Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6. Fortaleza

Miraba el reloj pasar mientras volvía a repasar la única fortaleza de este plan. Amanda me sonreía ondeando su larga cabellera mientras caminaba hasta la sala y se detenía con una gaseosa frente a la mesa en la que reposaban seis asientos tipo puff totalmente vacíos.

Sin ella, nada de esto habría sucedido y yo no tendría ni la más efímera posibilidad de haber extendido mi amistad con Alice.

Amanda se había convertido en mi única fortaleza, y hacía tan bien su papel, que incluso se ponía la ropa un poco más ceñida y se veía más coqueta cuando estábamos en plan de novios frente a Mary Alice.

Nunca la había visto actuar como chica, y hoy en día agradecía el espectáculo, porque Amanda resultaba ser mejor cuate que Junior, aunque fuesen la misma persona. Y además, Amanda era sexy, así que yo no era un perdedor frente a Alice, sino que esperaba que en cualquier momento se despertara en ella alguna clase de celos por nuestra relación.

Cuando eso sucediera, sería mi momento de atacar y recuperar lo que era mío. Y entonces le debería mi vida entera a Amanda, que me había ayudado a recuperar lo que amaba con todas las fuerzas de mi alma.

—¿Nervioso? —preguntó ella sentándose en uno de los puff cuando el reloj ya marcaba las seis y veinte minutos.

—Ansioso —admití.

—¿No crees que Alice venga?

—La verdad no —fui sincero. Y la verdad por eso estaba mirando tanto a la fortaleza de mi plan, porque no creía que pudiera concretarlo hoy, y eso me obligaba a pasar un rato de calidad con ella, lo cual ya no me parecía tan malo.

—¿Entonces qué hacemos aquí? —dijo arrimándome un vaso con gaseosa.

—Charlar —admití y ella se reclinó hacia adelante.

—¿Por qué no crees que Alice venga?

—¿No viste como se comportó su novio? Es muy evidente que él no va a venir, y la va a manipular para que no venga —ella soltó una carcajada.

—Joshua no es tú —dijo con claridad cuando yo me sentí insultado.

—¿Cómo dices? Ni siquiera lo conoces.

—Por lo que cuentas de tu relación con Alice, esa parecía ser su táctica, pero entiendo que ella es diferente ahora.

—¿Y eso qué? Si lo ama y él le pide no venir, ella no vendrá. Es una de las cualidades más encantadoras de Mary Alice.

—¿Qué cosa? ¿Su servilismo?

—Su sumisión —espeté reprobando su tono peyorativo, que quisiera respetar a quien amaba no era una característica negativa en nadie, o eso me parecía a mí.

—Estás mal, eso no es sumisión, o no es de la buena —me debatió. Yo fruncí el ceño y me rasqué la cabeza. Una especie de Hulk en mi interior hizo estragos en mi estómago, como haciéndome saber que este era un terreno inexplorado, una fortaleza, algo que no debíamos tocar si no querías ver a la bestia.

—¿Te hice molestar? —inquirí extrañado por su tono de voz.

—Me molesta demasiado que creas que manipular a una chica como ella es algo bueno.

—No es manipulación, es...

—Si lo hace Joshua es manipulación, pero cuando lo hacías tú era... —yo solté una carcajada irónica mientras Hulk en mi alma comenzaba a sentirse realmente incómodo.

—Yo no manipulaba a Alice.

—Vives manipulándome, Justin. ¿Me vas a decir que en 4 años de relación no manejaste a Alice a tu antojo a punta de manipulaciones?

—¿Qué? —inquirí intentando revisar mi relación con Amanda. Ok, podía admitir que usaba una que otra técnica para lograr que Alice hiciera lo que yo quería, pero... Eso no me hacía un manipulador, ¿o sí? Quiero decir, todo el mundo lo hace, ¿no?

Más bien era una de esas otras formas de evitar que apareciera la bestia verde que controlaba todo por las malas. Era algo sutil, llamémoslo una transformación parcial, delicada y en la que solo mostraba mis manos verdes para cambiar unas cosas antes de volver al aspecto original, el de príncipe, el que ella merecía.

—Ay, Justin —se quejó ella poniendo los ojos en blanco.

—El punto es que seguramente eso es lo que pasó, y ella no vendrá —quise salirme del tema, pero Amanda hizo una mueca con los labios y se retrajo—. ¿Qué? —de verdad odiaba cuando pensaba, pensaba y no decía nada más.

—Si Alice no viene por las razones que dices, no es la chica que creo que es.

—Ahora me vas a decir que conoces a Alice, solo tienen hablándose como una semana.

—Creo que es una chica fantástica, y me da mucha pena ajena que estés tratando de engañarla, pero no la imagino como una chica manipulable.

—Es que no la conoces —le repetí.

—Me da más pena todavía que sigas jugando con lo que crees que es su manipulabilidad —admitió entre dientes dejándome boquiabierto.

—Entonces ahora me estoy aprovechando de ella —solté con verdadera sorpresa. Vaya que mi mal llamada «fortaleza» sí que era sincera.

—Yo creo que no, me parece que ella se está aprovechando de nosotros —rio y yo me sentí más intrigado.

—¿Cómo?

—O sea, es ganar-ganar. Ella necesita amigos, nosotros somos como ella. Entonces somos amigos —y algo sobre esto no me hizo sentir tan fuerte, no me hizo sentir siquiera inteligente, y una parte de Bruce Banner se coló en mis pensamientos haciéndome ver que tal vez y solo tal vez no era tan listo—. Por eso me insulta un poco que te quieras aprovechar de su genuina soledad, aunque no creo que ella te deje hacerlo.

—Alice siempre ha sido muy solitaria, de pocos amigos —relaté.

