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Parte 3

Ultima partes queridos y queridas. Gracias por interesarse en este corto fic, que más que nada fue un experimento y aun así lo adoro y estoy orgullosa de como quedo :)

$aunque hemos hechos cientos de correcciones :v

Como sea e-e no hay mucho que decir. Algo de violencia, amor exagerado y drama sentimental.

$además de lo que ya saben :v

Claro, los derechos de los personajes son de la autora original de Kuroshitsuji. Soy un asco dibujando por eso ninguna imagen me pertenece. Solo el relato es mio. Y lo más importante en este fic son los flash-back...

$por eso no critiquen lo nada de drama que transcurre fuera de ello.

Eso es todo, gracias por leer, los amamos...

$con todo el corazón de niños buenos que tenemos

Y espero que lo hayan disfrutado tanto como yo al escribirlo.

Hasta la próxima.

Pensamiento o recuerdo: hola (cursiva)

Llamadas o audios: hola (negrita)

Carta o nota: hola (subrayada)

(re al pedo porque no puse ninguna de ellas)

----Comiencen----

--Si ese es tu deseo-- sellaron su permiso de una realidad no tal lejana. Con un beso apasionado donde prometían cumplirse sin importar lo que pasara.

/Fin del flash-back/

--Me ama-- fue la afirmación que necesito para hacerles comprender que por más seres oscuros que fueran, no negarían que dicho sentimiento permanecía en sus corazones.

Astre observaba la sanguinaria batalla que se llevaba a cabo. Luego su atención se desvió a su gemelo, quien había protegido a Elizabeth. Chasqueo la lengua disgustado, aún no habían terminado de solucionar sus problemas. Corrió en dirección a ellos con la intención de golpearlo en el rostro. Está frustrado de ser interrumpido.

--Eres un tramposo-- murmuro esté al verle atacarle sin aviso.

--Quizás-- se apartó con una sonrisa cínica --me da curiosidad ¿Por qué volviste?-- no quería pelear, pero lo hará por la única persona que le devolvió las sonrisas.

--No podía dejar que siguieras haciendo de las tuyas-- mantuvo su frío porte queriendo intimidarlo.

El otro rodó los ojos --¿no se te ocurre nada mejor?-- hasta parecía aburrido de lo declarado.

--Quiero que ese demonio muera-- pero las palabras correctas fueron dichas. Sorprendiendo a su contra parte.

Se aparto un poco sintiéndose incomodo por su presencia y las palabras comprometedoras --¿Por qué?-- temió por cualquier mal que se avecinara.

--Él...-- parece dudar de su respuesta. Para al final recobrar el valor suficiente y seguir hablando --él te retiene-- el impacto de sus palabras le llegaron igual que un puñetazo.

Estaba desconcertado --¿de que hablas?-- se encontraba confundido. La conversación había dado un giro para luego perderse.

--¡Voy a alejarte de ese demonio!-- el grito sorprendió a más de uno.

--Estás loco-- declaro sin mas. Parecía molesto y a la vez sorprendido de lo dicho --aunque Sebastian muera-- esas palabras le causaron un sabor amargo en la boca. Lo decidió ignorar --yo seria el único encargado de sus tierras y legiones-- pese a su raza y sangre. Tiene todo el derecho de heredar por ordenes del demonio.

--¡No tienes que...!-- fue interrumpido.

--¡Si esta es tu razón te aconsejo que te vayas!-- Astre esta furioso. Su hermano arruino su momento "romántico".

--Dime-- pero claro que el otro no daría su brazo a torcer --¿él te obligo a suplantarme?-- el shock recorrió las finas facciones del menor.

--¿Qué? No...-- las palabras murieron en su garganta. Tenia el ceño fruncido sintiéndose inquieto. Sin darse cuenta cae en su juego.

--Tú deseaste volver-- da un paso al frente y su gemelo uno atrás. Su expresión es de victoria, como si tuviera todas las cartas en la mano.

--No-- respondió, incluso dando la impresión de que dudaba de sus propias palabras --yo no quería volver... se supone que iba a ser un juego-- sus ojos se centraron en su esposo.

Pero Ciel no le cree-- quieres volver a ser un humano, anhelabas tu libertad-- la sorpresa derroco sus facciones idénticas. No había respuesta.

