➤ Capítulo 7
Terminé de secarme el pelo y finalmente me coloqué la sudadera para guardar el resto de mis cosas en la maleta y llevármela al hombro.
— A ver para cuándo —vaciló Hikaru esperándome en la entrada de los vestidores y yo sólo rodé los ojos.
— Discúlpeme usted.
Caminamos juntos hasta llegar a la zona de la pista de hielo y pasar al gimnasio donde aún estaban entrenando unos cuantos.
Hikaru y yo acabamos pronto para podernos duchar, comer pronto y luego poder ir a comprar algunas cosas que nos pidieron para las clases antes de volver para el entrenamiento en la pista.
Pero nada más entrar al gimnasio nos encontramos con más de la mitad de chicos allí. Nos separamos y Hikaru casi de inmediato se acopló con Heath, Valentín, Sonny, Sandra y Aiden para animar a Duske y Caleb en aquella competencia por ver quién se rendía antes y dejaba las pesas.
Me reí por ver cómo ellos fácilmente se apuntan a la diversión y cualquier cosa para amenizar el tiempo, es decir... claro que yo también, no soy un estirado, pero me cuesta mucho más tener aquella naturalidad para iniciar las bromas.
— ¿Puedo? —pregunté a mirando a Acker desde arriba, él estaba sentado en el suelo sosteniendo un recipiente mientras miraba al frente.
Me miró apenas notando mi presencia y no evité reírme un poco.
— Claro —asintió y yo me senté a su lado—. ¿Quieres? —me extendió el recipiente teniendo pedazos de manzana en este.
— Sí, gracias —tomé un trocito.
Rebusqué en mi bolsa y saqué también mi recipiente con la comida que me preparé en la mañana. Mientras lo abría, miré al frente también y me pareció todo muy obvio cuando vi que aquello que tanto miraba no era nada más ni nada menos que Elliot seguir entrenando con Xavier.
— Linda vista —dije aguantando la risita, pero esta salió cuando él me volteó a ver con los ojos agrandados y completamente sacado de contexto—. La vista... es bonita... La vista, Ember, pues —señalé el frente con la mano aún riendo y él miró a donde señalaba antes de reírse.
— Me agarraste completamente desprevenido, Froy —confesó riéndose mientras mordía el pedazo de manzana que se estaba llevando a la boca cuando le hablé.
Rio cada vez con más vergüenza llegando a cubrirse la cara con las manos que a su vez eran tapadas por las mangas de la sudadera larga.
— Grandes vistas, no lo negaré —dijo finalmente sacando el rostro de el pequeño escondite que creó con la tela y sus manos, pero para ese punto ya estaba bastante colorado.
Nos quedamos ahí sentados hasta que acabamos de comer y Hikaru también, él se unió un poco después. Entonces nos quedamos sentados ahí mirando a los demás y hablando.
Acker se hizo daño en la muñeca y en la rodilla hace un par de días, por eso no ha entrenado desde entonces. Al inicio no le dio importancia, pero el entrenador se empezó a preocupar cuando seguía cojeando y parecía empeorar aún después de unas horas. Cuando lo revisaron ya tenía un moretón importante y fue al hospital para que le hicieran radiografías aunque él insistiera en que no era nada grave, que si fuera algo realmente serio, no podría ni haber salido solo del hielo.
Realmente lo tomó muy tranquilo, cuando el entrenador le dijo que se preparara para ir a que lo revisaran, no protestó ni nada, sólo aseguró que no tenían de qué preocuparse. Y cuando ya estaba listo y el entrenamiento había terminado, se fue con el entrenador, pero cojeaba de una forma muy evidente, por eso Elliot simplemente llegó por detrás y lo tomó en brazos haciendo que se riera a la vez que se avergonzaba un poco en el trayecto desde la pista hasta el coche.
Les tomamos varias fotos, de hecho por ahora es el ícono de nuestro grupo de chat: Elliot cargando a Acker quien se está riendo intentando cubrir su cara y con la bolsa de hielo de gel sujeta a la rodilla con una venda.
Al parecer tuvo una fisura en la rótula, nada grave, sólo le prohibieron entrenar por al menos dos semanas. Él lo tomó bastante bien, creo que el tener conocimiento sobre medicina lo hace ser consciente de sus límites y estar bastante familiarizado con la situación.
Y la verdad es que no sé cómo pasamos de hablar sobre cómo ya está mejorando a estar midiendo nuestra flexibilidad.
