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Capítulo 22

Maratón 4/4





Viernes y sábado ya había pasado. Estaban en la noche del domingo y no había pasado nada.

YeonJun estuvo en vela toda la madrugada del viernes para sábado, aferrado a su sobrina y con ChanYeol caminando de lado a lado, revisando las ventanas, los alrededores y habitaciones.

Los dos adultos estaban confundidos, habían pasado ya tres días y aquel vampiro, TaeYong, no se había aparecido.

—Tío... N-no me apriete muy fuerte, por favor —se quejó SooJung removiéndose sobre el pecho del abogado peliazul.

—Lo siento mucho, princesa —pasó sus manos por sus ojos en un intento de disipar el sueño que sentía. Estaba acostado en su cama teniendo a su sobrina dormida en su pecho, ChanYeol estaba de pié en una esquina de la habitación haciendo su trabajo, vigilar.

SooJung ya se había quejado un par de veces por el fuerte agarre de su tío y es que la mente del abogado empezaba a dar vueltas, a maquinar cosas e imaginar escenarios de su nulo agrado.

—Mañana debes ir a trabajar, duerme —le dijo el vampiro de cabello negro como por... ¿Sexta vez? Ya ninguno de los dos recordaba.

YeonJun se negó de nuevo y miró a la niña durmiente en su pecho. SooJung no sabía exactamente que pasaba pero la tensión era tan palpable que la niña solamente se dejaba cargar a todos lados y respondía con asentimientos o pequeños sonidos.

Porque si, YeonJun sentía un dolor horrible en sus brazos por llevar a la niña todo el tiempo en brazos, su espalda también le estaba recriminando, pero no iba a dejar de hacerlo aún así.

Tener a SooJung en sus brazos le hacía sentir un poco más seguro de toda la situación.

A pesar de que no quería, debía ir mañana a su trabajo para encontrarse con Choi SooBin y recibir el testamento, además debía hablarle sobre su suposición.

No quería ir, no quería separarse de SooJung y llamó más de treinta veces al vampiro para aunque sea dejar su encuentro para el viernes o para la semana de arriba, pero este no le atendía.

Y ahí estaba, llegando a su trabajo con la peor cara que podían imaginar, estaba estresado, tenía su mente llena de diferentes asuntos que a pesar de que eran dos eran grandes, tampoco había podido dormir bien y eso, juntándolo con su mal desayuno.

Estaba de mal humor.

Forzó una sonrisa a aquellas personas que halagaron su nuevo look y también forzó su risa cuando hicieron un broma comparándolo con un helado del mismo color.

Llegó a su oficina y soltó un pequeño suspiro cuando miró la figura de SooBin a un lado de la puerta.

—Buenos...—el pelinegro detuvo su habla y detalló mejor el perfil del abogado con el cabello azul. Esbozó una sonrisa coqueta— Buenos días —repitió ahora con su voz un tono más bajo de lo normal, una media sonrisa en sus labios. El abogado solo asintió entrando a su oficina luego de mucho tiempo.

—Escuche, estoy algo... Atareado. Así que iré al grano y, por favor, le pido que me colabore, señor Choi —pidió escarbando en un cajón de su escritorio.

El vampiro asintió dejando su lado coqueto entendiendo por la expresión y habla del abogado que iba enserio. 

—Aquí está el testamento y la firma —SooBin dejó el sobre amarillo sobre la mesa tomando asiento. YeonJun cerró el cajón con una pequeña hoja en manos, tomó asiento igualmente y suspiró peinando su cabello.

Debo quitarme esto. Pensó sintiendo algo grasoso su cabello.

—Quiero que me aclare algo, ¿su hermano y usted se criaron juntos? —preguntó dejando su teléfono encima del escritorio, tenía la tentación de llamar a ChanYeol y preguntar como estaban.

SooBin suspiró.

—Mi hermano se crió con mi padre y yo con mi madre —YeonJun alzó sus cejas maquinando todo en su mente.

—No tiene sentido... —murmuró extendiendo su brazo al sobre. El pelinegro frunció el ceño captando un aroma poco agradable en el abogado.

YeonJun sacó el contenido del sobre, observó el testamento y chasqueó la lengua.

Estaba a computadora.

Pero aún así tenía la firma de la mujer difunta abajo. Sacó el otro papel que había dentro encontrándose una foto de una mujer de cabello lacio y negro, colmillos afilados y brillantes sosteniendo en brazos a un niño pálido de ojos brillantes y gran sonrisa, su cabello era igual de negro que el de la mujer y una de sus manos sostenía una pequeña medalla.

No cabía duda ese era SooBin con su madre.

El abogado dejando de mirar a detalle la foto y la volteó leyendo el mensaje de atrás.

