Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

➤ Capítulo 13


Me recogí el pelo tras la oreja mientras que Adelina me ajustaba un poco la protección de los hombros y pecho, sólo pude mirarla cuando me dio un golpecito en el hombro indicando que ya estaba lista.

—Ahora ponte el suéter —aunque me lo indicaba ella fue quien lo tomó y me ayudó a ponérmelo dejándolo bien acomodado—. Listo, el color de tu alma.

Aunque ella se rio, puede que por los nervios del partido, yo me lo tomé como algo muy profundo, es verdad... Este uniforme representa mi pasión, mi sueño cumplido de estar en la ARDI, representa a lo que me he dedicado desde años. Puede verse como un simple suéter para quienes no lo entienden, pero realmente simboliza nuestro orgullo, nuestra pasión, nuestra alma...

—Lo de las piernas lo tienen en el otro vestidor, ¿verdad?

—Sí, todo lo demás está allá —asentí teniendo que bajar un poco mi cabeza para verla debido a la altura ganada con los patines.

—Entonces vamos ya —me puso una mano en la espalda y ambas salimos del vestuario dejándolo todo apagado para llegar al vestuario de hombres donde llamamos a la puerta y nos abrieron casi de inmediato.

Ya son los eventos oficiales de la ARDI, ayer se hizo la gran inauguración y se hicieron varias entrevistas que fueron emitidas en Russia Today además de varios otros países. Pero hoy nos tocó a nosotros abrir los eventos, por un sorteo hecho igualmente ayer, se estableció el orden de las competencias y demostraciones, y hockey salió en primer lugar.

Se hará un partido relativamente amistoso con otra academia prestigiosa de Canadá, ellos llegaron ayer para la inauguración pero ni ellos ni nosotros sabíamos que seríamos los primeros en participar hasta que se hizo aquel sorteo.

Mañana será la competencia de snowboard, al día siguiente será patinaje de velocidad, luego esquí alpino, después vendrá patinaje artístico seguido de salto de esquí y... ¿bobsleigh puede ser? Son tantos eventos que no recuerdo más allá de los de patinaje artístico.

Entramos al vestuario donde los chicos ya estaban terminando de ponerse los suéteres y protecciones. Adelina me ayudó con las protecciones de las piernas mientras que Heath hacía lo mismo con Duske, igualmente me puse los guantes mientras el entrenador Travis entraba y se preparaba para hablarnos.

—Chicos, el partido empieza en quince minutos, ahora podrán salir a calentar. Los chicos de Canadá están en el otro vestuario y también van a darlo todo en este partido por amistoso que sea. Recuerden, no darlo todo con un rival, y mucho menos contra un amigo, es faltarle al respeto. Jueguen como siempre, han entrenado para esto, están listos, ya están en su mejor nivel actual, no hay nada de lo que arrepentirse —entonces el entrenador Travis se volteó al banco de la derecha mirando a Shawn quien estaba sentado a su lado—. Shawn, Aiden, van a jugar contra su casa, ¿qúe tal se sienten?

Aiden se encogió de hombros viéndose tan despreocupado como siempre.

—Será hora de demostrarles qué tan buenos somos.

Pero Shawn se veía un poco menos energético, tenía la cabeza viendo al frente y finalmente la alzó para ver al entrenador riendo con suavidad.

—Será divertido.

Teóricamente Adelina no podría estar aquí, justo en este momento sólo podían estar dentro del vestuario los jugadores y el entrenador, aunque Heath no juegue sigue siendo un miembro del equipo, pero realmente Adelina no lo es. Aún así la ARDI le concedió el deseo de formar parte del equipo por el día de hoy, es decir, no va a jugar pero será una ayudante del equipo y el entrenador. Su trabajo será el mismo que Heath actualmente: darnos el agua cuando salgamos, ayudar con los uniformes, sticks, protecciones y quizás ser la enviada para los recados del entrenador. Tiene estos trabajos a cambio de poder estar todo el tiempo junto al entrenador y por ende con el equipo, va a tener una primera fila garantizada y podrá venir con nosotros en estos momentos fuera de cámaras o asistentes exteriores.

Según me contó, la ARDI se lo concedió ya que técnicamente su beca originalmente era para el equipo de hockey, y aunque se haya podido incorporar al de artístico por todo aquello del programa de integración y fomentar la participación para personas con discapacidad, ella siempre será una jugadora de hockey, esto es lo que le gusta, esto es lo que tendría que hacer. Además no tuvieron problema en concederle el permiso ya que se ha esforzado en la categoría que le asignaron.