Nos giramos de frente al espejo y Hikaru y yo empezamos a hacer tonterías con tal de ver quién era más flexible.
— A ver si aún no he perdido mi poder... —respiré con profundidad y tomé mi tobillo para luego intentar estirar mi pierna hacia arriba estando de pie.
Acker me daba la mano para que no perdiera el equilibrio y finalmente pude verme con la pierna casi vertical por completo. Me soltó y quedé en esa posición bastante mejor de lo que esperaba, aunque claramente no con la misma facilidad con que lo hacía hace años.
— A ver... —Hikaru se levantó después de mirarme asombrado un par de segundos e intentar hacer lo mismo apenas con éxito— No, olvídenlo, no soy de artístico.
Reí por su manera de tirar la toalla nada más su pierna cayó a los pocos segundos de intentar estirarse.
Pero cuando miré a la izquierda, Acker estaba sosteniendo su pierna derecha hacia arriba, no legaba a un split completamente vertical, pero la sujetaba bastante alto y podía mantenerse así un par de segundos.
— ¡Eso es! —no noté lo emocionado que estaba hasta que me escuché animarlo.
Él rio un poco y luego se escuchó a Elliot en el fondo.
— ¡Reese, estás lesionado, siéntate antes de que pase una desgracia! —pero su tono no sonaba en broma, se escuchaba realmente nervioso, y a los pocos segundos ya estaba aquí y lo sujetó ayudándole a bajar la pierna mientras Acker se reía.
Era ciertamente gracioso ver a Elliot tan preocupado y tener un cuidado casi impensable por su parte al ayudarlo.
— ¿Ya vieron cómo también es un niño bueno? —Acker lo abrazó y le apretó las mejillas mirándonos haciéndonos reír.
— Sí. Ahora, sentadito —lo sorprendió tomándolo como si fuera un bebé y lo dejó sentado de nuevo en el tapete contrastando las risas de Acker con su preocupación milimétrica.
Nos quedamos sentados tan sólo unos diez minutos más, justo cuando Hikaru y yo teníamos planeado ir de una vez a comprar lo necesario, el entrenador Zhao -el de artístico- entró al gimnasio buscándome específicamente a mí.
— ¿Puedes acompañarme? —me pidió con su usual sonrisa.
— Ah, sí, claro —respondí igualmente con una sonrisa y me levanté tomando mi bolsa para caminar detrás de él.
Soy el único miembro del equipo que es originario de Moscú, muchas veces me llaman porque necesitan que ayude a ubicar alguna dirección en específico o cosas por el estilo. Además, me gusta bastante ayudar en lo que puedo así que no tengo problema con echar la mano en cosas así.
Seguí al entrenador rodeando la pista de atletismo donde vimos a Nathan estar descansando junto a Shawn después de haber estado corriendo como locos desde hace un rato. Simplemente los saludamos y seguimos hasta bajar las escaleras y llegar a la pista. Una vez allí, salimos a la explanada de debajo de las pasarelas.
No dije nada, simplemente lo seguía pensando un poco en mis cosas: la conversación de hace un rato, Elliot siendo un novio protector con Acker, cómo Caleb fue humillado completamente, el split de Acker, Hikaru haciéndose bolita en el suelo...
Cuando se detuvo, estuve a punto de preguntarle lo que necesitaba, en qué le podía ayudar, pero él se adelantó.
— Alguien te está buscando —extendió la palma hacia adelante sonriendo con confianza como lo hace siempre.
Pero nada más mirar a donde apuntaba, mi cuerpo se tensó, para nada sentí tranquilidad, sólo tenía ganas de mandar todo al demonio y volver arriba con los chicos.
— Froy —me llamó mi hermano levantándose del banco y mirándome fijamente antes de que el entrenador diera media vuelta.
— Los dejo, chicos.
En ese momento me aferré al entrenador como si fuera un salvavidas, bueno... lo habría físicamente hecho si mi cuerpo hubiera reaccionado.
— ¡No, entrenador...!
Volteé y vi con desesperación cómo se marchaba dejándome a solas con mis problemas.
— Todo irá bien —canturreó entrando de nuevo al edificio como si nada.
Y me tomé unos segundos para verlo abandonarme como si realmente me hubiera traído a un campo de batalla para dejarme aquí. Pero no sólo tardé en voltearme por esa pequeña desesperación, realmente sé que no quiero girarme y mirarlo porque no quiero volver a hablar del tema y sólo quiero alargar más y más lo que es inevitable.
