010
Después de ducharse, cambiar sus lentes de contacto por anteojos, ponerse algo cómodo y salir al balcón para fumar un cigarro, Beomgyu regresó a su habitación, donde lo esperaba Kai. Eran sólo unos minutos después de las doce del mediodía, una hora poco común para follar, pero lo habían hecho de todos modos.
A diferencia de lo usual, ese día no se sintió tan sucio después del acto. No tenía nada que ver con la hora, ni con el día, ni con la forma en la que lo habían hecho, pero sí tenía todo que ver con el hecho de que el que lo había estado complaciendo, en su mente, era Taehyun.
Al entrar a su habitación, tomó el primer perfume que encontró para rociar su cuello con éste, de modo que no moleste mucho a Kai con el aroma a tabaco. Al menos recordó ese detalle.
—¿Te sientes bien? —preguntó el menor, acercándose a abrazarlo apenas tomó asiento al borde de la cama.
—Sí, pero ahora ya agoté mi energía por completo —le dijo Beomgyu, inclinando la cabeza para recostarse sobre su hombro.
—Oh, entonces descansa... —Kai acarició su cabello húmedo unos segundos, sin aguantar el silencio por mucho tiempo—. ¿Te gustó más esta vez, o la anterior?
—Hm... Creo que ambas por igual —respondió, pues aunque la verdad era que ese día lo había disfrutado más por tener presente a su ex, aún conservaba la decencia para mantener esa idea oculta—. Eres lindo y amable, es injusto que también seas bueno follando.
—Ah, pero si tú eres el que cumple con las tres, yo sólo...
Antes de dejar que siga hablando, Beomgyu tomó a Kai de la nuca para pedirle un beso, lento y perezoso, como si fuese su despedida de buenas noches.
—Estuviste muy bien, bebé —murmuró sobre sus labios, convencido de que ese apodo le revolvió el corazón, por la sonrisa tímida que puso—. Sólo... Ya sabes, estoy algo cansado, necesito dormir un poco más.
—¿Me estás echando?
—Ah, si lo dices así suena feo... No sé, ¿quieres quedarte?
Kai asintió, poniendo en aprietos a Beomgyu. No quería parecer grosero al decirle que quería tiempo a solas.
—¿A dormir? —Alzó una ceja, anticipando lo que haría.
—Mhm, si quieres puedes abrazarme en vez de a tu almohada, o te puedo abrazar como a mi osito.
Si se lo ponía así, era imposible negarse. Rió débilmente, inclinándose hacia sus labios para pedirle un beso más antes de recostarse sobre la cama, dejando un espacio a su lado para que pueda unirse. Así, en cuestión de segundos, terminaron acurrucados bajo las sábanas. Beomgyu podía sentir la cálida respiración de Kai sobre su nuca, lo que, de cierta forma, le hacía sentirse seguro.
Kai era realmente lindo, y parecía un buen chico. No sentía una conexión aún, pero sí le atraía, y quizás hubiese sido capaz de abandonar la vida desenfrenada de soltero para abrir su corazón y entablar una relación... si es que Taehyun no hubiese regresado a su vida.
A pesar del final irresuelto de su relación pasada, de la condescendencia y aspereza de su trato presente y de la incertidumbre frente al futuro, Beomgyu no dejaría de ver a Taehyun como su primer amor.
—Kai, escucha, yo no-
—No buscas nada serio, lo sé —completó, tomándolo desprevenido por su perspicacia—. No te preocupes, estoy bien siendo tu amigo... ¿con beneficios?
—Sí, digamos —rió el mayor, buscando una de sus manos para pedirle que lo abrace de cerca—. Puedes follarme y puedes ver películas en mi televisor viejo cuando estés aquí, esos son tus beneficios.
—Con tal de que pueda abrazarte, me parece un buen trato.
