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➤ Capítulo 18


¿Cómo empezó esto? ¿Cómo terminamos así? Para empezar... ¿por qué pasaron tantas cosas de golpe?

Damien terminó de maquillarme y nos dirigimos a la pista, íbamos todos juntos para reunirnos con los entrenadores. Después de juntarnos en los vestidores y repasar el orden en el que saldríamos, nos dejaron ir a buscar a nuestros familiares o reunirnos con aficionados antes de calentar ya que las familias de algunos chicos sí vinieron, incluyendo la mía.

Mis abuelos ya habían ido a ocupar un lugar en las gradas así que sólo fui a encontrarme con Kurt y mi mamá en la entrada de la pista. No los veo desde hace casi tres meses, evidentemente estábamos emocionados, especialmente Kurt.

La familia de Katrine y Tammy estaba aquí también, es algo obvio que el padre de Hao también y por desgracia, también vino la familia de Yuri.

Saludé a sus padres cuando se reunieron con él y me saludaron de vuelta, después de todo yo ya había hablado con su padre cuando me llevaron al hospital para ver a Heath. Los dos nos coordinamos para presentar a nuestros padres también y que se conocieran, pero lo último que esperábamos es que ya se conocieran demasiado bien.

No entendí para nada el silencio que hubo, la madre de Yuri, mi hermano, él y yo estábamos completamente perdidos, pero mi mamá y su padre se miraron por eternos segundos sin que ninguno de los dos supiera cómo reaccionar.

Aunque se habían dado un apretón de manos como saludo en el momento en que los presentamos, nada más verse y reconocer el nombre del otro llegamos a ese punto muerto.

Kurt... —lo llamó él sin siquiera haber tenido tiempo para presentarlos, pero mi hermano volteó a verlo aún tratando de entender.

—pero finalmente reaccionó, miró a mi mamá de vuelta y por su expresión yo empecé a temerme lo peor—. Violet, no me digas que... 

Empezaron a hablar entre ellos, aunque hablaban en húngaro no podía entenderlos, no quería entender nada.  Miré a mi mamá alzar cada vez más la voz, no discutían pero la conversación era tensa, luego observé al padre de Yuri y me fijé en cómo sus ojos eran exactamente los mismos que los de mi hermano... a estas alturas ya no había duda de que aquel shock era por haberse encontrado con la persona con la que tuvieron hijos hace veinte años.

¿Cómo había pasado? Es decir... ¿por qué tenía que ser tan pequeño el mundo para que se reencontraran? ¿Por qué tenía que ser el padre un amigo mío? En serio que me da exactamente igual, no me importa no tener padre, ¿pero no podría haber pasado el resto de mi vida sin saber quién era? No necesito nada de él como padre, a estas alturas ya no necesito tampoco de mi madre, quisiera haberme quedado simplemente con el buen recuerdo de que el padre de Yuri era alguien simpático y ya, ahora tendré la tentación de pensar en él como el mío, pero no es así.

No soy su hija, pero me asusta que por más que mi mente lo sepa bien, mi corazón empiece sentir lo contrario. Él no va a verme como su hija, él ya tiene familia y otro hijo, Kurt y yo no somos nada para él así como no lo fuimos para mi madre durante un buen tiempo. Y ahora finalmente comprendo a mi hermano, él pasó exactamente por lo que yo estoy pasando ahora: aceptar que Violet no era su madre por haberlo abandonado por más que su sangre dijera lo contrario.

Di un paso atrás y sentí cómo él me abrazaba pero tampoco lucía mucho mejor que yo, los miraba serio aún tratando de comprender lo que pasaba y fue justo cuando la conversación se alzaba más de tono que él intervino para terminarla al fin.

Ninguno de los dos tiene derecho a hablar de paternidad. Ninguno es mejor que el otro. ¿En serio van a pelearse ahora que no tiene ningún sentido? ¿Se dan cuenta de que tenían mi edad cuando nació Adelina y se dejaron de hablar? Los dos nos abandonaron porque eran unos mocosos cuidando de dos niños sin poderse cuidar a ustedes mismos, ¡así como me ven ahora, sus padres los veían a ustedes! Si en ese momento no fuimos tan importantes y su mejor opción fue abandonarnos una y otra vez, ahora tampoco podemos ser tan importantes así que no tiene caso discutir por esto.

Podía escucharse el enojo así como la impotencia en su voz, pero mientras él se contenía las ganas de llorar que podían llegar a asomarse, yo ya no podía evitarlo.

