
Capítulo 45
La motocicleta pasaba entre los autos con rapidez, con movimientos tan bruscos que BaekHyun se debía sostener de los hombros del pelinegro.
El móvil avanzó aún más, iban demasiado rápido.
—¡Detente, ChanYeol! —pidió apretando sus ojos con miedo. El vampiro le hizo caso omiso y se desvió bruscamente a la tierra de nadie.
Fue bajando la velocidad hasta que apagó la motocicleta, estacionándose a un lado de un árbol. BaekHyun se bajó y quitó su casco, miró al pelinegro.
—¿Por qué estás con ese? ¿Qué son? —preguntó Park de brazos cruzados, BaekHyun activó sus defensas y se planteó que no debía ceder.
—Es mi novio —contestó firme, también cruzando los brazos.
—¡Yo soy tu novio! ¡Ese cualquiera no lo es! —gritó molesto empuñando sus manos. El abogado apretó sus labios sintiendo tensión entre ellos, ChanYeol estaba demasiado molesto.
—T-tú estás muerto —dijo sin poder aguantar el tembleque de su voz, todo en ChanYeol daba miedo en ese momento.
Ahogó un grito cuando fue tomado bruscamente de ambos brazos, el pelinegro lo agitó y lo observó con el ceño fruncido.
—¡Estoy vivo, BaekHyun! ¡Estoy vivo y tú solo me estás ignorando, maldita sea!
—¡Me mentiste! —devolvió el grito sintiendo sus ojos cosquillear, lágrimas acumulándose en sus orbes. Park se quedó en silencio, analizándolo.
—Lo siento, era realmente necesario —dijo con completa sinceridad, el abogado se sintió molesto, las lágrimas empezaron a escurrir por sus mejillas.
—¿¡Necesario!? ¡Es por tu trabajo, estoy harto! ¡Harto de todo lo que tenga que ver con tu trabajo! ¡Harto de que nuestra relación siempre estuviera en riesgo! ¡Estoy harto de sentir angustia y preocupación por ti todo el tiempo! —gritó con todas sus fuerzas tratando de zafarse del agarre de ChanYeol pero este lo sujetó con más fuerza. Sorbió su nariz— Me estás lastimando...—murmuró con voz ahogada.
Park lo ignoró y trató de controlarse.
—Lo hice por nosotros, BaekHyun —dijo sin despegar su mirada de la ajena, el abogado soltó involuntariamente un sollozo— Me hice pasar por muerto, aún lo sigo haciendo para poder acabar con todo aquel que pueda hacerme daño o con que tenga cuentas pendientes para poder renunciar y estar contigo, como siempre me lo has pedido —explicó deshaciéndose del agarre que tenía en el abogado, se sintió mal cuando observó sus dedos marcados en los brazos blancos, no pudo controlarse, había estado siguiendo a BaekHyun y siempre lo veía con el mismo chico, explotó en celos e ira.
El abogado pasó el dorso de su mano por su nariz y lo observó con ojos llorosos.
—N-no te creo —dijo sintiendo muchas emociones mezcladas entre si. Recordó las palabras de YeonJun, recordó como su amigo se había expresado y le había recalcado que estaría feliz con el regreso de ChanYeol.
Pero también recordó el dolor que pasó día tras día, cuando daba por muerto a su novio y cuando lo había visto en Daegu, la cólera y la rabia en él.
Decidió dar por muerto a ChanYeol y para dejar de pensar en él buscó a Taeil.
—Lo que estoy haciendo lo hago por los dos, por más nada —dijo el más alto— No lo hago por trabajo, lo hago por nuestra relación.
—Ya no tenemos una relación —soltó apretando sus manos. Las palabras se habían deslizado por su boca sin pensar.
ChanYeol gruñó mirándolo fijamente, con aquellos ojos rojos que tanto había apreciado antes.
—Terminame entonces... Si estás completamente seguro de que ya no me amas, y que no quieres estar más conmigo, terminame, BaekHyun —retó sin despegar la mirada del otro. El abogado tragó grueso, pensando las cosas con cabeza fría.
