
012
El día después de la reunión final con la constructora norteamericana y el grupo Kang debió ser, en teoría, un buen día para Beomgyu. Tras cumplir con su rol al presentar el acuerdo favorable para el grupo Bae, fue ascendido a supervisor, Joohyun le demostró lo orgullosa que estaba y sus compañeros de trabajo lo llevaron a celebrar con tragos en la noche.
Esa combinación de elementos lo hubiese puesto de buen humor en cualquier otro día. Sin embargo, cuando volvió a casa, tras haber tomado solo un vaso de cerveza, lucía como si hubiese pasado todo el día como muerto viviente.
—¡Felicidades, supervisor! —Desde la mesa del comedor, Soobin lo saludó con el debido entusiasmo al verlo entrar al departamento, solo para perder la sonrisa al notar el ánimo en el que se encontraba—. Oh, no, ¿qué pasó?
Había servido un par de copas de vino con la idea de que podrían celebrar el ascenso, pero, en cambio, tuvo que hacerlas a un lado. Con un suspiro agotado, Beomgyu fue a sentarse en frente suyo, dejando que su cuerpo se desparramara sobre la mesa.
—No estoy calificado para el puesto —murmuró, apenas perceptible gracias a que tenía el rostro apoyado sobre la superficie—. Me gradué como un alumno mediocre, sin sobresaliente...
—No vamos a tener esta conversación de nuevo —se rehusó el mayor, pidiéndole que se levante de la mesa al darle un suave tirón del cabello.
—¡Ouch! —Beomgyu se quejó, pero le hizo caso a su señal al apoyar la espalda en el respaldo de la silla, como debería.
—Te lo he dicho mil veces, no importa si repetiste un par de cursos en el instituto y si no te graduaste con honores, la directora Bae te contrató ella misma por un motivo.
—Por nepotismo, porque mi tío la conocía, ajá.
—Así funcionan los negocios, con contactos, para bien o para mal —murmuró Soobin, jugando con el borde de su copa—. La cosa es que ya te hubiese despedido si es que no fueses un buen trabajador, ¿no crees?
—Pero ser supervisor es distinto, y no ascendí por mi trabajo duro, sino porque ayudé a Joohyun con un favor específico —resaltó Beomgyu, sin verse convencido—. Si yo fuese mujer y ella hombre, eso sonaría muy sospechoso y nadie creería que es un ascenso legítimo.
—Si lo pones así, claro... pero sabes que no es así, le hiciste un favor importante para la empresa, no la follaste. —Le pasó la copa de vino, para tomar un poco de la propia y ofrecerle una pequeña sonrisa—. No seas tan duro contigo mismo, la cosa es que ahora ganarás más.
—No, ganaré lo mismo —le contó Beomgyu, congelando la expresión de su compañero de piso—. Escogí trabajar menos horas y seguir con el sueldo de trabajador regular, ya sabes, porque no me sentía competente.
—Bueno, uhm. —Soobin aclaró su garganta, tras un par de sorbos más de su vino—. Quizás es una buena oportunidad para que lleves un curso que te ayude a sentirte mejor capacitado, o para que aprendas nuevas recetas, o para que limpies el departamento más seguido...
—¡Aspiré todo hace dos semanas! —se defendió el menor, llevándose una mano al pecho para simular indignación.
—Después de más de medio año, flojo —le recordó Soobin, rodando los ojos antes de reír—. Si hubieses aceptado el aumento le hubieses podido pagar a alguien para que venga a limpiar...
—Pedí más tiempo libre porque quiero descansar, aún no sé qué haré. —Recuperando una pizca de energía, Beomgyu acabó con su copa en un par de sorbos, antes de empujar su silla hacia atrás—. Por ahora, ¿vemos una película?
—Dale, es lo que pensaba decirte.
Mientras Soobin volvía a llenar sus copas con champán y buscaba una buena película para la elegante ocasión, Beomgyu fue a su habitación para cambiar su traje de oficina por una sudadera y unos pantalones más cómodos. Se detuvo frente a su espejo por un instante, colocando sus manos dentro de los bolsillos de su pijama, lo que le llevó a percatarse de que tenía una nota allí adentro.