—Ninguno fue más cruel que el otro, nos dejaron y Violet no volvió hasta años después así que los dos hicieron el mismo daño. Yo ya los perdoné, entiendo que debe asustar tener niños a esta edad, yo tampoco podría hacerme cargo ahora, y no sé lo que piense Adelina pero aún perdonados no voy a olvidar que mis padres me dejaron tirado teniendo sólo tres años. Fuimos un error pero ya no puede deshacerse, no porque discutan ahora vamos a dejar de existir, ahora tampoco somos su responsabilidad, nunca lo fuimos de hecho.

—No, Kurt, no digas eso... —mi mamá intentó caminar hacia él pero sólo dio un paso atrás aún sosteniéndome del hombro.

Yo lo sé, Violet, sé que fuimos un error en la vida de los dos, pero en la de otros no lo somos —apreté su mano y lo miré a la cara justo cuando escuché que su voz se quebraba—. Adelina no es un error en mi vida, tampoco en la de los abuelos ni en la de todas las personas que la quieren. Y si no nos ves como errores entonces deja de lamentarte lo que pasó, si de verdad no te arruinamos la vida entonces deja de vivir en tu pasado como ya habías aprendido a hacer.

Mi mamá me miró fijamente y yo a ella aún sin poder tranquilizarme o pensar realmente. Sus ojos también se habían cristalizado, me miraba de una forma en la que hacía mucho que no lo hacía, me observaba prácticamente con súplica.

Así que olvídense ya los dos, por favor —esta vez su voz ya se había roto, vi cómo se secaba las lágrimas usando el interior de la muñeca—. Ya crecimos prácticamente sin padres, ya no pueden hacer nada, sólo dejen de vernos como su error, véannos como personas, siéntanse orgullosos de nosotros. Violet, tu hija sobrevivió a un cáncer, ¿en serio lo único que sientes por ella es remordimiento por haberla tenido y luego dejarla? Ya no van a cambiar nada, pero dejen de arruinar lo que tienen ahora. Él no es nuestro padre, es sólo una persona más, Violet, él no es el padre de tus hijos así que sólo déjenlo y ya, sigan con sus vidas, no tenemos nada que ver —se mordió el labio y finalmente bajó la mirada empezando a caminar sin soltarme la mano—. Adelina debería ir a calentar ya... Buena suerte, Yuri.

Después de eso Kurt y yo nos fuimos, en el pasillo tuve que ser yo quien lo abrazara por más que él intentaba dejar de mostrarse frágil delante mío, siempre lo ha hecho y más aún con lo relacionado a nuestra familia.

A mí me afectó la impresión, el saber de pronto que ese preciso hombre era mi papá, todo el ambiente, ver a mi hermano romperse sin control... Pero definitivamente Kurt tiene muchos más remordimientos, él vivió peor esta situación, y a él le afectó mucho más al haber sido más consciente de todos los problemas que tuvo mi mamá y los que hubo en la familia cuando volvió.

Me insistía en que me fuera ya a calentar, que le pidiera alguien que me retocara el maquillaje que se había ido por las lágrimas, pero yo no podía dejarlo allí. Lo abracé hasta que se calmó y luego lo acompañé hasta las gradas para que se fuera con mis abuelos, pero me sorprendió cuando de camino Duske pareció reconocerlo y lo saludó. Tardé en recordar que ellos ya se conocían por un curso de arquitectura que hicieron este año en las vacaciones, pero realmente no sabía que fueran tan cercanos.

Nada más con verle la cara preguntó si había pasado algo y fue el propio Kurt quien me dijo que se quedaría aquí y ya luego iría con los abuelos. Simplemente asentí y traté de sonreír cuando los dos me desearon suerte. Aunque pensándolo creo que fue mejor que se quedara aquí a que fuera con los abuelos, quizá ahí estaba mi mamá y él aún estaba alterado como para hablar de todo ahora.

Pero cuando me fui con los demás sólo calenté después de lavarme la cara, y fue por los nervios de todos y la presión que nadie notó que me había quitado todo el maquillaje. Y a mitad de la competencia me fui, empecé a sentirlo todo de nuevo.

Ni siquiera fui capaz de mirar a Yuri cuando salió, él no tiene ninguna culpa, y realmente su padre tampoco, Kurt tiene razón: los dos nos dejaron y él no es nada nuestro, sólo un conocido y ya. Pero aún debía procesar demasiadas cosas, creo que fue el hecho de ver a Kurt quebrarse de esa forma lo que más me afectó.

Por eso volví al baño donde tampoco aguanté mucho antes de empezar a llorar también, también empecé a sentir toda la presión de salir ahí y, aunque no voy a competir, todos me mirarán, todos van a ver cómo no estoy a la altura y sólo salgo ahí para... realmente es una buena causa, me gusta pensar que esto pueda ayudar a más personas, pero siento que no estoy en mi entorno.

