Capítulo 59
Apenas llegó a la puerta, bajó las defensas considerablemente, esperó unos segundos y la puerta fue tocada con un suspiro.
Con el ceño fruncido, la abrió, el rostro de su vecina tras la puerta.
—Buenas tardes —saludó extrañado, olfateó el aire disimuladamente, no captaba nada más que la mujer y a YeonJun dormido en su habitación.
—Buenas tardes, SooBin. Te toco para pedirte un favor —dijo la mujer algo apenada y sin gusto de pedir un favor del vecino que no la había dejado dormir días atrás.
SooBin frunció el ceño extrañado.
—Depende —dijo entrando en desconfianza, llevaba años viviendo ahí y era la segunda vez que su vecina le pedía un favor.
Pensó en que estaba siendo paranoico.
—Mi hijo me mandó unos paquetes pero son demasiado pesados, ¿podrías por favor subirlos por mi? —preguntó, SooBin pensó un momento y asintió, le pidió a la mujer esperar un momento, cerró la puerta y fue a su habitación, dejó su mano en el hombro del pelinegro dormido, lo movió suavemente— YeonJun... YeonJun, voy a bajar unos minutos, ya vuelvo —avisó, el menor adibtio adormecido recibiendo un beso en su mejilla.
SooBin salió de su apartamento ya con sus zapatos puestos, acompañó a la mujer por el elevador.
Agudizó sus sentidos, un sentimiento de preocupación instalándose en su pecho apenas dejó de percibir la presencia de YeonJun dos pisos más abajo.
—Debe ser rápido, estoy haciendo algo en la cocina y no puedo dejar que se me queme —dijo cuando la mujer le preguntó por su apuro, SooBin tomó las dos cajas de la mujer y avanzó al ascensor con esta detrás, sintió una opresión en su pecho.
Miedo.
Pero no era de él, era de YeonJun.
—¡Suéltame! —escuchó el grito del menor cuando estuvo dos pisos más abajo, el ascensor se detuvo y las puertas se abrieron, un hombre quería entrar.
SooBin dejó las cajas a un lado y salió del ascensor corriendo, no le importó dejar a su vecina con las cajas y mucho menos empujar al hombre para salir, se desvió a las escaleras y subió con rapidez, dos escalones en un solo paso, llegó a su piso, entró empujando la puerta de su apartamento, gruñó cuando miró a YeonJun, forcejear con otro hombre mucho más musculoso que él, intentando llevarlo hacia afuera.
No esperó mucho y encajó sus garras en los brazos del hombre, separó a YeonJun de él y se concentró solamente en golpear una y otra vez la cara del intruso, lo tomó del cuello y lo alzó en el aire antes de estamparlo en una pared cercana con fuerza, el golpe desmayó al hombre y el choque abrió la parte de atrás de su cabeza.
Volteó y miró a YeonJun, solo lo veía tratando de regular su respiración con el forcejeo.
—¡Lo mataste! —gritó cuando miró la sangre escurrir de la cabeza, manchando todo el cabello rubio.
—No lo maté —negó buscando su teléfono, lo encontró en la mesa de noche, no pudo hacer otro movimiento, una llamada entró.
Hye.
Atendió alejando a YeonJun del hombre, tomándolo de la muñeca.
—Eso fue un aviso, SooBin —le dijo la mujer, el vampiro frunció el ceño.
—¿Un aviso?
—Seong-Suk no se va a detener hasta tener a YeonJun, debes dejarlo solo —indicó la mujer en un tono calmado.
—¡No lo voy a dejar sólo! —reclamó, YeonJun solamente se zafó de su agarre y empezó a caminar por la sala de estar de un lado a otro.
—Estás alargando las cosas, deja a YeonJun sólo, cuando Seong-Suk lo tenga yo estaré ahí, no voy a dejar que lo mate o le haga daño.
—No voy a confiarle queso a un ratón. Ni un diamante a un ladrón.
—Entonces hágamos algo, cuidaré que tú abogado esté sano y salvo todo el tiempo que tardes en rescatarlo, tú deberás matar a Seong-Suk a como de lugar, si lo haces, te lo devuelvo, pero si no lo haces, te lo devuelvo... Pero muerto, es un buen trato, ¿no? —apretó el teléfono en sus manos.
—¿Por qué no lo matas tu misma?
—Te daré ese privilegio —la mujer rió burlona.
SooBin pensó las cosas con cabeza fría, el trato con Hye tenía un gran peligro, estaba jugando con la vida de YeonJun.
¿Él era capaz de hacerlo?
¿Era capaz de aceptar?
Recordó su conversación con ChanYeol.
