

¿En qué momento les había dicho?

—Quiero eso, y esto —dijo, señalando un sándwich de pollo y lechuga junto a un frappé de naranja.

Las mujeres le dieron el pedido con gusto, él agradeció y volvió a su silla, esperando pacientemente a que SooBin llegara.

De lejos, observó al extranjero de piernas largas y piel pulcra acercarse a él.

Bien, admitía que era un vampiro guapo, pero no por eso dejaba de ser una zorra arrastrada, y un metiche que se metía en los asuntos que no lo llaman.

—Vete —le dijo cuando el estilista se sentó a su lado. Huening rió falsamente mirándolo fijamente.

—De verdad te desagrado. El sentimiento es mutuo —confesó mirando ahora hacia el frente.

YeonJun comió de su sandwich, bebió del frappé.

—¿Sabes? SooBin es un hombre apuesto...

—Lo sé, lo veo todas las mañanas cuando despierto —contestó YeonJun observando como el vampiro a su lado hacia un gesto de molestia con los ojos.

—Es un vampiro, es joven eternamente... Y tú, eres un humano que con los días va envejeciendo —dijo, mirándolo con los ojos carmesí, YeonJun lo observó, manteniéndole la mirada— Disfruta mientras seas joven a SooBin, su relación no durará mucho.

—¿Cómo estás tan seguro? —preguntó con los dientes apretados.

Kai rió cruzando las piernas.

—Porque vas a morir YeonJun, tarde o temprano vas a morir, vas a envejecer, y SooBin va a seguir igual, así que aprovecha el tiempo que tienes con él —el abogado apretó el vaso del frappé.

¿Cómo no había pensado en eso?

¿Cómo no había caído en cuenta?

Tomó un respiro para calmarse.

No podía alterarse.

—Te acostaste con él una sola vez, ¿Por qué tanto enamoramiento? ¿Acaso no entendiste que eres un polvo de una noche? —cambió el tema de conversación. Huening rió antes de tornarse serio.

—Él buscó tu reemplazo en mi.

—Y no lo hiciste bien porque no te volvió a buscar, ¿O me equivoco? —YeonJun rió dándole un sorbo a su frappé— En cambio, prefirió tomar un vuelo a Italia para encontrarme y reconciliarnos —le dijo con una sonrisa. En la expresión del vampiro se notaba que le estaban afectando sus palabras— Dime una cosa, ¿Qué ha hecho SooBin por ti aparte de desnudarte? ¿Uhm? Nada, ¿Cierto?  Me quedaría aquí hablando de las miles de cosas que ha hecho por mi, pero tardaría tal vez todo el día y el que sigue —se levantó de su lugar, aún con su desayuno en manos.

El vampiro lo observaba, cada vez más enfurecido por las palabras del abogado.

Y YeonJun, estaba satisfecho.

—Solo fuiste algo de una noche, Huening, acéptalo, Choi SooBin tiene una pareja, déjalo en paz y ve a restregarte a otra persona, por lo que veo no te cuesta mucho —y se dió la media vuelta para irse, pero el extranjero le tomó el hombro haciéndolo voltearse.

Lo estaba observando con los ojos carmesí, los colmillos afuera, estaba a punto de lanzarse sobre él.

Pero YeonJun sonrió haciéndose un paso hacia al frente, quedamos más juntos.

—Tócame aunquesea un cabello, voy a gritar y en menos de tres segundos vas a tener a SooBin aquí, golpeándote —dijo abriendo la tapa de su frappé, la arrojó a un basurero cercano, YeonJun siguió bebiendo pero sin tapa.

—No te ama tanto —negó con su cabeza, incrédulo, no podía mentir, Huening Kai estaba dolido y enfurecido por tener a Choi YeonJun ahí, haciéndolo de menos— No, está lejos, está del otro lado, no va a llegar.