Miró los alrededores, ubicando la salida al mundo humano y la entrada al mundo vampiro.
¿Por qué no era capaz de terminar con él?
¿Por qué su garganta se volvía un nudo?
Soltó otro sollozo antes de ver de nuevo al vampiro, sentía un nudo en su garganta, apretó los ojos.
—Terminamos —dijo sonando inseguro, ChanYeol tomó su barbilla con una mano y lo obligó a verlo.
—Veme a los ojos mientras lo dices —exigió con la misma expresión molesta.
BaekHyun volvió a tragar grueso, apretando sus manos con fuerza, no podía repetir esa palabra, no podía mientras lo veía a los ojos y a pesar de que ChanYeol estaba molesto no podía dejar de sentirse atraído y de sentir el mismo amor que sintió con él desde el principio.
Sollozó apretando sus ojos.
—No puedo...—murmuró bajando sus hombros en rendición.
El vampiro suspiró destensando su cuerpo.
Nunca había tenido miedo de morir, ni miedo a los enfrentamientos, mucho menos a la violencia.
Pero si había tenido miedo con BaekHyun ante la pequeña posibilidad de que le terminara ahí mismo.
—Te amo, BaekHyun —dijo cubriendo la mejilla completa con su palma, la misma mano que había sostenido su barbilla antes. El abogado lo observó aún con lágrimas en los ojos— Y todo lo que hago, lo hago por ti y por nuestra relación, entiendelo, por favor —pidió antes de acercarse a él, rodeando sus hombros con sus brazos, envolviéndolo en un abrazo cálido y que no sabía, necesitaban más que nunca.
Volvió a desarmarse en llanto, sus manos aferrándose a la chaqueta ajena.
—Esperame una semana, por favor... Solo una semana y estaré contigo —pidió hablando en un tono bajo, acariciando su espalda. BaekHyun simplemente asintió, ya no podía seguir dando por muerto a ChanYeol, él lo había visto seguirlos algunas veces cuando salía con Taeil y no podía evitar el cumulo de emociones que se formaban en todo su ser cuando lo veía, no podía ignorarlo, no podía dejar de pensarlo ni de amarlo.
Se separó del pelinegro sorbiendo su nariz y secando sus lágrimas, el pelinegro se inclinó y pasó su mano por su cabello blanco, descubriendo su frente, BaekHyun se encogió en su lugar cuando el vampiro dejó un pequeño beso en su frente— Todo lo estoy haciendo por ti, BaekHyun, entiendelo.
—L-lo entiendo —fue lo único que dijo antes de volver a ver esos ojos que solo brillaban por una sola razón.
Por él.
[...]
YeonJun entró con confianza al departamento del modelo, dejando sus zapatos en el recibidor y soltando un sonido satisfecho por la reciente comida que acaban de tener.
SooBin también dejó sus zapatos en el recibidor, dejando en la encimera de la cocina la botella de whisky y el cupón que habían ganado en la discoteca.
El abogado tomó asiento en el sillón mirando una estantería con muchos libros y algo que parecían ser albumes, no le tomó mucha importancia y le sonrió al modelo cuando este estuvo sentado a su lado con una de copa de líquido carmesí en la mano derecha.
—Si piensas que luego de que te bebas eso me vas a besar estás equivocado —señaló haciendo al modelo rodar los ojos y dejar la vio en la mesa de noche.
—Recuerdo que cuando pasamos la noche en el yate te besé luego de beber de ti —dijo volteándose al pelinegro que subió los hombros algo avergonzado.
SooBin rió y se inclinó, besando su mejilla, luego su hombro por encima de la tela. El humano no pudo evitar suspirar, toda la noche, SooBin estuvo tentándolo, tocandolo y besándolo, no sabía si romper él mismo la tensión ahí mismo o esperar por el modelo.
—Entonces, ¿te vas a gastar todo mi dinero? —preguntó el modelo con una sonrisa, dejando su cabeza apoyada en su mano. YeonJun asintió.