De vuelta a la sala, desdobló el papel que encontró, sonriendo apenas leyó su contenido.
"Si estás leyendo esto es porque eres un osito adorable >3<♡"
Había estado usando ese pijama el sábado anterior, cuando Kai se quedó a dormir con él, así que no tenía dudas de que se trataba de un mensajito suyo. Era un lindo gesto, intencional y tierno, y no esperaba recibirlo por parte de un chico al que apenas comenzaba a conocer, así que no se le borró la sonrisa por unos segundos.
Pese a que había dicho que no le interesaba más allá de una amistad con beneficios, conservó el papelito, guardándolo de nuevo en su bolsillo antes de dejarse caer sobre el sofá, al lado de su compañero de piso.
—¿Está bien ésta? —preguntó Soobin, en referencia a la película.
—Sí, normal —le respondió Beomgyu, aunque no tenía idea de la temática—. Estás desinvitado de la salida a las galerías, por cierto.
—¿Huh? —El mayor volteó en su dirección, alzando la ceja.
—Pensaba decirte para ir los tres y verlo como una cosa amical otra vez, pero... Quizás sí sería lindo tener una cita real esta vez.
—¿En serio? No vas a ilusionar a Kai, ¿no?
Beomgyu negó con la cabeza, cegado por la esperanza que comenzó a crecer en su interior por el pequeño gesto que Kai tuvo con él. Incluso sacó su celular para enviarle un agradecimiento por mensaje de texto, haciéndole saber que lo acababa de leer.
Aunque no le dijo nada más, porque la película ya había iniciado, Soobin le quitó el celular antes de que se distraiga, dejándolo lejos de su alcance. En el fondo, ambos sabían que el interés romántico que Beomgyu tenía por un nuevo chico moriría tan rápido como había nacido, apenas su primer y único novio volviera a ocupar abrumadoramente su corazón.
»──── « ❀ » ────«
La primera vez en la que Beomgyu decidió aprovechar sus beneficios de supervisor fue para su cita con Kai, ya que salió temprano del trabajo para encontrarse con él en el museo un martes. Originalmente, tenían planeado visitar las galerías el sábado anterior, pero cuando se enteraron de que los martes la entrada era gratis, cambiaron de planes.
A diferencia de unos días atrás, cuando sólo lo veía como alguien con quien follar de nuevo un par de veces más no estaría mal si se desligaba de sus sentimientos, ahora veía a Kai como un posible aliado en la reapropiación y reconstrucción de su historia romántica. Quería dibujarlo en el espacio en el que alguna vez estuvo Taehyun, haciendo lo posible por borrar todo rastro de su memoria, para dejar de sufrir a causa de la nostalgia.
—¿Solías ir a galerías en Londres, o de dónde surgió tu interés por el arte? —le preguntó, mientras paseaban por las pinturas de una galería contemporánea, poco inspirado por lo que veía.
—Antes, durante mi undergraduate en California —respondió Kai, lo que le dio un hincón al autoestima de Beomgyu al recordar su conocimiento del mundo—. Me hice amigo de una tatuadora, que me convenció de hacerme mi primer tatuaje. Es ese león en mi antebrazo.
Como no tenía una actitud clásica de bravucón rebelde, Beomgyu olvidaba que Kai tenía un brazo entero tatuado, al igual que partes de uno de muslos. Solo lo veía cuando se desnudaba por completo. Le resultaba curioso que todos sus tatuajes estaban en el lado izquierdo de su cuerpo, pero jamás se había tomado la molestia en preguntar por qué.
—¿Por qué un león? —preguntó, comenzando a mostrarse más interesado.
—Mi signo del zodiaco occidental es Leo. La tatuadora dijo que necesitaba evocar la fuerza de mi león interior o algo así, y le hice caso, porque ese león interior no estaba despierto y no tenía opinión propia. —Rió, con cierta timidez—. No sé si quieres que te cuente toda la historia...