“—YeonJun está en el medio de todo esto, ChanYeol —dijo al finalizar su resumen de lo que había pasado, ChanYeol se tomó unos cuantos segundos para analizar.
—Yo ya no trabajo, renuncié y no lo volveré a hacer. Pero, YeonJun ya es alguien de mi entorno y no me molesta cuidarlo —admitió. SooBin asintió y agradeció mentalmente que YeonJun se hubiera ganado el corazón y amistad de ChanYeol— Y si para cuidarlo, tengo que ayudarte, no tengo problema.
—Gracias —dijo mirando a los ojos al vampiro, ChanYeol asintió mirando la habitación con tranquilidad— Yo me encargó de mi hermano, el otro factor, es mi padre. Él está aquí y sé que se quedará un tiempo y también sé que apenas sepa de esto no durará en defender a su hijo.
—Cuenta con mi ayuda —le prometió el guardaespaldas. Solo hubo un silencio inmenso entre ellos, escuchando la conversación de los otros dos, ChanYeol rió mirando a SooBin— Y también cuenta con qué BaekHyun me mandará a matarte algún día.
—No lo creo —contestó con una sonrisa.
ChanYeol no opinó ni habló respecto a la relación entre YeonJun y SooBin, después de todo, para él estaba bien ese comportamiento de cierta manera, él también era así.
—¿Y Choi Hye? —preguntó ladeando su cabeza, SooBin metió las manos en sus bolsillos.
—Ella también, solamente dejaré que me ayude, luego me desharé de ella también, no quiero a nadie, a ninguno de esos tres Choi con vida, no más.”
Debía tomar riesgos, debía terminar con eso de una vez por todas.
Miró a su novio, pensó en su relación, en lo que sería después de eso y la posibilidad de no seguir juntos.
Escuchó un tarareo del otro lado, Hye estaba esperando su respuesta.
—Choi Hye —la llamó, YeonJun lo observó de inmediato, el hombre en el suelo empezó a despertar entre gruñidos y quejidos.
—¿Si?
—Acepto —y colgó, sin más nada que decir. Guardó su teléfono en sus bolsillos, YeonJun se acercó a él con los brazos cruzados.
—¿Qué aceptaste? ¿Qué te dijo? —preguntó con el ceño fruncido, SooBin lo ignoró desviando la mirada, no podía simplemente decirle y ya, sería malo si le decía, lo alteraría y es lo que menos quería en ese momento.
Pero, no decirle, también era malo.
YeonJun se sintió estresado y exasperado por el silencio de SooBin, se acercó más a él y lo tomó del brazo.
—No es nada, YeonJun —dijo calmado.
—¡Estabas hablando con Hye! ¡Claro que es algo! —gritó sacudiéndole el brazo. SooBin tomó una respiración, volteando a ver al hombre que se levantó con dificultad, una jeringa cayendo del bolsillo de su chaqueta, se zafó del agarre ajeno y fue a él, lo tomó del cabello haciéndolo alzar la mirada.
Sus uñas largas lastimando el cuero cabelludo ajeno.
El hombre intentó defenderse, claro que sí, pero las garras de SooBin se encajaron en su cuello, justo en su yugular, el sonido de ahogo y dolor, causando un escalofrío en YeonJun que miró con sus propios ojos, como el hombre perdía la vida frente a él y en manos de SooBin.
—¡L-lo mataste, SooBin! —le gritó retrocediendo en sus pasos, mirando al modelo que tomó la jeringa y la olfateó.
Era droga.
—Se lo merecía —fue su repuesta.
—¡Eres un asesino, te pueden demandar, t-te pueden meter preso, SooBin! —le gritó de nuevo, el modelo gruñó señalando la habitación.
—¡Ya, olvídalo! Recoje tus cosas, te vas a tu casa —dijo, el menor lo miró unos segundos antes de avanzar con rapidez, esquivando a SooBin
—No es nada, YeonJun, déjalo. Ve a guardar tus cosas, vas a tu casa —le dijo zafándose de su agarre, YeonJun abrió su boca pero nada salió, pasó de largo, esquivando al hombre muerto y a SooBin, se encerró en la habitación, recogiendo todo, metió su ropa en los bolsos, sus artículos de higiene personal, cerró la mochila mirando las hojas de opciones para volver a estudiar, chasqueó la lengua y la tomó, guardandola en otro compartimiento.
Miró la cesta de frutas y golosinas, se acercó y tomó un chocolate, lo guardó en su bolsillo, saliendo de la habitación.
—Vámonos —dijo ignorando el hecho de que la sangre del cuello del hombre ya estaba llegando al suelo.
SooBin lo observó, escaneando su aspecto.
