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Capítulo 1

Actualidad.





SooBin pudo alimentarse, lo hizo lo más rápido que pudo, esta vez sin importar que toda su ropa se ensuciara y su cara se viera manchada, tuvo que emprender camino de inmediato a la dirección que Hye le había pasado, Seong-Suk había mordido a YeonJun justo sobre la marca, era algo delicado, estaba celoso, alterado y furioso.

Condujo lo suficiente hasta llegar a una zona de puro césped, dejó su auto ahí, debía seguir unos cuantos metros a pié. No perdió tiempo y empezó a correr, la daga de ChanYeol apretada en su mano derecha, a lo lejos pudo ver un edificio abandonado, lo reconoció al instante.

Estaba igual a como lo recordaba de niño, la fachada era la misma, puede que por dentro no lo fuera, pero era lo suficiente para él.

Se detuvo en la entrada principal, se desvió a la derecha y trepó unos cuantos ladrillos hasta llegar al segundo piso, entró por lo que seguía una ventana, sus zapatos resonando por la tierra, el polvo llegando a sus fosas nasales y el eco haciéndose presente.

Tardaste... Cuenta... —escuchó a lo lejos, un eco venir del piso de arriba, empezó a caminar, con todos sus sentidos alerta, pudo escuchar a Hye, pudo escuchar la risa de Seong-Suk, recordaba bien que entre el segundo y tercer piso la única manera de subir era escalando, por eso, no se tomó el tiempo de buscar una escalera y se acercó a una viga, un hueco estrecho arriba, por ahí debía subir.

Apretó la daga en su boca y se sostuvo de una vieja viga para poder subir al tercer piso, su cuerpo pasó por el estrecho hueco gracias a su contextura delgada.

Apoyó el pié para terminar de subir, sus manos raspando en el suelo, y la viga haciendo el suficiente eco al doblarse por su peso.

Se escuchó el eco en ese piso seguido de unas palabras.

¡Sabía!... Alterado... Choi —fue lo que pudo oír, aún estaba lejos de Seong-Suk, tomó la daga con su mano derecha y empezó a caminar por el pasillo, miró unas feas y viejas escaleras para subir al cuarto piso, recordó que todo el cuarto piso tenía algunos vidrios en el medio del pasillo.

Volvió a subir por la viga, esta vez no hubo ruido, agradeció que no hubiera sonado, empezó a trotar por el pasillo, duró unos segundos y, en efecto, habían algunos tachones de vidrio ahí, tal vez para una pensada ventana, quién sabe.

Tomó uno, estaba roto, con filo, era del tamaño de su mano lo único que se podía ver era al filo sucio salir de sus dedos.

Caminó y miró una salida al piso de abajo, asomó su cabeza, su cabello sufriendo el efecto de la gravedad, su frente descubierta y sus ojos rojos lanzando Miles de dagas a Choi Seong-Suk.

—¡Hasta que llegas! —dijo Seong-Suk, apoyado en la pared mirando a esa dirección, le sonrió malicioso, SooBin aprovechó su altura y saltó del cuatro al tercer piso, no era mucha pero sus piernas largas le ayudaba mucho.

Hye también lo observó, la mujer lucía demasiado elegante como para una pelea, pantalones de vestir negros algo holgados, camisa a botones blanca y unos tacones que parecían ser lo más incómodo en ese momento, pero para Hye estaba perfecto.

SooBin sonrió sin mostrar los dientes, hipócrita.

—A lo que vinimos, Seong-Suk —dijo, de reojo observó a YeonJun, inconsciente en el suelo.

—Estás algo apurado —opinó Seong-Suk acercándose a pasos lentos, SooBin estaba atento a sus movimientos- Pensé que no te interesaba el abogado.

—Quiero terminar con esto de una buena vez, y no puedo estar en paz si mandas hombres a mi casa —contestó, estirando el vidrio a Seong-Suk, el hombre lo observó y tomó el vidrio entre sus dedos, sonrió.

—No los envié yo —negó Seong-Suk. Hye retrocedió en sus pasos y se agachó a un lado de YeonJun, palmeando su mejilla, intentando que la consciencia volviera en él.

—¿Quién fué entonces? —preguntó mirándolo por sobre su hombro, la tensión era palpable, el pasillo estrecho, la rocosidad del lugar abandonado siendo presente con cada paso.