—Creo que podríamos hablar un día entero de todos tus tatuajes —respondió Beomgyu, considerando el contexto en el que estaban—. No te había preguntado porque imaginaba que ya estabas aburrido de contarle lo mismo a todas tus parejas.
—Uhm, claro, por supuesto... —murmuró Kai—. Igual te lo puedo contar otro día, si quieres, pero ahora... ¿Qué hay de ti? ¿Cómo surgió tu interés por el arte?
—Oh, me gustaba cuando estaba en el colegio —le contó Beomgyu, sintetizando su experiencia y minimizando sus habilidades—. A veces dibujaba o pintaba, pero nada espectacular.
—¿Aún tienes algunas de esas obras?
—No sé, creo que perdí la mayoría antes de mudarme con Soobin —murmuró, con cierta timidez ante la idea de tener que revelar su arte ante alguien nuevo.
—Oh, qué pena... Estoy seguro que sí eran espectaculares.
El cumplido dejó una suave calidez en su pecho, porque había pasado mucho tiempo desde que recibía uno relacionado al arte, aunque ni siquiera lo hubiese mostrado. Se atrevió a tomar la mano de Kai, para dirigirlo a otra galería, aburrido con el arte contemporáneo que lo rodeaba en ese momento.
Entraron a una pequeña exhibición temporal, creación de una artista local. A diferencia de la galería previa, las obras presentadas en ese espacio sí lograron captar la atención de Beomgyu por varios segundos, así que decidió tomarse su tiempo con cada una, para apreciar la sensación que podían brindarle.
De un momento a otro, se vio sobresaltado al sentir unas palmaditas en el hombro. Al voltear, se encontró con el rostro de una joven, una joven muy conocida.
—¿Beomgyu? —preguntó, sonriendo apenas lo reconoció.
—¡Seulgi! —exclamó el aludido, sin contener las ganas de rodear a la mayor en un abrazo—. Wow, cuánto tiempo...
Seulgi era una de las jóvenes que frecuentaban el callejón de las artesanías, en aquellos tiempos en los que aún existía. Al igual que Jimin y Taehyung, trabajaba en una de las tiendas, específicamente, en la pequeña galería de arte. Ellos tres eran parte de un grupo sólido de amigos con tendencias bohemias, formado por jóvenes en su rango de edad que guardasen alguna relación con el callejón, ya sea por trabajar o vivir allí, o simplemente por visitarlo.
La primera vez que Beomgyu habló con ella fue al visitar la galería en la que trabajaba como conservadora, pero la conoció cuando se encontraron en la alfarería Kim. Teniendo aquella tienda como un conocido espacio seguro, había vuelto a visitarla más de una vez junto a Taehyun, para seguir aprendiendo a trabajar con arcilla.
Aquel día, como el tío Kim tenía unos encargos que atender, fue Taehyung quien se hizo cargo de la clase informal. Su especialidad era la pintura y decoración de los cerámicos una vez cocidos, así que se encargó de esa parte, demostrando sus técnicas para diseñar flores variadas. Jimin llegó unos minutos después de que comenzaran, para proveer los snacks dulces y admirar el trabajo de su novio. Naturalmente, al tener el tteok gratis cerca, Taehyun desistió de la propuesta artística y prefirió disfrutar de unos bocados.
—¿Debería seguir con azul o con morado? —Beomgyu aprovechó para pedir su atención, mostrándole el lado pintado de su tacita.
—Hmm... —Taehyun ladeó la cabeza y entrecerró los ojos al observar su avance, antes de dar su veredicto—. Creo que resaltaría más en morado, pero no confíes en mi juicio estético.
—Confiaré en tu juicio estético —contrarió Beomgyu, sonriendo—. Gracias, Tyun.
Se inclinó para dejarle un beso en la frente a su novio, lo que despertó un par de "awws" por parte de los mayores, y por lo tanto una sonrojada sensación de vergüenza en ambos.
—Ustedes son como los hermanos mayores que nos hacen pasar pena...
—Hey, ¿acaso ya no podemos apreciar el amor tierno? —se quejó Jimin, abultando los labios.
