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Capítulo 5

Las tortugas no son mías ni ninguno de los personajes que presentan las series y los cómics.

Esta historia está basada e inspirada en "Cuento de Navidad" de Dickens, el cual es uno de mis favoritos debo decir.

Solo soy una escritora que busca poner sus más alocadas ideas en acción para hacerles pasar un buen rato a ustedes mis queridos lectores, yo me divierto redactando ^-^.

-Diálogos en pasado –

-"Pensamientos en pasado" -

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Hola, mis buenos amigos, ¿cómo han estado?, espero que bien.

Ya estamos llegando al final de la historia, así que, empecemos de una vez

El capítulo de hoy se titula....

OPORTUNIDAD

Literalmente, todo se detuvo.

Splinter, April y Casey estaban congelados, pero nuestras tortugas no se daban cuenta, pues, sinceramente, ¿quién lo haría?, después de todo, estaban demasiado sumidos en la tristeza, el llanto, pero sobre todo... la culpa.

-¿Ahora lo entienden? –esa voz los sobresaltó

-¿Quién eres? -Raphael estaba en pose defensiva frente a sus hermanos, pues ya no estaba dispuesto a perder a nadie más- "Esa voz... se parece a la de mi sueño, pero... suena un poco diferente"

Un destello de luz cubrió el cielo, y frente a ellos apareció una niña de cuatro años, pelo negro largo, vestido azul, un bastón más grande que ella con un gran copo de nieve en la punta y unos hermosos ojos de color zafiro.

Era la tercera Norna, pero no venía sola, detrás de ella estaba Urd llorando desconsoladamente siendo abrazada por Verdandi que también lloraba en silencio.

-Mi nombre es Skuld -a pesar de sus esfuerzos, la pequeña tuvo que limpiarse las lágrimas rebeldes, que se escapaban de sus ojos, con el dorso de su mano, respiro profundamente intentando calmarse- Soy el futuro, la tercera y mayor de las Nornas –aún se notaba la tristeza en su voz

-¿Qué deseas de nosotros? –Donatello se puso de pie ayudando a Michelangelo en el proceso

-¿Ya lo entendieron? –preguntó ella

-¿El qué? Que somos los peores hermanos que han existido, que teníamos al mejor hermano mayor a nuestro lado, que lo único que hicimos fue ser egoístas, que Leo no se merecía esto, que debimos aprovechar el tiempo que tuvimos con él y que ya no podemos hacer nada, si te refieres a eso, sí ya lo entendimos –al más rudo ya no le importaba que lo vieran llorar

-En su mayoría -respondió fríamente

-Pero ustedes son las Nornas, ustedes hacen los telares de la vida, ustedes pueden cambiar esto, ¿cierto? –preguntó Mikey esperanzado

-Te equivocas, nosotras tejemos y cuidamos los telares, pero quienes hacen los hilos son ustedes –Verdandi habló por primera vez en toda la conversación

-Dennos una oportunidad, por favor, aunque sea solo para disculparnos

-¿Por qué deberíamos hacerlo? –cuestionó Urd

-Para darle un futuro mejor a Leo y a nuestro padre

-Creo que para este punto-comenzó Urd

-Ya deberían entender que las acciones-continuó Verdandi

-Tienen consecuencias y deben aprender a vivir con ellas

Skuld y sus hermanas comenzaron a desaparecer

-¡NO, POR FAVOR ESPEREN!

-¡DENNOS OTRA OPORTUNIDAD, SE LOS RUEGO!

-¡CAMBIAREMOS LAS COSAS, POR FAVOR!

-¡ESPEREN!

Un destello, eso fue lo último que los tres vieron antes de desmayarse.

Todo lo que se veía era obscuridad, pero a diferencia de la última vez que estuvieron en ese lugar, era que esta vez era cálido y reconfortante.

Abrieron sus ojos, e inmediatamente se dieron cuenta de que los tres estaban en una sola habitación.

¿Por qué?... ¿Cómo?... ¿Cuándo?

No lo sabían

A medida que la lucidez llegó a sus cerebros, también lo hizo el miedo.

El reloj sonó, llamando su atención

Eran las 5:00 am

Se miraron inseguros antes de salir del cuarto, bajaron con cautela al primer piso y tomaron una respiración profunda antes de mirar dentro de la cocina.

Primero fijaron su vista en la mesa, había varios platos hechos con fruta, todos se veían deliciosos, exactamente iguales a la última vez.

-¡Buenos días, chicos! –los tres centraron su atención en Leonardo, él estaba terminando de servir la mesa y los miró con una sonrisa algo cansada pero alegre

Los tres solo lo miraban fijamente

-¿Qué sucede?