Respiré lo más profundo posible, intenté relajar mi cuerpo lo justo como para no gritar o soltar un golpe al aire a la mínima tensión. Giré lentamente hacia el frente y lo miré a los ojos también.
— Bernard, ¿qué pasó?
Al inicio la conversación fluyó bien, pero los dos sabíamos que lo de menos ahora eran los saludos y el saber qué tal habíamos pasado los últimos meses.
— Oye Froy, tenemos que...
— ¿Cuándo vuelvo a artístico? —me interrumpió mirándome a los ojos con una expresión que prácticamente definía a la indiferencia— No, no voy a regresar.
— Froy, escúchame, ese... ese no es tu lugar.
Rodó los ojos, tomó su bolsa y se levantó.
— Vuelve cuando tengas un argumento propio, tú y mi mamá llevan diciendo eso por años —alargó la última palabra ya caminando un poco más.
— Froy —conseguí que se diera la vuelta—, al menos deja que lo hablemos.
— Es que hablarlo no cambia nada, no vas a conseguir convencerme de que me cambie a artístico de nuevo, no quiero, no me voy a cambiar. Y en el caso de que en unos meses yo esté con un par de picos en la punta de los patines va a ser por obligación y definitivamente dejaré de patinar.
— No exageres, no es el fin del mundo, antes te gustaba, eras excelente, ¿sabes cuántos quisieran tener el talento que tienes?
— Pues si por mí fuera, repartiría ese talento con todo el gusto del mundo, te lo prometo. Y sí, tal vez no sea un experto ni una eminencia en el hockey, pero al menos lo disfruto, ¿sabes? Prefiero jugar mal pero con pasión a ser perfecto y odiar lo que hago.
— No lo puedes odiar tanto.
— Sí, lo odio. Le tuve que coger odio por culpa de ustedes. Tal vez a ti no te molestaba pasarte todas las tardes de tu adolescencia en una pista de hielo, pero a mí sí, no podía salir con mis amigos hasta que terminaran las clases, no podía hacer nada que no fuera patinaje. Le cogí odio porque me obligaban a hacerlo, porque mamá estaba jodiendo todos los días con que practicara, con que tenía que debutar como Dios manda y quién sabe qué otras cosas. ¿Qué no estaba conforme con que tú ya fueras perfecto?
— No lo hacía con esa intención, no quiere que seamos perfectos, quiere que tú aproveches ese talento.
— Ay, Bernard, cállate —dijo fastidiado queriendo darse la vuelta—. Ni que mi "talento" fuera raro en la familia. ¿Cuántas medallas tiene ella? ¿Cuántas medallas tienes tú?
— Froy... no entiendes, ni ella ni yo somos como tú. ¿Sabes lo que daría yo por tener tu talento?
— No inventes, no te queda lo de decir que quisieras ser como yo —sus ojos se veían al borde de encenderse, se veía irritado por cada palabra que decía.
— Es la verdad, es la maldita verdad. Yo no nací con esa facilidad que tienes, yo tuve que romperme la vida entrenando para ser aceptable, la mitad de mi fama es mi apellido. Tan sólo piensa en ti, imagínate por un momento lo imparable que serías: tu talento, tu experiencia, tu fama, tu apellido... Froy lo tienes todo.
— Sí, pero yo no quiero eso. Lo siento pero no. Y ni quiera puedes quejarte, yo considero que tiene mucho más mérito el ser un campeón olímpico por matarse entrenando, no por que haya nacido con los patines puestos. Si compitiéramos tú y yo, tú tendrías más mérito. ¿Qué tiene de genial salir y dar tres piruetas como si nada? Lo que emociona, lo que deberían valorar es el haber puesto todo tu empeño en poder dar esas dos vueltecitas. Yo quiero ser como tú, quiero ser el chico que anota goles por haber entrenado como nadie, el que no tenía el talento pero aún así se esforzó.
— Entiendo lo que dices, y sí, tienes razón. Pero Froy, tienes dieciocho años, tienes el mundo ahí fuera, puedes aprovechar todo lo que quieras, puedes ser mejor que nadie aquí...
— Ah, ya entendí —sonrió de forma sarcástica—. A ti te daba exactamente igual lo que yo hiciera antes, incluso una vez escuché cómo le decías a mamá que me dejara hacer lo que quisiera. Pero ahora ya estás igual que ella, quieres ver en mí lo que no puedes ser.