/Flash-back/ 

Astre caminaba por el gran jardín de flores azuladas. Miro el cielo carmín completamente perdido en sus pensamientos. La calma era lo único que recorrió su cuerpo. Al menos hasta que unos posesivos brazos rodearon su cintura.

--Mi lindo niño-- los labios de su marido recorrieron su nuca. Marcando un camino del cuello hasta la oreja. Lamiendo incentivo --¿Por qué tan pensativo?-- le daba curiosidad.

--Mi señor-- se aparto rodeando su cuello con ambos brazos. Quedando de puntas de píe --nada de que deba preocuparse-- juntaron sus labios en un apasionado beso. Admirando lo galante que se ve el Rey Cuervo en traje.

Para ese entonces, Mathus sujeto el delgado cuerpo del sucubu cerca del suyo. Le observo detenidamente, amando los gestos del menor al ser tocado. Le acaricio por arriba de la vestimenta color crema con decoraciones rosas. Que más que un traje ajustado y para niños, aparentaba ser un vestido con la parte de adelante abierta, dejando sus delgadas piernas descubiertas. Haciendo juego con botas del mismo color.

(seria como este pero en blanco :v)

Desde que dejo de ser la prostituta de Ash, ya no vestía como tal. Si había algo que odiaba era la ropa que lo dejaba expuesto. A su lord no parecía disgustarle este cambio. Al fin y al cabo lo desfrutaba cuando lo deseaba con más intensidad.

--Todo de ti me preocupa-- acaricio su pómulo derecho con cariño --dime-- casi lo había ordenado.

--Escuche un par de cosas sobre mi hermano-- se aparto, caminando hacia los arbusto.

--¿El shinigami?-- le parecía curioso ese hecho.

El menor asintió --escuche que lleva una vida humana-- el mayor le miro sorprendido e intrigado de la acción --los desentiendes de mi familia, los ahora conde, lo acogieron como un hijo-- de cierta manera eso le parecía repugnante.

--¿Quieres hacerle una visita?-- algo para jugar, esa era su misión.

El peli-azul parecía pensarlo. Hasta que una cínica sonrisa se formo en su rostro -- me parece una buena idea--

Y las pareja comenzó a moverse. Querían divertirse un poco entre los humanos después de tanto tiempo. Sin embargo sus acciones no llegaron muy lejos al llegar a la mansión. El fuego lo consumió todo.

--Que aburrido-- bufó el moreno acomodando su sobre todo.

--Ciel no sabe cuidar de lo suyo al parecer-- se burlo el menor, mientras recorrían los escombros.

--Dudó que si el shinigami no quisiera que ellos murieran, se hubiera quedado con los brazos cursados-- observo al pequeño que le miraba curioso --al menos que quiera que murieran-- disimulo una risa.

--Lo dudo-- confirmo Astre observando lo poco que quedaba. Había un cuadro de los adultos ya mencionados --ellos le amaban-- su tono era burlón --tanto que le dejaron su herencia-- cuando se trataba de adoptados eso era inusual.

Una nueva sonrisa se formo --jugar... a eso vinimos-- el demonio le miro curioso, no entendía --por poco tiempo ocuparemos este lugar-- extendió sus brazos en un gesto teatral.

--Ya veo-- razono su idea de inmediato --tú seras el conde Phantomhive y yo...-- lo pensó detenidamente --tu mayordomo-- soltó divertido.

En cambio su mirada fue de sorpresa --¿mayordomo?-- lo vio asentir con una sonrisa juguetona --sabes que es una derivación de esclavo ¿no?-- interrogo de forma burlona.

El mayor también rió --lo se... creo que sera divertido-- lo miro sin borrar la sonrisa --además solo va a ser por poco tiempo-- afirmo con confiaba.

Ese "poco tiempo" se convirtido en tres divertidos años para los demonios. Sin darse cuenta fingir ser humana les había entretenido más de la cuenta.

/Fin del flash-back/

Astre miraba su hermano. Suspiro con una sonrisa en sus labios. No negaría que fue su idea y le encanto ser conde. Jefe de empresa y un joven temido por la sociedad. 

Le gustó pero había una verdad absoluta...

--Ciel-- su gesto fue dulce. Casi como el hermano que mato y murió hace tanto --no cambiaría mi vida por nada en ningún mundo-- la frase lo dijo con tanta firmeza que dejo desconcertado a su igual. No lo negaría jamás, ama a su esposo.

