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Capitulo 27

Luego de ese día, no había vuelto a hablar con TaeMin, sabía que tenía unos mensajes del mismo pero no quería ni iba a abrirlos, seguía molesto de cierta forma, y prefería ahorrarse más molestía.

Por eso, se había relajado y había dejado de pensar en eso, para pasar a pensar en el hecho de que SooBin no había aparecido habiendo pasado un día desde que tomó la decisión.

—¡Que delicioso! —salió de sus pensamientos con la voz de SeokJin, su hermano había ido ese día de nuevo a visitar, había ido veces anteriores pero no le había dado importancia.

—Lo sé, hace mucho no como de esto —dijo acercándose hacia la golosina que estaba comiendo su mayor, uno de los dulces coreanos que SooBin le había dado.

Habían demasiadas cosas, y necesitaba ayuda para comerlo.

Y con gusto, SeokJin lo ayudaría.

—¿Sabes YeonJun? Cómo tú hermano mayor, siempre te voy a aconsejar y respetar —habló SeokJin sabiendo ahora absolutamente todo lo que había pasado entre YeonJun y SooBin, y obviamente, sabía que todos los regalos eran del vampiro.

YeonJun lo escuchó atentamente, ese día le había dicho a su hermano su decisión.

—Yo no estoy del todo de acuerdo con tu decisión, Yeon, pero es tu vida, lo respeto y te apoyaré así como tú hiciste conmigo y mi relación con mi esposa —SeokJin le sonrió. YeonJun le correspondió.

Al principio, YeonJun odiaba a la esposa de SeokJin, no le agradaba y aún así, apoyó a su hermano en todo el proceso de casarse con ella, y hoy en día, eran buenos amigos, no podía llevarse mejor con la mujer.

—Gracias, hyung —agradeció sintiendo una agradable sensación en el pecho. El sentimiento de estar siendo apoyado, precisamente.

Alguien tocó la puerta.

—Deben ser ellas —dijo SeokJin arrojando a la basura el envoltorio de la golosina mientras YeonJun iba a abrir, encontrando en efecto, a su cuñada...

—¿Y SooYoung? —preguntó extrañado, a lo que la mujer solo señaló a un lado con una risa.

YeonJun salió hacia el pasillo encontrando a su sobrina, sobre la espalda de SooBin, intentando alcanzar una caja de fresas con chocolates mientras que SooBin solo evitaba que la agarrara, los dos entre risas.

—Tu hija está robando a ese vampiro, hazte cargo —dijo la mujer al ver a su esposo salir extrañado.

Los tres adultos se quedaron viendo la escena.

—¡Bien! ¡Tómala! —aceptó SooBin dándole la caja a la niña que festejó, quedándose sobre el vampiro.

—¡Oh, hola papi! ¡Hola tío! —la niña se removió y el vampiro la bajó de su espalda, SooYoung avanzó a los adultos como si nada.

SeokJin sabía que su hija había tenido roce con el vampiro, incluso llegó a hablar de él cuando volvió de su estadía con YeonJun, aún así, no quería a SooBin tan cerca de su familia. Y sabía que cuando su esposa supiera algo de SooBin, más allá de su trabajo como modelo, tampoco querría a SooYoung cerca de él.

YeonJun era una excepción gracias a su decisión, pero quería a SooBin lejos de SooYoung y su esposa.

Por eso, les pidió que fueran adentro, solamente quedando SooBin, YeonJun y SeokJin en el pasillo.

—Buenas tardes —saludó SooBin acercándose a ellos, YeonJun lo observó antes de mirar a SeokJin que solamente hizo un gesto con su cabeza.

—Él es mi hermano, SeokJin... Ya te he hablado de él —dijo YeonJun presentando vagamente a ambos hombres. SeokJin sujetó la mano de SooBin cuando este se la ofreció.

—Choi SooBin —dijo su nombre, sabiendo de inmediato que no le caía bien al hombre.

—Lo sé —SeokJin lo soltó, mirándolo directamente a los ojos— No estoy de acuerdo que estés cerca de mi hermano, siquiera estoy de acuerdo con que estés por ahí libremente.

—¿Ah sí? —SooBin cruzó los brazos y alzó una ceja.

—Aún así, respeto su decisión, y lo voy a apoyar dentro de lo que cabe. Solamente te pido, que no te acerques a mi hija, ni a mí esposa —YeonJun no podía hacer nada, eran palabras de SeokJin, y no había razón para detenerlo.