“Mi pequeño colmillos, ganador del segundo lugar en caza de lobos, estoy muy orgullosa de ti, mi pequeño.

Mamá te quiere mucho"

Y abajo estaba la firma de la mujer. YeonJun comparó la firma de la foto junto a la del testamento a detalle, un profesional se encargaría de eso.

—Tengo la leve sospecha de que el testamento fue falsificado —habló mirando al vampiro que frunció el ceño— Usted fue criado por su madre... Umm... Lo quería mucho, es decir, en el escrito se nota y me extraña que le deje solamente un yate y lo demás a su hermano. Con su permiso le entregaré esto a un grafólogo y él nos dirá si fue falsificado o no.

SooBin peinó su cabello y suspiró. Aquello de la falsificación no había pasado por su cabeza por ningún momento.

—Está bien, ¿no necesita algo más? ¿Más firmas de ella o algo? —preguntó luciendo sus ojos carmesí al abogado.

—En unos días llamaré al grafólogo y él me dirá que más necesita, hoy está en su día libre —le dijo mirando distraídamente la foto. YeonJun se dejó llevar por su mente sintiéndose repentinamente nervioso y con ganas de llamar a ChanYeol para preguntar por el estado de su sobrina.

—¿No me va a felicitar? —preguntó el vampiro notando lo preocupado y nervioso que estaba el abogado que frunció su ceño y lo miró confundido—Gané el segundo lugar en caza de lobos, merezco aunque sea una felicitación, ¿no?

YeonJun rió suavemente por las palabras del vampiro. Esta vez su risa no era falsa o forzada.

—Felicitaciones. Aunque... Esto fue hace años, ¿no? —preguntó mirando nuevamente la foto intercalando su mirada entre el niño de la foto y el adulto frente a él.

—Si, hace unos años ya —asintió oliendo disimuladamente el aire— No gané el primer lugar porque uno de los niños estaba haciendo trampa —YeonJun alzó sus cejas dejando la foto de lado y prestando atención al vampiro. Se sentía un poco interesado, solo un poco.

SooBin rió por el interés del abogado.

Estaban avanzando, ¿no?

—Las reglas eran cazar a los lobos sin hacerles daño, morderlos, arañarlos o hipnotizarlos.

—¿Hipnotizarlos? ¿Pueden hacer eso?

—Algunos, si. En fin, yo estaba corriendo tras mi lobo para atraparlo y llevarlo a la meta pero uno de los niños que estaba compitiendo mordió a su lobo, pero no para llevárselo más rápido que los demás, estaba succionando su sangre y yo corrí hacía él. Blá blá blá... —YeonJun soltó una risita por las señas del vampiro— Descalificaron al niño y yo volví a entrar por mi lobo, lo hice lo más rápido que pude pero igual llegué de segundo.

Y el abogado se olvidó por unos segundos de todo alegando que ese niño era malo y que, a pesar de que SooBin perdió tiempo en eso, llegar de segundo no era malo.

Pero los vampiros tenían su lado competitivo. SooBin se lo dejó saber causando unas cuantas carcajadas al abogado.

—Me tengo que ir, muy linda historia, Choi —dijo levantándose, SooBin hizo lo mismo pero con una mueca de asco que YeonJun no vio por estar ordenando los dos papeles en el sobre y tomando el número del grafólogo.

Lo único que quedaba era tomar su teléfono, le dio la vuelta al escritorio y estiró su mano pero el agarre del vampiro en su brazo le hizo dar un salto en su lugar.

Volteó a verlo extrañado y con el ceño fruncido.

—¿¡Qué hace!? —gritó cuando la nariz de SooBin pasó desde su brazo hasta su hombro y desde su hombro hasta su cuello. YeonJun se removió en su lugar tratando de zafarse del agarre del pelinegro pero este solo lo apretaba más y seguía oliendo como un perro en su cuello y hombros.

—Huele a...

—¡Sueltame! ¡Te dije que estoy atareado, no me jodas! —gritó siguiendo con el forcejeo. El vampiro se separó con el iris de sus ojos cambiados al hermoso y amenazante carmesí.

—¿Con quién estabas? —preguntó volviendo a olerlo. Ahora sus dos manos apresaban los brazos de YeonJun y con tanto forcejeo la espalda del abogado había quedado pegada en una de las paredes de la oficina.

El vampiro lo tenía acorralado, prácticamente.

—¡Eso no es tu problema! ¡Sueltame! ¡Siempre con los malditos atrevimientos! —se quejó.

—¿¡Con quién estabas!? —volvió a preguntar enfrentándolo.

—¡No tengo porqué responderte!

—¡Hueles a Lee TaeYong! ¿¡Estabas con él!? ¡Ese hijo de puta es peligroso! ¡Dime si estabas con él! —gritó el pelinegro moviéndolo por los hombros.