Me pongo a pensar y realmente me pone triste saber que ahora podríamos jugar juntas, que en el vestuario ella no estuviera exclusivamente para ayudarme sino que las dos nos estaríamos forrando en las protecciones necesarias, no nos conocemos desde hace mucho pero realmente hemos formado un vínculo fuerte, hablamos y nos damos tips como si fuéramos compañeras de equipo, como si cada día entrenáramos juntas. Y realmente yo lo sentía así, a veces desayunábamos en las gradas hablando de algunos partidos, de jugadas, anécdotas, trucos, música, nuestros gustos más allá del deporte y más, pero a la hora de empezar a entrenar cada una se iba por su lado. 

Nunca me lo ha dicho abiertamente pero puedo notar en sus ojos cómo ella quisiera irse conmigo y los demás chicos, aunque se divierta y cada vez mejore más en el patinaje artístico al que le ha cogido más y más cariño según lo que me ha contado, aunque sus ojos brillen al conseguir un movimiento nuevo, su emoción no se comparara con la de la sonrisa que tiene siempre que jugamos entre nosotros y mete otro gol.

Pienso en cómo me sentiría yo y eso me provoca una fuerte empatía y la necesidad imperiosa de ayudarla aunque sea imposible. Sé que no debo sentir lástima por ella, está superando todo lo que pasó en este año, está contenta con su nueva vida y puede hacerle frente a muchas cosas más, pero reconozco que me duele ver cómo alguien a quien quiero no puede cumplir uno de sus mayores sueños.

—Entonces vamos, ya nos están esperando.

Ay no, me perdí la mitad del discurso del entrenador. Lo primero sí lo escuché pero después de que le hablara a los Frost no pude evitar centrarme en todo lo de Adelina al verla estar acomodando algunas cosas a mi lado y... Bueno, no pasa nada, ¡vamos a darlo todo, claro que sí!

—¡Vamos! —Shawn se levantó luciendo su suéter de capitán y encabezando la fila hacia el exterior.

—¡Vamos chicos! —chillé yo también tomando un stick y siguiendo a Elliot en la fila.

—¡Sandra! —me volteé apartándome un poco de la fila para no estorbar y entonces vi a Adelina correr detrás mío con un casco en manos— Se te olvida la corona, mi reina.

No contuve una carcajada por lo que dijo mientras me colocaba el casco y lo abrochaba al no poder yo por los guantes.

—Ay madre, es que si no me lo dices hasta se me olvida la cabeza por ahí —reí saliendo ya las últimas dejando el vestuario cerrado y encontrándonos algunas cámaras al final del pasillo. 

No evité tragar algo nerviosa al ver todo eso, nunca había participado en un partido transmitido a tanta gente, algunos partidos sí los retrasmitían en canales o incluso la televisión australiana, pero realmente no era tan profesional como todo esto, no es como que yo fuera de un equipo sumamente importante.

Pero justo antes de llegar a la zona de las cámaras me volteé a ella haciendo que se detuviera preguntándome si estaba bien, mejor que nadie sabe lo nerviosa que estoy por esto, pero realmente no era ese el motivo.

—¿Quieres llevarlo? —le entregué el stick y antes de que me dijera nada con su expresión paralizada, su mano automáticamente lo tomó.

—Sandra... —me miró y yo tan sólo pude sonreírle y ella hizo lo mismo— Gracias.

—No las des.

Caminamos por el pasillo llegando a donde estaban todas las cámaras y personas, nos reunimos con los chicos. Adelina iba con un pantalón negro así como una sudadera algo entallada del mismo color, según ella quería imitar un traje algo formal pero al ser algo deportivo no sabía qué tan formal debía ir así que se puso la sudadera para disimular.

Pude ver su sonrisa al caminar con el stick por el mismo pasillo que los jugadores, incluso se detuvo en la mismísima entrada del hielo por unos segundos, luego simplemente se volteó dejándome paso y entregándome el stick para que fuera a calentar con los demás.

—Corre, ánimo.

Sonreí y tomé el stick entrando en el hielo dirigiéndome al lado de la pista donde estaban calentando los demás chicos. Duske estaba en la portería mientras que mis compañeros tiraban uno tras otro para practicar.