—¿Y la cesta? —preguntó, sus manos ya estaban limpias pero su aspecto no dejaba de ser aterrador para YeonJun.
—Te la regalo —dijo avanzando a la salida para colocarse los zapatos.
—No lo quiero. Te la llevas.
—Déjala aquí, SooBin. Guarda todo, después vendré a comerla —le dijo. El modelo no insistió más y avanzó, mirando al hombre muerto por sobre su hombro, YeonJun apretó sus labios abriendo la puerta.
—¿Lo vas a dejar ahí? —preguntó en un tono bajo volteando también a ver al hombre muerto, SooBin lo miró directamente a los ojos, asintió.
—Luego de dejarte en casa, me encargo —fue su respuesta.
Los dos salieron del apartamento, el menor con la cabeza gacha, su cerebro tratando de procesar el hecho de que su novio acababa de matar a un hombre hace nada y ahora estaba pidiéndole que mantuviera la calma.
Miró sus manos a modo de distracción, el elevador se detuvo en el piso del medio, piso cinco.
Las puertas se abrieron.
SooBin de inmediato escaneó al hombre, era un vampiro, no lo conocía y estaba seguro de que no vivía en el edificio.
Lo observó entrar, el hombre desvió la mirada a YeonJun, le sonrió, de inmediato SooBin se interpuso entre ellos, YeonJun quedando presionando entre la pared metálica y el cuerpo de SooBin, se sujetó de la barra que había ahí, sintiendo nerviosismo por el incómodo silencio que había y el duelo de miradas que tenían los otros dos.
Faltaban solo unos segundos para llevar a planta, y ahí, solo ahí, el vampiro desconocido de cabello castaño, atacó, SooBin contestó el agarre, encajando sus garras en los brazos ajenos, lo empujó hasta estamparlo en la pared de la izquierda, lo mordió con fuerza, el otro vampiro pateó su abdomen ganándose que la tela de su camisa a botones se viera desprendida, SooBin se separó de él, golpeando su quijada.
El elevador llegó al estacionamiento.
La primera reacción de YeonJun fue correr fuera de ahí, buscando el auto de SooBin el cual le siguió el paso, el vampiro persiguiéndolos.
—¡Dame las llaves! —gritó al modelo que las sacó de su bolsillo y se las arrojó, de inmediato se dió la vuelta y tomó impulso para patear al vampiro, gruñó cuando una jeringa se encajó en su muslo, el líquido quemó al entrar a su piel.
Ya sabía que le habían inyectado.
Jaló al hombre de un brazo y rasguñó su cara con violencia, quitándole la visión y el equilibrio de inmediato.
YeonJun, ya en el auto desvió la mirada, gruñidos y gritos de dolor era lo que se escuchaba.
Hasta que todo fue silencio.
SooBin pasó el dorso de su mano por sus labios y caminó al auto, golpeó el vidrio levemente al notar los seguros puestos, YeonJun dió un salto en su lugar y le abrió, encendiendo el auto, SooBin suspiró abriendo la guantera, de ahí sacó unas toallas húmedas de bebé, limpió sus manos, boca y barbilla con eso.
Sintió su pierna hormiguear.
Damolfén.
El Damolfén es una droga potente solamente suministrada a vampiros, servía como sedante, lo usaban para operaciones, en una que otra cárcel y, en su defecto, se usaba para causar debilidad al vampiro y aprovechar eso. Sus efectos duraban cuatro horas.
Sintió miedo, alzó la mirada de su pierna, ese sentimiento no era suyo, volteó a ver a YeonJun.
El pelinegro lloraba en silencio y sus manos apretaban el volante de más, sus dedos temblando cuando los separaba del volante.
—No tengas miedo...—murmuró alzando su mano izquierda, con cuidado de no encajar sus garras en la piel ajena, secó las lágrimas ajenas, el pelinegro sorbió por su nariz.
—No me toques —pidió doblando a la derecha, SooBin suspiró, dejando su mano en el muslo ajeno— ¡Te dije que no me toques! —gritó quitando su pierna de la mano ajena, SooBin quitó su mano mirando unos segundos a YeonJun antes de ver su pierna.
Podía sentir un hormigueo y con cada segundo que pasaba no sentía la extremidad.
YeonJun suspiró, mirando su casa, se sintió más seguro.
—¿Puedo quedarme en tu casa? Sólo cuatro horas, hasta que pase el efecto de la inyección —dijo SooBin mirando al frente, YeonJun asintió entregándole las llaves para bajar, tomó sus mochilas de la parte trasera, no tuvo de otra que ayudar a SooBin a bajar del auto y llevarlo hasta el sillón de la casa.
