Capítulo 39
Maratón 5/5
Ese mismo día, efectivamente, SooBin y JinSoo fueron vistos por las cámaras y no tardaron en ser interceptados por los reporteros.
Aprovecharon de hablar, aclarando su amistad y sobre todo aclarando que aquel vídeo en dónde supuestamente se estaban besando era algo de ángulos, aclarando que iban a ver la foto original en la revista.
“Mi relación con mi abogado, es algo privado, y que dos personas se besen no los lleva a tener una relación de pareja, cabe destacar, yo sé lo que hago con mi vida privada, y espero puedan respetarlo.”
Fue lo único que dijo cuando preguntaron por YeonJun.
Al día siguiente los canales de chismes no dudaron en dar la noticia luciendo su descontento por la amistad de los modelos, y la curiosidad por YeonJun.
SooBin decidió no ir a ninguna parte, quedándose en su apartamento, JinSoo volvió con su agencia, la chica también aclaró su amistad con SooBin quitándole la ilusión a muchos medios.
No había dejado de pensar en YeonJun, había estado llorando antes de que llegara y no sabía la razón, lo había llamado pero solo lo mandaban al buzón de voz, dejó varios mensajes igualmente, no teniendo respuesta.
SooBin no lo sabía, pero a las dos de la tarde, justo cuando dió su tercera llamada a YeonJun, este estaba en el juicio, hablando hacia el juez.
YeonJun se levantó de su lugar, mirando firmemente al juez humano que había pedido que hablara sobre su denuncia hacia la agencia de la que fue despedido.
Tenía su abogado, sí, pero el juez quería oír a YeonJun.
—Denuncio a la agencia por la obvia injusticia que cometieron conmigo, y los denuncio por querer quitarme o más bien, anularme mi derecho de ejercer mi profesión —dijo, tomando asiento segundos después. Irónicamente, el abogado del abogado se levantó a dar las pruebas. YeonJun siguió hablando con permiso del juez— Le presento diez casos de la agencia en dónde, los abogados se han visto involucrados con sus clientes y el único trato y palabra que han recibido es mantenerlo, vulgarmente, bajo cuerda, entonces... Mi solicitud-...
—En todo caso, ¿no debería hablar el abogado? Es lo legal —interrumpió el director del otro lado, el juez observó las pruebas que le eran entregadas de nombres y fechas en dónde se afirmaba estaban saliendo abogados con clientes.
YeonJun había obtenido esa información gracias a BaekHyun que, muy sociable, había conseguido con lujo de detalles las relaciones más candentes de toda la agencia.
Todo gracias a la señora de limpieza.
Y ellos lo confirmaron, así que nada, era falsificación.
—Si hablamos de ser legal y seguir normas el supuesto lavado de dinero que lleva a cabo no lo es, director —contestó mirando a su abogado tomar asiento a su lado. El abogado del director habló con el ceño fruncido.
—¿Por qué no hablamos mejor de lo bajo que puede caer la agencia con sus vídeos? —preguntó, el juez miraba todo en silencio, él ya tenía un veredicto, pero seguiría con todo el protocolo de dejar a ambos lados hablar.
—Señor juez, mi derecho a ejercer no puede ser quitado —habló YeonJun mordiendo su lengua de lo que iba a decir cuando el juez alzó levemente una mano, pidiendo silencio.
El hombre acomodó sus lentes y carraspeó un poco antes de hablar.
—Sus pruebas son muy contundentes, señor Choi y tiene razón al pedir que estas personas tengan el mismo castigo que usted —YeonJun asintió, el abogado a su lado le susurró que algo no iba bien— Pero, las relaciones que usted me acaba de enseñar, no son expuestas al público, nadie sabe de lo ocurrido, en cambio, usted fue visto por un montón de personas en redes, en televisión y la agencia no puede permitirse tal escándalo y perdonarlo —el pelinegro se quedó en completo silencio, sin palabras y sin algún argumento, estaba en blanco, sintió sus manos temblar apenas la idea de perder su título cruzó su cabeza.
Porque al quitarle el derecho, le quitaba el título, ya no valdría nada todo el esfuerzo que puso en sus años de universidad.