Tomé algo de impulso y me puse a dar vueltas alrededor de nuestra zona, pero justo entonces se acercó Shawn quien también estaba calentando patinando alrededor.

Sandra, ¿qué tal?

Ah... Bien, bien, nerviosa, ya sabes... —reí un poco haciendo que bajara el ritmo ya que no tengo precisamente una perfecta movilidad con las protecciones de las piernas.

No te preocupes, lo harás genial —me puso una mano en el hombro para luego mostrarme a uno de los chicos con los que iba patinando—. Los presento: Sandra, él es Mark Evans, capitán del equipo canadiense; Mark, ella es Sandra Fischer, nuestra gran portera australiana.

Encantada —sonreí recibiendo su mismo gesto de vuelta.

Igualmente, no puedo esperar por jugar con ustedes —asintió echando un vistazo a su lado—. Ayer sólo pudimos ver a Shawn, Aiden y algunos otros chicos, pero ojalá después del partido podamos presentarles a los demás miembros del equipo.

Claro, me gustaría conocerlos —sonreí cambiando el stick de mano, pero justamente cuando pasamos por la portería Duske abandonó el puesto un momento.

—Sandra, ¿quieres ponerte para practicar? Vas a ser la titular así que debes calentar.

—¿¡La titular!?

—Sí, claro.

—Ah, sí... sí, la titular —entonces sacudí la cabeza intentando centrarme—. Claro, yo me pongo.

Creo que sí debí haber puesto más atención al entrenador...

Me coloqué delante de la portería y empecé a calentar deteniendo uno tras otro los tiros de mis compañeros hasta que anunciaron que ya era el final del calentamiento y que debíamos ir a nuestros bancos para que dieran inicio al partido.

Cuando volví pude ver cómo Adelina ahora tenía un suéter amplio justo igual al nuestro encima de la sudadera "formal" de antes, pero antes de que pudiera preguntarle nada, se volteó cuando el entrenador la llamó y mostró cómo en la espalda llevaba el dorsal 14, Moore.

Heath estaba con nosotros y, efectivamente, ya no tenía su suéter, simplemente llevaba una sudadera gris.

Sonreí sentándome en la banca con los demás tratando de centrarme en calmar mis nervios y poder jugar bien sin tanto que me nuble la mente.

Pasaron unos minutos mientras presentaban a los entrenadores, las formaciones y en general abrían el partido, primero entraron los chicos de Canadá, luego venía nuestro turno.

—Tenemos a Mark Evans en la portería, uno de los mejores porteros de su país, no es sorpresa que esté como titular y capitán de la selección en este partido. En la defensa tenemos a Archer Hawkings, un jugador con experiencia profesional de sobra junto a Billy Miller, se incorporó a la selección este mismo año pero ya ha estado en selecciones locales de Estados Unidos, veremos qué tal nos sorprende. Como wingers tenemos a Hurley Kane, la anterior temporada le faltó muy poco para entrar en el ranking de más goles metidos, podemos decir sin miedo a equivocaciones que es el jugador proveniente de Cabo Verde más reconocido en Canadá y el mundo entero, ¿cierto?

—Así es, cualquiera en el mundo del hockey ha oído hablar de él —tomó la palabra el otro comentarista—. Y junto a él está Jude Sharp, tampoco necesita presentación, ¿verdad? Se coronó la temporada anterior como el mejor creador de juego y estuvo involucrado en prácticamente todos los goles de su equipo. Y como centro, Canadá nos sorprendió con otro de sus nuevos fichajes, Basile Hardy, es su debut en ligas profesionales pero hace años tuvo bastantes momentos brillantes en ligas junior, esperemos que nos siga asombrando.

—¡Y estos son los jugadores titulares de Canadá, con ellos empezará el partido, esperamos poder ver el juego de todos los demás miembros en este partido!

—¡Vamos! —gritó Aiden animando al grupo siendo seguido por muchos otros.

—Vamos, Sandra, ve primero, eres la portera —dijo Shawn dejándome su lugar el cual ocupé con algo de torpeza por las protecciones.

—Sí —asentí sujetando mi stick con una mano estando a tan sólo unos centímetros de la entrada.

—¡Y aquí está el equipo local, representando a Rusia, el equipo de la Academia Rusa de Deportes de Invierno!

Nada más escuchar cómo nos presentaba el comentarista entré al hielo dando sólo un corto paseo desde el centro de la pista hasta la portería.