—Inténtalo —retó el abogado arqueando una ceja. YeonJun rió— Entre tú y yo, hay demasiadas diferencia, y entre ellas, ésta... —el abogado se acercó más al vampiro, sin miedo, confiando en sus palabras— Si yo te hago esto, no pasará nada —dijo arrojando el resto de frappé sobre el hombro del vampiro que empezó a respirar erráticamente, su ojos carmesí, sus colmillos afuera.

Kai estaba a segundos de arrojarse sobre YeonJun.

—Pero si tú me haces algo, voy a gritar, y SooBin vendrá —le dijo.

—Eres...

—¿Qué? ¿Qué soy, Huening? Soy la pareja de Choi SooBin y solamente te estoy dejando en claro tu posición, ya que nadie te lo ha recordado —le sonrió hipócrita, una sonrisa falsa que hizo al vampiro gruñir, la mano en el hombro de YeonJun apretó más y las garras del vampiro apretaron, más no lo suficiente, YeonJun siguió hablando— Estaré viniendo a todas las sesiones, más te vale mantenerte alejado, o si no, haré que te despidan.

—¡No eres mi maldito jefe! —le gritó alterado, los camarógrafos y las pocas personas que habían estaban viendo desde un principio, haciendo silenciosas apuestas.

Y SooBin, estaba subiendo las escaleras, era el cuarto en modelar así que podía quedarse arriba.

—No, no soy tu jefe, soy la pareja de tu jefe —le guiñó el ojo dando un paso hacia atrás, dando por terminada la conversación.

YeonJun jadeando de la sorpresa cuando las manos del estilista fueron a su cuello, también usó sus manos y las cerró en el cabello del estilista.

El abogado gritó de dolor cuando sintió unas uñas enterrarse en su cuello, tenía un suéter cuello de tortuga, aún así podía sentir las garras.

No pasaron ni diez segundos de forcejeo, fueron separados.

—¿¡Quieres que te despida!? ¿¡Eso quieres, imbécil!? ¡Que sea la última vez que le pones las manos encima! ¡Es mi pareja y debes respetarlo quieras o no! —todo se quedó en silencio, solo se escuchaban los gritos de SooBin, Huening estaba frente a él, con la mirada gacha. El modelo tomó una respiración— Estás haciendo un maldito teatro por una tontería, fuiste un polvo de una noche así no creas que tienes alguna autoridad conmigo, te usé y te deseché, entiéndelo de una vez, y si estabas ilusionado con tener algo conmigo, olvídalo, Kai. Te necesitan abajo, vete.

Kai se dió la media vuelta, apretando los labios para irse, sintiendo el líquido frío en su hombro y la humillación y el dolor en el corazón.

Había tenido esa ilusión, pero ya no, solo quería irse a casa.

—Tú, te dije que no causaras disturbio —le dijo SooBin a YeonJun, el abogado borró de su expresión de satisfacción y observó a su pareja con una mueca.

—¡Él empezó! —acusó mirando a los demás presentes— ¿Verdad que sí, señores? —le preguntó a los camarógrafos que asintieron, desviando la mirada— ¿Ves? Yo soy la pobre víctima.

—No te creo —le dijo SooBin con el ceño fruncido. Suspiró— Desde que llegaste querías hacerlo, lo sé.

—Y no me arrepiento, así conoce su lugar —le sonrió mirando al suelo, su sandwich había quedado en el suelo con el forcejeo, apenas le había dado tres mordidas.

Chasqueó la lengua arrojando el vaso del frappé vacío al bote de basura.

SooBin lo jaló de la muñeca, haciéndolo tomar asiento en dónde estaba antes, el modelo se sentó a su lado.

—En un rato me van a traer a mi animal, para que entre en confianza conmigo y no esté asustado en la sesión —le dijo decidiendo olvidar lo anterior, YeonJun le prestó atención asintiendo varias veces.

YeonJun preguntó la razón, escuchando con atención, su estómago rugió a mitad de conversación.

—Usa mi teléfono para pedir comida, pide solo lo necesario —le aclaró el vampiro con una mirada severa. YeonJun asintió una sola vez.

—Claro que si, Binnie.






























The_Dark_Diamond

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