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Epílogo.

—¿¡Cómo pudiste dejar que se lo llevara!? —el grito de BaekHyun resonó en las paredes, molestando el sentido auditivo de los dos vampiros ahí.

SooBin no contestó, movió su pierna en el aire, sintiendo la movilidad volver a él, hace tres horas Seong-Suk se había llevado a YeonJun.

—No te exasperes, SooBin tiene un buen plan —dijo ChanYeol sentado en el sillón individual.

—¡Oh claro, no me exaspero! ¿Quieren tomar té y hacernos mascarillas? No voy a estar tranquilo hasta que no tenga a YeonJun conmigo, imbéciles, los dos son unos imbéciles —dijo antes de perderse en la cocina dejando a los otros dos solos. SooBin suspiró, pensando en lo parecidos que eran YeonJun y BaekHyun alterados.

Miró a ChanYeol, los dos con sus cabezas maquinado.

La mejor manera de proteger a YeonJun, era fingiendo desinterés por él, tal vez Seong-Suk no lo liberaría pero esa barrera que se formaría con el desinterés de él lograría mantenerlo alejado, además, contaban con la ayuda de Hye.

La iban a utilizar, SooBin no quería a ninguno con vida y no le importaba si Hye le prometía alejarse, ella también debía morir.

Se apuró en llamar a BeomGyu, a pesar de que había dicho que no quería más contacto o más ninguna otra cosa con abogados si mente no le dejaba de recordar que número uno, era una figura pública, número dos, su manager moriría de un infarto y número tres, no podía dejar a dos hombres muertos así como así, debía hablar con el abogado y explicar toda la situación, para que así, BeomGyu pudiera llegar a su departamento, ver, y defenderlo por una próxima acusación de homicidio.

BeomGyu no tuvo problema alguno en hacerlo, y aceptar de nuevo el caso, le había ido relativamente bien con el anterior, podía hacer este otro también.

—Iremos mañana al lado vampiro —le avisó a ChanYeol que sólo asintió— En caso de que mi padre se presente, me ayudarás, con Hye también. A Seong-Suk lo acabo yo.

—Si estás muriendo no te ayudaré entonces —habló ChanYeol con una sonrisa de medio lado. SooBin se la correspondió.

—Si muero, dejaré que TaeMin haga todo lo que quiera a YeonJun, y eso, no va a pasar ni en mil años —dijo levantándose del sillón para caminar por la casa, recibió una llamada. Era Hye.

Atendió mirando por la ventana de la casa.

Más te vale acabarlo —advirtió Hye con los dientes apretados.

—Quiero hablar con él —pidió con voz autoritaria, la mujer al otro lado suspiró y pareció caminar, por los pasos y el resonar del tacón de la fémina parecía ser un lugar abandonado.

Escuchó un sollozo, su pecho se oprimió.

Desde que YeonJun se había ido con Seong-Suk había podido sentir su miedo y angustia.

SooBin... —miró sus zapatos cuando escuchó la voz temblorosa de quién fue su abogado.

—Yeon, tranquilo, ¿si? Te sacaré de es-...

T-te odio —le dijo al borde del llanto, SooBin relamió sus labios, miró a ChanYeol, este solamente se levantó y perdió en la cocina.

No servía de nada, ChanYeol tenía un sentido auditivo igual que el suyo pero aún así, agradeció ese gesto educado.

—No, no me odias, estás asustado. No lo estés, escúchame, Hye no te hará daño, ella está ayudándome para ir por ti, no tengas miedo, confía en mí, por favor.

Ya no sé si pueda confiar en ti, Choi SooBin —dijo antes de entregarle el teléfono a la mujer frente a él, Hye lo tomó en manos, llevándolo a su oreja.

SooBin sintió como esas palabras martillaron en él, pero no podía detenerse a lamentarse ni a pensar y darla vueltas a las palabras de YeonJun, debía centrarse en otras cosas.

Al parecer no quiere hablar contigo —se burló la mujer sacándole un gruñido a SooBin.

—¿En dónde están? —preguntó directo, Hye debía decirle, estaba comprometida a estar de su lado.

En un lugar... Muy especial... Muy sucio pero también limpio —dijo Hye en tono de acertijo.

SooBin cerró sus ojos unos segundos y sonrió malicioso antes de ver por la ventana.

—Me parece bien, Hye. También me parece bien que los trámites ilegales se sigan haciendo en la empresa a pesar de que esté cerrada, oh y también me pareció una maravillosa idea que la bóveda esté justo en el tercer piso a mano derecha sería una lastima que tú muy especial fuente de dinero en efectivo y que tu muy sucio pero también limpio lugar sea estallado en menos de tres segundos y pierdas todo, Choi Hye, ¿no lo crees?

No eres capaz —dijo con un tono de voz que intentó salir confiado pero SooBin pudo sentir ese miedo en ella de perder una de las más grandes fuentes de ingreso.

—Ah, eres tan inteligente, claro que no soy capaz, pero tengo un conocido que si, ¿conoces a Oh SeHun? —preguntó, sonrió triunfal cuando la mujer colgó y de inmediato, un mensaje llegó a su teléfono con la dirección del lugar.