Uno de los dos moriría en ese sucio edificio abandonado, SooBin estaba consiente.

Seong-Suk alzó sus hombros, aún con un gesto tan simple viéndose tan elegante, sus movimientos se detuvieron, hombro a hombro.

—Dime tus últimas palabras, así puedo plasmarlas en tu tumba a un lado de la de tu madre o bueno, de tus dos madres —se burló, con aires de grandeza y la seguridad en él.

Porque Seong-Suk sería el vencedor, él lo pensaba así, pensaba en la debilidad que SooBin demostró todos esos años, en la parte sumisa de él que siempre amó doblegar y utilizar, contaba con eso, contaba con la nula agresividad de SooBin.

Pero no contaba con el lado que siempre suprimió y nunca, dejó salir a la luz.

Un vampiro amenazado, furioso, con rencores y una inmensa ira acumulada lo último que haría era detenerse en una pelea. SooBin se había controlado todos esos años, pero ese día no lo haría, no en el último juicio.

No cuando tenía la oportunidad que tanto soñó y luego hizo realidad, SooBin ya no era sumiso, ya no era pacífico, y nunca lo había sido, solamente había rendido honor a la crianza de una mujer que, al final del día, no era su verdadera madre.

Recordó todas las injusticias, de adolescente, de adulto, todo lo que Seong-Suk le hizo hasta no hace mucho.

Recordó el daño a YeonJun.

Miró al abogado que de a poco despertaba, YeonJun tomó asiento en el suelo, mostrando el lado de su cuello herido.

Seong-Suk había herido a YeonJun, lo tenía claro desde que corrió hasta allí, pero una cosa era saber y otra ver.

Su amor, la única persona viva que amaba y causaba sensaciones nuevas o no tan nuevas en él, herida y convaleciente frente a sus ojos, por su culpa, por culpa de Seong-Suk.

¿Por qué Seong-Suk no lo dejó cuando supo que no eran hermanos?

No quiso pensar en eso, no cuando sus ojos se encontraron con los de YeonJun.

Los labios del abogado se movieron en un pequeño susurro que al parecer solo él escuchó.

Porque estaban conectados. SooBin lo sabía.

Estás aquí. Fue lo que dijo con sus labios maltratados, cada vez más pálidos.

Cariño, estoy aquí. Pensó mucho antes de lanzarse al ataque.

Seong-Suk no tardó en darle respuesta, SooBin lo estampó contra la pared, la daga encajándose en la pared rocosa, Seong-Suk se agachó y trató de encajar el vidrio en su abdomen recibiendo una patada en su mejilla.

Garras y colmillos afuera.

Hye tomó ambas mejillas de YeonJun, llamando su atención.

—Levántate —le dijo, ella hizo la acción tomándolo de un brazo para ayudarlo.

Seong-Suk gruñó y lanzó su puño contra la cara de SooBin, este detuvo su puño y encajó sus colmillos en la muñeca con agresividad, sus ojos encontrados al momento de que la piel fue desprendida con sus propias manos.

Seong-Suk no se quedó atrás y les dió la vuelta, el vidrio en sus manos encajándose en el brazo ajeno, lo sostuvo del cuello sin piedad encajando sus uñas en la piel blanquecina, con una sonrisa cínica giró el vidrio en el brazo ajeno, un sonido viscoso y desgarrado llenando el lugar.

SooBin gruñó y lanzó un zarpazo directo a la cara ajena, logró quitarle visibilidad a Seong-Suk que en respuesta, empujó más el vidrio, lo más que podía, más SooBin en medio de un grito de dolor, uso sus dos manos para sostener las muñecas de su rival, forcejeando unos segundos.

Seong-Suk retrocedió, una mano cubriendo su ojo derecho, la sangre brotando de ahí, su muñeca también sangrando, la piel levantada y arrancada como si no fuese nada.

SooBin se levantó del suelo, el vidrio quedándose ahí, no quiso quitarlo.

Empuñó la daga y corrió hacia Seong-Suk sin esperar que este corriera al sentido contrario, directo a YeonJun que apenas estaba empezando a caminar junto a Hye, la cual no hizo la más mínima cosa para evitar que Seong-Suk lo sujetara del cuello y estampara en la pared rocosa.

No contaba con nadie.

SooBin detuvo su correr y miró a Seong-Suk, entendió lo que hacía.

Estaba tomando ese tiempo para recuperarse.

