Capitulo 24
En una semana, ¿Qué podía pasar?
SooBin, recorrió los alrededores, conoció locales de comida, compró ropa, ya se había regado por las noticias que el modelo Choi SooBin andaba en Italia así que no le sorprendió tener que tomarse fotos con varias personas en la calle.
Ah, y por último, se compró un auto.
Era multimillonario, no era sorpresa.
En esa semana cumplió su promesa y no visitó más a YeonJun, tal vez si lo seguía en silencio hasta la universidad todas las mañanas, pero era para asegurarse que llegara a salvo.
La caja que le había dado seguía ahí, puesta a un lado de la puerta, pasaba todas las madrugas a ver si aunquesea el abogado había sacado algo, pero no, estaba intacto.
No lo negaría, le había dolido.
Eran las dos de la tarde, estaba estacionado a la salida del instituto de YeonJun, esperaría lo necesario para que el abogado saliera.
No pasaron ni veinte minutos cuando lo observó salir con una sonrisa del lugar, acompañado de Hyejin, la mujer hablándole y ampliando su sonrisa.
SooBin reaccionó y salió del auto, apoyándose de él luego, observando a YeonJun.
—¡Podemos descansar! ¡Ser felices como una lombrices! —festejó Hyejin. YeonJun rió avanzando.
—¿Cómo sabes que las lombrices son felices? —preguntó caminando, mirando a los demás estudiantes salir.
—Deberían ser felices, viven en tierra y tienen-... ¡Choi SooBin! —la mujer gritó emocionada señalando hacia un lado, YeonJun volteó conteniendo un bufido.
¿Qué hacia allí?
Hyejin le apretó el brazo de la emoción a YeonJun cuando el abogado solo quería irse, SooBin se acercó a ellos a pasos grandes y rápidos.
—Buenas tardes —saludó metiendo las manos en sus bolsillos. YeonJun rodó los ojos.
—¿Qué haces aquí? Quítate, me voy a mi casa —dijo tratando de rodearlo, pero SooBin volvió a pararse frente a él sin dejarlo pasar. Mientras, HyeJin solamente observaba embobada al famoso.
Bien, la mujer sabía algunas cosas que habían pasado entre su amigo y el vampiro, pero por la Luna era fan de Choi SooBin y tenerlo al frente era algo... Wow.
—Te dije que te daría ésta semana, ya acabaron tus clases, necesito hablar contigo —dijo alzando una mano para sujetarlo del brazo. YeonJun lo sacudió con molestia.
—Yo no necesito hablar contigo —contestó con el ceño fruncido. SooBin también frunció el ceño.
Ambos, ignoraban a HyeJin, tanto, que no notaron cuando la mujer se había ido.
—¿Ah si? ¿No quieres saber en lo más mínimo de mi plan para rescatarte? ¿No quieres saber nada de lo que pasó cuando estabas inconsciente? —preguntó el vampiro.
YeonJun le desvió la mirada, observando como los demás pasaban, algunos murmurando y otros tomando fotos.
—Bien —aceptó. La noche anterior no había dormido, por preguntas sin respuesta y ahora tenía la oportunidad de tenerlas. SooBin le sonrió de medio lado, dándose la vuelta para ir a su auto, YeonJun lo siguió.
—Vamos a un-...
—No —lo interrumpió YeonJun abriendo él mismo la puerta del auto, en el copiloto— Vamos a hablar en el mismo auto, terminamos y me voy a casa —aclaró cerrando la puerta, el aroma a nuevo llegó a su nariz, miró a SooBin pasar por el frente para subir al lugar del conductor.
Ambos estaban solos, en el auto.
YeonJun se sintió nervioso.
—¿Qué quieres preguntar? —preguntó SooBin dejando las manos en el volante, observándolo.
YeonJun se cruzó de brazos.
—¿Cómo me encontraste? —preguntó sin verlo, con la vista al frente.
—Escuché la voz de TaeMin en una llamada, sabía que él había venido de viaje a Europa, luego... Solamente me metí en las transacciones que habías hecho, supe el país —explicó sin quitarle la mirada de encima. YeonJun sentía su mirada sobre él, aún así, la mantuvo intacta al frente— Vine y esperé a que aparecieras en el banco, te seguí y supe en dónde vivías, estudiabas...
—¿Hace cuánto llegaste? —preguntó YeonJun mordisqueando su labio inferior mientras escuchaba la respuesta.
—Hace una semana y unos cuantos días —YeonJun asintió con su cabeza, mirando sus manos en su regazo pensando en su siguiente pregunta.
SooBin siguió mirándolo, paseando su vista por todas sus facciones, detallando.
—El día que SeungSuk me secuestró... ¿Cuál era tu dichoso plan? —preguntó acomodándose en el asiento. SooBin suspiró dejando sus manos en su regazo, arrojó su cabeza hacía atrás.