Por culpa de mi orgullo no puedo admitirlo, y me quemo por dentro al saber que acaba de darme un golpe donde más me duele, al saber que tiene toda la razón del mundo.
— El retiro no es el fin del mundo, no te has muerto, sigue patinando, sigue haciendo lo que tanto te gusta, no tienes por qué quererte ver reflejado en mí. ¿Te das cuenta que te estás volviendo exactamente igual que mamá? ¿En serio te vas a amargar a los veintisiete sólo porque ya te retiraste?
— No, no quiero usarte para nada, quiero lo mejor para ti...
— ¡Y yo también quiero lo mejor para ti! Así que ve ahí adentro y sigue patinando, el mundo te adora, pero no intentes hacer que yo te imite. Nunca vas a volver a tener dieciocho años, eso ya pasó y debes aceptarlo, pero tu vida no se ha acabado, entiende eso. Nunca vas a volver al patinaje exactamente como antes pero, ¿te cuento algo más triste? Turner aunque tenga 23 nunca va a volver a patinar, ¿y se ha muerto? ¡No, claro que no!
— Froy, no sigas por ahí —le advertí sintiendo mi corazón acelerarse por unos segundos.
— ¿Por qué no? ¿Porque te sientes culpable de quejarte por algo que no tiene sentido? ¿Porque no te atreverías a decirle a alguien como Turner que tu vida está arruinada porque el tiempo pasa? ¡Él podría cerrarte la boca con toda la razón del mundo, pero no quieres aceptarlo y por eso vienes a joder con que quieres que yo sea el que vuelva a patinar! ¿Qué tan infeliz puedes estar para buscar tus sueños en alguien más? ¿Qué tan poco debe llenarte tu vida para que quieras hacerme rechazar lo que me gusta?
— ¡Froy, no quiero forzarte a nada!
— ¡Pues entonces deja de intentar convencerme de que me cambie a artístico! ¿Sabes? Me preocupas, me preocupa que estés teniendo una crisis por sentirte viejo teniendo 27 años, ¡27 años, eres joven! Tienes tan metida en la cabeza la idea de mamá de que sólo puedes brillar cuando estás en los primeros años, el triunfar no significa ganar medallas y que todo el mundo te reconozca. Mira a Isabelle, ella quería que mamá le diera clases pero no la aceptó porque "ya era muy grande para poder ser una campeona", Zhao la aceptó y mírala ahora.
Tomó su bolsa la cual había dejado en el banco mientras seguíamos discutiendo y entonces me señaló.
— Tu alumna, Adelina empezó en artístico hace un mes o así y mejor que nadie sabes que aún puede aprender. Nunca es tarde para aprender ni muy mayor para triunfar, ¡y te lo repito: eres joven! Ya quiero escuchar a tu yo de 37 años regañarme a los 28 por sentirme viejo. Ve y disfruta tu vida, Bernard, ve y disfrútala pero déjame vivir la mía también.
Sólo me dedicó una mirada molesta y se fue. Cruzó la explanada y salió a la calle perdiéndose en la acera.
El corazón me latía rápido, respiraba agitado y simplemente no podía canalizar de ninguna forma lo que sentía.
— ¡Hijo de su... puta madre! —desahogué todo en un golpe de lado a la pared mirando aún por donde se fue.
Sé que lo que dijo era verdad, lo que yo dije no es realmente lo que siento... pero ahora ya no sé ni siquiera qué siento. Y esa crisis que el dijo no es por sentirme viejo, es por no saber cómo sentirme, por sentirme atado por más libertad que tenga.
— Bueno, también es tuya, ¿no? —escuché una risa detrás mío y al voltearme vi a Neil quien se acercaba a mí— Yo siempre bien indiscreto.
— Neil...
Sólo sonrió y se quedó a mi lado, me senté instintivamente en el banco y nos quedamos en silencio.
— Bueno, escuché gran parte de su discusión, creo que estoy enterado de por qué estás que te llevan los demonios —entrelazó los dedos y colocó los codos en los reposabrazos de la silla.
En serio que sentí vergüenza.
Es eso... no es que mi problema sea haberme retirado, es decir, claro que me afectó, pero no estoy así por eso, no estoy obsesionado con que Froy vuelva a artístico sólo por quererme ver reflejado en él. Hay algo más que ni siquiera yo sé.
— Neil, lo siento... —negué con la cabeza sin atreverme a mirarlo a los ojos.
— No pasa nada —hizo la voz algo aguda aún sin perder su tono de alegría y casi broma mientras me daba unas palmaditas en la espalda—. Yo me puse igual que tú en su momento.