SooBin no lo dejaría recuperarse, no terminarían nunca si era así.

Tras Seong-Suk había unas escaleras, no se tomó el tiempo de pensarlo y corrió, empujándolo a él y a YeonJun por las escaleras.

Sujetó a YeonJun del brazo y lo jaló hacia él, pegándolo a su pecho, perdió el equilibrio y los dos cayeron por las rocosas y viejas escaleras, SooBin lo rodeó con sus brazos, recibiendo la mayoría de golpes y rasguños.

Cuando llegaron al piso de abajo, YeonJun intentó pararse, más consiente y asustado, pero SooBin lo volvió a abrazar contra él, agarrándolo de la nuca para que escondiera la cabeza en su pecho.

Con rapidez, SooBin les dió la vuelta, recibiendo el golpe de una viga en la espalda, volteó por sobre su hombro y se levantó con rapidez, esquivando los golpes de la viga, recibió uno justo en el vidrio en su brazo, no evitó gritar de dolor.

Seong-Suk carcajeó por eso.

Se recuperó con rapidez, deteniendo la viga con su mano izquierda, la derecha empuñó la daga con fuerza y seguridad. Seong-Suk se encogió por la puñalada en su abdomen.

SooBin le quitó el poder de la viga, arrojándola a sus espaldas, Seong-Suk encajó sus colmillos en él, su hombro ardiendo, lo empujó contra la pared dándole vuelta a la daga, el sonido desagradable llenando el lugar.

YeonJun estaba en una esquina, temeroso y sin tener idea de dónde estaba o cómo podía salir de ahí.

Apretó sus ojos para no ver la escena frente a él, su cuello quemaba y dolía, sangraba y no sabía bien si eran sus brazos y su cuello, su cuerpo dolía demasiado, estaba sudando, sentía dificultad para respirar.

Tenía miedo, estaba desesperado, alterado.

Abrió los ojos.

SooBin gruñó sacando la daga y enterrándola de nuevo, una y otra vez, su otra mano sujetando del cuello a quien pensó muchos años era su hermano, Seong-Suk forcejeando y gruñendo de dolor, una de sus manos lanzó un zarpazo, SooBin de inmediato retrocedió sujetando su ojo derecho.

El modelo miró a Seong-Suk, le dió una sonrisa que no era amable ni mucho menos, una sonrisa de disfrute y altanería que dejó helado a YeonJun.

Seong-Suk no pudo ponerse de pié, claro que no, estaba muy herido y no tenía suficiente fuerza para recuperarse en ese momento.

Apretó su abdomen, todas las heridas y la daga a un costado, sus manos llenandose de sangre. Miró a SooBin, con odio y un fuego de maldad ardiendo en sus ojos.

—No veo tu sonrisa, hermano —se burló devolviendo la sonrisa con la que cualquier persona se asustaría.

Estaba despeinado, sudado, ensangrentado, su ojo sangrando, el líquido obviamente deslizándose hacia su mejilla y labios dándole a su sonrisa de colmillos afilados el toque que daba verdadero miedo.

SooBin miró su mano, ensangrentada, su ojo empezó a llorar solo, ardía, dolía.

Buscó la viga con la mirada, estaba a un lado de YeonJun.

Se acercó y se agachó, su expresión ahora era neutral.

YeonJun jadeó asustado tratando de retroceder más, pero era en vano, ya estaba pegado por completo a la pared.

—Te sacaré de aquí —prometió el vampiro frente a él, estaba ensangrentado, su ojo derecho sangrando y llorando, sus colmillos y labios con restos de sangre, no había lugar en dónde no hubiera rasguños, heridas o sangre.

—N-no eres SooBin... —negó asustado, el modelo quiso hablarle, quiso responder, pero volteó de inmediato cuando escuchó pasos, golpeó la viga en las rodillas de Seong-Suk y se alzó para tomarlo del cuello, pero el otro fue más rápido y encajó la daga en uno de sus costados, la sacó y con una rápida llave pateó la herida recién hecha, arrojándolo al suelo a qué se retorciera de dolor.

Seong-Suk sonrió escalofríante hacia YeonJun, este miró a SooBin, y luego a Seong-Suk.

—Tú no te salvas, Choi YeonJun —fue lo que dijo, antes de avanzar con rapidez, YeonJun se hizo pequeño, pero a pesar de la debilidad de Seong-Suk seguía teniendo más fuerza que él, por eso, logró encajar la daga en su abdomen.