—Te expliqué que eras mi punto débil y lo sigues siendo. Lo único que podía hacer en ese momento fue mostrar nulo interés en ti, por eso dije que podría buscar otro, era parte del plan YeonJun, incluso el tardar al buscarte... SeungSuk no te hizo nada porque se lo creyó, ¿Crees que hubieses salido vivo? —preguntó. YeonJun negó con su cabeza.
—Aún así me mordió...
—¿Prefieres una mordida o perder la vida, YeonJun? Él te mordió como último recurso, sabiendo que yo cedería e iría por ti —explicó volteando a verlo— El resto ya lo sabes...
—Tengo una herida de diez centímetros en el abdomen, de ese día —habló el abogado. SooBin agachó la cabeza, asintiendo.
—Se salió de mis manos, perdóname.
—¿Él en verdad está muerto? —preguntó mirando sus manos en su regazo.
SooBin asintió, luego afirmó con la garganta debido a que el otro no lo estaba viendo.
—¿Me tienes miedo? —preguntó ésta vez SooBin. YeonJun casi le reclama por hacer preguntas, pero recordó que estaban ahí para eso.
El abogado miró por la ventana a su lado, volvió a mordisquear sus labios inconsientemente mientras pensaba en su respuesta.
—No te tengo miedo —sincero, así sonó, como la primera vez que se lo dijo. SooBin pareció haber botado un gran peso sobre si, pues se relajó en el asiento.
—Eso es... Bueno —dijo con una pequeña sonrisa. YeonJun alzó los hombros.
—Me voy —dijo el abogado con la mano en la puerta. SooBin se enderezó y lo tomó del brazo, deteniendo sus manos— Sueltame —dijo, sacudiendo su brazo para que el vampiro lo soltara, pero este solo lo vió a los ojos, manteniendo su agarre.
—¿Es todo lo que tienes que preguntar? ¿Qué hay de mi estilista? —preguntó. YeonJun chasqueó la lengua.
—¿Qué quieres que pregunte sobre él? Ya sé que eres un mentiroso, Choi —le contestó. SooBin frunció el ceño, manteniéndolo sentado en el lugar, usó su mano libre para activar los seguros del auto, YeonJun desde su lugar no podía abrir las puertas y el abogado se dió cuenta de ello segundos después.
—¿Yo? ¿Un mentiroso? —preguntó SooBin aún manteniendo el agarre en él, YeonJun lo observó a los ojos por primera vez en lo que llevaban de conversación.
—Si, eres un cabrón mentiroso, SooBin. Siquiera una simple promesa puedes cumplir, solo bastaron unos meses para que encontraras a ese estilista.
—No tenemos una relación.
—¿Y el sexo qué? —preguntó con el ceño fruncido.
—Fue una sola vez.
—Oh claro, ¿Cuántas rondas? —preguntó. YeonJun chasqueó la lengua y le dió un manotazo a la mano de SooBin para que lo soltara, obteniendo lo que quería.
SooBin lo soltó, si.
Pero arrancó el auto.
—¿Qué haces? ¡Te dije que no voy a ir a ningún lado! —gritó el abogado. SooBin apretó el volante en sus manos.
—Intenta abrir la puerta, vamos —animó sabiendo que YeonJun no podía y mucho menos estaría tan loco para pasarse sobre él y tocar el tablero, iban a gran velocidad.
—¡Me voy a lanzar sobre ti! —amenazó el abogado ladeando su cuerpo para estar por completo frente a SooBin que solamente sonrió.
YeonJun en ese momento no había visto las manos apretadas de SooBin en el volante, sus nudillos blancos.
El auto aumentó la velocidad.
—¿Crees que soy un mentiroso, YeonJun? —preguntó doblando a la derecha con rapidez, el abogado se sostuvo del tablero, con el ceño fruncido.
—¡Es obvio! —contestó.
—Prometí hacerme cargo de tus estudios, y financiar todo lo que tuviera que ver con vivir fuera de Corea, mírate, estás estudiando en Italia, con dinero para sobrevivir un año entero con lujos incluídos. Prometí hacerme cargo de cualquier daño, te dí la mejor habitación de la clínica, con todos los cuidados necesarios. Prometí amarte, y lo sigo haciendo —habló con los dientes apretados, molesto por ser tachado de mentiroso.
YeonJun miró el camino, lo rápido que iban.
No estaba asustado.
—¡Dime una maldita promesa que no haya cumplido, YeonJun! —gritó el vampiro ante el silencio— Si es por mi estilista que me tachas de mentiroso, ¿Qué hay de ti y TaeMin? Estoy seguro que se acostaron —el abogado lo observó unos segundos y desvió la mirada al camino. SooBin no baja la velocidad y cada vez se iba más lejos de donde él vivía.
—Si, me acosté con él, una sola vez —se quiso morder la lengua, SooBin relamió sus labios.
—Bien, estamos a mano —dijo tocando la bocina a varios peatones, SooBin pisó el acelerador con fuerza. YeonJun lo observó confundido— Los dos tuvimos sexo con personas diferentes, y está bien, supongo que tú no pensabas en volver a verme, en ese momento no éramos nada.
