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Capítulo 34

ADVERTENCIA

El siguiente capítulo contiene narración erótica, sexo explícito, por favor si no le gustan este tipo de escenas lo comprendo y te invito a esperar o saltar al siguiente capítulo, por favor no tirar hate, ya se los advertí.

Guerra avisada no mata soldado




























No estaban abrazados, YeonJun se había se había separado de él pidiendo unos segundos que SooBin convirtió en una charla que suplantó el silencio que había dejado aquel abrazo que compartieron.

—BaekHyun llega mañana —comentó el abogado sentado en el sillón de tres plazas, eran las siete y media de la noche pero aún así entraba una brisa fría que erizaba su piel.

—Que bien... Lo siento mucho por él, ¿sabes? Sé por lo que está pasando —sinceró sentado a su lado, YeonJun lo observó fijamente buscando más explicación, SooBin rió levemente— Mataron a mi prometido, fue hace muchos años atrás, pero fue algo... Impactante, y muy doloroso.

—¿Puedo preguntar cómo murió? —preguntó con una expresión triste y preocupada.

—No deberíamos hablar de mi prometido difunto justo ahora, YeonJun —opinó con una risa. El abogado entendió también sonriendo levemente.

Le extrañaba que SooBin no había hecho algún movimiento, era un simple pensamiento que dejó de lado mientras se inclinaba al pelinegro y besaba su mejilla.

En el silencio del yate, el abogado fue quien dió el primer movimiento, besando la mandíbula ajena, el modelo ladeó su cabeza dándole más acceso a su vez recostando la espalda en el respaldo.

YeonJun no perdió tiempo y se acomodó en el regazo ajeno, con cada pierna a cada lado de la cadera del otro que tampoco perdiendo tiempo metió sus manos por la camisa ajena, sus manos frías haciendo contacto con la piel caliente le sacó un jadeo al abogado.

—Hace frío aquí, vamos a la habitación —propusó el modelo esperando a que el abogado se levantara primero, él modelo lo secundó, mirando a ambos lados sintiéndose observado.

Olisqueó el aire pero no captaba más nada que no fuera el aroma del abogado, estaban solos. Le señaló la puerta que era al abogado que se fue por el pasillo peinando su cabello.

Para asegurarse, se asomó por las ventanas, el frío de la noche impactando en su cara, cerró las ventanas con seguro.

Se aseguró de que la puerta estuviera bien cerrada, con llave y se encaminó a la habitación.

YeonJun ya había entrado, dejando la puerta abierta, el más bajo estaba observando la habitación sencilla, siendo notorio que SooBin no lo pasaba mucho ahí.

—Pensé que me esperarías sin ropa —bromeó el pelinegro cerrando la puerta a sus espaldas, YeonJun rió volteándose a verlo.

Relamió sus labios y lo miró directamente.

—Prefiero que me la quites tú —y con esas palabras parecía que había desatado a una bestia hambrienta, SooBin caminó los centímetros que lo separaban y atrapó sus labios en un beso feroz, sus lenguas enredándose y sus manos metiéndose por debajo de la ropa.

El abogado se lanzó hacia atrás, trayendo a SooBin con él a la mullida cama, las sábanas se arrugaron bajo ellos.

SooBin no perdió tiempo y quitó la camisa del abogado, arrojándola a un lado.

Volvió a sus labios, mordisqueando su labio inferior, YeonJun ahogó un jadeo sintiendo un punzón en su labio.

Se separó en un jadeo, SooBin lo observó fijamente, sus ojos estaban carmesí un color demasiado intimidante pero a la vez atrayente, bajó su mirada a los labios ajenos, pudo notar sus colmillos crecidos.

—C-cuidado con tus colmillos —dijo dándoles la vuelta, quedando sobre el regazo ajeno, SooBin soltó una risa.

—Lo pensaré —contestó alzando sus caderas, rozando su pelvis con la ajena, el abogado mordió su labio inferior aguantando un sonido, inmediato empezó a mover su pelvis contra la ajena. SooBin se alzó por completo, quedando sentado con el abogado moviéndose en su regazo.

