Capitulo 34
Maratón 1/?
2 semanas después.
YeonJun cubrió su cuello con una bufanda gruesa, acomodó su cabello con sus dedos y tomó un bolso de cuero, colocándoselo cruzado.
—Binnie, me voy, nos vemos a-... —se frenó cuando vió al vampiro esperarlo en la puerta con un envase plástico en manos, estaba vestido para salir y las llaves del auto en su mano libre.
—Te llevo —fue lo único que le dijo extendiéndole el envase. YeonJun lo observó y lo abrió, soltando una pequeña risa.
Eran galletas con azúcar encima, en uno de los compartimientos había chocolate, lo que más aceleró su corazón fue la forma de las galletas, unas de corazón, otras de luna y estrella.
—¿Esto es lo urgente que debías hacer anoche? —preguntó con una gran sonrisa. SooBin hizo un ruido con su garganta.
La noche pasada YeonJun había insistido que el vampiro durmiera allí, pero este se fue a las doce con la excusa de que debía hacer algo muy importante.
YeonJun ya sabía lo importante del asunto.
—Es tu merienda, pasarás todo el día allí —le dijo cuando estuvieron en el elevador, solos.
—Adentro hay una cafetería —dijo comiendo de una, SooBin chasqueó la lengua quitándole el envase de las manos.
—Quien sabe que grasas usan, es mejor esto, y no las comas antes, después tendrás hambre —habló dejando que el menor bajara primero del elevador. YeonJun carcajeó, su risa resonó por el estacionamiento.
—SooBin, voy a la universidad, no al kinder —le dijo cuando estuvieron en el auto, el vampiro bufó empezando a conducir en silencio. YeonJun miró las calles con una pequeña sonrisa.
Podía acostumbrarse a eso.
—Llámame cuando salgas, te paso buscando —le dijo mirando que la entrada estaba sola. YeonJun aceptó abriendo la puerta.
—Nos vemos, señor colmillos —se despidió, inclinándose para dejar un pequeño beso en la nariz del vampiro que solo lo observó irse con una pequeña sonrisa.
Negó con su cabeza cuando observó a YeonJun abrir el envase y sacar una galleta.
No le durarían ni medio día.
[...]
SooBin condujo con lentidud, mirando los avisos de las calles, leyendo los carteles, estaba perdido.
Lo habían convocado a una previa reunión para la sesión fotográfica contra el maltrato animal, pero estaba perdido.
—¿Ya estás allí? Explícame como llegar —le pidió a la mujer tras el teléfono, JinSoo empezó a dirigirlo, haciendo referencia a los locales o colores de las casas— ¿Cómo que un árbol verde? ¡Hay muchos árboles aquí!
—Pero el más verde, SooBin, no seas idiota —le dijo la mujer mirando por la ventana— Estamos en el edificio al lado de una joyería.
—Ya lo ví, en un momento llego —y sin más colgó, aún negando con la cabeza. ¿Cómo que el árbol más verde? Todos eran malditamente iguales.
Estacionó el auto y bajó, reconoció el auto de JinSoo unos puestos más adelante.
Si pensaba mejor, JinSoo era la única que conocía de esa campaña, de los demás modelos siquiera sabía de sus existencias, pero sabía que la mayoría eran coreanos.
—Buenas tardes —saludó cuando llegó a la oficina en dónde se haría la reunión, le contestaron con cordialidad.
Rara vez asistía sólo a una reunión previa a la sesión fotográfica, siempre iba con su manager, pero por obvias razones no estaría ahí.
—Empecemos primero con una pequeña charla sobre el maltrato animal —dijo la promotora de la reunión, todos los modelos la escucharon con atención la hora y media que estuvo hablando sobre la prevención y lucha constante que había en el mundo contra el maltrato animal.
SooBin se interesó más cuando empezó a hablar de la sesión en si.
—A cada modelo se le asignará un animal para hacer la sesión individual, la grupal será con animales exóticos, todo esto con la suficiente supervisión y los profesionales para que los animales no pasen un mal rato —explicó la mujer tomando una hoja de la mesa cercana— Los animales ya están asignados individualmente, los estaré mencionando.
No iba a mentir, SooBin estaba ansioso por saber que animal le correspondía.
Se dió cuenta de que estaban dejando a los cinco modelos vampiros de último, ¿Tal vez le serían animales más temibles?
La simple idea le emocionó.
—Choi SooBin, conejo.
¿Qué? ¿¡Cómo que un conejo!?
Siguió escuchando los restantes, un hámster, cobayo, ardilla, y tortuga.
No opinó nada, su trabajo no era opinar solo posar, así que solamente siguió escuchando los horarios, dejando a los cinco vampiros en un horario especial, los cinco juntos, sin modelos humanos.
Desde cualquier perspectiva se veía y sentía discriminatorio, pero la chica se encargó de explicar.
—Los animales que le tocaron a ustedes, son animales que siempre han huido de depredadores, ellos sienten a los depredadores, y sabemos muy bien que ustedes no serían capaces de algo, después de todo esto es contra el maltrato, pero los animales sienten que están en manos de un depredador y puede volverse un desastre si está todo el grupo junto, por eso, preferimos dejarlos a ustedes cinco en un horario aparte, podemos tener más control de la situación —todos asintieron, algunos aún disgustados, pero no dijeron nada.