No sé si puedo considerarme siquiera una patinadora. No voy a competir, no sé patinar y aún así voy vestida y arreglada como una más de mis compañeras, tengo los patines blancos de Kim, me van a observar como si de verdad supiera hacer algo. Creo que me creí demasiado todo aquello sobre formar parte de este equipo, por más bien que me lleve con todos y ellos me tengan cariño también, yo no estoy a su nivel como ya es obvio, y tampoco en su entorno.

Por eso cuando Yelena me vino a buscar me encontró en la encimera del tocador hecha bolita y descalza después de haber vomitado por el llanto, los nervios y principalmente la angustia.

Vigga se quedó conmigo a solas en el vestuario y yo se lo conté, me dijo que no era necesario entrar en detalles si no quería, sólo quería saber lo que sucedía para ayudarme pero aún así acabé por contárselo todo: el problema en mi familia, lo que acababa de suceder, incluso mis pensamientos de hace unos minutos mientras lloraba aquí escondida.

—Si de verdad no pertenecieras aquí, no estarías a punto de participar, ¿sabes? —habló ella poniendo una mano encima de la mía— Es algo muy común lo que estás sintiendo, te apuesto a que varios de tus compañeros también lo sienten, el mundo del patinaje es pequeño pero también llega a ser frívolo, vale más que vengas una familia conocida a que hayas entrenado día y noche, es triste pero así es, aún hay gente que lo ve así. Pero déjame decirte una cosa, da igual si tu apellido es conocido, vas a hacer el ridículo si no han practicado para nada en la vida, y aún cuando triunfes no va a ser ninguna sorpresa, dirán que era lo que se podía esperar de un miembro de cierta familia. Pero no te imaginas el impacto que puede producir alguien que no parece importante o famoso cuando hace un buen programa. Mira simplemente a Neil y Bernard, Bernard ya tenía la fama hecha pero la familia de Neil no había puesto ni un pie en una pista de hielo antes de que él empezara a entrenar. Y tampoco vas a poder salir y en tu primera exhibición hacer un puntaje perfecto.

—Bueno, eso es obvio pero... —murmuré aún con la voz baja.

—Pero todos pasaron por ello. Usualmente eran niños, pero no es la edad sino el nivel de patinaje, eso no te hace ser tonta o alguien ajena a esto, simplemente estás empezando y déjame decirte que llevas un progreso enorme para el poco tiempo que has entrenado aún con tus restricciones. Así que por eso no debes preocuparte, todos tuvieron tu nivel una vez, es lo mismo que si ponemos a los chicos a entrenar hockey y a los tres meses hacemos su primer partido, evidentemente no van a tener tu mismo nivel o el de otros de los chicos que llevan años jugando hockey. Pero aún así tú los considerarías miembros del equipo, ¿no? Comen juntos, entrenan juntos y dan su mayor esfuerzo para mejorar sus capacidades; eso los hace ya ser jugadores de hockey... ¿verdad?

Ella tenía razón, realmente tenía toda la razón. Yo lo veía desde mi punto de vista como aquella que recién empezó en el deporte, pero es verdad que si Yelena, Lotte, Damien, Liam o cualquiera se uniera a hockey yo lo consideraría un compañero más y un jugador de hockey sólo por entrenar y esforzarse aunque no tenga mucho nivel por haber empezado.

—Sí... aún así serían compañeros de equipo —asentí y ella sonrió un poco.

—¿Lo ves? Así que no te preocupes por eso, y entiendo que lo de tu familia es algo delicado y si no te sientes como para salir ahora está bien, esto es algo delicado y si sales a patinar estando así de estresada podrías lastimarte, así que eso lo dejo a tu decisión, no pasa nada si no quieres, ¿de acuerdo?

Yo asentí y apreté un poco sus manos mientras me decidía.

—Quiero hacerlo, llevo practicando para esto y no quiero dejarlo así como así —sonrió al oírme decir esto.

—Si es lo que quieres entonces está bien. ¿Tú no vas a la pista cuando te sientes estresada o triste?

—Sí, a veces lo hago...

—¿No se siente bien el aire frío rozarte la cara? En lo personal me relaja mucho y consigo despejar mi mente cuando lo hago así que quizá también te ayude a calmarte o a aclararte los pensamientos. Piensa que estás sola en la pista y ya.

Asentí con algo más de decisión y  entonces ella se separó finalmente de la encimera tomándome de las manos para ayudarme a bajar de un saltito.

—Entonces vamos porque debemos arreglarte rapidísimo, ponte los patines mientras voy a buscar algo de maquillaje.

Asentí y me senté para colocarme los patines apretándolos bien, pero nada más salir, Vigga volvió junto a Yelena, Solaria y Damien, este último entró como si nada y nadie le dijo nada tampoco, realmente ahora da lo mismo.