Quitó su camisa y también la arrojó a cualquier dirección, empezó a besar el cuello del pelinegro, dejando lamidas y pequeñas mordidas, sus colmillos apenas y rozando la piel.

—No dejes marcas —dijo el pelinegro llevando sus manos al borde del pantalón ajeno, SooBin lo observó, sosteniendo sus mejillas con una sola mano. Sonrió mostrando sus colmillos, YeonJun se sintió intimidado por aquel agarre.

SooBin pasó su mano libre por su pecho, el frío tacto manteniendo su piel erizada, los dedos del modelo se adentraron en su pantalón deportivo, apretó sus ojos soltando un suspiro.

El modelo devolvió su mano en su pecho, en un camino tortuoso hasta su nuca.

—Voy a hacerlo —aseguró dándoles la vuelta de nuevo, las piernas del abogado quedando enroscada en las caderas ajenas, YeonJun observó fijamente al modelo frente a él, negando con su cabeza.

SooBin ladeó su cabeza con una pequeña sonrisa.

—Voy a dejar muchas marcas en ti, abogado Choi —dijo en un tono de voz bajo, la lengua del vampiro se adentró entre su boca, succionando y volviendo a separarse.

YeonJun desabrochó los pantalones ajenos, encontrándose aún más agitado que antes por las palabras del vampiro que, secundando, le ayudó a quitar sus propios pantalones.

Y así, los dos solamente en ropa interior, se observaron.

SooBin relamió sus labios mientras  pasaba sus manos por los muslos ajenos, el abogado sintió sus latidos más acelerados, su respiración más acelerada.

El modelo ladeó su cabeza pellizcando levemente la piel interna.

Sin poder evitarlo, el abogado soltó el primer gemido de la noche.

SooBin retrocedió en sus rodillas, pegando sus labios húmedos a los muslos ajenos, sin pedir permiso o dar aviso encajó sus dientes en la piel sintiendo un jalón en su cabello lo suficientemente fuerte para separarse.

Miró al abogado, su barbilla rozando con el bulto en la ropa interior del otro que agitado soltó el cabello ajeno.

—L-lo siento —pronunció apenas, apretando las sábanas bajo él. SooBin simplemente le dió una mirada y siguió besando y mordisqueando los muslos ajenos, logrando abrir pequeños puntos con sus colmillos.

YeonJun estaba a nada de llegar a su liberación por las mordidas del pelinegro entre sus piernas. Al inicio solo había un pequeño dolor punzante pero ahora, cada vez que SooBin encajaba los colmillos en él sentía corrientes de placer llevándolo al límite.

Él no era así, no se llenaba de placer y desespero tan rápido, no sabía que le pasaba, porqué con SooBin.

El modelo sacó su lengua y lamió todo el tramo que había mordido, el pelinegro bajo él arqueó su espalda, lloriqueando de puro placer.

SooBin se separó, observándole con una sonrisa demasiado tentadora.

—¿T-tienes lubricante? —preguntó agitado, sintiéndose increíblemente atraído por la expresiones que SooBin le mostraba. Soltó un gemido cuando su miembro fue tocado por encima de la tela.

—Yo no uso eso, cariño —dijo quitando los boxers ajenos. YeonJun frunció el celo alzando las caderas.

—Yo traje, úsalo —indicó recibiendo una negación del vampiro que lo ignoró quitando su propia ropa interior, ahora sí, estaban desnudos, uno frente al otro. YeonJun tomó asiento en la cama señalando sus pantalones— ¡Úsalo o me voy, Choi! —gritó haciendo al modelo rodar los ojos, no tuvo opción y fue a buscar en los bolsillos ajenos hasta encontrar un sobre, para cuando volvió a la cama, YeonJun lo observaba fijamente, sus ojos brillantes de la exitacion.

