
Capítulo 20: Pasado y Futuro
Amanda
Mi príncipe... bueno, mi antiguo príncipe que realmente no era un príncipe y estaba lejos de serlo. No podía creer que fuera el quien me estuviera llamando.
—¿Entonces estas en un crucero?
—Así es.
—¿Y cuándo volverás?
—En unos setenta y siete días, más o menos —respondí.
—Eso es mucho tiempo —dijo, con lo que pude notar, era un tono de tristeza.
Por un momento, sentí algo de pena por él. Sonaba deprimido y si yo hubiera estado con él, hubiera corrido a consolarlo y darle todo el amor posible.
«Pero él terminó contigo, ya no quiere tu amor».
—Sí, lo es.
—Te extraño, Amanda —soltó, de pronto—. Nunca debí terminar contigo.
—Yo...
—Prometo que te voy a esperar y cuando vuelvas, seremos igual que antes.
¿Igual que antes? Él había terminado conmigo porque le parecía que nuestra relación era monótona, aburrida y sofocante. Él decía que yo era demasiado absorbente y que no le daba el suficiente espacio, ¿y quería volver a lo mismo conmigo? Eso no me hacía nada de sentido.
—Lo tengo que pensar.
Dicho eso, corté la llamada.
Durante todo ese mes abordo había estado intentado no pensar en Aron y ahora llamaba y arruinaba todo el progreso que llevaba diciéndome unas simples palabras que no reparaban ni la mitad del daño que le había hecho a mi corazón y cabeza.
De pronto, sentí como alguien puso delicadamente su mano sobre mi hombro.
—¿Estás bien? —me preguntó Kyle.
—A-ah, sí...
Limpié mis ojos, los cuales estaban a punto de desbordarse por las lágrimas e intenté darle una sonrisa.
—Acabas de limpiar tus lágrimas —me dijo—. No estás bien.
Mi sonrisa se borró y mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas.
—¿Te puedo contar algo sin que pienses que doy pena?
—Claro. Jamás pensaría que das pena —me dijo con una sonrisa comprensiva.
—Bueno, vine a este viaje porque un poco más de un mes antes de embarcar, mi novio terminó conmigo —solté un suspiro—. Llevábamos más de tres años y de pronto dice que la relación se volvió aburrida y que yo soy asfixiante, y quizás lo soy, ¿pero no se dio cuenta antes? Yo siempre he sido igual, durante esos tres años fui igual ¿y se demoró tanto en notar el problema?
—¿Él te llamo?
—Sí..., quiere que volvamos.
—¡No!
Lo miré algo extrañada por su reacción.
—Digo, no puedes volver con alguien así. Es muy probable que en unos meses más vuelva a decir que eres asfixiante. Seguramente ahora se siente solo y cree que tú eres la clase de chica que caería en sus engaños.
—¿O sea, que soy estúpida?
—¡No! O sea, él lo cree, pero no lo eres —aseguró—. Eres muy lista. Amo cuando dices datos curiosos de los lugares en que nos detenemos, suenas cómo una enciclopedia y no cualquiera puede memorizar esas cosas.
Yo me quedé pensado en lo que Kyle había dicho.
Aron jamás había parecido creer que yo era inteligente. Aún recordaba la vez que me habían dado un papel con un monólogo enorme y Aron me dijo que era muy probable que se me olvidara en la representación. Por supuesto, eso no pasó y luego tuvo el descaro de decirme: "yo siempre supe que lo harías".
Aron no parecía tomarme enserio, ni creer que yo fuera capaz de hacer cosas más allá de ser su novia y quizás, yo también lo había pensado por un tiempo, si no hubiera sido así, lo hubiera dejado mucho tiempo atrás.
—Aron jamás creyó en mí realmente —comenté—. Y jamás me vio como alguien igual a él, siempre me vio como una inferior, solo porque yo era una actriz y él había estudiado una carrera científica... ya sabes, las que la gente cree que son para gente inteligente.
