Capítulo 17
El peliazul tocó la puerta de la gran mansión Choi, siendo una gran sorpresa para el invitado que la mujer de cabello negro le abriera.
—¿Por qué no me atendió uno de los sirvientes? —preguntó siguiendo a la mujer.
—Los despedimos —contestó simple.
—¿Y SeungBae? —preguntó extrañándose de no escuchar los chillidos del niño o escucharlo correr por las escaleras. TaeYong es un buen amigo de Seong-Suk así que se veía en la libertad de preguntar lo que quisiera.
—Muerto —contestó como si fuese una noticia de todos los días.
—Lo siento —dijo haciendo reír a la mujer. TaeYong era un sicario, se dedicaba a matar a sangre fría era un ser despiadado y sin alguna pizca de sentimientos por esos su condolencias fueron de lo más falsas, haciendo reír a la mujer, esa mujer que no le había dolido la muerte de su propio hijo.
—El niño estorbaba, no le veíamos futuro para ser alguien fuerte —explicó cruzando varios pasillos. TaeYong la siguió con las manos en los bolsillos— Además no era hijo de Seong-Suk.
—¿Lo engañaste? —rió burlón viendo los cuadros que adornaban las paredes.
—Una sola vez, fue estúpido —rió. Caminaron un poco más y llegaron a una sala con muebles y, lo que más llamó la atención del peliazul fué el mini–bar en donde estaba el hombre castaño.
—Hasta que al fin llegas, Tae —dijo Seong-Suk tomando de su copa.
—Tenía asuntos más importantes —contestó simple sentándose a su lado mientras Hye se metía a la pequeña barra a servir un trago para ella misma y para el peliazul.
—¿Más importantes? —el castaño alzó una ceja.
—Tenían más ceros de por medio —dijo recibiendo la copa de la mujer. Olió el contenido y bebió— ¿Qué necesitan de mí?
—Ya sabes que tienes que matar a ChanYeol, aparte que nos tienes que traer a la niña —habló Hye del otro lado de la barra, los dos hombres la miraron.
—¿La niña? ¿Hay una niña? —TaeYong frunció el ceño moviendo la copa con su mano.
—Es sobrina del abogado que habita en la casa —contestó Hye— Tiene ocho años. Necesito que me la traigas.
—¿Para qué? —preguntó curioso, sus ojos tenían un pequeño brillo de emoción.
—Solo debes traerla y listo, si te molesta te podemos pagar —afirmó segura.
—No, no pagaremos, es un favor—Seong-Suk negó a las palabras de su esposa— Además, ¿sabes como está la empresa?
—Sé como está, imbécil, yo soy la que se encarga de ella mientras tú estás aquí —dijo— Hemos recibido varios pedidos y, gracias a mí, hemos recibido una buena cantidad de dinero, las ganancias están subiendo, si seguimos así podremos recuperar lo que perdimos con la herencia y, pagarle algo a TaeYong.
—Adoro los problemas maritales —rió el peliazul sirviendo más líquido en su copa.
—Te pagaremos sólo por la niña —dijo Hye mirando al peliazul.
—¿Para cuándo? —preguntó serio.
—Nosotros te llamamos cuando sea el momento, ya te dijimos —Seong-Suk alzó su copa y la chocó con el peliazul.
[...]
—¿Estás molesto? —Taemin habló por el otro lado del teléfono.
—No —YeonJun negó acostado en su cama, hace dos días había ido a gritar a la casa del vampiro— Yo te expliqué que ocurría y no quisiste seguir, no importa ya.
—Si estás molesto —rió el peligris.
—Hace meses que no tenía un polvo, entiende —rió de igual manera.
—Prométeme que no vendrá un vampiro a matarme.
—Te lo prometo —dijo rodando los ojos— Estoy soltero, Tae, ¿cuántas veces te lo tengo que repetir?
—Te voy a pasar mi dirección —dijo Taemin en medio de su risa— Y trae algo de comer, tengo la alacena vacía.
—Nos vemos —y colgó para ir a vestirse y asearse.
[...]
SooBin estaba aburrido.
Y apenas tenía cinco días encerrado.
Aveces venía el vampiro castaño a hablar y hacerle compañía, una que otras veces el castaño llegaba con alimento.
Pero quería salir, desde muy pequeño no soportaba estar encerrado, había crecido en el bosque, corriendo, trepando árboles y demás.
Estaba pensando en qué hacer para quitarse el brazalete del tobillo y salir un rato cuando recordó la visita que le hizo el abogado hace unos días.
De verdad estaba molesto. Pensó recostado en su sillón de cuero.
Le había golpeado, empujado, insultado y tuteado. Aunque lo último no le importase le había dado gracia la informalidad del abogado.
En el juicio fué: "Señor Choi esto..." "Usted esto..." y un diálogo formal que se fué a la mierda cuando llegó a su departamento gritando.
Recordó como le había arrojado la puerta en la cara a Hye.
Soltó una risa recordando eso.
—¿Estás loco? —Jackson volteó a mirarlo con el ceño fruncido.
—Tengo una idea —dijo levantándose del lugar.
—¿De qué te reías? —preguntó su amigo con la ceja alzada.
—Del abogado Choi —contestó tanteando el brazalete en su tobillo— El día que vino, me gritó y me golpeó, llegó Hye y le arrojó la puerta en la cara, me entretuve mucho con eso.
—Un momento... ¿Él no es tu pareja? —el castaño cruzó sus brazo— Vi su marca, es tú marca, SooBin.
—Si, es mi marca, yo lo marqué —contestó tomando su teléfono para buscar información del aparato que tenía en el tobillo.
—¿Puedes explicarme bien las cosas? —pidió levantándose del lugar.
—Cuando estuve en la cárcel estaba débil, las luces te quitan energías —el castaño asintió tocando varias decoraciones que tenía el otro vampiro en una repisa— Y el abogado se dió cuenta de que nadie iba a alimentarme...
—En mi defensa, tenía problemas del otro lado —Jackson subió sus hombros.
—Igual no hubiese bebido de ti —negó con una mueca de asco haciendo reír al castaño que le incitó a seguir con su relato—... Y, muy amablemente, me ofreció beber de él. Seong-Suk está buscando matarlo a él y meterme preso a mí, Jackson.
—Desde tiempos memorables —rió caminando por el lugar.
—Y Choi es un buen abogado, además de que aceptó ser mí abogado personal —contó leyendo con rapidez toda la información que le brindó una página de internet— No dejaré que pase lo mismo que con el último abogado...
—Lo marcaste por otra cosa, SooBin —dijo Jackson de brazos cruzados, él conocía a SooBin cómo si fuera su hijo— A Seong-Suk no le importa eso, mató a su hijo.
—SeungBae no era su hijo, no compartían sangre —contestó con su ceño fruncido. Jackson alzó las cejas impresionado por esa información.
—Vaya, eso... No me lo esperaba —negó riendo levemente— Pero igualmente, lo marcaste por otra cosa, querido colmillos... ¿Crees que a Seong-Suk le importa si es tu pareja? ¿Crees que eso lo detendrá? Eres su hermano y quiere verte preso, quiere destruirte, hundirte. Aún me impresiona que no haya intentado matarte.
—Lo hizo un par de veces —dijo subiendo sus hombros con normalidad. Un relato de todos los días— Cuando vivía con él, estaba pequeño aún. Intentó ahogarme.
—¿Ves? Eres su hermano e intentó matarte. ¿Crees que por una marca el abogado esté seguro? —rió tomando asiento a su lado— Ahora, dime la verdad, ¿por qué lo marcaste?
—Ya te dije, para que no le ocurra algo malo —arrojó el teléfono a un lado y se levantó en dirección a la cocina.
—Soy tu amigo de todos los siglos, ¿no me puedes decir? —Jackson se levantó ofendido, el sabía lo que pasaba pero quería oírlo de la boca ajena. SooBin no opinó más y empezó a escarbar en los gabinetes de la cocina hasta conseguir un cuchillo afilado volvió a la sala de estar y empezó de nuevo a leer la página de internet— ¿Te gusta el abogado? —preguntó el castaño mirando con atención lo que hacía su amigo que lo ignoró haciéndole gruñir— Me voy de aquí, mi hija me espera en casa —y luego de dar un golpe sin fuerza en el hombro del otro, tomó sus cosas y se fué dejando al vampiro de cabello negro intentando quitar el implemento en su tobillo.
SooBin podía muy fácilmente romperlo, usando un poco de su fuerza pero el objeto estaba diseñado a prueba de vampiros además de que si se rompía y el cableado de estropeaba avisaba rápidamente a las autoridades que el sujeto había roto el aparato para, seguramente, salir.
No podía hacer nada.
El cuchillo que había tomado de la cocina solo sirvió para ser arrojado a un lado porque el aparato emitió un sonido ensordecedor que afectó el oído sensible del pelinegro que, rendido, estaba bebiendo de una copa de vino en su cocina.
Todo estaba en silencio, calmado...
O eso fué hasta que una presión se instaló en su pecho y sus colmillos picaron por salir y aumentar su tamaño.
Siseó tomando de la copa e ignorando la sensación.
El abogado Choi estaba con alguien.
Su marca a pesar de ser superficial y no estar sanada del todo le daba el poder al vampiro de saber si su pareja estaba en peligro y, en este caso, si su pareja estaba con otra persona.
Pero no podía hacer nada por qué, uno, estaba en arresto domiciliario, dos, él y el abogado no eran nada.
[...]
—¿Viste que no vino ningún vampiro a descuartizarte? —YeonJun rió besando la mejilla del peligris a su lado.
—Ahora sí te creo —Taemin rió pasando sus dedos por la espalda desnuda del otro, hace unas horas había llegado el abogado— ¿Qué harás con eso? Deberás aplicar una pomada o algo —dijo señalando la marca que había en el brazo de su amigo.
—Tengo que esperar a que sane y...—el abogado alzó su brazo a la vez que cortaba sus palabras. Antes de salir de su casa la marca estaba enrojecida, solo eso, pero ahora estaba de un tono morado que espantaba— Mierda, Tae... —se despegó del cuerpo del otro y tomó asiento en la cama para examinar mejor su brazo.
—¿Duele? —preguntó preocupado.
—Si no la tocas no duele —contestó tanteando la zona— Ash, ese... Ese...—tomó una respiración para calmar la molestia que nació de él, miró al peligris— ¿Tienes alguna pomada de esas? —el otro asintió y fué a buscarla sin avergonzarse de estar caminando desnudo por toda la casa.
Después de todo las cortinas tapaban la vista al interior de la casa y a YeonJun no le importaba mucho.
Igualmente, ya había visto todo.
El peligris le entregó la pomada y se sentó a su lado para ver como se la aplicaba con suavidad, en el silencio que les rodeaba el tintineo de un celular llegó a sus oídos.
—Es el mío —dijo YeonJun alzando su cabeza para buscar su teléfono con la mirada, Taemin estiró su brazo y tomó el aparato de los pantalones ajenos.
—Choi SooBin —dijo entregando el aparato. El abogado rodó los ojos con un bufido.
Lo que menos quería era hablar con el vampiro.
Pero quitando que le haya marcado seguía siendo su abogado así que, no había de otra, tenía que atenderle como el profesional que era.
—Diga —atendió dejando que su amigo terminara de aplicarle la pomada.
—¿En dónde está? —preguntó el vampiro. YeonJun frunció el ceño.
—No es de su incumbencia, señor Choi. Desde ahora le digo que si su llamada es para algo fuera del profesionalismo le recomiendo que cuelgue.
—Me hablas formal... —recalcó el vampiro con una sonrisa socarrona.
—No repito dos veces.
—Quería... Disculparme por mis acciones —SooBin mordió el interior de su mejilla, su madre le había enseñado a disculparse cuando era debido pero eso no quitaba que aveces le disgustara cuando debía hacerlo— Estuvo mal lo que hice con usted, abusé y me aproveché de su gesto de... Amabilidad.
—Está bien —YeonJun suspiró pidiendo algo de ropa al peligris que asintió levantándose. SooBin se aguantó un gruñido, no le gustaba cuando le respondían de esa manera— ¿Eso es todo?
—Eso es todo —y sin decir nada, colgaron al mismo tiempo, uno con el ceño fruncido y el otro con un sabor agrio en la boca.
Es poco trabajo pero es trabajo sincero :(
The_Dark_Diamond
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