—No creo que te vayas solo por esto, pero te haré caso esta vez —dijo dejando el sobre a su lado, tomó los muslos ajenos en sus manos besando castamente sus labios para ir descendiendo por su pecho, atrapó uno de sus pezones en sus labios, maltratando con sus dientes, el abogado arrojó su cabeza hacía atrás, gimiendo alto por su pronto climax.

SooBin siguió bajando sus besos hasta llegar a su vientre, pasó su lengua y dejó pequeños besos húmedos que no pudieron hacer más que sacar de control al abogado que, separando a SooBin de él, gimió en su primer climax de la noche, estaba sudoroso, parte de su cabello pegado a su frente era la evidencia.

El modelo lo jaló de los tobillos, volviendo a recostarlo de la cama, seguía tratando de recuperarse de su orgasmo y tratando de encontrar respuesta a su climax tan rápido si solo SooBin lo había besado y mordido.

SooBin no dijo nada al respecto, simplemente abrió el sobre de lubricante plateado y metió tres dedos en la bolsa, restregó los mismos mirando al abogado desde arriba.

—Abre las piernas —pidió en un tono ronco, el abogado como pudo acató la orden, aún tembloroso. SooBin le sonrió con picardía, inclinándose sobre él, un dedo rozando en su entrada haciéndolo jadear y morder su labio inferior.

La lengua del vampiro pasó por su cuello con lentitud a la vez que el dedo de abría paso en su interior con esa misma lentitud que lo estaba volviendo loco.

YeonJun no pudo evitarlo, se sujetó de la espalda ajena y gimió, casi gritó, por la oleada de placer que recibió. SooBin de dió cuenta de ello, moviendo su dedo en círculo a su vez bajando sus besos por su cuello, quedándose en su clavícula.

SooBin empujó con suavidad otro dedo, recibiendo un apretón en sus dedos y un gemido demasiado necesitado en su oído, mordió su labio inferior intentando controlarse.

YeonJun no le estaba poniendo la tarea fácil, él muy poco había tenido relaciones con humanos, y el sexo de vampiros era algo demasiado brusco para YeonJun y sabría que a la primera mordida sin piedad le daría una patada y se iría. Él simplemente quería tomarlo ahí y liberar toda su tensión con él, pero debía considerar que YeonJun era humano, y que debía dejarlo con ganas de más esa noche para que, aunquesea, volviera por sexo.

—No te he escuchado decir mi nombre —mencionó rozando sus labios, YeonJun jadeó sintiendo el segundo dedo apenas adentrado a la mitad, SooBin lo estaba desesperando mucho.

El modelo mordió el labio inferior ajeno, jalando a la vez que terminaba de adentrar su dedo, sacándole otro gemido al abogado que arqueó su espalda sintiendo como su orgasmo se construía de nuevo en su vientre, ¿tan rápido?

—SooBin... Hazlo ya, por Dios —murmuró apretando los cabellos ajenos en sus manos, estaba conciente de que no estaba del todo listo, pero su desespero era mayor. Tanteó la muñeca del vampiro y sacó los dedos de su interior, mirándolo fijamente.

—Gime mi nombre primero  —pidió el modelo pasando sus dedos por el cuello ajeno, acariciando con su pulgar la manzana de Adán, bajó su mano, las yemas de sus dedos apenas y rozando, causando escalofríos en el abogado que apretando los ojos, alzó sus caderas pidiendo silenciosamente que los uniera de una vez.

El vampiro rió con burla dejando sus dedos descuidado en el falo ajeno, apretó mientras inclinaba su mano bajo la almohada, sacó un condón.

—¿T-tienes condones bajo la almohada? —preguntó moviendo voluntariamente las caderas contra la mano ajena, SooBin lo observó con el ceño fruncido.

—Estás diciendo todo lo que no quiero oír. Gime mi nombre —pidió por segunda vez apretando el falo en su mano, YeonJun se retorció soltando la petición del vampiro en menos de lo que pensó, un gemido que llenó las paredes de la habitación y hasta traspasó la puerta, demasiado alto y demasiado tentador para él.