—Okay, rápido, siéntate —dijo él con una risa un tanto apurada por tener que darse mucha prisa.

—Pásame el peine, voy a deshacerle el peinado —dijo Yelena extendiendo la mano hacia Damien.

—Aquí tienes —le entregó el peine mientras me pasaba una toallita por la cara para limpiar los restos de maquillaje que aún tenía.

—Solaria, ayúdame, vamos a hacerle de nuevo el recogido —pidió Yelena empezando a pasarme el cepillo por el pelo que ahora me ha crecido un poco en la parte de la nuca pero aún no es suficiente para dejarme la coleta como antes.

—Pásame una brocha, yo le pinto el otro ojo —Viga abrió el estuche de maquillaje que tenía  Damien y extrajo un par de brochas que empezó a pasarme por el ojo nada más él terminó de ponerme la base.

La mitad del tiempo no vi nada al tener los ojos cerrados pero sentía miedo de que Solaria o Yelena me jalaran el pelo y al moverme Vigga o Damien se equivocaran, pero por suerte no pasó nada así. Cuando abrí los ojos las chicas ya estaban poniendo los últimos pasadores en mi cabeza y Vigga me iba a colocar el rimel.

—A ver, sólo faltan los labios —el chico rebuscó entre sus cosas hasta sacar un labial rojo oscuro que empezó a ponerme—. Listo, así, rojos, rojísimos.

Reí un poco e hice los gestos que me indicaba para que quedara bien aplicado así que nada más terminar me levanté y me miré en el espejo. Me habían dejado incluso mejor que cuando me maquillaron hace rato con mucha más calma, pero creo que lo que más me gustó fue el peinado. Solaria me había hecho dos trencitas desde las sienes parecidas a la que siempre me hago y las había unido con el pequeño moño que tenía en la nuca.

—Ya para terminar, dame el pompón —me dijo Yelena sacándome de la impresión de verme y prácticamente no haberme reconocido por instantes. Me tomó la muñeca donde tenía la liga atada al pompón blanco que contrastaba con el vestido negro y maquillaje igualmente oscuro. Lo puso alrededor del moño y me giré un poco para mirarlo—. Lista, ahora sí ya estás.

—Gracias —sonreí mirando a todos quienes correspondieron de inmediato e incluso Damien dio un paso adelante para abrazarme.

—Vamos, ya debe estar acabando Abigail —Vigga me dio un toquecito en el hombro igualmente teniendo una sonrisa en el rostro. Yo asentí y salimos del vestuario para dirigirnos a la pista, donde se suponía que yo debía estar, pero antes de llegar todo se paró.

—Adelina.

Al escuchar su voz me giré inmediatamente hacia él y sólo sonreí completamente sorprendida al verlo allí.

—¡Heath! —lo abracé con fuerza haciendo que diera un paso en falso por el impulso incluso, pero al darme cuenta de esto apreté los dientes preocupada, eché mi peso hacia atrás y coloqué una mano en su nuca— Lo siento, creo que me pasé, ¿estás bien?

—Tranquila, estoy perfectamente —sonrió mirándome a los ojos antes de volverme a apretar en el abrazo—. No te quito mucho tiempo, sólo quería verte antes de que entraras. Suerte, lo harás genial.

—Heath, gracias... —sonreí igualmente apretando el abrazo una última vez.

—En serio que estás preciosa —sonrió acariciándome la mejilla mirándome a los ojos casi perdido.

Sonreí una última vez antes de que me apretara un poco las manos y yo tuviera que irme con Vigga, Abigail había salido hace un rato y ya estaban preparando todo para mi exhibición antes de dar los resultados.

—Tranquila, lo harás bien, ¿de acuerdo? —dijo ella tomando las protecciones de mis patines mientras me quitaba la sudadera que también era de color negro y, para qué mentir, no calentaba nada.

—Gracias, maestra —asentí dedicándome unos segundos para mirarla a la cara y hablar no sólo por su ayuda precisamente ahora, sino por todo, por haberme puesto a trabajar fuera del hielo horas y horas, por no haber tirado la toalla conmigo a pesar de mi condición.

Ella sonrió y me puso una mano en el hombro dándole una especie de caricia mientras yo entraba al hielo, pero justo entonces me di la vuelta al escuchar que me llamaban.

—Kovacs —se trataba del entrenador Zhao.

—Dígame —frené del otro lado de la barra justo delante suyo.

—No saludes hasta que no digan tu nombre, ¿de acuerdo? No sé que hicieron con las luces pero al ser exhibición es probable que estén apagadas algunas, te hagan seguimiento con un foco concreto o haya algo de espectáculo, pero tú no te alteres por ello.