—Tiene razón, señor Juez... Pero pensemos un poco y llevemos esto a meses atrás —el abogado a su lado de levantó, ¿qué iba a decir ahora? No tenían más pruebas— Hace dos meses la abogada Shin fue vista por un grupo de fans con el famoso cantante en ascenso, Joon Young, y la agencia simplemente usó el poder del dinero para que no saliera a la luz, la abogada Shin fue vista tiempo después por un cúmulo más grande de personas con el mismo hombre y no pudo evitar salir en cámaras, ¿Sabe en dónde está ella? Sigue trabajando en la agencia, la cual se encargó de aclarar que la abogada había salido con él mucho tiempo antes de ser contratada por el mismo, obviamente, no pudo seguir trabajando para él, ¿Cuál es la diferencia con el señor Choi y Choi SooBin? —preguntó, tomando asiento de nuevo con una pequeña sonrisa.
—¿Tiene pruebas de su hablar? —preguntó el juez con la ceja arqueada, el abogado se levantó con una careta extra que confirmaba todo lo que acababa de decir.
El director se levantó y miró al juez fijamente.
—Mi agencia no seguirá permitiendo esto, señor Juez, me comprometo a despedir a todo aquel que falte las normal y tenga la ética y el profesionalismo bajo. Y en comparación a la abogada Shin, esto es actual, es lo que ocurre ahora —dijo, el juez le desvió la mirada, devolviendo la carpeta al abogado que volvió a su lugar, tomando el mazo en mano indicando que no había más que opinar.
YeonJun se cruzó de brazos.
—¿Está alguno en esta sala recibiendo soborno? —preguntó deteniendo el movimiento del juez— ¿Acaso Choi Seong-Suk está detrás de esto? —volvió a preguntar levantándose de su lugar, el abogado a su lado lo sujetó— Puedo creer en que el director recibió el soborno, pero usted, juez... No puedo creer lo bajo que cayó —el hombre golpeó el mazo una vez, mirándolo fijamente y con el ceño fruncido.
—Verdicto final, Choi YeonJun obtendrá su petición, todos aquellos abogados que fueron cubiertos por la agencia serán inmediatamente despedidos sin excepción a menos que se quiera a la ley superior en la agencia. Y hoy, dieciséis de julio del dos mil veintidós, el abogado Choi YeonJun dejará de ejercer su profesión por su ética nula y profesionalismo faltante, su título se considerará obsoleto a partir de ahora, en cuanto el papeleo esté hecho se le llamará para su firma. Caso cerrado —y golpeó dos veces el mazo, YeonJun no pudo evitarlo, no quería controlarse y mucho menos verse educado ante nadie.
Le habían quitado todo el esfuerzo de años y de estudio por una pequeñez.
Golpeó con sus manos la mesa y tomó la carpeta con pruebas, arrojandola en dirección al juez.
Siquiera se despidió de su colega, simplemente salió de ahí con el llanto atorado en la garganta, buscó su auto con rapidez y entró de un portazo, rompiendo en llanto con la frente pegada a sus manos en el volante, golpeó el mismo con sus puños.
Sollozó con ira, con fuerza, no era nada justo lo que estaba pasando, le estaban quitando su profesión, lo estaban desmeritando cuando había demasiados corruptos aún ejerciendo a diestra y siniestra.
Encendió su auto aún con lágrimas en los ojos, conduciendo a un conocido bar para él.
Dejó sus llaves en su saco y entró al lugar sin importar que lo vieran llorando. No había revisado su teléfono, siquiera sabía en dónde estaba.
Tomó asiento en la barra, pidiendo lo más fuerte que tuvieran a esa hora, eran las tres de la tarde, no había demasiado movimiento de alcohol, así que se conformó con el mojito que le dió el bartender.
No había tenido profesionalismo, lo sabía, y no iba a negarlo, el involucrarse con clientes era algo que no se debía hacer, pero a la magnitud que lo habían llevado era demasiado.
Y él estaba seguro de que Seong-Suk estaba detrás de todo.
—Dame otro —pidió devolviéndole el vaso al hombre que con agilidad le dió el segundo, y con esa misma agilidad sirvió el tercero, el cuarto, el sexto, el noveno y el décimo mojito.
Estaba borracho, pero aún así no dejaba de estar molesto, decepcionado y con ganas de visitar a alguien.
YeonJun dejó de estar apoyado en la barra y se alzó, extendiendo un billete de mil al hombre.