De inmediato el vampiro empezó a teclear en su teléfono, ChanYeol contestando de inmediato con que estaría ahí en veinte minutos.
SooBin miró a YeonJun, sentado en la otra orilla del sillón, mirando sus manos, aún con atisbos de llanto.
—Manten la calma, por favor —pidió estirando su mano, el menor se levantó mucho antes de que SooBin llegara a él— YeonJun...
—¿Cómo quieres que mantenga la maldita calma, SooBin? ¡Acabas de matar a dos hombres frente a mi! ¡Y no es todo, mi vida corre peligro! ¿¡Qué quieres que haga!? ¿¡Me pongo a hacer té y galletas!?
—YeonJun...
—¿¡Qué quieres que haga!? ¡No me pidas que mantenga la calma, no ahorita!
—¡YeonJun, cállate! —gritó de vuelta el modelo, el menor frunció el ceño— Hay alguien en el piso de arriba, lo escucho —afirmó mucho antes de que YeonJun le devolviera el grito.
Intentó levantarse, el efecto del Damolfén haciéndolo devolverse al sillón, miró a las escaleras.
—Siempre has tenido buen oído, hermanito —Seong-Suk vestido en ropa deportiva bajó las escaleras con lentitud, SooBin se levantó como pudo, manteniendo el equilibrio con el otro pié— Por eso nunca jugué a las escondidas contigo —explicó terminando de bajar las escaleras, Seong-Suk de inmediato avanzó hacia YeonJun, SooBin lo sujetó del brazo, deteniendo el andar de Seong-Suk.
—Tu maldito problema es conmigo, no con él —dijo tratando de defender su andar, Seong-Suk rió y lo empujó al suelo, su equilibrio y el hecho de no sentir una pierna lo hizo caer y no poder levantarse los suficientemente rápido para evitarlo.
—¡Sueltame! —YeonJun intentó defenderse pero no podía comparar su fuerza con la de Seong-Suk, usó su rodilla contra el abdomen del otro, el vampiro gruñó sujetándolo de ambos brazos y arrojarlo a un lado, tropezó con sus propios pies y cayó al suelo, su cabeza impactó con la pared causando un mareo en él, su vista se puso borrosa.
—Mi problema también es este abogado, además, es lo único que tienes y, ¿qué mejor que usar tu punto débil? —rió. SooBin se quedó ahí, en el suelo, mirando a YeonJun que, asustado, se levantó y retrocedió lo más que pudo, forcejeando con Seong-Suk de nuevo.
Sintió el miedo y desesperación de YeonJun, pero el solo observó, sin hacer el intento de levantarse del suelo.
—¡SooBin, ayúdame, haz algo! —gritó desesperado apenas Seong-Suk lo inmovilizó de los brazos, miró a SooBin.
No estaba haciendo nada, solo lo veía con seriedad.
Lo estaban secuestrando, y SooBin estaba en el suelo, solo observándole.
—¡SooBin, ayúdame! —pidió mucho antes de recibir un golpe en el centro de su nariz, se sumió en una bruma negra, noqueado.
Seong-Suk lo tomó en brazos, sin cuidado, su cabeza colgando hacia atrás.
—Nos vemos, hermanito —rió antes de salir con rapidez. SooBin esperó escuchar el sonido de un auto, en cuanto lo hizo, golpeó el suelo con ambas manos, frustrado, tomó su cabeza entre sus manos, aún en el suelo.
Seong-Suk había logrado su objetivo, se había llevado a YeonJun a pesar de todo lo que hizo para protegerlo.
Recordó la conversación con Hye, confiaba en la mujer, estiró su mano y tomó su teléfono, marcó el número.
La mujer contestó al tercer pitido.
—Más te vale protegerlo o juro por todo lo que amo que acabaré con tu vida de la peor manera que te puedas imaginar —dijo antes de colgar, arrojó el teléfono a un lado, suspiró.
No debía esperar mucho, debía eliminar a Seong-Suk cuánto antes, con cualquiera que se pusiera en su camino.
Dejaría salir su verdadera esencia vampiro y Choi Seong-Suk conocerá quién era Choi SooBin en realidad.
Fin del primer libro.
Bien, creo que no se lo esperaban, pero si, este es el final del primer libro, el segundo será publicado el 1 de febrero o tal vez antes.
Vamp Laws: The Last Judgment estará con ustedes pronto y podremos saber que ocurre u.u no desesperen.
NO borren el libro de su biblioteca aún, así podrán saber cuándo suba el segundo libro.
Recuerden, si hay errores, culpen a Wattpad:)
¿Qué opinan?
¿Les gustó?
Falta el epílogo, no se preocupen ;)
The_Dark_Diamond
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