—De acuerdo —asentí teniendo el tic de sorber un poco mi nariz, realmente me sentía como en aquellas charlas dos segundos antes de salir a un partido—. Oh, gracias —sonreí recibiendo el pañuelo que me ofrecía desde una cajita que había en la barra—. Así que para eso sirven... siempre he visto las cajitas de pañuelos en las competencias de artístico pero no sabía para qué eran. Bueno, son pañuelos, es un poco obvio pero... ya me entiende —él rio un poco por mi comentario y yo finalmente dejé mi pañuelo doblado al lado de la caja.

—Antes de conocer los resultados de la competencia tendrá lugar un acto extra. De parte del programa para fomentar actividades artísticas y deportivas en jóvenes con discapacidad, la Academia Rusa de Deportes de Invierno nos congratula con una invitada especial.

La voz de la presentadora mientras las luces se apagaban aún más hizo que un escalofrío me recorriera la espalda, pero de nuevo el entrenador captó mi atención en, literalmente, los últimos segundos antes de que me diera la vuelta.

—Adelina, al competir uno no patina contra los demás, ellos son compañeros, uno realmente compite contra sí mismo. Esto no se trata de ganar más o menos puntos y en tu posición eso no te afecta porque no los contarán, pero recuerda que tú también estás compitiendo ahora mismo, tú eres tu rival y sólo es a ti a quien debes demostrar de lo que eres capaz, nadie más importa. Quiero que sepas eso muy bien, ¿de acuerdo?

—Sí, entrenador.

—Muy bien —asintió con una sonrisa de complicidad que respondí nada más escuchar lo que dijo—. Hey, y esto no es una balada porque eso ya está demasiado visto, esto es un vals así que hazlo tuyo, crea tu vals para Adelina.

La sonrisa no sólo fue por imitación en su broma, realmente me había llegado lo que dijo, a estas alturas todos han hecho tanto por mí que no puedo defraudarlos. Pero yo también estoy compitiendo, no puedo distraerme con eso ahora mismo, debo vencerme a mí misma.

—Eso está hecho, entrenador —di un golpecito en la barra antes de empezar a patinar por la orilla y zona aún oscura.

—Entrenada por Zhao Jinyun y procedente de Hungría, Adelina Kovacs.

Alcé la mano saludando imitando lo mejor posible al resto de chicas en los entrenamientos cuando vacilan con ser presentadas en una competencia real. Bueno, la verdad es que no es muy difícil actuar y moverme fina y ligera con esta ropa, creo que impulsa esa feminidad que tanto tiempo llevaba oculta bajo el suéter de hockey.

—Se trata de una ex-jugadora de hockey, estuvo fichada para el equipo nacional y fue admitida en la ARDI hace un año, pero por una lesión como consecuencia de un cáncer se retiró para ser admitida de nueva en patinaje artístico y apoyar este programa para impulsar más sueños como el de ella.

—Dios mío, me van a sonrojar —bromeé para mí misma y después de dar una vueltita más me coloqué en el centro para sólo esperar a que ellos dejaran de hablar y empezara la música.

—¡Ánimo, Ade! —sonreí al escuchar la voz de Tammy que en seguida fue acompañada por la de varios otros.

—¡Vamos, Adelina! —y esta vez fue la voz de Heath la que me amplió la sonrisa.

Al mirar casi todos estaban en el borde de la barra aplaudiendo, incluso llegué a distinguir la voz de Lotte lo cual me hizo reír un poco. Pero lo que definitivamente me hizo sentirme ligeramente ansiosa fue escuchar a lo lejos la voz de Acker, el club de hockey también estaba aquí...

Respiré con profundidad y me coloqué en posición, al escuchar la canción empecé a patinar hacia atrás esforzándome por aplicar todo en lo que me ha insistido Vigga: espalda derecha, brazos relajados y mantener las manos en una posición delicada.

Y finalmente se acercaba mi primer salto. Sí, seguro que todos esperan que mi primer salto sea un Axel o algo por el estilo pero no, es un salto de tres, todos mis saltos son saltos de tres o bunny hops. Hey, pero es mi vals y no por nada los saltos de tres también se llaman saltos de vals.

Tras aterrizar en el primero me di la vuelta hasta estar de frente de nuevo, saltar de nuevo y repetirlo otra vez. ¡Tres saltitos listos!

Debo confesar que adoro el violín en esta canción, me hace sentir tan nostálgica pero a la vez alegre... Y justo como me dijo Neil, no me contuve y mostré la sonrisa que me dibujaba sola esa parte de la canción mientras echaba el torso hacia atrás moviendo más la cabeza que la espalda en realidad al patinar de lado.