En ese momento, se escucharon unos golpes a la puerta, que anunciaron la llegada de una figura femenina. Apoyada del marco de la puerta se encontraba Seulgi, con lo que parecía ser un cigarrillo grueso en la mano. El aroma del ambiente cambió a uno herbal en cuestión de segundos, lo que, en ese entonces, el joven Beomgyu no comprendió.
—Hey, ¿vienen en la noche? —preguntó, antes de voltear hacia los menores, momento en el que tosió un poco, apagó el cigarro en el piso y lo tiró a la basura.
—Obvio —le respondió Taehyung, sin apartar la mirada del plato que estaba pintando—. ¿Vendrá la chica de la que nos hablaste?
—Mhm, se llama Seungwan y es nueva en la ciudad, sean lindos con ella. —Seulgi pasó al taller, ya sin el cigarro en su mano, tomando asiento cerca a los escolares—. ¿Son alumnos aquí?
—Algo así —contó Beomgyu, volteando hacia Taehyun para confirmar su parecer antes de regresar a Seulgi—. ¿Usted también?
—La vas a hacer sentir vieja con el trato tan formal —rió Jimin, ante lo que Seulgi asintió, llevándose una mano al pecho.
—Sí, cuando no esté trabajando en la galería trátame normal, descuida. Soy amiga de los chicos.
Después de su pequeña aclaración y un par de presentaciones personales, no fue difícil para Seulgi integrarse a la dinámica. Mientras Taehyung, Beomgyu y –ocasionalmente– Taehyun seguían pintando, les contó sobre el evento de la noche que había mencionado al entrar. Era una tradición en su grupo de amigos juntarse el segundo sábado de cada mes a ver una película en casa de Jinyoung, un vecino del callejón; una tradición a la que Beomgyu y Taehyun fueron invitados por primera vez ese día.
—¿No es un poco inapropiado? —Jimin dudó de aquello, aunque no quería ser grosero—. Aún están en el colegio, y todos nosotros...
—Nah, a todos en el grupo les gusta apoyar a los baby gays —respondió Seulgi, con lo que le sacó unas risillas a Beomgyu y Taehyun—. Veamos una película bonita esta vez, no como la del mes pasado.
—Y sin tronchos, tampoco —puntualizó Taehyung, ante la indignación de sus amigos por la mención de la droga ilegal.
—A eso me refería con inapropiado, y... Lo importante aquí es si ellos quieren venir.
Los mayores voltearon hacia la joven pareja, quienes, a su vez, se miraron de reojo como para encontrar una respuesta. Solo con eso, sonrieron, porque compartían sus intenciones.
—Sí, ¿por qué no?
Esa noche, al llegar a la sala de Jinyoung, Beomgyu conoció al grupo de amigos más particular de su vida. A todos les gustaba algún tipo de arte y se desempeñaban en él, guardaban algún tipo de relación con el callejón de las artesanías y, lo más importante, solo había un heterosexual. Además de esas características, imaginarlos fumando drogas recreacionales le daba una vibra incluso más bohemia, un estilo de vida que comenzó a idealizar.
La curiosa admiración que le tenía a Seulgi, como conocedora y entusiasta de la pintura, no había desaparecido desde ese entonces, a pesar de que la última vez que la vio había sido alrededor de la época en la que perdió el contacto con Taehyun.
—No puede ser, se nota que ya estás grande —comentó la mayor, trayéndolo de inmediato al presente al separarse del abrazo—. ¿Quién es tu amigo?
—Soy Kai, un gusto —se presentó él mismo, saludando a Seulgi de forma cortés.
—Igualmente, un gusto. —Sonrió, con la confianza suficiente como para darle un medio abrazo—. ¿Les gustan las obras de mi exhibición?
—¿Tu exhibición? —repitió Beomgyu, sobresaltado—. Oh por dios, tú...
—Sí, ¡mi quinta exhibición! —Seulgi dio un par de aplausos, incapaz de contener su emoción.
—Wow, ¡felicidades!