Beomgyu sintió un apretón en el pecho ante aquel comentario, porque sonaba algo triste que su principal deseo fuese algo tan básico como el afecto humano, pero no dijo nada más. De igual modo, no difería mucho de lo que él buscaba. Sólo cerró los ojos, dejando que Kai lo mantenga cálido y protegido.
Esperaba que realmente entienda el significado de amigos con beneficios.
»──── « ❀ » ────«
Cuando despertó, Beomgyu se dio con la sorpresa de que ya estaba oscuro en su habitación. Se removió suavemente, sintiendo un vacío al golpear el lado de su colchón y no hallar resistencia desde allí. Al parecer, Kai ya se había ido.
Se fijó en la hora tras encontrar sus lentes, aliviado al notar que sólo eran las cuatro de la tarde y que al menos aún tenía unas cuantas horas para aprovechar el día, pero decepcionado por el clima al saber que oscurecía tan temprano. Cubrió un bostezo con una mano, antes de estirar como impulso para ponerse de pie en camino al baño, donde podría refrescarse. Al igual que cada vez que tomaba una siesta, sintió un agudo punzón en su cabeza al momento de levantarse, que le dio la idea de que debería tomar una pastilla para calmarse.
Las quejas sobre su cefalea lo acompañaron hasta la habitación de Soobin unos minutos después, porque el psicólogo siempre tenía pastillas guardadas. No le generó mayor sospecha ver su cuarto vacío, sólo rebuscó entre sus cajones hasta encontrar una aspirina.
Dio otro bostezo al dirigirse a la cocina, donde pensaba servirse un vaso de agua con el cual deglutir la pastilla. Sin embargo, ver dos figuras en su camino le hizo pestañear dos veces en reacción tardía.
—¡Buenas tardes! —saludaron ambos en unísono, antes de reír por la coincidencia.
Soobin y Kai se encontraban en sillones adyacentes de la sala, frente al televisor encendido. Percatarse de ello hizo que Beomgyu se sienta raro, por algún motivo, como si no hubiese tenido la expectativa de que su follamigo se quede tanto tiempo.
—Buenas tardes. —Devolvió el saludo por fin, esforzando una sonrisa agotada antes de seguir su camino hacia la nevera, de donde sacó una botella medio vacía de gaseosa.
—Te iba a despertar para despedirme, pero te veías muy lindo y tranquilo durmiendo, así que no lo hice —le contó Kai, dejando de enfocarse en la televisión para seguir su recorrido con la mirada.
Beomgyu no estaba muy seguro de cómo responder, pero su corazón dio un pequeño brinco. Nuevamente, se sentía foráneo, aunque agradable, recibir cumplidos. ¿Por qué lo trataba tan bonito aunque sabía que no serían más que amigos con beneficios?
—Kai es el único de los chicos con los que has pasado la noche que me cae bien —reveló Soobin, antes de cubrir su boca con una mano, al percatarse de lo que había dicho.
—Ah, por qué me expones... —Beomgyu estaba muy cansado como para correr a darle un golpecito, así que sólo colocó la pastilla sobre su lengua antes de bajarla con un gran sorbo de gaseosa, directamente de la botella—. Bueno, ya sabe, creo. ¿No?
—Sí, no te juzgo —respondió Kai, poniéndose de pie—. Y perdón por quedarme aquí tanto tiempo.
—Descuida, puedes venir cuando quieras —le dijo Soobin, logrando que su compañero de piso eleve una ceja de suspicacia—. Con tal de que esté Beomgyu aquí, supongo, ¿no?
El aludido asintió lentamente, antes de dejar la botella de vuelta en la nevera. Sentía que el mayor lo estaba empujando a relacionarse más con Kai, y aunque no le parecía una idea terrible, no estaba seguro de que funcionara como probablemente quería.
—Bueno, ahora sí ya me voy, gracias por todo —se despidió el invitado, acercándose a la cocina, a la expectativa de un adiós adecuado por parte de Beomgyu.
—Chau, cuidate —murmuró, con lo mejor que su dolor de cabeza le permitió decir.