—En la portería está Fischer, Sandra Fischer, no la hemos podido ver jugar mucho internacionalmente pero si está como titular nos asegura que Travis la ha seleccionado por su habilidad. Al parecer es la única chica en todo el partido, tendremos los ojos sobre ella —por un momento no supe a dónde mirar, ni siquiera sabía dónde estaban las cámaras exactamente, por eso simplemente imité a mis compañeros y volteé al frente—. Como defensores tenemos al austriaco, Valentín Eisner, nuevo integrante de la ARDI también al parecer, así como Miller, destacó mucho en su país y finalmente obtuvo el fichaje de la ARDI, no puede decepcionarnos. No podía faltar el capitán, Shawn Frost, ex-miembro de la selección canadiense y ahora lidera el equipo ruso, será interesante ver este partido contra casa.

—Exactamente, y como centro tenemos a su hermano, Aiden Frost, uno de los mejores centros de Canadá también, un diamante en bruto que esperemos que destaque con todo el día de hoy. Como wingers tenemos a Axel Blaze, un jugador danés con su nombre hecho y ganado en Rusia, es una de las joyas de la selección, no podía faltar en el equipo. Y junto a él está como winger también Xavier Schiller, el hermano de Aquilina Schiller, una grandiosa jugadora de su generación en hockey femenino, pero Xavier no se quedó atrás, ha tenido muy buenos puntajes y desempeño en las temporadas pasadas. Curiosamente es el único en este equipo que no ha jugado profesionalmente en alguna selección de su país, para Schiller, Eslovaquia.

—¡Estos fueron los jugadores de Rusia! ¡Ya están todos en sus puestos y listos para empezar, sólo esperamos a que el árbitro suelte el puck y...!

Ahora sí que empieza.

La primera vez parece imposible poder seguir con la mirada un puck en un partido profesional, pero me he acostumbrado tanto a ello que ahora puedo verlo y trato de tenerlo en la mira en todo momento.

Todos empezaron a ir tras él, Valentín defendió muy bien cuando Kane intentaba acercarse y le hizo un pase a Aiden. No pudieron anotar, estuvo muy reñido, pero en cuestión de instantes ya estaban de este lado volviendo a salvar la portería.

El disco iba de aquí allá, chocaba contra las paredes, ellos mismos cargaban contra otros... Era un partido más, cuando me puse a pensar en eso sentí mi mente despejarse poco a poco... Era un partido más.

Identifiqué esa posición con sólo un instante de mirarlo, Hardy esperaba recibir un pase de Sharp para anotar desde la esquina. Shawn fue directamente a cargar contra él mientras que Valentín cuidaba aún más atrás, por eso no dije nada, simplemente me preparé para el tiro de Hardy.

Quizá estaba demasiado concentrada, sentí ese tiro tan limpio que no me costó nada detenerlo, coloqué una rodilla en el hielo haciendo que mi protección ejerciera como barrera por si acaso mi mano fallaba al atraparlo. Pero aún así me sentí demasiado sorprendida de mí misma al ver cómo había detenido el puck, cómo los comentaristas se emocionaban e incluso cómo Adelina golpeaba el vidrio eufórica.

—Genial, Sandra —me felicitó Shawn pasando a mi lado.

Me levanté con el puck en la mano dando un brinco pequeño por la emoción antes de dejarlo caer y empujarlo hacia mis compañeros pudiendo escuchar a los comentaristas seguir hablando de la parada.

—Esa sonrisa lo dijo todo. Como dijo en su entrevista, Fischer sólo se asusta de no poder parar un puck a toda velocidad.


Este era el segundo descanso, yo había salido de la pista en el primero, llevo enfriándome en la banca todo este tiempo, bueno... la verdad es que el partido se veía tan reñido que no podía dejarme aburrir.

Creo que lo mejor del partido y lo que me provoca ese gusto por la cizaña es ver cómo mis antiguos compañeros juegan contra los actuales.

—¿Schiller, vas a entrar? —pregunté levantándome hasta ir a su lado justo cuando pararon el partido para el descanso.

—Sí —asintió dejando su botella de agua en el asiento.

—Casi te da algo ahí, ¿estás bien?

—Sólo me cansé —le quitó importancia al tema y justo me senté al lado.

—¿Qué? ¿Los nervios? Son muy cabrones si te cogen en el peor momento —me quité el casco tomando los extremos de este con las manos y haciéndolo girar un par de veces.