Si dijese que no sentía cierta envidia de aquel logro, Beomgyu estaría mintiendo. Siempre creyó que Seulgi sería más que sólo la encargada de cuidar la pequeña galería de la calle de las artesanías, pero no se imaginaba que tendría más de una exhibición de arte para ese punto. Parecía como si todas las personas en su vida estuvieran en una mejor situación, mientras que él había perdido ocho años llorando por alguien que no lo apreciaba. Pese a ello, se mostró apacible y feliz por ella.
Durante los siguientes minutos, Seulgi les dio una guía personalizada por sus obras a Beomgyu y Kai, a la cual algunos visitantes más se unieron. Era evidente que conservaba una gran pasión por el arte, una que, a diferencia de la de Beomgyu, no se había extinguido.
El paseo se vio detenido por la llegada de una señora mayor, que resultó ser la profesora de pintura de Seulgi. Se tuvieron que despedir, pero la exhibición había llegado a su fin de todos modos, así que Beomgyu y Kai pasaron a la siguiente galería, mucho menos emocionante.
—¿Cómo la conociste? —preguntó el menor—. ¿En el colegio?
—No, no... —Beomgyu consideró contarle los detalles sobre el callejón de las artesanías, pero eso implicaba pensar en Taehyun, y no estaba seguro de que sea la mejor opción. En cambio, optó por ser general—. Era la encargada de una de mis galerías favoritas, y nos hicimos amigos.
—Oh, ya veo. —Kai asintió, guardando silencio por unos segundos. —¿No te gustaría llevar clases de arte y volver a pintar, como ella?
La propuesta tomó desprevenido a Beomgyu, porque no era algo que hubiese considerado previamente. Ahora que había recibido el ascenso, tenía más tiempo libre, que tranquilamente podría invertir en unas clases nocturnas de pintura. Era una opción viable.
El problema surgía al saber que aquella pasión que alguna vez tuvo en su interior estaba ahora dormida. No quería creer que había muerto, al menos no por completo, pero el apogeo de su interés artístico había quedado en el pasado. Nunca llegó a recuperarse por completo tras la depresión post-ruptura, y una de sus secuelas era aquella indiferencia con sus intereses sanos.
—No realmente —respondió, tras un instante—. Prefiero ahorrar la plata para otra cosa.
—Hmm, bueno, si tú lo dices. Pero, si cambias de opinión... —Kai colocó una elegante tarjeta de presentación sobre sus manos—. La tomé de la profesora de tu amiga.
Beomgyu le agradeció con una breve sonrisa, antes de darle una rápida revisada a la tarjeta, que contaba con los datos de contacto de la profesora.
—Le podrías preguntar por sus precios, y quizás si dices que conoces a Seulgi...
La ligera insistencia de Kai era suficiente para mantener el interés de Beomgyu despierto. Aunque no había tocado un pincel en varios años y estaba seguro de que sus habilidades no estaban al mismo nivel que en su adolescencia, un curso básico podría ser divertido. Quizás, incluso, podría sentirse un poco mejor consigo mismo si es que aprovechaba su tiempo. Prefería un curso de pintura que un curso de administración, de eso estaba seguro.
—Bien, le preguntaré —aceptó, guardando la tarjeta entre los boletos de su billetera—. Gracias.
HOLAA, perdón por la no-actualización de anoche😭 Quería subir este cap, pero me acordé que le había hecho algunos cambios en mi documento aparte y no los había pasado a esta plataforma, así que tuve que verlo recién hoy.
Si pudiera elegir entre menos horas por el mismo sueldo o las mismas horas por mayor sueldo, yo también escogería la primera tbh. ¿No les parece? Es que, como dicen, ✨el tiempo vale más que el dinero✨
Dicho eso, quiero comprar Thursday's Child, pero si lo compro no voy a tener suficiente para TRATAR de conseguir entradas al concierto y ayYyyy quien pudiera tener plata y vivir en un país desarrollado 😔 Quizás sí escogería la opción de más plata al final del día lol
Anywaysss gracias por leer les tkm <3
PD: Lowkey me da miedo subir el siguiente capítulo
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