Capítulo 10
Maratón 1/?
—¿Cómo te fue? —su amigo peliblanco le recibió con esa pregunta. YeonJun entró a su casa, despojándose de su saco y zapatos.
—No tan bien —dijo con una mueca. Sacó la camisa de sus pantalones y desabrochó varios botones.
—¿Perdieron? —BaekHyun le siguió hacia la cocina.
—Quedó en neutro, tenemos que esperar unas muestras de ADN —suspiró— Pero Choi SooBin quedó en la cárcel, mientras su hermano solo quedó bajo observación siendo él un segundo sospechoso —dijo con el ceño fruncido— Pedí que quedasen los dos bajo arresto domiciliario o bajo observación pero lo negaron.
—Eso no tiene sentido —BaekHyun apoyó las caderas en la mesa y se cruzó de brazos— Eso no quiere decir que estará bajo arresto mientras el otro está por ahí —dijo moviendo su mano— Además, es el más propenso, si, más el hermano sigue siendo sospechoso, que sea o no sea propenso a ser culpable no tiene nada que ver.
—Es así —asintió— Pero levantaron la sesión inmediatamente, no pude objetar más
—Aun así, el modelo no fue, ¿no? —YeonJun negó con su cabeza.
—Fue su hermano —dijo.
—SooJung me contó que vino un zombie —el peliblanco rió recordando las palabras de la niña— ¿Era el vampiro sexy?
—Ahora que me dice lo de zombie... —dijo mirando el suelo— Se ve débil, Choi se ve débil. No podía moverse mucho, no tenía fuerzas.
—¿Preocupado? —BaekHyun hizo un gesto con las cejas. YeonJun rió.
—Solo digo eso, nada más —subió sus hombros con una pequeña sonrisa— Me pareció extraño que ayer se viese... Estable, es decir, con energías y hoy se viera así de... Descompensado.
—Es por la cárcel —explicó— Las luces que hay ahí no son como éstas —señaló la bombilla apagada de la cocina— Son unas luces especiales que extraen la energía de los vampiros, los va debilitando para que no intenten nada para salir. Incluyendo que no los alimentan.
—¿No los alimentan? —elevó su vista al peliblanco que negó— ¿Qué clase de cárcel es esa? Corrección, ¿qué clase de trato es para los vampiros?
—Ni idea —alzó sus hombros— Pero se han visto casos en donde los vampiros mueren por falta de alimento, sin nadie que lo alimente. En la cárcel hacen las tres comidas al día pero como los vampiros no recuperan energía con eso, se las niegan y simplemente los dejan así, si no tienen nadie quien los alimente, sólo esperan a que mueran.
—¿Sin nadie? —BaekHyun sonrió por la curiosidad de su amigo.
—Sí, los vampiros reciben visitas de sus familiares y amigos, obviamente, ahí se alimentan —dijo subiendo sus hombros. YeonJun asintió pensativo— ¿Vas a ir a alimentar al vampiro?
—¿¡Qué!? ¡No! —negó escandalizado— Supongo que debe tener amigos y familia, aparte de su hermano que vayan a... Alimentarlo.
—Tú eres su amigo —dijo BaekHyun.
—No, soy su abogado, solo eso —dijo caminando hacia las escaleras— ¿Y mi princesa? ¿Está dormida?
—Sí, jugó mucho —BaekHyun sonrió quedándose en la sala de estar. YeonJun subió a su habitación para colocarse una ropa más cómoda, unos pantalones de pijama y una camisa de tirantes blanca, antes de bajar entró en silencio a la habitación que usaba su sobrina.
La niña dormía plácidamente abrazando una almohada.
YeonJun se acercó sonriendo y dejó un beso en la frente de la pequeña.
—¡YeonJun! ¿Me quieres mucho? —escuchó a BaekHyun decir desde abajo. Salió en silencio y cerró la puerta a sus espaldas.
—Sí, te quiero mucho, ¿qué quieres? —preguntó bajando las escaleras.
—Um... Yo hice la cena —habló su amigo sonriente— La pequeña ya cenó, estaba esperando por tí —YeonJun sonrió sabiendo por donde iba su amigo.
—¿Cuál es la cena? —preguntó terminando de bajar las escaleras.
—Pasta a la Carbonara —contestó.
—Me gusta esa pasta —YeonJun tomó asiento en la mesa. BaekHyun le miró fijamente— Supongo que a su novio también.
—No es necesario para él, pero le gusta el sabor —dijo meciéndose de lado a lado. YeonJun rió.
—Tráelo, Baek —y el peliblanco salió por la puerta de la cocina a buscar al vampiro pelinegro.
Mientras tanto YeonJun se quedó pensativo con aquello de que no alimentaban a los vampiros en la cárcel.
[...]
—Ese abogaducho.... ¿Enserio? ¿En observación? ¿Prueba de ADN? —Seong-Suk caminó como león enjaulado en la sala de estar.
—Es buen abogado —Hye bebió de su copa de vino mirando a su esposo— Tenemos que eliminarlo o... Tenerlo de nuestro lado.
—¡Hay que matarlo! —gritó golpeando la mesa del bar.
—O hacer que deje de trabajar para SooBin —el hombre volteó a verla con el ceño fruncido.
—¿Desde cuándo buscas otra opción que no sea matar? —preguntó quitando su saco, quedando con la camisa de botones blanca.
—Desde que vi el talento que tiene ese niñato —dijo levantándose— Hay que hacer que deje de trabajar para SooBin y que trabaje para nosotros. Además en este momento no podemos matar a alguien más, no puedes matar a alguien más.
—Si puedo —dijo con el ceño fruncido a su mujer— Y dime, ¿cómo piensas hacer eso? ¿Mnh? —alzó su ceja mirando a la mujer servir el líquido carmesí en su copa.
—Tiene una niña viviendo con él —habló apoyando su cadera en la mesa que había golpeado minutos antes el castaño— Más fácil no puede estar. Solo hay que salir de esta mierda y ya, de verdad no creí que fueras tan imbécil —rió bebiendo de la copa de cristal.
—¿Imbécil?... ¿¡Me estás diciendo imbécil!? —volteó a la mujer que asintió sin inmutarse.
—¿No pensaste que iban a pedir muestras de ADN? —soltó una risa— No comprendo aún porqué estabas tan afincado a la idea de matarlo tú, podrías pagar a alguien a que lo hiciera o simplemente le hubieras disparado, acuchillado, lo que sea que no dejara pruebas con las que te puedan meter preso —habló despreocupadamente moviendo su copa de forma circular— Ahora estamos en esta mierda, y cuando...
—¿Y cuándo qué? —el hombre tomó el cuello de la mujer con una mano, su expresión de furia reflejándose en el iris carmesí de la mujer—¿Cuándo nos den las muestras de ADN? Hay algo que se llama falsificación —le dijo con una sonrisa triunfal.
—Agarra esa falsificación y métetela en el culo, Seong-Suk —le dijo— ¿Acaso no sabes en dónde se harán las pruebas? No podrás falsificarlas por más dinero que pagues, estás jodido, estamos jodidos.
—¡Cállate! —le gritó. La mujer con la mano de su esposo en su cuello aún bebió de la copa.—Soluciona este problema tú solo, yo me encargo del abogado —dijo moviendo su cabeza con brusquedad para poder liberar el agarre del castaño. Le miró una última vez, dejó la copa a un lado de la oscura botella y se fue de ahí haciendo resonar sus tacones al subir las escaleras— Por cierto, cuando salgamos de esto hay que buscar otro abogado, trabaja del asco el que trajiste —y ahora sí, se retiró haciendo sonar sus tacones.
Seong-Suk peinó su cabello con sus manos maquinando en su cabeza que hacer ahora.
Se asomó por una de las ventanas de la gran mansión.
Había varios policías con su auto, estacionado frente haciendo la maldita observación que Choi YeonJun pidió.
Con la sangre hirviendo caminó al mini–bar y pasó sus brazos por ahí, arrojando todas las botellas al suelo y golpeando la mesa luego.
—¡Maldita sea! —gritó tomando la copa que antes había usado su esposa y la arrojó a un cuadro cercano de él con su Hye y el pequeño SeungBae.
Había cometido un error, un grave error.
Y su vida no estaba para errores. Seong-Suk no estaba en lugar de cometer un error.
Debía maquinar con rapidez, pensar en un plan, algo que hiciera que las pruebas de ADN salieran a su favor.
Debía mantener la cabeza fría.
Sacó el celular de su bolsillo y marcó un número.
—¿Hola? —se escuchó la voz ronca al otro lado.
—Tae, necesito un favor —dijo mirando por la ventana con ojos matadores a los oficiales dentro del auto.
—¿Cuánto dinero me dices?—preguntó con rapidez.
—Te estoy pidiendo un favor —recalcó Choi con una ceja arqueada— Pero prometo darte una cifra grande al terminar todo.
—¿Desde cuándo soy de hacer favores?—preguntó el vampiro del otro lado de la línea.
—Desde que te salvé de morir hace años y formamos una amistad —recordó haciendo al otro bufar arrepintiéndose levemente de sus palabras.
—¿Quién es? —preguntó con un suspiro.
—Park ChanYeol —dijo recordando el nombre que le había dicho su esposa.
—¿Park ChanYeol? Lo conozco... ¿Para cuándo?
—Lo más pronto posible. Lo necesito muerto, Tae, muerto, no herido —dijo— No descanses hasta que muera .
—Se nota que no conoces a quién me estás mandando a matar —rió— ChanYeol da pelea, Seong. Ya sabes, si no te gusta el resultado busca otro, en unos días te llamo para darte noticias —y colgó.
Seong-Suk gruñó arrojando el teléfono al sillón más cercano.
Matando a Park ChanYeol, él y su esposa tendrían más posibilidades de estar con el abogado.
Había dejado de lado el problema de las muestras de ADN y es que, aún no asimilaba como había dejado aquello tan a la ligera.
Y tal vez había una repuestas a ello que no quería admitir.
Se había descontrolado.
Su padre le enseñó desde temprana edad a mantener la calma y pensar con frialdad y detenimiento las cosas. No a ser aquel vampiro que demostró ser matando sin pensar dos veces en los problemas que se metería.
Si bien SeungBae no era su hijo, si no que de Hye y otro vampiro y la ley de vampiros no caía sobre él, en el mundo humano...
—No, no lo hace —contestó a su pregunta su abogado, Oh Sehun— El niño era un vampiro, la ley humana no lo encarcela más hay que pagar una multa, si no quiere ir a la cárcel por homicidio.
Al ser SeungBae un vampiro este no contaba como un niño "normal" en el mundo humano y a él no le caía encima todo aquello de maltrato al menor y blá, blá, blá. Pero, si se le encarcelaba por homicidio ya que, al ser él una figura pública en el mundo humano debería pagar cárcel, a menos que se pague la multa mencionada por el abogado.
—¿De cuánto es esa multa? —preguntó.
Dinero. Pensó mientras caminaba por la mansión. Contaba con dinero, de sobra así que no le preocupaba.
—Actualmente la multa es de unos trescientos treinta y cinco millones de wones —dijo el abogado.
Sonrió.
Ya no importaba si esas muestras daban negativo, tenía el dinero para pagar.
Estaba libre y no debía preocuparse de nada.
Por ahora.
[...]
SooBin se movió con lentitud hacia las rejas de su celda, ahí un guardia estaba parado.
—N-necesito hacer una llamada... —habló bajo mirando al guardia.
—Mañana podrá hacerla —contestó el hombre sin mirarlo— A esta hora no está permitido.
—¿Qué hora es? —preguntó. El hombre gruñó y miró el reloj en su muñeca.
—Nueve en punto.
—Gracias... —dijo en un suspiro, con caminar lento y pesado volvió a la cama, si es que se le podía llamar así. Se recostó mirando por la ventanilla, no quería moverse más de lo necesario sabiendo que las lámparas en la celda se encargaban de extraer su energía.
Sentía que iba a morir, tenía hambre y su cuerpo no reaccionaba con la misma rapidez que antes. Necesitaba salir de ahí, nadie iría a alimentarlo, por eso necesitaba que se apresuraran los exámenes, para poder salir y alimentarse debidamente.
Y para eso necesitaba a su abogado.
The_Dark_Diamond
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