—Supongo. Raro pero no improbable.

—Seh, pero tranquilo, ahora cuando salgas sólo céntrate en jugar, que no se te joda el partido por los nervios.

Él asintió y entonces miró al entrenador para luego hacerlo conmigo.

—¿Sabes quién va a entrar?

—No lo sé muy seguro, pero creo que Sandra va a volver a entrar, Elliot también, se supone que tú y yo, y creo que van a meter a Reese en la defensa.

—Travis quiere liberar al demonio con esa formación —movió la cabeza algo exagerado haciendo que me riera.

—Sí, sí, eso mismo pensé. Creo que va meter a Valentín en la defensa, sino definitivamente va a ser una formación agresiva parte-bocas —reí.

Y así fue, parece que predije a la perfección la formación de Travis, nos lo dijo antes de que se diera el aviso para que entráramos, los dos equipos entramos a la vez.

—¡Vamos, chicos! —nos animó Heath estando recargado en la barra.

—¡No sean bebés de mami y salgan a golpearse con todos! —me detuve un instante mientras atravesaba la barra por encima al escuchar el peculiar ánimo de Adelina— ¡¡Y si regresan sin haber jugado bien, seré yo quien les pegue así que no salgan con ridiculeces!!

Justo cuando acabó de gritarnos se retomó el partido. Xavier era centro mientras que Elliot y yo wingers, por eso los tres nos lanzamos contra el puck nada más se dio la orden.

Es la primera vez en el partido que yo estoy en el hielo y Shawn no, esta es mi oportunidad. No es que niegue que mi hermano sea buenísimo, toda la fama que tiene se la ha ganado y la merece, se esfuerza siempre, ha entrenado desde pequeño, siempre se preocupa por sus compañeros... El problema es que para el mundo yo no soy Aiden Frost, soy sólo el hermano de Shawn.

Llevo menos tiempo que él en ligas profesionales, incluso esta es mi primera vez en la academia, pero realmente quiero dejar huella, quiero que se sepa lo que soy capaz de hacer. Claro que me gusta ser su hermano, me siento orgulloso de él y agradecido de que seamos hermanos, lo quiero mucho, pero quiero que nos diferencien, quiero que me reconozcan por mi propio nombre y luego nos vinculen por el apellido que compartimos.

No llegué a jugar ningún partido en la selección de Canadá porque justamente me fichó la ARDI y me vine a Rusia sin dudarlo, y aunque ya he jugado un par de veces en la ARDI, sigo sin dejar la huella que quiero, aún no consigo que las miradas caigan en mí por mi nombre, por mis acciones.

Y ese afán por ser diferenciado es por todos los sentidos, no quiero que las proezas de mi hermano opaquen las mías y tampoco que por lo que él tanto se ha esforzado yo lo gane sin sudar, quiero hacerme mi propio camino a su lado y seguir adelante como yo lo decida.

—¡Frost! —me llegó el pase de Acker antes de que tuviera que evitar a Hardy.

Recibí el puck y conseguí regatear a Kayne para luego pasar a Elliot, pero nada más ver a Miller querer ir a defender, cargué contra él provocando que Elliot se fuera por detrás de la portería, pero justo cuando Evans lo tenía en la mira, le dio un pase a Xavier que ni ellos saben cómo salió bien eso. Me aparté cubriendo de nuevo a Miller en caso de que el tiro fallara.

Pero por suerte no pasó, Xavier encajó el puck en una esquina antes de que Mark reaccionara. 

Sentí cómo la adrenalina me recorría el cuerpo, no hay nada como esta sensación, de verdad, la emoción se apoderó de mi cuando fui a abrazar a Xavier para felicitarlo así como el resto de chicos.

—¿Dónde están los de artístico? —preguntó Elliot mirando a las gradas aún tomando del cuello a Xavier.

—Renée me dijo que estaban por... ¡mira, allá! —señalé aquella zona de las gradas que era ocupada por ellos.

En serio que me encanta poder jugar en la pista grande, sólo con entrar al edificio te sientes ya en las ligas profesionales aunque estuvieras en ellas desde hace meses. Es como entrar en el castillo que gobiernas.

—¡¡Ese iba por Liam!! —gritó Elliot señalando donde le indiqué.