Ante su inacción, fue Kai quien se inclinó para dejarle un beso en la mejilla, antes de voltear para despedirse de Soobin con una mano. Al dejar el departamento, fue bastante gentil con la puerta, cerrándola con cariño, sin levantar mucho ruido.
Para ese punto, Soobin ya había apagado el televisor, e invitó a Beomgyu a acompañarlo en la sala, cosa que el menor no dudó en hacer.
—Me lo encontré viendo una película solito cuando llegué —contó—. Si no fuese porque me dio el contexto, yo mismo te hubiese ido a echar agua helada.
—Qué cruel, mis derechos humanos son violados en este hogar —suspiró Beomgyu, dramático, aunque sonrió al darse cuenta de que Kai había cumplido literalmente con lo que ofreció como beneficios: follar con él y ver una película en su televisor—. ¿Hay comida? Me estoy cagando de hambre.
—Le di a Kai el sándwich que había comprado para ti. —Aquel triste hecho suscitó una queja por parte de Beomgyu, pero Soobin sólo rió—. Tenía tanta hambre como tú y llegó primero, no jodas.
—Ah, y yo que creí que había sido lindo al esperar a que me levante para despedirse, pero sólo lo hizo por hablar contigo...
—No, sí fue lindo al esperar a que te levantes para despedirse —recalcó Soobin, dándole un empujón—. Es un chico lindo, se nota a leguas. No merece que juegues con él.
—No estoy jugando con él, sabe que no quiero una relación.
—Y tú sabes que él sí quiere una, ¿o no?
—Eso no es culpa mía, yo ya le dije cuál es mi postura en esto, y-
—No, no es tan simple —interrumpió el mayor, serio—. Si quieres una relación de amigos con beneficios, también debes cuidar tu responsabilidad afectiva.
—Ugh. —Beomgyu echó la cabeza hacia atrás, rodando los ojos por esa frase—. Entonces no me hagas ir en más citas con él, lo mejor para ambos sería que siga follando con chicos a los que no les importo ni mierda y que él consiga a alguien que le dé el cariño que merece.
—Bueno... —Incapaz de negarse a aquel argumento, Soobin alzó los hombros, apretando los labios—. Si tú lo dices.
Eran pocas las veces en las que Beomgyu sentía que salía victorioso de un diálogo ético con Soobin, así que rió, entusiasmado, antes de recostarse sobre su hombro. Al hacerlo, pudo percibir un fuerte aroma, uno que se le hacía familiar gracias a sus notas florales, afrutadas y de especias.
—¿Te cogiste a una chica antes de volver? —sugirió, sin alterar su expresión, lo que sobresaltó a Soobin—. Hueles a mujer, bastante.
Ahora era turno del mayor de quedarse mudo, de paso que sus mejillas adquirían un leve tinte rosado. Eso sólo confirmaba la hipótesis de Beomgyu, quien aprovechó para fastidiarlo un poco.
—¡Oh! —rió, elevando una ceja, al darse cuenta de que se trataba del aroma de su ex novia—. ¡Fuiste a casa de Yoorim!
—No, ella no volvería conmigo —suspiró con cierta pena, aunque ya decía haberla superado—, pero sí, parece que el paciente al que atendí hoy también usa Black Orchid, y bueno, necesitaba un abrazo y se lo di, así de simple.
—¿Por qué hacerme terapia a mí es antiético pero follarte a tu paciente tiene un pase libre?
—¡No me lo follé! —Soobin empujó suavemente a Beomgyu, con golpecitos que, más que dolor, le causaban ternura.
Por lo general, Soobin no hablaba de los detalles de su trabajo con Beomgyu, ni con nadie. No es que le diese vergüenza o que no confiase en su mejor amigo, simplemente le decía que era una cuestión ética para mantener la privacidad de sus pacientes. Hablar de ellos, en términos globales, era materia delicada, y por ello siempre procuraba distorsionar su identidad si resultaba inevitable hablar de ello.