—Son quinientos y no tengo para darle el cambio —explicó devolviendo el billete, YeonJun lo pegó al pecho del bartender.
—No importa, quedatelo, cómprate algo lindo, Rick —y se fue, caminando con algo de dificultad.
—No me llamo Rick —dijo el bartender guardando el billete en sus bolsillos.
[...]
—¡Ya voy! —gritó SooBin en su departamento, colocándose una playera, se estaba cambiando de una ducha y alguien había estado tocando la puerta tan insistentemente que se vistió apurado, sin tiempo de acomodarse bien la prenda,le irritaba que tocaran así— ¿Qué pasa? —preguntó abriendo la puerta, un puño iba directo a él, lo esquivó frunciendo el ceño al ver a YeonJun manteniendo su postura con un poco de dificultad.
—¡Te odio demasiado! ¡E-eres un imbécil! —gritó empujándolo apenas y con fuerza, SooBin cerró la puerta a sus espaldas.
—Hueles a mojito, ¿cuántos tomastes? —preguntó siguiendo a YeonJun, que se apoyó de su sillón, mareado.
—¡Y-yo hago las preguntas, Jacob! —señaló con el ceño fruncido, SooBin cruzó los brazos.
—No me llamo Jacob.
—¡No me importa! Estuve..
Estuve toda la maldita semana esperando a que me llamaras o me fastidiaras, ¡Pero no! ¡Don colmillos estaba con una linda modelo luego de decirme que estaba enamorado de mi! ¡Y de paso, me despidieron de mi trabajo y siquiera preguntaste por eso! —reclamó molesto.
—¿Te despidieron? ¿Por qué? —preguntó, YeonJun tropezó con sus propios pies al caminar, casi que cayendo al suelo.
—Te dije que yo hago las preguntas, Erick —recordó, SooBin cayó en cuenta de que no podía razonar con una persona ebria, mucho menos si la persona era YeonJun— Entonces... ¡Entonces yo estaba llorando en mi auto y tú no te dignaste a llamarme!
—¿Cómo sabría que estabas llorando? —preguntó con diversión cuidando de que el abogado no cayera al suelo.
—No lo sé, sentido de vampiros o algo... ¡Y te dije que yo hago las preguntas, Marcos! —gritó de nuevo. SooBin lo jaló del brazo para llevarlo a la ducha, no soportaba ver más al abogado así, a pesar de que le divertía un poco, no quería a un YeonJun ebrio en su casa— ¡Sueltame! Y-y... Y dime, ¿Eres novio de esa modelo? ¿¡Por eso no me llamabas!? —preguntó pellizcando su brazo, SooBin lo empujó al baño.
—Duchate, luego hablamos —pidió, YeonJun lo miró con el ceño fruncido, ceño el cual se ablandó al recordar algo. SooBin miró en vivo y en directo como el abogado se desarmaba en lágrimas frente a él.
Tomó una respiración y lo rodeó con sus brazos, dejándolo que llorara en su hombro. El cambio de ánimo siendo demasiado grave para SooBin.
Pero había que entender, YeonJun estaba ebrio.
—¡T-tu hermano sigue haciendo cosas! ¡Y-yo estoy tan molesto! N-no me arrepiento de aceptar el caso porque eres muy sexy, p-pero no pensé que me arrojarían todos mis años de estudio a la mierda —y siguió llorando desconsolado, la ebriedad poniéndolo demasiado sentimental.
SooBin lo tomó de la parte trasera se sus rodillas y lo recostó en la mullida cama, quedándose con él hasta que dejara de llorar, y eso fue como diez minutos después.
Ya el abogado estaba calmado, sorbiendo su nariz, SooBin estaba acariciando su cabello. Alzó su mirada.
—Daniel...—llamó secando el mismo sus lágrimas, SooBin bufó.
YeonJun miró fijamente al modelo, sorbiendo su nariz.
—No me llamo Daniel.
—No sé cuándo, pero me enamoré de ti —dijo mucho antes de hacer algo que SooBin no pensó y que quedaría marcado en su memoria por el resto de sus días.
¡Y acabó el maratón! Espero les haya gustado mucho, a mi me gustó mucho escribir este Capítulo en particular!
Este es el último maratón del año, última actualización, nos veeeemoos!
Tengan unas felices fiestas!
Feliz navidad!
The_Dark_Diamond
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