—Seguimos sin ser nada —contestó el abogado. SooBin tomó aire profundamente.
—Entonces, así como yo no puedo recriminarte lo de TaeMin, tú no puedes decirme nada de Kai —aclaró observándolo solo unos segundos. YeonJun se cruzó de brazos.
—Bien —estuvo de acuerdo a pesar de ser consiente de la espina de celos clavada en su pecho.
SooBin reguló la velocidad, ahora iban a una velocidad normal, de un auto común y no de un auto que iba de escape.
—Y no soy un cabrón mentiroso, YeonJun, lo sabes. Hasta prometí buscarte y mírame, en Italia tratando de enmendar las cosas contigo —dijo sabiendo muy bien que tenía la razón. YeonJun lo observó con el ceño fruncido, dándose cuenta apenas de sus ojos carmesí— El día que te ví en la clínica, ¿Por qué no me diste el abrazo? —preguntó el modelo, retomando la vía hacia el edificio en dónde ambos vivían.
Aunque YeonJun no debía saberlo aún.
YeonJun obviamente tenía esa respuesta desde hace tiempo, pero no la diría, no contestaría.
—¿No vas a contestar? Bien —SooBin asintió varias veces con la cabeza.
YeonJun apretó los labios.
Quería decirlo, pero debía contenerse.
—Quiero que sepas, que voy a hacer hasta lo imposible por volver contigo, y que, como sabes, tengo mi límite —habló SooBin conduciendo lento. YeonJun arqueó una ceja.
—¿Me estás amenazando para volver contigo?
—No, solo quiero que sepas que en cualquier momento voy a dejar de ser un caballero —dijo, YeonJun recordó que le había dicho algo parecido en Corea.
YeonJun negó con su cabeza.
—¡Hazlo! No me importa que dejes de ser un caballero o la mierda que digas, SooBin, no quiero nada contigo, no quiero tener una relación contigo otra vez, y no quiero nada que tenga que ver contigo —dijo, el vampiro lo observó con sus ojos carmesí, YeonJun no le desvió la mirada.
—Entonces devuélveme el dinero —contestó. YeonJun frunció aún más el ceño— Si no quieres nada que tenga que ver conmigo, devuélveme el dinero.
—Estás loco, ¡Déjame bajar! —gritó, furioso, YeonJun ya siquiera sabía que posición tomar. No sabía simplemente como reaccionar a ese SooBin.
El auto ya iba a una velocidad baja, incluso podía ver su edificio cerca.
Por eso, se alzó en su asiento y pasó por encima de SooBin para tocar el tablero, el vampiro frenó el auto y lo sostuvo de la cintura para que no llegara al tablero.
—¡Suéltame! ¡Estás loco, siquiera piensas bien! —le gritó tratando de hacerlo a un lado para tocar el tablero, SooBin lo seguía sujetando, empujándolo hacia su lugar, pero YeonJun seguía insistiendo, hasta que en un empujón del abogado, el modelo quedó entre la puerta del auto y él.
Estaban cerca, muy cerca.
—Tú eres el que no piensa bien, YeonJun —dijo el modelo sosteniendo su cintura, YeonJun se sostuvo de la ventanilla cerrada, mirando hacia abajo para poder ver a SooBin— Tu aún estás enamorado de mi, y te estoy resolviendo todas tus dudas para que solo te concentres en tus sentimientos, porque sé que tú corazón late por mi.
—No quiero nada contigo —repitió el abogado, sonando inseguro. Le sacó una carcajada a SooBin, el vampiro lo sostuvo con más firmeza de la cintura.
—Suena como si te estuvieras autoconvenciendo —dijo conservando la sonrisa. YeonJun quiso alejarse, pero SooBin lo seguía sosteniendo con fuerza— El día que me digas que me quieres lejos, me iré, el día que me digas que no me amas, yo me alejaré. El maldito día que me digas, Choi YeonJun, que me digas de verdad que me quieres lejos y no quieres una relación conmigo, me iré, pero ahora, son puras mentiras tuyas, y te voy a seguir todos los días, hasta que abras los ojos y aceptes que me sigues amando.
—Te odio —soltó el abogado sin poder defenderse de esas palabras que solo, decían la verdad.
—Te amo —y SooBin, aún con sus ojos carmesí, le sonrió, mostrando sus hoyuelos.
—Me quiero ir —soltó. YeonJun se deshizo del agarre con rapidez, SooBin lo dejó ir, presionando el botón que quitaba el seguro de todas las puertas.
YeonJun salió de ahí como alma que lleva el diablo, cerró la puerta, se dió la media vuelta y se fué.
SooBin gruñó, dejando su frente apoyada en el volante.
Había salido relativamente bien, ¿no?
En estos capítulos, YeonJun será un personaje que pasará por muchos cambios de decisión, de humor, de palabras, y espero puedan entenderlo :(
Pronto el SooJun estará juntito, solo denles tiempo (más que todo a YeonYe)
¿Qué opinan?
Hace falta como lemon en este Fic, ¿No creen? O.O
The_Dark_Diamond
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