—Bien, de todas formas, el único que me interesa es él y no te preocupes, cuidaré bien de él, así como he hecho siempre —le dió una última mirada al hombre, y lo ignoró, siendo muy obvio el gesto facial. SooBin lo miró directamente a los ojos— Volveré más tarde.

—Está bien —aceptó mirando como el vampiro se devolvía en sus pasos, perdiéndose en el ascensor en segundos.

YeonJun agradeció ese gesto, suspiró mirando a su hermano.

—No lo soporto —bufó el hombre entrando al apartamento tras YeonJun.

Dentro, SooYoung empezó a ofrecer las fresas con chocolates a todos, el único que no comió fue SeokJin, que estaba aún irritado.

YeonJun solamente siguió hablando, compartiendo con las personas que habían ido, SeokJin uniéndose tiempo después.

No podía pedir más, SeokJin no estaba de acuerdo pero lo apoyaba y respetaba, eso estaba bien, lo aceptaba.

Por eso, le agradeció otra vez, antes de que se fueran, le agradeció por apoyarlo a pesar de todo, le agradeció por ir a visitarlo.

Todo estaba bien.

Solo faltaba BaekHyun y ChanYeol.

Al cerrar la puerta, suspiró mirando la caja con fresas cubiertas en chocolate, SooYoung había dicho que había que dejar dos especialmente para el vampiro.

Y eso, irritó más a SeokJin, aunque no era algo en lo que iba a pensar ahora.

Una llamada entró a su teléfono.

SooBin.

Esperó cinco segundos para atender.

—Hola.

¿Comiste algo? —preguntó el vampiro, YeonJun torció su boca.

—No, aún no...

Entonces arreglate, te llevaré a comer —dijo con una sonrisa— Te doy veinte minutos y estoy en tu puerta.

Bien —aceptó antes de colgar e irse a arreglar.

¿Había cedido muy fácil?

¿Le había facilitado las cosas a SooBin?

¿Estaba siendo un fácil?

Esas preguntas seguían dándole vueltas a su cabeza aún cuando estaba arreglándose para salir con SooBin.

¿Era una cita?

Maldita sea, si, era una cita.

¿Estaba haciendo lo correcto al sonreírle?

¿Estaba haciendo lo correcto justo ahora?

—Estás distraído —notó SooBin mientras conducía. YeonJun lo observó.

—Lo estoy —admitió. SooBin solamente suspiró mirando la calle.

—¿Acaso SeokJin te dijo algo malo? —preguntó bajando la ventanas, para que entrara algo de aire, el olfato de SooBin era agudo y el perfume de YeonJun estaba asfixiandolo.

Aunque le gustaba.

Y demasiado.

—No dijo nada malo —negó frunciendo el ceño— Solo estoy pensando... Si estoy haciendo lo correcto.

—Sigue tu corazón, YeonJun —le dijo mientras estacionaba frente a un restaurante— Si sigues a tu mente, tu corazón quedará triste y solo.

—Lo dices porque te conviene —soltó, mordiendo su lengua después al darse cuenta de que había pensado en voz alta.

—Lo sé, me conviene. Pero también lo digo porque es lo que yo he estado haciendo desde hace meses —le dijo antes de bajar, sabiendo que el abogado lo seguiría tarde o temprano.

Y en efecto, YeonJun bajó igualmente y lo siguió, caminando a su lado.

Tomaron asiento en una mesa, leyendo las cartas.

—¿Por qué tu nombre extranjero es Daniel? —preguntó SooBin a los segundos, cuando decidió que había sido mucho silencio.

YeonJun dejó la carta a un lado y apretó los labios, alzando los hombros.

—No lo sé... Fue el primero que pensé —dijo mirando la decoración del lugar, esquivando la mirada del vampiro que sonrió.

—Daniel es un nombre muy importante y significativo para mí, ¿sabes? —dijo ladeando la cabeza con la misma sonrisa.

—¿Enserio? —YeonJun sabía a qué se refería, obviamente que sabía, aún así, estaba fingiendo demencia.

SooBin rió aprovechándose de las manos de YeonJun en la mesa, tomó la derecha, el abogado lo observó.

—Ese fue el nombre que me pusiste... —empezó a contar, acariciando el dorso de la mano ajena.

De nuevo, el calor corporal de YeonJun chocando con el frío de las manos de SooBin.