—Lo entiendo. Todos creen que los artistas somos artistas porque creen que odiamos las matemáticas o no entendemos la ciencia... —concordó Kyle—, pero en realidad, los científicos y matemáticos no suelen comprender muy bien el arte. Todos tenemos afinidades distintas y no nos hace más o menos inteligentes.
—Gracias, Kyle —dije, tomando su mano—. A veces es difícil valorarte cuando nadie más lo hace.
Estaba por irme, cuando Kyle me jaló con cuidado devuelta al lugar en que estaba.
—Shaun me mataría por hacer esto, pero ya no lo aguanto.
Iba a preguntar de qué hablaba, pero no alcancé a emitir un sonido, cuando los labios de Kyle se pegaron a los míos.
Puse mis manos en su pecho para empujarlo con cuidado, pero en vez de eso, mis manos se deslizaron hasta su cuello y se enredaron en él.
Besaba muy bien. Sus labios se sentían como esponjosas y suaves almohaditas y si no hubiera sido porque recordé que estaba en horario de trabajo, jamás me hubiera separado.
—Tengo que trabajar —dije cuando me separé—, pero después podemos vernos, si quieres...
Una sonrisa se formó en el rostro de Kyle.
—Me encantaría.
Me alejé de él con una sonrisa y volví al restaurante, con un calor subiendo por mis mejillas.
[...]
Estaba sentada en una de las sillas de la cubierta, mirando la pantalla de mi celular con el contacto de Aron abierto.
Ya era hora de seguir adelante con mi vida.
Pensé que jamás podría estar sin él, pero me había embarcado en un crucero de lujo de más de tres meses sin él, estaba trabajando sin él y estaba siendo feliz sin él.
Aron ya no significaba nada bueno para mí. Ya no era mi príncipe y yo no necesitaba un príncipe.
Debía admitir que me gustaba la idea de intentar algo con Kyle, pero también sentía que no estaba lista. Necesitaba más tiempo para mí, para estar sola y disfrutarme, sin la preocupación de hacer sentir bien a alguien más.
Tal vez sonaba un tanto egoísta, pero a veces era necesario ser egoísta. Hacía bien preocuparse de uno mismo y no tener que pensar en los demás por una vez en la vida.
Sin pensarlo más, bloqueé el contacto de Aron y luego lo borré. En ese momento, sentí un peso salirse de mis hombros.
Unos minutos después, Kyle apareció por ahí.
—¿Querías verme? —preguntó.
—Sí, quería hablar de esto... —dije, refiriéndome a lo que fuera que pasaba entre nosotros.
Kyle se sentó en la silla de al lado y nos giramos, quedando frente a frente.
—Entiendo si no quieres nada conmigo ahora —dijo Kyle, como si hubiera leído mis pensamientos—. Estas saliendo de una relación en la que te perdiste a ti misma y después de eso es correcto volver a encontrarse. Lo digo por experiencia... varias experiencias, en realidad, pero quiero que sepas que me gustas y que me encantaría ser tu amigo por el momento. Ah, y siento haberte besado sin permiso, eso no es correcto y no volverá a suceder...
No pude evitar sonreír, en especial porque era sorprendente lo bueno que era Kyle entendiéndome.
—A mí también me encantaría —aseguré—. Y no pasa nada con lo del beso, está bien.
Me acerqué para darle un beso en la comisura de su boca y me paré de la silla con una sonrisa.
—Nos vemos por ahí —le dije, comenzando a caminar.
—Duerme bien.
—Tú igual.
Me fui a mi cuarto con una sonrisa, sintiendo un cosquilleo en el estómago que no entendía muy bien porque era.
No tardé en quedarme dormida y, por primera vezen mucho tiempo, sentía una tranquilidad en mi interior que me decía que elfuturo que me esperaba era mucho mejor que el pasado.
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