— Sí, pero es diferente, yo no tengo derecho de alargar este drama tanto tiempo.
— Yo estoy inválido y tú estás viejo —él se encogió de hombros y no evité reírme un poco por la forma tan desinteresada en que lo dijo. Le terminé contagiando la risa y siguió—. Tampoco es que sean cosas muy diferentes, ¿no? Ninguno de los dos compite... Meh, tenemos bastantes cosas en común.
— Sí, pero... no es exactamente lo mismo. Froy tiene razón, no debería quejarme por estar retirado, no tengo derecho a quejarme de algo así en mis condiciones. Es que hasta me siento mal cuando lo hago, sé que no debería y en el fondo sé que no me estoy quejando por eso en verdad.
— Mira, nuestra diferencia es que tú el día que quieras puedes ponerte tus patines de tres mil dólares, ir a la pista y reventar un par de corazones. Yo puedo ponerme mis patines menos finos el día que quiera pero voy a seguir sin levantarme de aquí. Pero no es cuestión de dramatizar esto, ¿qué pasa si cambio el juego? Yo cuando me siento mal o estoy triste siempre voy a poder coger mi teléfono y llamar a Thomas para que venga a abrazarme y me desahogue con él, en cambio, tú cuando estás triste puedes coger tu teléfono y llamar a tu psicólogo y... contarle tus problemas existenciales. ¿Verdad que ahora el desgraciado eres tú?
Este chico no merece por nada del mundo todo lo que ha vivido. Acaba de llamarme desgraciado y no ha hecho más que sacarme una risa y hacerme sentir mejor de alguna manera.
Siempre sabe qué decir, no importa que esté lidiando con alguien tan idiota como yo en estos momentos, siempre va a ser capaz de hacerte entrar en razón y ayudarte.
Vigga y yo lo hablamos en su tiempo y ahora sigue sin cambiar mi opinión: es por gente como Neil que el mundo no es un lugar tan malo.
— No soy el mejor dando consejos y a este punto me he dado cuenta de a veces no le doy tanta importancia a las cosas como merecen, pero si de algo te sirve, podemos hablar —dijo tranquilizando la voz y acariciándome la rodilla.
— ¿Sabes? Creo que eres el mejor dando consejos aquí —sonreí tranquilizándome al fin.
Sonrió de vuelta y por un momento miré lo distinto que es ahora. Siempre fue igual de alegre, se ofrecía a hablar y ayudar a quien fuera, desde el inicio era una de esas chispas de belleza en el mundo. Pero evidentemente, el accidente fue un cambio impensable en su vida.
Era el último día de competencias, tocaban los programas libres masculinos. No llegó a las entrevistas y tampoco estaba en el calentamiento. De hecho estábamos calentando cuando anunciaron que no se presentaría a la competencia. En ese momento yo salí de la pista y fui corriendo a buscar a Vigga, ella estaba con Isabelle y el entrenador Zhao quien estaba hablando con los jueces.
Vigga se fue en ese momento al hospital pero a mí no me dejaron irme, no se sabía si pospondrían la competencia o no. Pero al final siguió ese día. Competí casi al principio y nada más acabar me fui al hospital también. En urgencias era más que obvio que había pasado algo relacionado con el patinaje artístico: tres de las mayores competidoras estaban allí esperando y para rematar llegué yo con el uniforme de la selección todavía puesto, fue por milagro que tomé mis zapatos para no ir en patines.
Pero sólo estuvimos ahí esperando sin ninguna información y tuve que volver al recinto para la premiación. Ese año gané oro aunque estaba planeado que yo consiguiera la plata, cuando descalificaron a Neil fui yo quien quedó en primer lugar, pero él era quien en verdad se merecía esa medalla, quien merecía el primer lugar, aunque realmente a esto no le dimos importancia hasta tiempo después.
Hasta la noche no nos dijeron nada. Thomas Feldt y el conductor estaban estables, tendrían el alta en un par de días, pero a él ya le habían programado una operación de emergencia esa misma noche. De hecho sólo pudimos verlo antes de la operación, estaba algo consciente así que dijeron que ver un par de caras conocidas podría ser bueno para él.
Vigga estuvo sujetándole la mano por hora y media por lo menos, estuvimos con él hasta que se lo llevaron para la operación. Pero lo que nos empezó a afectar principalmente a Vigga y a mí fue que nosotros estábamos aterrados, nos mataba el no saber si el daño en su columna había sido grave o no, pero él, el verdadero afectado, no tenía idea de lo que estaba pasando.