Y después de varias secuencias coreográficas así como de un par de giros, llegó la parte grave de la música. Más que melancólica, esa parte para mí era apática, perezosa, y si tuviera que compararla con una parte de mi vida sería precisamente con la etapa de haberme recuperado recientemente del cáncer. Después de aquel pico alto venía la grave, así como después de la felicidad de haberme curado llegó la época de volver a integrarme al mundo.

Por eso imitaba aquel baile en pareja pero con apatía en el rostro, como si me forzaran a ello. Eso fue hasta las siguientes campanitas donde debía retomar fuerza para el final. De nuevo tres saltos de vals, un bunny hop después de sonreír alzando los brazos, un último salto antes de una secuencia coreográfica centrándome en mis brazos y prepararme para el detonante de todo.

Mantuve un desplante flexionando la rodilla izquierda mientras mi pierna izquierda era arrastrada y estirada por casi toda la pista hasta que me levanté justo al inicio de la parte más enérgica, mi favorita, la última.

Allí fue cuando recuperé la postura de estar bailando en pareja mientras patinaba hacia atrás después de otros pasos coreográficos. Pero esta vez la sonrisa era real, me sentía eufórica, eso conseguía esta parte de la canción al recordarme el sentimiento de bailar junto a Heath aquella noche en la que nos besamos por primera vez.

Y ahora me alegra aún más por saber que finalmente él está bien. Tenía ojeras, estaba pálido y por la pulsera que aún no se ha quitado sé que acababa de salir del hospital, pero dejé de centrarme en eso, él está aquí, eso era todo lo que me importaba. Quizá debería hacerle caso a lo que dijo Kurt: no podemos cambiar lo que pasó así que sólo disfrutemos lo que tenemos ahora.

Si él está feliz sé que yo también puedo estarlo, que aunque esté pasando todo esto precisamente hoy, debo centrarme en aquello que me hace feliz. Me está viendo ahora mismo, está viendo lo feliz que estoy y sé que también se siente así. Pienso en él como si ahora mismo lo tuviera delante y pudiera bailar en pareja con Heath este vals una vez más.

Y venía el último momento, aquel paso que me empeñé en dominar aunque estuviera más allá de mis capacidades, la Adelina. Ya estando en la posición adecuada salté en un pie haciendo un giro en mariposa manteniéndolo lo mejor que pude hasta encoger la pierna derecha y tomarme el pie llevando el talón desde atrás hasta el lado de mi cadera y luego alzarlo lo más que pude.

Sentía la presión en la cadera, en la pierna y en los brazos, todo me estaba temblando y no podía esperar porque finalmente llegara la nota indicada. Finalmente llegó, bajé mi pierna y clavando el pico derecho y alcé mi brazo opuesto al igual que la barbilla con una sonrisa que me salió de lo profundo del corazón, lo había conseguido. En todas las prácticas sólo he aguantado la Adelina el tiempo adecuado dos veces, el resto siempre la bajo antes o termino por forzarme la espalda y lo dejo de inmediato para no lastimarme, pero ahora finalmente lo había hecho, y el grito del público me dejó claro que lo había hecho.

Con un programa que sólo llevaba saltos de tres y movimientos básicos fue una completa sorpresa ese giro complicado e inusual para el que más que flexibilidad en la espalda, se necesitaba en la cadera. Al pensar en ello sólo apareció en mi mente Neil y sus clases, las horas y horas que pasé abierta de piernas mientras los demás hablaban tranquilamente y yo sufría por no ser flexible. Todas las lágrimas de dolor y frustración que he derramado en las clases de Neil se convirtieron en estas pequeñas lágrimas de orgullo y felicidad que ni siquiera lograron salir de mis párpados.

Inconscientemente miré hacia él, ahí estaban Bernard, Zhao y Vigga; fue una sensación tan plena el verlos sonreír y aplaudir con más o menos entusiasmo pero con sinceridad después de todo. Zhao me dijo con gestos que diera las gracias al público y eso hice.

Volteé hacia las gradas, pasé mi pie derecho atrás clavando la punta haciendo una reverencia con los brazos y todo y luego lo mismo pero con el otro pie, al acabar me di la vuelta hacia ellos de nuevo e hice una reverencia únicamente para mis maestros, quise agradecerles públicamente por todo lo que hicieron.

Pude ver las sonrisas de Bernard y Vigga como si fueran mis padres orgullosos, también Zhao que me miraba casi con ternura y Neil... bueno, no dejaba de animarme e incluso fue quien me dijo que me diera una vuelta y recogiera algunas cosas.