-¡LEO! –los tres se abalanzaron encima de él, cayendo los cuatro al suelo, pero mantenían un agarre firme alrededor del pecho y cintura del de azul

-Pero...-el mayor iba a quejarse pero luego sintió que su caparazón se humedecía y escuchó los sollozos de sus hermanos que se aferraban de él como si temieran que fuese a desaparecer en cualquier momento- ¿Qué les pasó? –preguntó preocupado mientras les sobaba los caparazones para que se calmaran

-Lo siento –repetía el de carmín entre sollozos

-Seremos buenos –el genio no paraba de hipar

-No nos dejes –el travieso se aferró más al mayor

-"Pero ¿Qué pasó aquí?" –Leo estaba cada vez más preocupado, sus hermanos lloraban como si hubiera ocurrido una tragedia- ¡Hey, tranquilos! Estoy aquí –los acomodó de forma que quedaran sentados frente a él y con un pañuelo les limpió las lágrimas- Ahora sí díganme ¿Qué sucede?

-Es que...-¿cómo decirle que las Nornas les habían mostrado lo que habían hecho y las consecuencias que tendrían sus acciones?- Tuvimos una pesadilla –dijeron los tres al mismo tiempo

-Hai –suspiró para luego sonreír suavemente, no les creía pero tampoco les obligaría a decir algo que no querían, ya le dirían cuando estuvieran listos

-¿Por qué nos quieres tanto? –la pregunta de Mikey lo devolvió a la realidad, su expresión fue de confusión mientras era observado por los tres- ¿Por qué? Si nosotros somos muy malos contigo, te hicimos pasar malos ratos, te decimos palabras feas, te hacemos bromas y un montón de cosas más –todos esperaban una respuesta llena de odio, pero no estaban preparados para lo que ocurrió

Leonardo se rió.

-¿Cómo que por qué los quiero? -Les sonrió cariñosamente- Es simple, son mis hermanos y los amo a ustedes y a nuestro padre sobre todas las cosas –les acarició las cabezas- Y con respecto a lo de las "bromas", me molesto a veces pero sé que no las hacen con mala intención, lo de los insultos, pues ustedes solos dicen cuando están molestos, lo que me ayuda bastante a saber cómo se sienten, y... escuchen aunque me hicieran pasar momentos "malos" también me han hecho tener los mejores recuerdos de mi vida, como esto...

Abrió un cajón y sacó una tarjeta que les entregó.

-Esa me la hicieron ustedes cuando era mi octavo cumpleaños

En la tarjeta se veían dibujos infantiles de cuatro tortugas sonrientes cogidos de la mano, abajo ponía "Te queremos mucho, Leo".

-Sí, nos ensuciamos mucho -sonrió Mikey ante el recuerdo

-Eso es uno de mis tesoros

-¿Por qué? Solo era una tarjeta-murmuraron los tres

-¿No lo recuerdan? –los tres negaron con la cabeza- En ese tiempo nosotros no teníamos mucho para jugar, así que cuando fuimos a buscar a las alcantarillas, Donnie encontró una hoja de papel, Mikey pintura y Rapha lápices, ustedes guardaban con mucho cuidado esas cosas, la verdad yo no entendía el por que, hasta que llegó mi cumpleaños y me dieron esta tarjeta, con eso me demostraron lo mucho que me querían

-Y te seguimos queriendo –dijeron aun hipando en protesta

-Deberían tranquilizarse, por su palidez diría que vieron un fantasma –grave error

Mikey volvió a aferrarse a él y a llorar.

-"Lo que quiera que haya pasado, debió ser grave" –el líder vio que sus otros dos menores volvieron a estar tristes- Hey, ya pasó, estoy aquí, no me ha pasado nada malo –dijo presintiendo que algo pintaba su bienestar en esta historia

-Hablando de eso, Leo –el de morado lo miró fijo- Quiero que vayas al laboratorio para examinarte –Leonardo iba a replicar- Ni lo intentes, ya sé que tienes fiebre, dolor de cabeza, no has descansado casi nada y estás en medio de un resfriado

-Ah bueno... pero primero desayunen –dijo resignado mientras se levantaba y cogía la charola del maestro

-Por cierto, Leo –Raphael detuvo al mayor antes de que saliera- Gracias, esto... se ve muy rico –el pobre estaba sonrojado hasta las orejas

-De nada-sonrió alegre antes de salir

Después del desayuno Donnie examinó a Leo acompañado de su familia, pues el maestro ya tenía sus sospechas, Leo tenía un poco de gripe, sorprendentemente, su cuerpo fue lo bastante fuerte como para recuperarse de lo peor por sí solo, es decir, ya casi estaba curado.