Mordió su labio inferior mientras abría el paquete con cuidado, colocándose el látex en su virilidad, no se había tocado y no había dejado de estar exitado en ningún momento.

Empujó las rodillas del abogado hacia su pecho, este quejándose levemente por la posición que nunca había usado estando él abajo, y una posición para la que no era demasiado flexible.

A SooBin le importó poco, el abogado dejó caer sus manos a cada lado de su cabeza, apretando las sábanas en sus manos cuando fue penetrado de una sola estocada, no pudo evitarlo, gritó de placer sintiendo sus ojos cristalizados, no había dolor, sí un leve ardor, más no era algo que le impidiera darle una pequeña señal a SooBin para que siguiera con los movimientos pélvicos, una tras otra, rápido y con una rudeza de la que no se quejó el abogado, más bien, parecía disfrutarla.

SooBin agradecía no tener vecinos, pues el pelinegro bajo él apenas y tomaba aire, no podía parar de gemir o de gritar sus manos doliendo por el agarre tan fuerte de las sábanas.

El modelo cambió de posición, dejando que el abogado enroscara sus piernas en sus caderas, detuvo sus movimientos, se inclinó pasando su lengua lenta y tortuosamente por el belfo inferior ajeno, YeonJun atrapó su lengua entre sus labios, succionando y tratando de regular su respiración.

Apenas y YeonJun fue conciente de cuando cambiaron de posición por tercera vez, ahora él estaba sobre SooBin, el modelo apoyado en sus codos, mirándolo con aquellos ojos rojos que no dejaban de pasearse por toda su figura, el labio inferior de SooBin fue apresado por el mismo vampiro cuando empezó a mover sus caderas de arriba a abajo, deteniéndose y haciendo movimientos circulares.

El vampiro no pudo evitarlo, encajó sus manos, o más bien sus uñas en los muslos ajenos, su cabeza se apoyó en la almohadas, YeonJun gimió por el leve ardor, sin esperar más empezó a mover sus caderas de arriba a abajo, sintiéndose cada vez con menos energías pero con un placer que debía culminar.

Se apoyó del pecho ajeno, rasguñando a su gusto cuando SooBin alzaba sus caderas cada que él bajaba.

Gimió entrecortado, su garganta ya estaba ardiendo y sus ojos lloraban de puro placer.

No podía creer como algo que ya había hecho incontables veces se sintiera tan intenso y tan diferente con SooBin.

Pero había que entender que SooBin era un vampiro, y los vampiros se alimentaba de eso según las leyendas.

SooBin rodeó su miembro con su mano izquierda sacándole un lloriqueo, no movió su palma, simplemente cubrió un punto en específico con su dedo pulgar.

YeonJun jadeó deteniendo sus movimientos de cadera, sabía lo que estaba haciendo el otro.

—Suel-sueltame —pidió apenas moviendo sus manos, sentía que con cualquier movimiento llegaría a su límite y el dedo de SooBin impidiendo su pronta liberación no lo dejaría culminar.

—Sigue moviéndote —dijo el vampiro trazando círculos con su pulgar, el pelinegro sintió sus piernas temblar.

—S-soo-...

—Dije que siguieras moviéndote —lo cortó pellizcando su muslo con su mano libre. El abogado gimió entrecortado nuevamente, su garganta ardía y el no poder controlar sus gemidos le costaría caro al día siguiente. SooBin arqueó la ceja mirando al hombre sobre él, YeonJun se negaba a moverse— Lo haré yo entonces —su miembro fue soltado, si, pero solo para darle la vuelta de nuevo, el cuerpo de SooBin sobre él impidiendo que cerrara sus piernas adecuadamente. La misma mano volvió a sostener su miembro, quiso evitarlo con sus propias manos pero SooBin fue más rápido y sujetó ambas sobre su cabeza con fuerza, usando ese mismo agarre para apoyarse en la cama y no aplastar a YeonJun con su peso.