La caricia en su dorso no cesó, y el contacto visual, no se rompió.

—Cuando dijiste estar enamorado de mi... —SooBin le sonrió, enseñando sus colmillos, sus ojos achicándose.

YeonJun sintió su corazón latir fuertemente.

—Y ahora, puedo decirte lo mismo —YeonJun apretó los labios sintiendo la caricia en su dorso— Daniel, estoy enamorado de ti —le dijo, en un tono suave, sincero y amoroso.

Choi SooBin sabía usar las palabras, sabía cómo hacer latir su corazón fuertemente.

Sabía cómo conquistarlo.

SooBin jaló suavemente su mano y besó el mismo lugar que estaba acariciando hace momentos antes de soltarlo, sabiendo que aún no tendría una respuesta a sus palabras.

Por eso, sintiéndose satisfecho con las mejillas sonrojadas de YeonJun y su corazón acelerado, alzó la mano para pedir la comida.

Y YeonJun sabía que estaba perdido, a pesar de todo lo que pensara, sabía que solo sería cuestión de tiempo para corresponder en voz alta los sentimientos de SooBin.

Porque si, ya lo había hecho en silencio.














[...]









La comida, estuvo increíble, deliciosa, ahora iban en el auto, SooBin indicándole que lo llevaría a un mirador.

—En Corea, nunca tuvimos una cita —rió YeonJun diciendo por primera vez en voz alta que era una cita. SooBin rió igualmente.

—Creo que la única que vez que tuvimos una fue cuando fuimos a la discoteca —recordó haciendo a YeonJun asentir— Te emborrachaste en ese tonto concurso...

—¡Pero ganamos! —se excusó también recordando. SooBin soltó una risa— Además, luego comí algo y se pasó...

—Y llegamos a casa, lo recuerdo —siguió hablando. Ambos se quedaron en silencio.

Ambos sabían lo que había pasado al llegar a casa.

Sexo.

Mucho sexo.

YeonJun carraspeó, sintiendo la tensión crearse, observó al frente.

—¿Ya llegamos? Es muy lindo —dijo con rapidez bajando del auto cuando este se detuvo, podía ver el atardecer, podía ver todos los edificios, las luces de los locales encenderse y apagarse aleatoriamente.

SooBin también bajó del auto, deteniéndose a su lado, apoyándose del capó del auto.

—Es hermoso... —murmuró YeonJun también apoyándose del auto, gozando de la vista, SooBin lo observó.

—Si, es hermoso —contestó sin referirse a la vista, pero YeonJun no lo sabía.

Ambos se quedaron unos segundos en silencio, no estaban incómodos, solo estaban en silencio, gozando de la vista.

—Tu estilista... ¿Cómo es él? —preguntó YeonJun luego del rato de silencio. SooBin lo observó, YeonJun no tenía intenciones de pelear, solamente quería saber.

—Es extranjero, rubio, es un vampiro... ¿Qué más podría decirte? —preguntó en medio de una risa— Es alto, un poco más alto que tú, y delgado... Tiene un parecido...—detuvo sus palabras al darse cuenta de lo que iba a decir. YeonJun lo observó.

—¿Se parece a mi? —preguntó con una pequeña sonrisa. No estaba molesto, seguía celoso, pero nuevamente, no era algo que SooBin debía saber.

—No —negó con su cabeza— Se parece a mi ex prometido —confesó mirando el cielo, luego la ciudad, la vista era simplemente hermosa.

YeonJun hizo una mueca, tal vez por eso se acostó con él, al revivir el recuerdo de su prometido difunto.

—¿Lo extrañas? —preguntó refiriéndose al prometido.

—No, eso fue hace años, créeme, demasiados años —rió— Solamente es una similitud de la que acabo de caer en cuenta —volteó a ver a YeonJun— ¿Por qué haces esas preguntas?

—Solo quiero saber... —contestó alzando los hombros. SooBin negó con su cabeza lentamente.

—Me gustas mucho, me fascinas, me encantas... Te amo, y demasiado, mi vista está siempre en ti, mi mente está enfocada en ti, todo de mi está enfocado en ti, YeonJun, no deberías porqué sentirte inseguro —le dijo. A lo que YeonJun, solamente cruzó los brazos, sintiendo aquel cosquilleo en su estómago.

—No me siento inseguro —negó con su cabeza. Inconscientemente empezó a mordisquear sus labios, SooBin lo notó.