Inmediatamente nos empezamos a reír, incluso Xavier se rio mientras se ponía cada vez más y más rojo. No lo dije en voz alta, pero que no le haya recriminado o atacado significa que realmente así era.

—Muy bien hecho, quizá cuando haya menos ruido puedas escuchar cómo te grita de vuelta —rio mucho más tranquilo Acker poniéndole una mano en el hombro.

Pero tuvimos que prepararnos para seguir el juego.

—¿Tú también quieres que te dedique un gol? —Elliot le rodeó el hombro justo antes de que se fuera a su posición.

—Llevo todo el partido esperando —fue lo único que dijo patinando hacia atrás hasta ponerse junto a Valentín.

Nos reímos volviendo a nuestras posiciones ya listos para retomar el partido.

—Bueno, señores, ya saben, el siguiente gol es mío si quiero que mi novio vuelva a hablarme —la seriedad con la que lo dijo no hizo más que causarme gracia.

—Perfecto, te lo dejo. Total, Renée ya tuvo su gol y medio en la primera parte —me encogí de hombros echando una mirada rápida a las gradas intentando verla, pero definitivamente era imposible, al menos desde mi posición y a punto de comenzar.

Ah cierto, el primer gol del partido fue mío. No podía desaprovechar la oportunidad de lucirme en un Canadá vs Canadá.

Ellos hicieron cambios, metieron a Maxim Dassier así como a Darren LaChance antes de retomar el partido, nosotros nos quedamos como estábamos así que no hubo ningún problema.

Realmente no sentía los nervios, es el primer partido en que no siento ni rastro de ellos, desde ayer estoy ansioso pero no me he sentido asustado, sólo emocionado, no podía esperar porque finalmente llegara el día. La mañana y tarde fueron eternas, me moría porque llegara la hora de la competencia, y cuando finalmente dieron las seis y estábamos prácticamente listos para entrar, yo ya no aguantaba más.

En serio estoy disfrutando como nunca el partido, no sé si por enfrentarme a mis antiguos compañeros o simplemente llevaba unas ganas profundamente ocultas de jugar un partido serio ya.

He estado entrando y saliendo pero aunque esté cansado realmente no tengo ganas de detenerme, sólo quiero seguir jugando, patinar a toda velocidad, sentir la satisfacción de frenar, levantar nieve y seguir persiguiendo el puck, tener ese glorioso sonido del puck golpear el metal de la red y el silbato que anuncia el gol. Me encanta el hockey, aunque quisiera negarlo no puedo, y sentirme así mientras juego es la clara prueba de que sin esto yo podría morirme.

Los golpes contra la pared, caerse al hielo, chocar con compañeros y rivales, las peleas, fallar el tiro diminuto hueco en la portería, los gritos de la gente... incluso eso me encanta.

—¡Otro gol para Rusia, Canadá debe remontar en lo que queda de partido si quieren ganar!

No contuvimos el grito que liberaba toda nuestra tensión una vez Elliot vio el hueco libre en la portería y tiró consiguiendo que el puck entrara pasando por arriba de la mano de LaChance, realmente ese tiro había sido arriesgado, llevaba un par de intentos pero finalmente lo consiguió.

Pero cuando íbamos a felicitarlo, o más bien aplastarlo, no nos sorprendimos de que se estuviera yendo hacia nuestra propia portería.

—¡Si mi rey lo quiere, mi rey lo tiene!

Solté una carcajada al ver cómo gritaba eso señalando a Acker con el mango del stick mientras de acercaba a él arrancándole la misma risa antes de que lo abrazara frenando sólo al girar un poco estando sujeto de Elliot.

—Así cualquiera diría que soy un mimado —llevó los ojos hasta los de Elliot riendo un poco mientras se enderezaba sin soltarlo.

—Cualquiera que no haya visto los placajes que encajas —obvió antes de que ambos ladearan la cabeza ligeramente y pudieran encajar un beso en los labios del contrario.

Poco después pudimos felicitarlo al fin y volvimos a nuestros puestos. Pero al ver cómo Xavier se había quedado parado sólo me acerqué a él dándole un golpe en el brazo.

—¿Qué? ¿Te antojaron? —una vez reaccionó a lo que le decía sólo se rio saliendo de una especie de trance en el que se había quedado— Oye, ¿estás bien? Te quedaste estúpido unos segundos —moví mi mano delante de su cara poniendo una mano en mi cintura e inclinándome un poco para buscarle la cara.