—Voy a dejar todas tus cuentas vacías —bromeó apoyando su cabeza en el respaldo, su cuello estirándose y siendo completamente llamativo para el modelo que no disimuló en ver la piel antes de volver a sus ojos.
Empezaron una charla común, hablando de cualquier cosa, ninguno de los dos era ciego, en toda la conversación estuvieron tentandose el uno al otro.
El modelo soltó una pequeña risa y se inclinó hacia el pelinegro, acorralándolo entre su cuerpo y el sillón.
—Ustedes tienen habilidades, ¿no? —preguntó el pelinegro masajeando los hombros del modelo que asintió apoyándose en sus codos para no aplastarlo con su peso.
—No todos tenemos las mismas habilidades, depende de nuestros antepasados, de nuestro desarrollo y de nuestro entorno —explicó haciéndose paso entre las piernas del otro que no pudo resistencia— Yo, particularmente, tengo el don de la hipnosis y tengo la vista nocturna un poco más desarrollada de lo normal.
—¿Solo eso? —preguntó ladeando su cabeza, nuevamente su cuello expuesto ante el modelo.
—En realidad, es extraño ver a un vampiro con más de dos dones, algunos hasta desarrollan uno a medias, como te dije, depende de muchas cosas —contestó mirando la piel ajena, distraído. El pelinegro se dió cuenta, sonrió, tomándolo de la nuca para atraerlo a él, juntando sus labios en un vaivén lento.
Sus manos recorrieron la nuca del modelo y se adentraron por la camisa del modelo, tocando la fría piel.
Abrió sus labios, dándole acceso a la lengua ajena, ladeó su cabeza para profundizar el beso, más el modelo se separó observándole burlón.
—¿Sabías que tenemos un día de celo? Cada mes —mencionó relamiendo sus labios, YeonJun frunció el ceño confundido— Hay cierta luz de luna que inicia mi celo, y esa luz es mañana —comentó rozando sus narices.
—¿Y qué quieres que haga con esa información? —preguntó con los ojos entrecerrados, SooBin sonrió ladino.
—Solo tenlo en cuenta —dijo antes de volver besarlo inclinándose más hacia él, sus pechos juntos.
YeonJun acarició con sus dedos la piel a su alcance, sus dedos calientes haciendo contraste con la piel fría.
Sin miedo y sin duda rodeó las caderas ajenas con sus piernas, apretándolo contra él, sacándole un gruñido al modelo.
Se separaron en un suspiro, los labios del más joven fueron al cuello blanquecino, el modelo ladeando su cabeza para darle más acceso al otro, YeonJun tomó entre sus dientes la piel pálida y succionó, un sonido húmedo llenando la sala cuando liberó la piel entre sus dientes.
SooBin hizo un pequeño sonido con su garganta haciéndolo volver a verlo, le sonrió sin enseñarle los dientes.
—Sujetate —pidió recibiendo un pequeño beso en su nariz de parte de su abogado favorito antes de que se abrazara a sus hombros y apretara el agarre en sus piernas, riendo cuando el modelo se levantó y empezó a caminar, sujetándolo de los muslos— No pesas nada, querido abogado —comentó empujando la puerta de su habitación, se quedó en silencio cayendo en cuenta de lo que acababa de decirle.
SooBin siempre había pensado en YeonJun como su abogado, su estúpido abogado, su lindo abogado, su gracioso abogado.
YeonJun salió del hueco de su hombro y cuello, lo observó con una pequeña sonrisa.
—Si sigo siendo tu abogado... Y me ves como tú querido abogado, yo doy las órdenes —bromeó con una risita.
—Olvidalo —contestó con la misma risa, más aliviado de no haber arruinado el momento. Los dos sonrieron y juntaron sus frentes con la misma sonrisa de puro amor y felicidad.
Recuerden que Wattpad no me guarda las correcciones :( cuando la historia acabe me pongo a editar los pequeños errores.
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The_Dark_Diamond
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