Me di la vuelta y tomé del hielo un osito de peluche blanco que tenía puesto un suéter pequeño de hockey, se me hizo muy tierno la verdad, y al alzar la mirada vi a mi hermano junto a los chicos de hockey aplaudir de pie, tan sólo unos metros más allá estaba mi abuela en primera fila sosteniendo una bandera de Hungría junto a mi madre, justo como hacían muchas otras personas del público con banderas de los países de los demás chicos e incluso vi varias de mi país.

Incluso a una orilla encontré un stick de hockey tirado, lo levanté y sonreí aún con el peluche bajo el brazo para coger impulso y luego deslizarme de rodillas incluso girando sobre mi propio eje manteniendo el stick en alto, esa era la celebración que siempre hacía al marcar goles en los partidos oficiales. Reí un poco por aquella payasada que miles de personas verán y volví aún riendo y recogiendo florecitas del suelo hasta los entrenadores mientras Regina y Aurelia recogían lo demás.

—¿Por qué me ridiculizo en público, Dios mío? —reí cuando salí del hielo y justamente Vigga me recibió en un abrazo riendo también.

—No te ridiculizas —dijo ella poniendo una mano en mi cabeza.

—¿Sabes? Te pareces a Neil, él igual hacía sus visiones cuando acababa —rio Bernard poniéndome la mano en la espalda.

—¿¡Visiones!? Sólo nos expresamos, eso de saludar y sonreír no es suficiente para desahogar tanta alegría —explicó Neil y yo asentí dándole la razón riendo los dos.

Corrí hacia Yelena para abrazarla y luego a Solaria, Isabelle, Hao y todos los demás.

—Felicidades, lo hiciste muy bien —dijo Yuri hasta con cierta timidez, pero yo sólo lo miré unos segundos antes de sonreír.

—Muchas gracias —él me sonrió de vuelta y le di un abrazo también. Nada de eso importaba, sólo importan los lazos que queremos tener, las relaciones que nosotros creemos, no las que nos imponen—. Ahora que lo pienso... ¿quién lanzó el stick? Imagínense que le dieran en la cabeza a Regina o Aurelia, ¡o a mí y paso aún más vergüenzas ahí afuera!

—Fue Heath, lo pasó por encima de la barra medio a escondidas —explicó él con su típica risa opaca mirando hacia Heath quien se acercaba y fui yo quien volvió a correr para abrazarlo de golpe.

Tampoco tuvimos que hablar o decirnos nada, fue automático, ese abrazo dijo todo lo que queríamos expresarnos.

Me volví a colocar la sudadera y finalmente él volvió a las gradas después de haber abusado de su influencia por ser parte del equipo técnico de la ARDI, y después de unos cuantos minutos más mientras los encargados del staff colocaban la alfombra y podio, llegó la hora de las premiaciones.

Yelena, Kim y yo no podíamos ser mencionadas ya que habíamos actuado como intermedio, no nos calificaron, pero aún así estábamos tan tensas como los demás chicos.

Todos se quitaron las sudaderas por si tenían que salir al frente así mostrarían de nuevo sus trajes para las fotos y premiaciones, pero yo no pude esperar más, necesitaba saber ya quiénes habían ganado.

—En tercer lugar de la categoría individual masculina está, representando a la República de Corea, Bae Kwan Kim.

Fue inconsciente el chillido que pegamos Solaria, Yelena y yo, tanto que al voltear a ver a Byron no sólo estaba sorprendido por el resultado sino que también le habíamos pegado un susto por lo que rio sin tiempo antes de sonreír por procesarlo. Empezamos a aplaudir y abrimos paso para que llegara a la alfombra y se colocara en su lugar correspondiente del podio mientras aún aplaudíamos.

—En segundo lugar de la categoría individual masculina, representando al Reino de Bélgica, Liam Willow.

Su cara era impresionante, Damien tuvo que ponerle una mano en el hombro para que reaccionara y luego lo hizo Lotte dándole un leve empujón para que fuera hacia el frente también. Su sonrisa era más discreta que la de Byron pero podía notarse su felicidad disimulada por su forma de ser más seria, pero eso sinceramente lo hacía ver adorable.

—Y en primer lugar ganando la medalla de oro en la categoría individual masculina, representando a la República Popular China, Hao Li.

Todos lo miramos y no contuvimos una carcajada al verlo aplaudir incluso dando saltitos sin haberse dado cuenta de que era él a quien habían mencionado.

—Vamos, Hao —le dijo Lotte poniéndole las manos en los hombros desde detrás rompiendo su común aspecto serio y correcto por verse casi hasta maternal en ese acto.

—¡Espera, ¿yo?!

—Sí, tú, vamos, vamos —Damien lo abrazó y aprovechó para guiarlo hasta la entrada donde cruzó para ir por la alfombra aún mirándonos como queriendo comprobar que había sido él a quien habían nombrado antes de subirse al podio con ayuda de Liam y Byron quienes también lo felicitaron.