—Bueno, comeré algo —dijo Beomgyu, levantándose del sofá para dirigirse a la cocina y buscar comida.
—Beomgyu —llamó Soobin, logrando que voltee un segundo—, anoche tú... ¿exactamente qué hiciste con Taehyun?
Un influjo de recuerdos ocuparon su cabeza, desde sus encuentros reales e imaginados hasta lo que concretamente ocurrió la noche anterior. Podía culpar a la cefalea por la poca claridad de mente.
—Nosotros sí... bueno, no, no follamos, pero sí... estuvimos a punto de hacerlo, hasta que su compañero de trabajo nos interrumpió —narró, ante lo que Soobin asintió, en comprensión—. ¿Por qué preguntas? —interrogó, mientras hurgaba por sobras en la nevera—. ¿Quieres juzgarme?
—No, pero tienes que tener cuidado. Quería que salgas con Kai para obligarte a dejar de pensar en Taehyun de una vez, pero si no estás dispuesto a comprometerte...
—No, lo siento, igual pienso en él cuando follamos —respondió, en son de broma, aunque era cierto.
—Beomgyu, eso no está bien.
—¡Es broma! —rió, despreocupado, cerrando la nevera de golpe al no encontrar nada comestible—. Aprecio tu preocupación, pero-
Antes de que pudiera terminar su frase, escuchó su celular timbrar. Lo había dejado en su habitación, así que imaginaba que ya debía haber estado sonando por un tiempo, y tuvo que correr para contestar.
Era Joohyun.
—Buenas tard-
—Tenemos una reunión el miércoles. Si no cerramos el trato ya mismo, los gringos buscarán otra empresa.
—Entendido.
—Su jefecito todavía no quiere bajar de 80%, y sabes que no podemos aceptar eso —continuó Joohyun, con un tono de voz aún más serio—. Necesito que seas tú el que presente de nuevo la propuesta de 50-50.
—¿Qué?
—No eres buen gerente, pero sí buen actor. Te enviaré un guión real y preciso esta vez, porque necesito que lo sigas al pie de la letra para presentar el acuerdo. —Pausó un momento, antes de suavizar su voz—. Si lo haces tú, Taehyun aceptará. Estoy segura.
Beomgyu, en cambio, no estaba seguro. No confiaba en sus habilidades expositivas, y mucho menos en su nivel de autocontrol frente a la mirada atenta de Taehyun. Lo último que quería era comprometerse sólo para fracasar de nuevo y decepcionar a su jefa.
—¿Y sabes qué es lo mejor? Si acepta, te daré el ascenso a supervisor. Te pagaré más por lo mismo, o lo mismo por menos horas de trabajo, depende de lo que prefieras.
Aquella promesa fue suficiente para cambiar la óptica de Beomgyu.
—¿Me puede mandar el guión primero, para revisarlo? —consultó, casi completamente convencido.
—Claro, te iré mandando la presentación, pero espera a que el guión esté listo. —Joohyun exhaló un suspiro de tranquilidad—. Tendrás el lunes y el martes libre para aprenderlo bien.
—Está bien —aceptó Beomgyu, decidido, comenzando a pensar en las cajetillas de cigarro que tendría que preparar para insensibilizarse antes de aquella reunión.
—Gracias. Mantente atento a tu correo.
Con eso, Joohyun cortó la llamada, dejando a un ansioso pero entusiasmado Beomgyu. Al menos tendría algo con lo que mantenerse ocupado esos días.
Lxs olds seguro reconocerán algunas de las escenas aquí, hehe, pero igual edité un poco el orden y el phrasing(?) del capítulo.
Igual, siento que en esta versión Beomgyu es menos irritante skdbdsj, tipo, trata de poner límites y eso, lo respeto. Taehyun, en cambio... Tendrá su historia explicada pronto, lo prometo<3
Gracias por leer 💖💓💕
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