Eso si Donatello le advirtió que aunque sintiera una pequeña molestia, le informe para poder prevenir cualquier complicación.

Practicaron como nunca, por primera vez no estaban exhaustos cuando terminaron, recibieron alegremente a sus amigos cuando los vieron entrar a la guarida

-April ¿puedes venir un momento? –ella y Leo fueron a la cocina

Los hermanos se miraron con sonrisas cómplices

-¡Mikey! Ya te traje la historieta –April sacó de su bolso el objeto y se lo entregó al de naranja, que se puso a dar brinquitos de alegría

Corrió hacia la entrada de la cocina y le dio un gran abrazo al mayor.

-¡Gracias, Leo! –el de añil miró a April confuso, recibiendo un encogimiento de hombros de parte de ella y de Casey, tan confundidos como él- ¡Gracias por todas las historietas que me has dado!

-¿De nada? –sonrió extrañado de que Mikey se enterara de ese secreto

Las horas pasaron y los tres obligaron al de añil a descansar un poco, diciéndole que ellos se encargarían de sus tareas, el aceptó a regañadientes, pero al fin y al cabo... lo necesitaba.

Era hora del patrullaje.

Fue muy animado, haciendo trucos mientras saltaban en los tejados, chistes, risas, etc.

Era una noche normal, alguno que otro delincuente, pelea con los robots del pie, dragones púrpura, entre otros, de lo que Leonardo se dio cuenta fue de que sus hermanos lo sobreprotegían de manera "sutil" según ellos... tenían miedo, lo sentía, pero... ¿de qué?, tenía sus sospechas de la respuesta

Pronto llegó la hora de volver a casa.

-Vamos de regreso –dijo Mikey un poco nervioso, recordando que fue en ese momento precisamente, en que las cosas cayeron en picada

-Claro pero, Donnie ¿no hay ningún informe sobre el pie?

-Sí, hay un almacén que está desprotegido –Rapha y Mikey abrieron los ojos incrédulos, se suponía que lo mantendrían alejado de ese lugar- Lo extraño es que todas las sedes del pie tienen por lo menos diez ninjas vigilando cada una y esta es la única vacía

-Podría ser una trampa –dedujo Leonardo

-Bueno aquí dice que está programada para una demolición en una semana, están trasladando todo lo de ese almacén a la guarida oficial -Raphael y Michelangelo se miraron confusos, pues la mayoría de lo que había dicho el de morado, era mentira

-Entonces no debe tener mucha importancia, lo mantendremos vigilado por si las moscas –se dio la vuelta y caminó en dirección contraria- Hora de volverá casa –dijo antes de comenzar a caminar

-Oye ¿qué fue eso? –le susurró Rapha a Donnie

-No me iba a creer si le decía que no tenía nada –explicó– Desde el inicio, él debía tomar la decisión, yo solo le di un empujoncito para que escogiera regresar –sonrió

-Hey, ¿De qué hablan?

-De nada Leito, debemos regresar rápido a casa –Mikey comenzó a empujarlo por la espalda

-Y ¿por qué?

-Le pedimos al sensei permiso para desvelarnos y ver algunas películas y comer pizza 

-Vale, pero nada de películas de terror, que Mikey tendrá pesadillas- advirtió el mayor al de carmín

-Sí Raphie, hazle caso a Leito y pórtate bien conmigo –el de rojo le dio un zape mientras Leo se reía

Llegaron a la guarida y al parecer ya estaba todo preparado.

-Primero vemos "El origen de los guardianes" –el travieso le mostró el caja del DVD al mayor y este sonrió

-Pero son dibujos animados –se quejaron los dos restantes

-Es por orden de estatura –les sacó la lengua a lo que el de azul rió, ¿Cuándo fue la última vez que se había reído tantas veces en un día?

Dejaron de quejarse y se comenzaron a acomodar.

-Mis hijos, buenas noches, y no se desvelen demasiado –Splinter se despidió antes de entrar a su habitación

-Buenas noches, Sensei

Splinter vio por última vez como sus hijos sonreían, y se apegaban más al mayor.

-Parece que por fin lo entendieron

-Así es, mi viejo amigo

Continuará....

Hola queridos lectores, espero tengan un feliz año, les deseo que sea próspero y lleno de bendiciones (No esas bendiciones, pervertidos *.*)

Les pido dejen sus reviews y me hagan saber sus opiniones

Soy Miko Eiko y les digo hasta la próxima

En el próximo capítulo: "Revelaciones"

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