Siguieron hablando sobre la locación, solamente tres modelos se trasladarían a la playa, los demás serían en estudio o en parques.
Y a los vampiros, les tocaba en un gran estudio ubicado en una terraza.
No estaba mal.
—¿Y los animales de la sesión grupal?
—Aún no está confirmado pero estamos organizando la sesión con reptiles —contestó la mujer con una sonrisa. A los segundos dió finalizada la reunión.
Los modelos quedaron satisfechos y, para hacer un ambiente más ameno empezaron a conocerse entre todos, SooBin se quedó junto a JinSoo, la mujer un poco más sociable que él haciendo chistes con otras modelos.
Junnie 💕
Salgo en veinte minutos, colmillos
—Disculpa, me tengo que ir —se excusó con las personas que le dieron una cálida despedida, algunos solo agitaron sus manos.
SooBin salió con un suspiro, prefería ir a buscar a su pareja que quedarse ahí hablando y riendo con ellos.
Si, no era de mezclarse con otros modelos, lo puntual, y ya, se había acostumbrado a ese estilo, y no lo dejaría de hacer. Después de todo, no le hacía falta.
[...]
—En dos días, tendremos una práctica de juicio para el examen de la semana que viene, el tema es sobre custodia al menor y vale un cuarto de su nota de final de año —dijo el profesor, sonriendo a sus alumnos mostrando sus colmillos.
Apenas era el primer día.
¿No podían tomarse las cosas con calma?
—Perfecto, mañana tenemos un taller grupal de cálculo, y en dos días la práctica de juicio, ¿Acaso no deberían preguntarnos cómo nos fue en las vacaciones y hacer un dibujo de ello? Maldición, la cabeza ya me duele —Hyejin sobó sus cienes mientras salía de la universidad, sus dos amigos con ella.
YeonJun compartió la opinión de la mujer, MoonBin alzó sus hombros.
—Solo debemos estudiar —dijo, recibiendo las miradas enfurecidas de los otros dos.
—Lo dice el que saca exámenes de cien de cien —dijo HyeJin.
—Y el que no estudia para un debate y saca la mejor puntuación —y ese fue YeonJun.
—Ese día el universo estaba de mi lado, YeonJun.
De los tres, MoonBin es el de mejores notas, siempre con un cien en sus calificaciones, mientras que YeonJun se obscila entre los noventa y cinco hasta noventa y nueve y Hyejin igual.
Salieron de la universidad, aún hablando.
—Ya llegó tu crepúsculo —dijo MoonBin mirando el auto más caro del momento estacionado cerca de ellos, SooBin bajó de el y miró a YeonJun, le sonrió.
—Querrás decir Edward —se burló HyeJin alzando una mano para saludar a su modelo favorito, este contestando el saludo con una sonrisa.
YeonJun rió avanzando al auto.
—¿Quieres venir, Moon? —preguntó sabiendo que su amigo ese día se iría caminando a casa. El muchacho asintió, después de todo, no desaprovecharía subirse a ese último modelo.
HyeJin se fue por su parte, despidiéndose con una sonrisa.
—Nos vamos con él —dijo YeonJun señalando a MoonBin, este hizo una reverencia educada.
—Bien, sube —le dijo SooBin amable.
Bien, eso era nuevo.
Los tres hombres iban en el auto, una suave música de fondo, YeonJun se acomodó para ver a su amigo.
—El profesor no dió las parejas para el debate, ¿Cierto? Me perdí esa parte de la clase —dijo. MoonBin negó con la cabeza.
—Dará las parejas ese mismo día, necesitas tres argumentos, ya sabes —explicó mirando a su amigo y luego al vampiro.
YeonJun bufó.
—No podían hacer otro tema, ¿Debía ser custodia al menor? —para ser abogado, era sensible en ese aspecto, y era uno de los temas que más evitaba en su carrera.
—Puedo ayudarte a estudiar, y más adelante, me ayudas con divorcios y reclamos de herencia —le dijo, guiñando un ojo. YeonJun rió aceptando.
MoonBin miró a SooBin el vampiro lo observó con ojos carmesí.
Sintió un escalofrío.
—Bueno... Si tú novio está de acuerdo —murmuró después. YeonJun frunció el ceño.
—No necesito su permiso, además, él está de acuerdo, ¿Verdad que sí, colmillitos? —preguntó YeonJun pellizcando disimuladamente el brazo del vampiro que asintió.
MoonBin se quedó en silencio todo el camino, hasta que lo dejaron unas calles antes de su casa.
YeonJun cruzó los brazos.
—Lo asustaste —regañó— Es mi amigo, además, se llaman parecido deben llevarse bien o por lo menos tú llevarte bien con él, deja de asustar a la gente —regañó por todo el camino. YeonJun bufó— Por eso no tienes amigos, SooBin, se amable y deja de intimidar a mi amigo o a cualquier persona con pene que se me acerque, pareces un semáforo, mira —señaló la luz roja frente a ellos del semáforo, el vampiro suspiró— Siquiera sé porque lo asustaste.
—Te guiñó el ojo —y solo con esas palabras, YeonJun siguió regañando al vampiro haciéndolo prometer que no volvería a asustar a MoonBin.
Y el viaje fue largo, demasiado para SooBin.
The_Dark_Diamond
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