En efecto, estaban un lugar abandonado.

Miró la dirección y avanzó a la cocina, ChanYeol lo observó apenas entró.

—Tu amigo, SeHun, ¿sacó copias de las llaves de la empresa? —preguntó en su lugar, BaekHyun lo observó unos segundos y suspiró, desviando la mirada del modelo. ChanYeol asintió con su cabeza.

—Ni se te ocurra hacerle algo a ese edificio —habló BaekHyun mirando a SooBin con el ceño fruncido— Estás loco, si lo explotas o algo, ya es suficiente que hayas cometido homicidio de este lado. Si algo le pasa a ese edificio, tú serás el primer sospechoso por ser su hermano.

—No soy su hermano —negó cruzando sus brazos. BaekHyun imitó el gesto.

—Pero has tenido los suficientes problemas con él como para que no te tomen en cuenta, todo lo que ha pasado legalmente entre ustedes queda en un historial, no explotes el edificio, SooBin —dijo levantándose, estaba ansioso. SooBin miró la espalda del abogado, pensó una y otra vez, pensó en los locales alrededor, pensó en las personas que pasarían en ese momento, pensó en si estaría una familia feliz pasando por ahí cuando el edificio explote.

A YeonJun no le agradaría eso, en definitiva.

—Bien. ChanYeol, encárgate de eso —dijo mirando a ChanYeol que aceptó con un asentimiento, éste estiró su teléfono mostrándole la conversación con SeHun.

—Puedes darles un susto y que-...

—No lo vas a quemar, ChanYeol —cortó BaekHyun mirándolo fijamente y con el ceño fruncido. Él conocía ese lado piromano de ChanYeol y no lo quería cerca de SooBin.

ChanYeol podría encargarse de la empresa luego, confiaba en él, lo dejaría en sus manos.

—¿Tienes armas aquí contigo? —preguntó a ChanYeol, el vampiro asintió, era obvio, su trabajo lo ameritaba— Solo necesito una daga, lo más filoso —pidió estirando su mano a ChanYeol, el guardaespaldas buscó en sus botas y sacó dos dagas diferentes, una más grande que la otra.

SooBin analizó el filo de ellas, analizó sus habilidades y muchas cosas más que lo hicieron elegir la más grande.

Tomó un respiro y guardó la daga entre su piel y pantalón, con cuidado de no lastimarse.

—Me voy, te veré mañana —le dijo a ChanYeol que sólo le dió un gesto con su mano, deseándole suerte. BaekHyun lo observó.

—Quiero a YeonJun de vuelta conmigo, no me importa lo que tengas que hacer —fue lo único que dijo dándole una palmada en su brazo antes de volver a ignorarlo.

SooBin no dijo nada, simplemente salió de la casa tomando su auto para ir directo a la tierra de nadie, debía alimentarse y empezar a hacer camino al lugar abandonado, sabía lo que iba a hacer, dónde estaría y por dónde entraría.

Seong-Suk no lo sabía, Hye tampoco, pero ese edificio abandonado había sido su parque de diversiones desde que era un niño. Él conocía todas las entradas, los atajos, los pasillos y escondites.

Tenía una gran ventaja y no la desaprovecharía.

Debía alimentarse primero, lo suficientemente bien.

Dejó su auto a un lado, del lado humano, caminó unos segundos por la solitaria calle, escuchó unos pasos seguido de palabras, dos mujeres hablando y negando el hecho de que estaban en un zona peligrosa.

Las personas lo sabían, estar en esa zona era entregarte como un bocadillo a un vampiro.

Avanzó a las mujeres a paso rápido, una de ellas se dió cuenta de su presencia, le tomó el brazo a la otra avisando que había un vampiro frente a ellas.

SooBin las observó, las dos había reconocido que era un modelo pero por el puro miedo y expectativa a lo que hiciera el otro.

—Váyanse —les dijo señalando el lado humano, las dos asintieron y se fueron a paso rápido, SooBin suspiró, siguiendo con su camino, a parte de los dos mujeres, no había más nadie en esa zona— Las hubiese atacado —murmuró tiempo después, devolviendo sus pasos a su auto.

En el silencio del lugar, su teléfono sonó.

Número desconocido.

Atendió caminando con lentitud a su auto. La voz de EunHae lo hizo fruncir el ceño.

Llevo mucho tiempo esperándote, ¿cuándo vendrás por tu damisela en apuros?

No lo sé, estoy algo ocupado, ¿sabes? Además, me tomará tiempo saber en dónde estás —dijo,  sabía que estaba en altavoz, había escuchado cuando el vampiro del otro lado presionó del botón y las vibraciones del teléfono cambiaron.

Ellos podían detectarlo gracias a su gran oído. Pensó en la posibilidad de que YeonJun estuviera escuchando la conversación.

Hizo un mueca apoyándose en el auto, mirando sus zapatos.

Sé que Hye te mandó la dirección —rió el hombre.

SooBin se contuvo de chasquear la lengua.

Hye estaba jugando para ambos lados en ese momento, la mujer le había dicho a su esposo que le había mandado la dirección a SooBin, convenciendo a Seong-Suk de que así, terminarían con eso de una vez.