—¡Felicidades a ustedes también, chicos! —aplaudió Solaria antes de abrazar a Yuri y Damien quienes, a pesar de no haber ganado realmente no lucían tristes o decepcionados. 

Tengo entendido que ambos son muy jóvenes y apenas han empezado a competir, normal que aún no lleven tanta práctica como por ejemplo Byron. Aunque Hao poría ser una excepción, pero según lo que me dijo Lotte, los cuádruples cuentan mucho y él hizo dos perfectos además de que de por sí su programa fue admirable. Aunque yo como jueza sería un asco, para mí todos lo hicieron genial, puede que influya que no sé tanto de patinaje como ellos, pero con lo difícil que es hacer un axel y encima hacerlo triple o cuádruple yo les daría oro a todos.

Aplaudimos al verlos arriba del podio, pronto llegó el director de la ARDI junto a Regina y Aurelia quienes llevaban las medallas en unos cojines y tres ramos de flores, él entregó las medallas a cada uno y un ramo antes de que les tomaran las fotos y luego Hao hiciera que Liam y Byron subieran a lo alto del podio para tomarse la foto aún más juntos lo cual me pareció adorable. Para rematar se hicieron algunas fotos algo más informales e incluso nosotros les hicimos algunas desde aquí.

Ellos hicieron que Damien y Yuri también fueran a la alfombra para tomarse el resto de fotos y así fue. Además en una de las pantallas publicaron la tabla con todos los resultados y puntajes: Damien había quedado cuarto y Yuri quinto.

Vi cómo el menor le ponía una mano a Damien en el hombro, no podía escucharlos pero supongo que tendrá que ver con que quedó sólo tres puntos y medio por debajo de Byron, pero él sólo se encogió de hombros sin darle mucha importancia, con el programa tan bueno que hizo me imagino que se siente satisfecho.

Pronto volvieron aquí y llegó la hora de anunciar a las ganadoras de la categoría femenina. Yo aún conservaba el peluche así que lo apreté junto a Yelena mientras nos tomábamos de la mano casi todas viendo con impaciencia las pantallas que pronto mostrarían el nombre y una escena del programa mientras los comentaristas lo anunciaban en alto.

—En tercer lugar de la categoría individual femenina, desde la República Francesa, entrenada por Bernard Girikanan, Renée Alöis Jussieu.

Solaria soltó un chillido apretando aún más las manos antes de soltarse y aplaudir mirando a Renée quien sonrió ampliamente y nos miró emocionada antes de acomodar un poco su pelo yendo hacia la alfombra para colocarse en el podio.

—En segundo lugar de la categoría individual femenina, representando a la República de Estonia, Isabelle Trick, entrenada por Zhao Jinyun.

Volteamos a ella también aplaudiendo con emoción haciéndola sonrojarse mientras abríamos paso para que fuera hacia el podio poniéndose en su lugar.

—Y, finalmente, en primer lugar, llevándose la medalla de oro, representando al Reino de Bélgica y entrenada por Neil Turner, Liselotte Wisten.

—¡Lotte! —mi chillido fue el primero que sonó, me lancé prácticamente sobre ella mientras aún no conseguía reaccionar de ninguna forma—. Felicidades, Lotte —apreté un poco el abrazo viéndome más emocionada de lo que pensé.

Finalmente la solté, pero antes de que saliera Neil se acercó a Lotte y ella se detuvo para abrazarlo recibiendo su felicitación antes de ir al podio donde subió con una sonrisa que nunca había visto en ella pero que definitivamente era sincera y lo decía todo por ella.

Entre todas nos abrazamos felicitando también a las demás, pero pronto Vigga llamó nuestra atención para decirnos que fuéramos con las demás a la alfombra y nos tomáramos otras fotos con ellas una vez les colocaron las medallas y las fotografiaron a ellas.

Me puse de rodillas en el frente junto a Aria y Abigail, yo aún tenía el osito de peluche así que lo coloqué delante mío sujetándolo con ambas manos mientras Aria colocaba una mano en mi hombro, miramos hacia el frente y simplemente dejé que saliera la sonrisa que me provocaba estar así con todas ellas, con todos mirando y aunque una simple foto no sea capaz de inmortalizar el momento completo, sé que podré revivir esta sensación todas las veces que la vea.













Y este fue el capítulo final de la primera parte... madre de Dios, qué intenso ;w; Espero que les haya gustado, que no les haya decepcionado este final <3

¿Se veían venir eso? ¿Fui muy predecible como siempre? AJBHybrfuihfb espero que no ewe

Muchas gracias por leer y nos veremos en el epílogo mañana ^^/

Atsushi~

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