El vampiro se acercó a él, sus hombros juntos.

SooBin alzó su mano izquierda, acercándola a su cara con lentitud, YeonJun se quedó quieto.

—No muerdas tus labios así... —habló en voz baja y grave, sabía muy bien el efecto que esa voz causaba en YeonJun, el abogado lo observó a los ojos— Haces que quiera besarte... —dijo, dirigiendo su mirada a los labios del abogado, este haciendo lo mismo.

Ambos veían los labios del otro.

YeonJun sintió la mano fría en su mentón, una caricia a su labio inferior con su pulgar.

SooBin se acercó unos centímetros más a él.

Sus alientos chocaron, solo tres centímetros separaban sus labios.

—Quiero ir a casa —habló YeonJun, desviando la mirada, SooBin se separó de él, con el ceño fruncido.

—Quedemonos un rato más —pidió buscando la mirada del abogado, pero este seguía viendo a otro lugar que no fuera SooBin.

YeonJun suspiró, asintiendo con lentidud, separándose un poco de él.

SooBin entendió. Relamió sus labios.

—No me acercaré más, YeonJun —le dijo, separándose del auto, caminando un poco, el cielo estaba naranja, un atardecer precioso, digno de una fotografía.

Aún así, YeonJun observó a SooBin, y SooBin observó a YeonJun.

Para SooBin, YeonJun era más hermoso e importante que un atardecer.

Para YeonJun, SooBin era ese atardecer que jamás quería que desapareciera, ese atardecer que quería grabar en sus memorias a fuego, un atardecer hipnotizante.

Eran el atardecer personal del otro.

Así como SooBin había dicho, no se acercó más a YeonJun, no buscó algún tipo de contacto en todo el rato que estuvieron en el mirador.

Cuando fue hora de irse, ambos le dieron una última mirada al paisaje, podía ver las luces, y el manto negro de la noche cubriendo la ciudad.

Iban en el auto, SooBin manejaba con calma, lento, y YeonJun no se quejaba por eso.

—¡Hay una sala de descanso con televisión y muchos sillones, es increíble! —en todo el camino de regreso, YeonJun se dedicó a contar todo con lo que su instituto contaba— Aunque no muchos la usamos, es un buen lugar.

—¿Y los profesores? ¿Cómo son? —preguntó SooBin sabiendo en cierta parte como era el interior del lugar, más no sobre sus trabajadores.

—Son algo... Intensos y mandones —rió mirando el camino— Aunque son geniales, puedes mantener conversación con ellos, e incluso algún tipo de vinculo amistoso. ¡Oh, mi profesor de división de finanzas es un vampiro! —recordó volteando a ver a SooBin que rió.

—Eso es genial —le dijo deteniéndose en un semáforo rojo. A YeonJun le encantaba hablar sobre su profesión, y su educación actual.

Y a SooBin, le encantaba escucharlo.

—Luego de este mes de vacaciones tendremos unas semanas para elegir nuestra rama —dijo sintiendo algo de calor, el auto estaba cerrado y al parecer a SooBin se le había olvidado encender el aire acondicionado— Podremos decidir si solo ejercer a humanos, o solo a vampiros, o a ambos.

—¿Tú qué elegirás? —preguntó el otro conduciendo de nuevo. YeonJun alzó los hombros.

—Aún no lo sé. Bin, ¿Puedes encender el aire? —dijo, sin pensarlo. Avergonzándose luego por el apodo, aunque SooBin solamente sonrió en grande y encendió el dichoso aire, en silencio.

YeonJun había entrado en tal estado de comodidad que no había parado de hablar y sus palabras salían mucho antes de que su mente las aprobara.

En todo ese transcurso se sintió como si fuesen la pareja de antes, se sintió como si solo fueran ellos dos, sin nada de lo que había pasado.

—Gracias —murmuró mirando el camino, ya estaban cerca.

—No hay de qué, príncipe —contestó SooBin manejando con la mejor sonrisa que tenía.


































El SooBin de este libro está mucho más romántico, lo sé y me encanta escribirlo así u.u

En mi país el capó del carro es la parte de adelante, en dónde está el motor y todas esas cosas, no sé si en sus países tendrá otro nombre :/

Trató de escribir lo más universal posible, pero aveces mi léxico venezolano sale a la luz JAJAJAJA

¿Que opinan de este capítulo?

The_Dark_Diamond

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