—Ah sí, sí, es que... me quedé viéndolos por alguna razón —movió la cabeza un poco queriendo expresar lo raro que fue lo que dijo, pero sólo me encogí de hombros.

—No te culpo, esos cabrones sí saben besar, te entran ganas sólo con verlos y además...

—¿Ya probaste o qué? —se puso de frente a mí alzando una ceja mientras patinaba lentamente hacia atrás retomando su puesto.

—Cierto, no estuviste el día que jugamos a la botella. Deberías haber ido y llevarte a Liam, se hubieran besado con excusa —bromeé haciendo lo mismo que él—. De Acker no sé, pero ese día me tocó besarme con medio equipo y de todos el que mejor besa es Ember, incluida Sandra —hice un gesto con la cabeza mientras encogía mis hombros una vez más—, se nota la pasión caribeña.

Y no evité reírme al ver la cara de Xavier.

—La siguiente vez te prometo que te avisaré con tiempo, a ver si conseguimos ver qué tan bien besan los polacos.

—Aiden... ¿estás seguro de que eres hetero? —su pregunta, o más bien, el tono en que preguntó me hizo carcajearme con cierta ironía.

—La verdad es que no, sin Renée estaría dudando demasiado —fue lo último que dije antes de empezar a patinar una vez sonó el silbato.

Fue justo entonces cuando sentí una especie de corriente apoderarse de mí, faltaba muy poco para el final del partido, y aunque teníamos ventaja, al ver a los wingers rivales venir con todo, Xavier y yo fuimos contra ellos también. De un segundo al otro creció la agresividad del ambiente.

Empecé a presionar a Dragonfly para quitarle el puck y terminé por hacerlo, sólo que otro rival vino tras mí. Conseguí dar un pase a Acker esquivando el placaje de Hardy para aprovechar y ser yo quien lo empujó con el cuerpo contra la pared.

Nada más recuperar el equilibrio y querer seguir vi cómo, efectivamente, todos estamos en máxima tensión ahora.

Tiró el stick sin quitarme la vista de encima a lo que sólo pude sonreír como me permitía el protector dental. Lo imité y entonces empezamos a quitarnos los guantes, avanzamos muy lentamente sin perder la posición de ataque y finalmente lanzó su primer golpe, me aparté para tomar su brazo, jalarlo un poco y poder golpearlo teniéndolo sujeto.

Los gritos del publico aumentaron, no hay nada como la maldita euforia que provoca una pelea en mitad de un partido.

Se zafó del agarre moviéndose para tratar de tirarme, pero no lo consiguió y conseguí desequilibrarlo un poco, y justo cuando iba a golpearlo directamente ahora que ya no tenía casco, Dassier me cogió de la espalda para empezar a encajar golpes en mi torso.

Al voltearme apreté los dientes por la rabia, aproveché que me estaba sujetando y fui yo quien empezó a encajar golpes en su cuerpo.

—¿Te gusta pelear, mocoso? —creo que ese imbécil tiene mi misma edad, pero aún así no puedo evitar verlo como un mocoso estúpido. Quizá esto a es a lo que se refiere Shawn con que debo dejar de menospreciar tanto a los demás.

Y justo cuando Hardy iba a golpearme, Elliot llegó evitando a los árbitros para estrellarlo de nuevo contra el cristal y empezar a pelear.

El estúpido de Dassier sabía golpear y no me soltaba sin importar qué. Lo empujé y sujetándolo del suéter conseguí golpearlo en la cabeza para quitarle el casco provocando que los gritos aumentaran aún más, y estos no se detuvieron ni cuando él hizo lo mismo conmigo. Nos sujetábamos de los hombros forcejeando por ver quién tiraba a quién y ganaría la pelea, pero ese idiota tenía buen equilibrio.

Lo que no tenía buena era su defensa. Pasé el brazo por fuera del agarre y conseguí golpearlo en la cara aprovechando para tirarlo al suelo.

Un árbitro me sujetó para separarme mientras que otro iba a ver si él estaba bien, pero inmediatamente volvieron a fijarse en cómo Hardy tiraba a Elliot y seguía golpeándolo ya en el suelo.

Los árbitros consiguieron que lo dejara teniendo que forcejear para que se separara, se levantó mientras Elliot lo hacía también limpiándose la poca sangre que le sabía del labio. Pero ninguno de los árbitros contaba con que aún no había acabado la pelea, no vieron que Acker se había quitado también los guantes y el casco él solo hasta que cargó contra Hardy estrellándolo una tercera vez en el cristal.