--Astre...-- apenado y dolido. No podía hacer nada para cambiar esas ideas. Es consiente, pero se niega a desistir en esa lucha.

El joven demonio estaba a punto de abrir la boca para decir algo más, pero fue interrumpido --¡Sebastian-san!-- escucho gritar a alguno de los sirvientes.

Su vista se levanto para mirar a su marido. Su expresión se volvió de terror --¡Sebastian!-- no lo podía creerlo.

Uno de los lords más poderoso del infierno, acaba de ser atravesado por la filosa Guadaña de la Muerte del shinigami. No dudo de correr a su amado.

--¡Astre!-- trato de detenerlo, pero es golpeado en el rostro por el mismo.

--Alejate-- siseo furioso el peli-gris. No le teme ni a la peligrosa arma. Él se interpone entre ambos.

--Pequeño conde-- se burla el mayor. Acerca amenazante la hoja a su cuello --no debería meterse en asunto de adultos-- se ríe cual payaso en un circo.

El peli-azul gruñe y aprieta los puños --el que debe apartarse eres tú, bastardo-- esta furioso.

--Vamos conde, no me obligue a hacerle daño-- levanto el arma listo para atacarlo. Desea acabar con la vida del demonio, pero no puede si se ponen en su camino.

--¡No lo lastimes, Undertake!-- por suerte es rápidamente detenido por el verdadero heredero --no te atrevas-- amenaza en un mascullado entre asustado y molesto.

--Pero Ciel...-- se detiene de golpe observando la entrada --¿Más demonios?-- bufó observando al muchacho rubio frente a él.

--¿Quién eres?-- el Phantomhive se encuentra nervioso. Nada estaba saliendo según su plan.

Era un chico de aparente 13 años. Cabello rubio y corto, piel de porcelana blanca y ojos celeste clarito, como el cielo. Vestía un short negro cortito que hacia juego con sus largas medias que cubrían hasta los muslos dándole un toque sensual. Un par de largas botas marrones. Camisa blanca de mangas anchas, cubierta por un chaleco verde oscuro y el cuello atado con una ancha cinta en forma de moño. Una criatura que les parecía arrastraría al infierno con una sola caricia de sus manos.

--¿Alois?-- pero esté no respondió, sino su gemelo --¡¿Qué haces aquí?!-- aterrado, le observa detenidamente.

--Vinimos a ayudarte, querido amigo-- con una sonrisa coqueta no dudaba de responder.

--Pero...-- quiso contradecir a quien se auto proclamaba su confidente.

--Confía en nosotros-- le corto de inmediato. Detrás de él salio otro hombre, también vestido de mayordomo.

--Claude...-- murmuro Astre sorprendido. No esperaba que ambos ingresaran por esa puerta.

El nombrado lanzo cuchillos al legendario dios de la muerte. Sabiendo que un combate no podría derrotarlo, pero al menos lo apartaba de sus "amigos". Sebastian al ver como le daba la oportunidad, tomo a su pequeño esposo dirigiéndose a la salida.

--¡Astre!-- exclamo su gemelo al verlo marcharse.

--Corre, Sebastian... corre...-- fue lo único que pudo decir. Ya no quería saber nada de esa vida y sus humanos.

--Astre-- a su lado corre Alois, observándole con una sonrisa reconfortante --¿Estas bien?-- le ve bajarse de los brazos del moreno para acompañarlo en su huida.

--Sí-- el también sonríe. Mira al mayor quien era ayudado por el otro a moverse más rápido --gracias por aparecer-- le daba curiosidad su presencia.

--No tienes porque, te lo debo--

/Flash-back/

Astre corría por un pasillo oscuro. Su vestimenta generalmente ostentosa en ese momento de un short hasta las rodillas y una camisa con chaleco, estos ultimo en gris oscuro. Miro hacia atrás, con su mano derecha jalaba a Alois Trancy. Quien tenia una apariencia deplorable. Lastimado, sucio y su ropa destrozada.

Giraron a la derecha para detenerse en un pasillo --Lo perdimos...-- murmuro dejándose llevar por la gravedad para sentarse.

--Luka nos encontrara-- se sentó a su lado con una expresión triste --siempre lo hace... siempre me delata-- una suave y apenada sonrisa se formo en su rostro.

El peli-azul vuelve a sostener su mano en un gesto de apoyo --no te preocupes, pronto serás libre-- trató de apoyar al joven que conocía de hace poco tiempo y que le caía bien.

--¿Como?-- su mirada era incrédula. Temerosa de lo que pasaría --ella es imparable... me quito a Claude y no tardara en encontrarnos... ella...-- 

--Esta loca-- le interrumpió con suavidad y dulzura. Sabía que estaba asustado --Alois, soy la pareja del "rey cuervo", veras que en poco tiempo vendrá a salvarme-- estaba confiado de que eso pasaría.

--¿Cómo puedes estar tan seguro?-- para él, y muchos otros, era difícil el confiar en las palabras de un incubo.

--Créeme-- contesto firme. Se volvió a parar para seguir corriendo y no ser atrapado --por el amor que le tienes a Faustus, créeme-- le extendió la mano ayudandole a levantarse.

El rubio sonrió --te creeré-- fue su afirmación, confiaría una ultima vez en esa persona --mata a Hanna y seremos libres de su marca-- saco la lengua dejando ver lo que decía.

(eso pero en la lengua de Alois)

El otro joven bufó irritado. Peinando su cabello sobre el ojo derecho. Esperando que las palabras de su amigo fueran ciertas, ya que no quería que su amado presenciara aquel acto de ultrajación al cambiar su marca de propiedad por la de otro caído sin su consentimiento. 

/Fin del flash-back/

Astre sonrió ante ese recuerdo. Cuando conoció a quien más tarde se convirtió en el líder de la legión tras derrotar a la demonio que se hacia llamar Hanna Anafeloz, que tenia esa extraña obsesión por los niños que terminaban en el infierno. Los capturaba para tratarlos comos sus hijos, incluyéndolo. Fue desterrada por Sebastian y Claude, quien todo ese tiempo estuvo encerrado por la misma. 

Dándole a su amigo la tan anhelada libertad.

La carrera acabo en un castillo rodeado por un frondoso bosque. Ingresaron de inmediato ya que su marido necesitaba ayuda urgente, debían curar sus enemigos.

--Que horripilante te ves-- fue la burla del de lentes.

--Fue divertido-- sonrió con arrogancia, viendo como su pequeño se sentaba en el apoya brazos. De inmediato acostó su cabeza sobre su pecho --¿Te divertiste querido?-- fue su pregunta.

--Claro cariño-- comenzó a jugar con sus mechones azabaches. Centro su vista en el rubio --a todo esto ¿dónde están Nashael y Sebares?-- le observaba curioso y a la vez preocupado.

--Jugando con Lowey-- contesto de manera simple. Salio de la sala de estar para buscarlos. Claude ya había terminado de curar al moreno.

Esperaron pacientes a que la puerta fuera asotada por dos infantes de 8 años. Uno de piel pálida, cabello azabache y ojos rubíes corrió a la pareja siendo recibido por los brazos de Astre. Su nombre era Sebares. El otro cabello azulado, piel igual y zafiros en sus iris. Él fue al regazo del demonio mayor, su nombre Nashael.

(no se la esperaban ¿eh? XD)

--¡Papa, mama!-- gritaron los mellizos emocionados.

--Veo que nos extrañaron-- fue lo primero que lo dijo el mayor con una sonrisa divertida.

--¿Se portaron bien?-- ahora su "madre" les interrogo.

--Por supuesto-- afirmo el primero con una gran sonrisa, adorando a sus descendientes con la mirada.

--Nos divertimos mucho con los tíos-- señalo a la pareja que se habían acomodado en el sillón grande.

--Y con el primo-- dicho presente acababa de entrar por la misma puerta con un rostro de cansancio. Cabello castaño oscuro y ojos azulados. Vistiendo con un traje negro sin sobretodo, solo la camiza blanca, un chaleco gris oscuro, pantalones azabache y una corbata que hace juego con sus zapatos.

Astre y Sebastian se habían divertían en su vida humano. Jugando a ser conde y mayordomo. Pero ya era hora de dejar esa banal vida atrás. Tenían que volver con su familia y retomar sus deberes. Si de algo no tenían de que preocuparse era de aburrirse en la eternidad. 

Fin.

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