Los padres de Neil llegaron desde Australia al día siguiente. Nosotros estuvimos yendo a verlo prácticamente todos los días, al inicio la rutina era algo más llevadera: Neil estaba intubado por culpa del pulmón colapsado, sus padres aprovechaban para comer y descansar cuando los relevábamos, Neil estaba durmiendo casi todo el tiempo... Lo difícil vino cuando redujeron por fin los medicamentos.
No sólo era horrible ver cómo no podía escaparse del dolor prácticamente de ninguna forma, lo que nos lastimaba aún más era verlo sufrir por dentro. Estaba completamente destrozado en todos los sentidos.
Vigga estuvo muy afectada, pasó semanas con una frustración y dolor ajeno que no podía controlar, simplemente lo que hacíamos era desahogarnos el uno con el otro esperando porque al día siguiente mágicamente viéramos a Neil levantarse de la camilla e irse a casa. Pero eso jamás pasó, el diagnóstico de paraplejia quedó sentenciado desde el segundo día.
Pero lo que fue mi golpe de gracia, lo que tiró el único pilar que tenía para intentar ser fuerte por Vigga y por Neil fue entrar a su cuarto y que no pasara ni un segundo antes de que escuchara cómo lloraba con su madre pidiéndole que lo matara.
— I-I just can't... Mom, kill me! —se me quedó grabado a la perfección. No tengo idea de lo que hice, sólo actué dejándome llevar por mi propio instinto e intervine haciendo que su madre pudiera simplemente calmarse frente a lo que había sido para ella lo más parecido posible a ser apuñalada.
Un tiempo después volvieron a Australia donde siguió con todas las operaciones que venían y el resto de tratamientos. La verdad es que muchos de nosotros sabíamos que Neil era capaz de suicidarse y temíamos que un día nos enteráramos de que lo había hecho. Pero no fue así, al cabo de unos meses él había mejorado. Cuando salió del hospital seguía bastante frágil emocionalmente, pero fue cuestión de semanas lo que tardó en intentar reponerse y seguir de cualquier manera. Ahora lo tiene superado, claro que tiene días buenos y malos, pero sinceramente me alegro de volver a ver esa personalidad alegre, animada, volver a tener al Neil que contagia a todo el mundo una sonrisa.
— ¿No te estoy quitando mucho tiempo? Tienes clase, ¿no? —interrumpí lo que le estaba contando cuando vi a Tammy asomarse del edificio de danza como si buscara a Neil.
— No, no te preocupes, ellos ya son grandecitos —dijo con tranquilidad para luego voltearse a Tammy.
— ¡Ya calentamos! —avisó la chica sujetándose de la puerta para colgarse hacia adelante.
— ¡Muy bien, ahora cuéntense el chisme de la semana en spagat, luego voy seguimos! —le dio la instrucción, pero a los pocos segundos volteó hacia ella— ¡Y cuidado con hacer trampa porque voy y me los madreo!
No sé si me dio más risa lo que dijo Neil o cómo Tammy alzó la mano levantando el pulgar dando a entender que había recibido el mensaje y luego volvió adentro repitiendo lo que había dicho Neil.
Se giró hacia mí de nuevo y con su sonrisa tranquila y confiada de siempre me dio unas palmaditas en la pierna.
— Bueno, todo controlado, ahora sí, sigue contándome tus penas, para eso estamos los hermanos menores postizos.
*** *** ***
¡Este fue el capítulo 7!
¿Qué tal? ¿Les gustó? Fue algo más cortito, pero entró un tema importante.
Froy y Bernard se dieron unos cuantos madracitos emocionales, Neil llegó para tirar felicidad al mundo y aún así vimos cómo el bebé ha sufrido mucho unu, hubo joteo en el gimnasio... ¡Y Acker se rompió la rodilla! AAAAAAAAAAAAHHHHH Pero es feliz siempre y cuando tenga a su morrito morenazo de fuego modelo de trajes de baño Jamaica 2020 7u7r
Espero que les haya gustado el capítulo ^^
Tal vez esta semana no haya Takoyaki, no estoy seguro... Pero la cancelación del capítulo de Takoyaki sería para subir actualización de HELL ewe Trueque, trueque. Ya lo veré, pero es seguro que el miércoles actualizo algo, el qué ya no lo sé XD
Muchas gracias por leer y nos vemos muy pronto ^^
Atsushi~
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