SooBin se recuperó, jalando los tobillos de Seong-Suk, este sujetó el mango de la daga causando que se arrastrara por el abdomen del abogado que soltó un grito desgarrador, tomando su abdomen de inmediato, sollozó y gritó de dolor, haciéndose pequeño en su lugar.

Con miedo, miró hacia la derecha, un ruido llamándole la atención.

Sus ojos se abrieron hasta más no poder, su cara se puso aún más pálida si era posible, y el temblor en su cuerpo aumento.

SooBin logró subirse a horcajadas, sostenía las manos de Seong-Suk para que no se moviera, sus ojos rojos, los colmillos más grandes de lo normal.

YeonJun presenció el momento exacto en que los colmillos de SooBin se encajaron en el cuello de Seong-Suk y sin piedad, arrancó el pedazo de piel, un sonido húmedo y desgarrador fusionándose con un grito agonizante de dolor.

Tembló en su lugar, sin poder apartar la mirada.

—Te mereces esto y más, Choi Seong-Suk —dijo, mirando a los ojos al hombre que aún, herido, convaleciente y con la clara derrota, rió.

Seong-Suk tosió y siguió con su sonrisa de siempre.

—No importa si me matas... Nunca, escúchame bien, nunca vas a poder estar en paz —dijo, su voz sonando estrangulada, era obvio, SooBin estaba sentado sobre sus heridas, en su abdomen.

SooBin gruñó y golpeó con su puño la herida del cuello, estaba dispuesto a seguir y a acabar con todo de una sola vez, pero recordó a YeonJun.

Volteó a ver al abogado, su querido abogado mirándolo con terror y sus dos manos en su abdomen

Dejó un golpe en el tabique de Seong-Suk, dejándolo lo suficientemente mareado e inmovil.

Se levantó y fue a él con rapidez.

—¡A-alejate! —pidió el pelinegro asustado y sin poder pararse del suelo, miró a las escaleras, Hye venía bajando con lentitud y mirando todo al rededor, se había quedado todo el rato arriba, sin hacer nada.

SooBin la observó y le gruñó, acercándose a ella, la tomó del cabello y la estampó de la pared más cercana, Hye no se quedó quieta y estampó su puño en su ojo sangrante, haciéndolo retroceder.

—Ni se te ocurra tocarme, estoy de tu maldito lado —le gruñó acomodando su cabello con elegancia.

SooBin la observó y miró a Seong-Suk tratando de levantarse, luego miró a YeonJun, que con esfuerzo, llegó al pié de las escaleras.

—¡C-chanYeol! —gritó YeonJun al ver al mencionado bajar de las escaleras con rapidez, revisando su estado y cargándolo de forma nupcial.

ChanYeol observó a SooBin.

—Llevalo a una clínica, llama a BeomGyu, yo cubro todos los gastos —dijo mirando a Hye- Ve con él.

—No quiero.

—¡Ve con él o te juro que te mato aquí mismo! —gritó. Hye solamente le dió una mirada a Seong-Suk y empezó a subir las escaleras, con ChanYeol siguiéndola con rapidez.

YeonJun tembló en los brazos del vampiro, sus ojos pesados.

—Sácame de aquí... Sácame de aquí, ChanYeol... —pidió en susurros que solo él pudo escuchar, Hye estaba ya afuera, entrando a su auto.

—Estás afuera, vamos a una clínica. Ya pasó, YeonJun, estarás mejor, estarás bien —habló mientras entraba en la parte trasera del auto, con YeonJun en su regazo— Ya pasó, ya todo paso —murmuró a pesar de que el abogado había caído en la completa inconsistencia.

Miró a Hye conducir y miró de reojo como el edificio abandonado desaparecía y sentía la velocidad aumentar, irían a la clínica más cercana.

Ya todo pasó, YeonJun. Pensó bajando la mirada para ver los ojos cerrados del abogado.





















¡Holaaaaa! Este capítulo estaba pautado para el 1 de Febrero, pero no me convencía la pelea y tuve que reescribir, por eso la tardanza, díganme, ¿les gustó?

Por otro lado, ya tenemos la portada de esta secuelaaaaa, elaborada por la encargada de cada una de mis portadas @Pink_Momo-

Espero les haya gustado este capítulo, no se olviden de votar y comentar!

The_Dark_Diamond

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