YeonJun abrió su boca y procesó un momento lo dicho por el vampiro.

—¿T-taeYong? —preguntó casi en un susurro.

Ese era el nombre del vampiro que entró a su casa.

Ese era el nombre del vampiro que tenía como trabajo llevarse a su sobrina.

—Dime si estabas con él —pidió el vampiro más calmado. SooBin reconocería ese horrendo olor en donde fuese, nunca olvidaría a TaeYong y su repugnante aroma.

Seong-Suk lo llevaba a casa los fines de semana y los dos hablaban de negocios y misiones que habían hecho en la semana.

YeonJun negó lentamente mirando el vampiro con una mueca confundida.

El teléfono sonó.

El vampiro se hizo a un lado liberando al abogado de su acorralamiento.

ChanYeol hyung. Ese era el nombre que se leía en la pantalla de su teléfono, YeonJun, sin dudarlo y atendió.

—¿Hola? ¿Hyung, están bien? ¿Algo pasó? —preguntó apenas llevó el aparato a su oreja.

SooBin miraba fijamente al abogado.

El olor de Lee TaeYong estaba en una parte de su cuerpo, su brazo y hombro olían levemente a él.

Conocía el trabajo de aquel peliazul y no cabía duda de que Seong-Suk le había mandado para dañar al abogado.

—¿Hyung? —YeonJun frunció el ceño escuchando una débil respiración del otro lado.

S-se la llevaron... —susurró Park ChanYeol tendido en el suelo de la sala, herido y sin energías para cerrar sus heridas— S-se llevaron a SooJung... L-lo siento...

YeonJun sintió su alma salir de su cuerpo. Soltó el teléfono y empezó a hiperventilar olvidando la presencia de SooBin.

El pelinegro caminó al abogado y colgó la llamada a la vez que sacaba su propio teléfono de su bolsillo.

Otra llamada entró al teléfono del abogado.

—¿Ho-hola? —YeonJun sintió un jalón en su brazo, SooBin le empezó a jalar por todo el edificio guiándolo al estacionamiento. El peliazul estaba temblando, sudando y llorando.

Abogado Choi, que gusto oír su voz —Hye habló del otro lado— ¿Cómo le va el día de hoy? A mi me va muy bien.

¿¡Dónde está SooJung!? ¿¡Dónde la tienes!? —gritó no sabiendo cuando se había subido a un auto que no era el suyo y SooBin estaba manejando a toda velocidad.

Hye rió del otro lado resonando sus tacones por todo el lugar, se escuchó como abrían una puerta seguido de un "shh".

—Oh, veo que está alterado el día de hoy. Vayamos al grano, Choi. Quiero que dejes de atender a SooBin y trabajes para nosotros, si no quieres que tu querida princesa sea parte de mi cena.

¿Ah? —ya había dejado de llorar y de temblar, su mente se había estabilizado.

Lo que oíste, deja el caso y trabaja para nosotros.

SooBin se detuvo en un semáforo y tecleó un mensaje en su teléfono, no podía dejar que Hye lo escuchase.

" Pídele que te ponga con SooJungFue lo que escribió.

—Quiero oír a SooJung —pidió. La mujer bufó y dio otros pasos más para darle el teléfono a la niña en una esquina del lugar.

—¿Ho-hola? —la voz de la niña estaba temblorosa y asustada, el corazón del abogado se oprimió.

—Princesa...

¡T-tío! P-por favor sáqueme de aquí, por favor, por favor. La señora me da miedo, y-y... Tiene los ojos como tu amigo... Y-y y-yo.. Yo estaba jugando a las escondidas, tío...

Calma, pequeña. Y-ya voy por ti, ¿si? No llores, por favor —pidió pasando su mano libre por su cara, nuevamente empezó a llorar a la vez que se mecía de adelante hacia atrás en un intento de calmarse.

Por otro lado, SooBin se estacionó en la tierra de nadie y empezó a teclear en su teléfono, enviando un mensaje a su fiel amigo, Jackson.

¿S-si vendrá? P-prometalo...

Lo prometo, princesa —susurró en medio de un sollozo. Se escuchó un pequeño chillido de la niña y un forcejeo.

Ah, me hacen llorar. Habla ahora, Choi ordenó Hye no soportando los lloriqueos de la niña. YeonJun también soltó un sollozo involuntario— ¿También lloras? Ash. Como soy una mujer generosa te daré una hora para pensarlo. Si en una hora no devuelves la llamada a este número olvida a tu princesa —y colgó.
























No se olviden de darle amor :(

Aveces siento que no les gusta T-T

Este es el último maratón que hago en el año, la próxima actualización será en una semana o menos, estoy alto atareada y los problemas con el internet ni hablar 😭

Nos vemoooos

The_Dark_Diamond

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