—¡Vamos Acker! —grité sintiendo cómo me sujetaba más fuerte el árbitro con tal de que no me fuera a soltar en lo que quedaba de pelea.

Cuando los otros dos se intentaron acercar para que Acker lo soltara, lo único que hizo fue, aún teniéndolo contra el cristal, empujarlo para que cayera al hielo y aún así no detenerse.

Hardy pasó de golpear a defenderse, y aunque acertara un puñetazo en la boca de Acker consiguiendo sacarle un poco de sangre del labio, él no se detuvo hasta que definitivamente los árbitros lo separaron por la nula reacción del rival después de un par de golpes.

—La pelea se acaba cuando se cae al hielo —aunque no alzó la voz, me encontraba suficientemente cerca como para poder escuchar aquella advertencia que más bien parecía una amenaza por parte de Reese.

Ahora sí que la pelea había terminado, nos llevaron hacia la salida para entrar al banco donde estaremos sancionados unos minutos.

Antes de pasar las piernas por encima de la barra, pude ver cómo un árbitro tuvo que ayudar a Hardy a llegar al banco donde uno de los encargados de primeros auxilios se acercaban para ver cómo estaba.

—Me van a hacer llorar, Dios mío —Adelina no siguió con la mirada estando al lado de Heath cuando nos sentamos en el banco.

Se agachó delante mío con una toallita que usó para limpiarme la poca sangre que me salía de la nariz.

—Estás bien, te metiste unos buenos golpes con ese chico —dijo mientras revisaba mi cara comprobando que no había nada más, sólo reí un poco y me fijé en Acker y Elliot quienes no estaban precisamente lejos.

—¿Estás bien? —era difícil de asimilar que el mismo Acker que por poco dejaba inconsciente a Basile Hardy era el mismo que miraba preocupado pero sereno la cara de Ember asegurándose de que no hubiera heridas graves.

Él asintió casi sin poder mover la cabeza mientras su novio lo tomaba de las mejillas.

Se dirigieron hacia el banco mientras que Heath iba con Xavier quien estaba cambiando de lugar con Axel.

—¿Estás bien? —le puso la mano en el hombro al ver que se había quedado quieto nada más salir del hielo.

Él se llevó una mano a la nariz y justo en ese momento yo me levanté lentamente apartando de igual forma la mano de Adelina de mi cara.

Xavier no estuvo en la pelea, nunca lo vi estar golpeándose con alguien o recibir algún placaje fuerte en los últimos minutos.

Parece que Heath también se puso tenso, lo miró fijamente mientras este observaba su propia sangre, pero aquel momento que avanzaba lentamente, casi congelado, se aceleró de inmediato cuando Xavier flaqueó hacia adelante haciendo que Heath inmediatamente lo tomaba de los hombros sujetándolo por completo.

—¡Acker!

Corrí hacia ellos mientras Acker apenas se levantaba una vez escuchó la voz de Heath. El entrenador también se acercó y entre él y los paramédicos que llegaron al poco tiempo, no pude acercarme mucho más.

Él llevaba raro todo el partido, a veces se veía muy perdido, en el descanso decía estar nervioso, bueno, más bien yo lo dije por él... Fui yo el idiota que no pensó en que había algo más detrás de ello.


*** *** ***

¡Hola a todos! Este fue el capítulo de hoy, espero que les haya gustado.

Vimos cómo Sandra y Adelina son las super amiwis y cómo Sandy es una waifu en toda regla <3 Igual el poderoso Canadá vs Canadá de los Frost, cómo se agarraron a discazos y, más adelante, a putazos, vimos a nuestro querido Acker sacar al demonio contra Basile por haber lastimado a SU demonio... no hombre, pura intensidad.

¡¡CÓDIGO ROJO, LIAM CORRE PELIGRO DE QUEDARSE VIUDO!! A nuestro pobre bebé Xavier le dio un parraque ;~; Ya veremos en el siguiente capítulo lo que le sucedió.

Acabo de terminar el capítulo, la verdad es que no sabía si conseguiría publicarlo aún en sábado, pero por suerte sí se pudo <3 

Nos vemos el miércoles en HELL y, en dos semanitas con el siguiente capítulo. Muchas gracias por leer <3

Atsushi~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro