Capitulo 22
Al día siguiente.
SooBin estaba ansioso, demasiado para ser normal. Ya había estado persiguiendo a YeonJun todos los días, estaba en el penthouse completamente mudado y con la suficiente información para que YeonJun no volviera a escapar.
Por eso, con una sonrisa de emoción, decidió que ya era hora de dejar de ser una sombra y que YeonJun supiera que estaba ahí, buscándolo, y con la intención de arreglar las cosas.
No sabía en dónde era el almuerzo.
Por eso, se arregló horas antes para la ocasión, intencionalmente, se arregló con las mismas ropas que usó la vez que fueron a la discoteca, completamente de negro, pantalones y camisa de seda negra, sus zapatos casuales, negros. Y la joyería se basaban en un reloj y una simple y aquella cadena dorada que había comprado el día anterior.
Peinó su cabello con sus manos y se colocó perfume, inundando su habitación con el aroma.
Se miró al espejo.
—Perfecto —sonrió y sin más, bajó hasta el piso de YeonJun, escuchó al abogado hablar por teléfono.
—Si, TaeMin, voy a ir... —escuchó una carcajada— ¡Bien! ¡Déjame arreglarme! Nos vemos en una hora —lo escuchó colgar el teléfono. SooBin hizo una mueca, debía esperar una hora.
Bueno, la podía usar para pensar en su plan.
¿Cuál era su plan?
Aún no tenía plan.
[...]
—Aún no terminamos los intensivos y siento que voy a morir —dijo YeonJun con los brazos cruzados, desparramado en la silla y con expresión cansada.
Estaban en un restaurante casero, algo sencillo pero con el aroma a comida haciendo rugir el estómago de los comensales.
—Aún así, viniste a almorzar conmigo —señaló TaeMin con una sonrisa encantadora, YeonJun asintió.
—No podía negarme a una comida, mucho menos contigo.
—¿Me estás coqueteando? —TaeMin bromeó, YeonJun solamente rió negando con su cabeza.
SooBin estaba cuatro mesas atrás, nadie lo había visto entrar, y YeonJun le estaba dando la espalda.
No soportaba la conversación, aún así, estaba tranquilo, sentado.
YeonJun suspiró mirando la lista de comida, leyendo con facilidad.
Aún le quedaba una semana más de intensivo antes de tener un mes de vacaciones, estaba algo cansado pero era lo común, ya había pasado por eso y esta vez, sabía cómo manejarlo mejor.
Observó a TaeMin, él siempre tendía a ser el primera en pedir, pero ahora estaba solo observando la carta y observándolo aveces a él.
—Si tú no pides, yo pediré —dijo alzando una mano con cuidado para llamar la atención de alguno de los meseros— Llevamos una hora aquí solo hablando, TaeMin, tengo hambre —se quejó mientras seguía intentando obtener la atención de cualquier mesero.
TaeMin frunció el ceño, ¿Una hora?
El tiempo pasaba rápido.
Para cuándo el mesero llegó, TaeMin se decidió rápido a lo que pediría.
—Que extraño —dijo TaeMin con una mueca cuando el mesero se fué.
—¿Qué?
—Pediste pasta a la carbonara solamente, pensé que también pedirías ensalada César o algo así —comentó haciendo a YeonJun alzar los hombros.
—Es suficiente con la pasta —contestó.
SooBin, en su lugar, sonrió bajo su barbijo.
Así que pasta a la carbonara, la primera vez que la comió fue en el yate, preparada por él y ahora mírenlo, pidiendo pasta a la carbonara.
Se distrajo un poco mirando la carta y teniendo recuerdos, que no cayó en cuenta que ambos ya estaban hablando de algo que le interesaba, y mucho.
—¿SooBin? No lo sé, no sé de él y no quiero saber —contestó YeonJun, mirando al mesero que traía sus pedidos. TaeMin asintió lentamente.
SooBin frunció el ceño.
—Entonces... ¿Ya no te importa?
—No, no me importa.
—¿Ya no piensas en él?
—TaeMin, ¿Por qué preguntas esto? —preguntó YeonJun cruzándose de brazos, el mesero dejó sus respectivos almuerzos frente a cada uno, recibiendo un agradecimiento.
TaeMin se removió en su asiento incómodo por la mirada de YeonJun.
—Quería saberlo, nada más —contestó alzando los hombros.
—Tae, escúchame... A pesar de que ya no tenga nada que ver con SooBin, no estoy para una relación, no quiero, y tú... ¡Eres mi amigo! No puedo verte como una pareja, lo siento —dijo antes de empezar comer en silencio.
Y cuatro mesas más atrás, SooBin estaba riendo en silencio.
Estaba disfrutando el rechazo a TaeMin, y demasiado.
Los observó comer en silencio, compartiendo una que otra palabra corta, se había vuelto incómodo con el pasar de los segundos, hasta para SooBin que estaba más lejos.
Aún así, a los minutos, YeonJun siguió hablando como si nada, animando un poco a TaeMin.
Ya estaban a nada de terminar su comida.
SooBin esperó pacientemente, mirando solamente el plato de YeonJun, esperó tres bocados más para que el plato estuviera vacío, alzó la mano y esperó a que un mesero fuera con él.
La mujer que fue a atenderlo se inclinó para escucharlo, asintiendo a todas las indicaciones, y agradeciendo en grande cuando SooBin le dió una buena propina.
El modelo sacó su teléfono, buscó los contactos, el principal era el número de YeonJun.
Solo tenía una llamada, YeonJun no conocía su número nuevo, así que atendería.
Por otro lado, YeonJun y TaeMin agradecieron cuando los platos vacíos fueron quitados de la mesa, quedaron en reposar unos segundos e ir a caminar.
A pesar de todo, siguieron hablando de temas comunes, pasando la incomodidad de antes.
Una mesera se acercó a YeonJun, con un postre especial.
Dicha bebida era una copa, adentro tenía brownie, helado, algo de licor, y una decoración con crema batida y sirope de chocolate. Estaba en la lista de postres, y SooBin sabía que YeonJun lo amaría.
—Disculpe, no pedí esto —dijo a la mujer pensando que se había equivocado de mesa.
—Lo sé, se lo manda otro comensal —explicó la mujer extendiendo una servilleta doblada, antes de retirarse, sin decir más nada, así como le había pedido el vampiro.
YeonJun observó el postre, luego a TaeMin.
—Tienes un admirador —bromeó el otro, ambos empezaron a ver disimuladamente a las personas del lugar, todos estaban metidos en lo suyo, nadie veía a esa mesa, todos tenían la vista en sus comidas, y otros en las cartas.
YeonJun frunció el ceño.
—Es... Extraño... —dijo mirando el postre frente a él.
Su teléfono sonó.
Número desconocido.
—¿Hola? —YeonJun contestó el teléfono, tomando la servilleta con su mano mano libre.
La abrió con cuidado, leyendo lo que decía.
“Estoy enamorado de ti, Daniel.”
Su corazón latió a mil por hora, observó a TaeMin, no, no podía ser él.
Volvió a observar a los demás comensales, por la línea, se escuchó una risa.
Esa risa, era inconfundible.
—Cariño, estoy justo aquí —su cuerpo se congeló unos segundos, su corazón bombeó aún más rápido.
Volteó la mirada, cuatro mesas más atrás, uno de los comensales que tenía la cabeza metida en la carta, pero que ahora sostenía el teléfono y lo observaba, con la cara completamente destapada, vestido de negro y sonriéndole, mostrando un par de colmillos.
Choi SooBin estaba ahí.
—Prometí que te buscaría, y aquí estoy —escuchó por su teléfono. SooBin se levantó de la silla, empezó a caminar hacia él.
Quería irse, quería correr, pero su cuerpo no respondía.
—YeonJun, reacciona —le dijo TaeMin, sacudiendo un poco su brazo.
YeonJun se levantó de la silla, observando a SooBin, retrocedió un par de pasos cuando el vampiro estuvo cerca.
Su pulso se aceleró, su corazón parecía a punto de salir de su pecho.
—¿Cómo me encontraste? —preguntó, aún con la llamada en curso, y el teléfono en su oreja. SooBin le sonrió, colgando la llamada, alzó su mano libre y acarició su mejilla.
YeonJun sintió de nuevo, sus dedos fríos, pero su toque dulce.
Con ese frío en su mejilla, su cuerpo reaccionó.
Le dió un manotazo, y frunció el ceño.
—¿Qué haces aquí? ¿¡Cómo me encontraste!? —le gritó en medio del restaurante, llamando la atención de los comensales, SooBin miró unos segundos a los lados antes de acercarse aún más a YeonJun, que retrocedió— ¡No te me acerques!
—YeonJun escúchame...
—No quiero escuchar nada, SooBin —lo cortó, hablando entre dientes— Y no te quiero ver, perdiste tu tiempo viniendo para acá —y sin más, YeonJun se dió la vuelta, saliendo del local a paso rápido, TaeMin se levantó para seguirlo pero un brazo lo detuvo.
—Ni te metas, TaeMin —le gruñó el vampiro antes de irse igual de apurado que YeonJun.
YeonJun caminó con rapidez, dejó a TaeMin y a SooBin atrás, empezó a avanzar rápidamente por las calles de Italia, escapando de nuevo de Choi SooBin.
¿Cómo lo había encontrado? ¿Cómo supo...
Escuchó pasos detrás de él, volteó unos segundos.
SooBin iba tras él.
Trató de ir más rápido, esquivando personas, y dando disculpas cuando chocaba con alguien, entró a una avenida, había muchísima más gente, cada cierto tiempo, volteaba, y veía a SooBin cada vez más lejos.
Pensó que estaba a nada de perderlo, sin saber que SooBin avanzó aún más su paso, y logró casi pisarle los talones, fue demasiado tarde para YeonJun volver a tomar el ritmo.
Sintió un agarre fuerte en su brazo, seguido de un jaloneo.
—¡Déjame! ¡Suéltame! —gritó alejándose del vampiro que solo refunfuñó algo por lo bajo, soltándolo— ¿Cómo supiste en dónde estoy? Maldita sea.