—Bien, sé en dónde están —admitió— Pero no tengo interés en ir en este momento.

¿Ah no? ¿Ni por tu querido abogado?

Mátalo si quieres, has lo que quieras con él —dijo sin interés, demasiado convincente hasta para el propio Seong-Suk.

YeonJun en un rincón del sucio lugar sintió sus ojos cristalizarse, Seong-Suk lo miró con burla.

—Puedo conseguir otro, YeonJun no es el único —y SooBin colgó, un dolor punzante en su pecho, sintió dolor, sintió tristeza, decepción.

En ese momento no supo muy bien si eran sus mismos sentimientos o los de YeonJun.

Guardó su teléfono y miró hacia el frente, en espera de una presa.

No podía ir sin alimentarse, por eso, esperó, ansioso y con una fea sensación en él.

El que YeonJun y él estuviesen conectados en ese momento no le ayudaba mucho a relajarse.

Por otro lado, Seong-Suk rió dejando el teléfono dentro de su saco.

—Oh, pobre de ti, sólo y sin nadie que venga a rescatarlo —se burló inclinándose a él, YeonJun lo observó con el ceño fruncido, evitando a toda costa, llorar.

Seong-Suk lo tomó de las mejillas con una sola mano y con rudeza, sonrió mostrando sus colmillos.

—Me voy a divertir, y mucho, YeonJun —dijo soltando una risa de todo menos divertida.

El terror en los ojos de YeonJun se hizo presente, su corazón empezó a latir con rapidez, a Seong-Suk pareció divertirle eso y mucho más cuando se quejó de dolor, las garras del vampiro se encajaron en sus mejillas, intentó forcejear, sujetó la muñeca del vampiro tratando de separarlo, Seong-Suk se separó de él y lo tomó de los hombros.

—Puedo desesperar a SooBin con un sola cosa, YeonJun. ¿Quieres que venga? —le preguntó nuevamente sus garras encajándose en sus hombros, sollozó con miedo, el ardor y dolor en sus brazos, Seong-Suk lo observó con ojos brillantes y lo obligó con su mano derecha a girar su cuello, forcejeó, movió sus pies, sus piernas, trató de mover sus manos, pero nada pudo evitar que Seong-Suk encajara sus colmillos justo en el lugar de la marca, sobre la de SooBin, succionó por segundos, ignorando los gritos de dolor, las lágrimas de desesperación y el movimiento para que se separase.

—¡Seong-Suk! —Hye entró de sopetón al lugar, causando que el vampiro se separara a verla con el ceño fruncido por interrumpirlo, YeonJun sollozó y se hizo pequeño en su lugar, tratando de parar el sangrado de su cuello con sus temblorosas manos— Están atacando la empresa, tienes que ir de inmediato, ahí está todo, la bóveda, los trámites, todo —le dijo causando que Seong-Suk gruñera y volteara a ver a YeonJun.

—Aún no termino —avisó antes de levantarse y limpiar sus labios, contando con que Hye estaría pendiente de YeonJun. Maldijo mentalmente, ¿quién estaba atacando la empresa?

No le importaría tanto si no tuviera cosas importantes allá.

—Si SooBin viene, ya sabes que hacer —dijo a su esposa que asintió con una sonrisa cómplice, mirándolo irse del lugar con rapidez.

YeonJun sollozó presionando su cuello, sus manos manchadas de sangre, se sentía mareado.

Hye avanzó y se agachó frente a él, causando que diera un salto en su lugar y la observara con miedo.

—No te haré daño —fueron sus palabras, lo tomó de las manos y lo ayudó a sentarse correctamente mirando la herida que le había causado Seong-Suk— Sólo es cuestión de tiempo para que SooBin llegue, mantén la calma.

—N-no te creo nada —balbuceó, su vista nublándose.

—Deberás hacerlo si quieres salir con vida de aquí, levántate —fue lo que dijo levantándose para avanzar, YeonJun se levantó y siguió a la mujer, sujetándose de las paredes rocosas y sucias.

Hye esbozó una sonrisa maliciosa.

—¿Por qué estás ayudando? —preguntó apoyado por completo en una pared, no podía dar ni un paso más.

—Porque le conviene que yo muera —la voz de Seong-Suk sonó a sus espaldas, volteó a verlo por sobre su hombro. Hye rió volteando a ver a su esposo.

—Tardaste en darte cuenta, querido, pensé que eras más inteligentedijo, los dos vampiros viéndose con amenaza y una tensión tangible, YeonJun en medio de los dos, cada vez más mareado y  sin saber muy bien que pasaría.

Hye lo tomó del brazo y lo arrojó a sus espaldas, no pudo aguantar más la lucidez y se sumió en una bruma negra.

Lo único que pudo pensar antes de caer en la completa inconsciencia fue en el vampiro que lo llevó hasta ahí, que puso su vida en peligro, pero que aún así, no podía dejar de amar.

Choi SooBin, llega rápido, por favor.






























Fin.






































Recuerden no borrar este fic de su biblioteca por ahora.



The_Dark_Diamond

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