SooBin le sonrió, una sonrisa pícara, maligna que lo volvió loco apenas la vió.

Sin avisos ni delicadeza, SooBin volvió a adentrarse en él, llegando justo al punto que YeonJun no quería que encontrara.

Sus manos se retorcieron en el agarre firme, sus piernas apretaron el cuerpo entre ellas y gimió incontables veces. SooBin lo observaba fijamente, mordiendo su labio inferior de vez en vez, golpeaba una y otra vez el punto del abogado que no paraba de retorcerse, lloriqueando de puro placer, quería llegar a su climax, quería que SooBin quitara si pulgar de ahí.

Así que lo pidió entre gemidos rasposos, su cuerpo estaba erizado y no dejaba de terminarse bajo el ajeno.

SooBin no me prestó atención a su petición, deshaciéndose del agarre de sus manos, YeonJun dejó sus manos subes su cabeza, sin poder pensar en más que en el placer que inundaba su cuerpo, su orgasmo construyéndose en su vientre y un dedo haciéndole burlas, apretando cada vez más su miembro.

SooBin se apoyó de la multa cama, los ojos cristalizados de YeonJun se encontraron, no había dejada de pensar con rapidez así que era muy difícil para el abogado mantener su mirada y mucho menos dejar de gemir el nombre de quién le estaba dando una de las mejores sesiones de sexo en su vid. Si aliento chocaba con la cara del vampiro que también sintió su orgasmo construirse en su vientre, con malicia dejó de moverse y dejó de sujetar su miembro, sus manos ahora quedaron a casa lado de su cabeza.

—Enseñame tu cuello —pidió relamiendo sus labios, YeonJun no pudo negarse a la orden, la voz de SooBin sonando más fina de los demás, la exitacion en su cuerpo siendo demasiada.

Hizo su cuello a un lado, las caderas de SooBin empezaron un vaivén lento, el vampiro sabiendo a qué distancia y como moverse para apenas y rozar su próstata, gimió de nuevo, desesperado y pidiendo entre balbuceos que aumentara el ritmo. SooBin lo ignoró haciendo movimientos circulares, sus dientes rasparon la piel blanca del cuello ajeno, no esperó más queriendo su propia liberación, encajó sus dientes con lentitud recibiendo como respuesta otro de esos gemidos que demostraban el disfrute y sobre todo lo rasposa que estaba la voz ajena de tanto que había elevado el tono.

Soltó un gemido aún con sus colmillos en el cuello ajeno, posó sus manos en el trasero ajeno, apretando a su gusto, dió aquella fuerte estocada que YeonJun estaba esperando a su vez que probaba una vez más la sangre ajena, succionando, acción que solo logró alargar el orgasmo ajeno, disfrutando se esa sensación que solo le generaba un placer inimaginable.

SooBin se separó, suspirando su orgasmo en cuello ajeno, su liberación había llegado de inmediato, rellenando el látex en su miembro.

Con distracción, siguió lamiendo y besando el cuello ajeno, YeonJun jadeó sintiendo el sudor bañar su frente y todo su cuerpo laxo, un cansancio demasiado extremo en todo su cuerpo le pedía dormir ahí mismo.

Suspiró cuando SooBin salió de él, encargándose del condón, el vampiro había quedado insatisfecho, más su mente le recordaba que estaba con YeonJun, un humano al que no quería obligar a seguir hasta el desmayo.

Volvió a la cama con toallas de bebé, entregándole dos al abogado que jadeó pasando el paño húmedo por su abdomen caliente.

Ninguno mencionó nada por unos segundos, SooBin se recostó de nuevo a su lado, besando su hombro sudado. YeonJun no quería aceptarlo pero había sido el mejor sexo de su vida y no sabía si podría conformarse solo con eso.


























Les gustó el lemon? Quisieran otro más adelante?

Los leo!

The_Dark_Diamond

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