—Fue más fácil de lo que piensas, cariño —informó el vampiro con una pequeña sonrisa.
—¿¡Cariño!? ¡No tienes ningún derecho de llamarme así! No somos nada, Choi SooBin —señaló viéndose realmente molesto.
—Pero podemos serlo todo, otra vez, YeonJun —habló con voz firme, el abogado lo observó solamente— ¿Crees que vine aquí para qué? Vine para enmendar las cosas.
—Pues yo no quiero enmendar nada, puedes quedarte en Corea junto a tu estilista y yo hago mi vida aquí —contestó conservando su tono molesto. SooBin se cruzó de brazos y se inclinó hacia él, YeonJun se quedó en su lugar, apretando sus manos hasta hacerlas puños.
SooBin soltó una pequeña risa, su aliento chocó con la cara del abogado por la cercanía.
—No me voy a ir sin ti, YeonJun —afirmó aún sonriente— Y no me importa si te vas a Rusia, si te vas a Australia, a México, o a cualquier otro país, voy a ir, te voy a encontrar y voy a hacer lo mismo que estoy haciendo justo ahora.
—¿Por qué simplemente no lo superas? ¿Por qué simplemente no sigues con tu vida? —preguntó bajando solo un poco la voz.
—Porque te amo —hubo un silencio, solamente el ruido común de las calles haciendo el ambiente. YeonJun lo observó a los ojos, soltó una risa.
—¿Qué clase de amor ofreces tu? ¡Mira a lo que me hiciste llegar! —YeonJun retomó su voz alta y molesta, señalando su alrededor— ¡Me vine a otro país por tu culpa! ¡Tengo cicatrices y por tu culpa! ¡Tengo que renovar mi título y por tú culpa! ¡Siquiera cumpliste las promesas que me hiciste! ¿¡Y quieres que vuelva a confiar en ti!? —el vampiro frente a él gruñó con el ceño fruncido, SooBin lo sujetó de las muñecas, dándoles la vuelta a ambos cuerpos. YeonJun sintió su espalda chocar con la pared, jadeó por el impacto, quiso forcejear pero SooBin lo sujetaba con demasiada fuerza.
—¿Sabes cómo fueron las cosas en realidad? ¿Tu sabes acaso cuál era mi maldito plan? —SooBin también empezó a hablar con tono molesto, YeonJun lo observó fijamente— Si soy responsable de tus cicatrices, y lo lamento, pero no seas un desgraciado y me culpes de todo sin saber ni el cincuenta por ciento de las cosas, ¿Te has puesto siquiera a pensar en mi? ¿Te has puesto a pensar en cómo me siento? ¡Dime, YeonJun! ¿Acaso te has puesto a pensar en lo miserable que me sentí cuando supe que habías escapado?
—¿¡Cómo no querías que escapara, SooBin!? —gritó con todas sus fuerzas, SooBin se aturdió un poco y aflojó el agarre.
YeonJun aprovechó la oportunidad y lo empujó.
Eran demasiados reclamos, muchos sentimientos mezclados, muchas emociones.
—Sí pensé en ti, SooBin, pensé en como te sentías y en lo que posiblemente estuvieras pasando en tus meses de arresto, pero también pensé en el daño que me hiciste —confesó, ahora ambos estaban separados, observándose— Y me arrepiento, SooBin, me arrepiento de haber aceptado tu caso, me arrepiento de besarte ese día en el yate, me arrepiento de absolutamente todo lo que pasó entre nosotros. Me arrepiento de confiar mi corazón y vida a alguien como tú —los ojos de SooBin cambiaron a rojo carmesí, el vampiro solamente lo observó unos segundos.
SooBin se acercó solo unos cuantos pasos más a él, quedando a una distancia prudente.
YeonJun alzó un poco la cabeza para verlo.
—¿Alguien como yo? ¿Te arrepientes de amar a este vampiro imbécil que estuvo y está dispuesto a dar todo, incluso su vida por protegerte? —SooBin solo rió unos segundos después de hablar— Si estuvieses siendo sincero, me dolería, pero te conozco bien, YeonJun, así como conozco cada centímetro de tu cuerpo, conozco cuando mientes y sé que no te arrepientes de nada, y tal vez estés molesto, pero sigues amándome, porque si no fuese así...—SooBin alzó su dedo índice, tocando apenas el collar del abogado que solo abrió la boca, pero nada salió— No llevarías el collar que te regalé —y se separó, dejando que YeonJun se fuera a paso rápido, siendo suficiente para ser el primer encuentro después de mucho.
Cerró los ojos unos segundos, suspiró.
No pensó que el primer encuentro fuese así, y supo que volver a la pareja que eran antes, costaría mucho.
Pero no sé rendiría.
Jamás lo haría, mucho menos con Choi YeonJun.
Puede que no haya Sido lo que esperaban :( pero decidí hacerlo así porque tampoco iban a caerse a golpes y tampoco iban a verse, besarse y tener cinco hijos. Creo que fue lo indicado, a mí me gustó mucho en lo personal.
Son libres de opinar!
Nos veremos en el siguiente capítulo!
No se olviden que amo leer lo que opinan, comenten!
The_Dark_Diamond
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