—Eso no quiere decir que no le haga bien la compañía —razonó sin dejarme seguir—. Por eso espero que venga, y que no vuelva a quedarse sola por nadie, ni siquiera por Joshua.

Cuando trazó su argumento me di cuenta de que con ella había sido siempre una completa bestia. Me encargué sistemáticamente de alejar a todo el que quisiera acercarse a ella, porque hería mi ego, porque me hacía pensar que ella daría vuelta, miraría a Hulk destruyendo toda su vida y simplemente se alejaría de mí dejándome solo. Y entonces lo romanticé, y dije que si yo era una bestia, ella querría acompañarme, y calmarme, y volverme humano. Solo ella podría tranquilizarme, y solo nos necesitábamos uno al otro.

Entonces tuve tiempo de mirarlo con mis propios ojos y entender lo mucho que había propiciado que Alice estuviese completamente sola. Dibujaba un propósito noble, me gustaba creer que ella solo me tenía a mí, yo solo la tenía a ella y eso era perfecto. Pero en la vida real no había nada más tóxico que eso, y yo lo había vivido en carne propia.

Alice vivió una noche horrible cuando secuestraron a Lanna, yo no había estado allí para ella, y vaya que me necesitaba. ¿Dónde estaba su bestia verde que la protegiera? ¿Qué hiciera lo que fuera por ella? Así que, aunque en un tiempo me parecía inaceptable que ella hubiese buscado a Joshua, después de mucho meditarlo agradecí a cualquier deidad que ella lo tuviese a él y hubiesen podido solucionar todo sin que saliera herida.

Odiaba tanto que alguien más tomara mi lugar, que no podía darme cuenta que no estaba intentando tomarlo. Mi lugar era proteger a Alice, y anhelaba con todas mis fuerzas que ella estuviera bien, entonces cualquiera que me ayudara a servir a ese propósito debía ser mi aliado y no mi enemigo.

La epifanía me golpeó la cabeza como una roca y sentí el aire escapárseme de los pulmones cuando sonó la puerta de la casa y me sentí supremamente humano.

—Te dejaré meditando todo lo equivocado que has estado en la vida —dijo Amanda levantándose del puff con una risita y dejándome como tonto.

Miré mi celular y deseé por un instante también que Alice ya no fuese esa persona que estaba dispuesta a dejarlo todo por alguien a quien amaba, pero no era porque la quisiera a mi lado, sino porque no quería que estuviese sola nunca más.

Pero no había forma de aprender a dejar de ser así, ¿o sí? Si hasta hace 15 segundos yo pensaba que estaba perfecto y la amaba más por eso. Chisté entre dientes pensando que yo tampoco podría enseñarle tal cosa, cuando escuché su brillante risa dentro de la casa y me sentí completo.

Levanté la mirada y vi a una versión despreocupada de Alice entrar por la puerta tomando la gaseosa que le ofrecía a Amanda. Entonces no pude evitar sonreír, porque lo que antes consideraba que era una fortaleza de ella, ahora entendía que era una profunda debilidad que yo había propiciado.

Pero justo ahora podía notar que ella había superado esa debilidad, por su propia cuenta y con sus razones, así que ahora que la reconocía se convertiría en su fortaleza. Y la amé mucho más por eso.

—¿Qué sucede, Justin? —inquirió deteniéndose.

—Es que no creí que vinieras —fui honesto.

—¿Y por qué no? —dejó su bolso antes de sentarse en un puff a mi lado.

—Por ninguna razón, pensé que estarías ocupada —ella sonrió.

—Quien está muy ocupado es Joshua, y se disculpa con ustedes por su ausencia, pero al llegar de viaje ha tenido mucho papeleo por hacer aquí —dijo con soltura mientras Amanda se sentaba con nosotros y sonreía.

—Es una pena, me habría gustado conocerle un poco más —replicó Mandy con amabilidad y yo intenté detectar algo más en las palabras de Alice, pero no pude.

—No puedo quedarme demasiado rato, pero vamos a jugar un campeonato antes de que anochezca, ¿Vale? —inició buscando en su bolso el joypad que conectaría a su móvil. Entonces asentimos y nos pusimos a lo nuestro mientras yo trataba de dejar de mirarla con admiración.

No podía engañarme con respecto a esto. Alice todavía estaba muy enamorada de Joshua para voltear a mirarme, así que justo ahora se estaba haciendo cargo de sí misma, disfrutando con amigos y luego volvería temprano a casa para estar con su prometido. Y me descubrí queriendo eso para mí, esta era la Alice que quería para mí, una mujer segura que fuese capaz de convertir sus debilidades en una gran fortaleza.

Un par de partidas después Amanda tuvo que ir a buscar a Adam a la oficina, así que Alice y yo nos quedamos esperando para entrar a otro torneo mientras ella pasaba los dedos delicadamente por el borde del teléfono con algo de inquietud, lo cual era la primera señal de ansiedad que había visto desde que jugábamos hace una más de una hora.

—¿Todo bien? —le pregunté. Pero no había código entre nosotros, ella sabía a qué me refería.

—¿Está mal que esté aquí? —me preguntó y entonces tuve la oportunidad de echar atrás todo por lo que había estado alucinando hacía unos minutos.

—No —dije con convencimiento y ella sonrió.

—Claro que me dirás que no, tú me invitaste.

—No es eso, es que creo que es bueno que te permitas tener amistades —ella sonrió sabiendo que yo entendía su situación, y yo pensé por un instante que podía ser manipulador otra vez—. ¿Es cierto que Joshua está trabajando?

—Eso ha dicho, pero no le creo —susurró.

—¿Por qué?

—Porque el tema del trabajo ha surgido cuando le he dicho que yo vendría con o sin él.

—¿Crees que quería que te quedaras con él? —Alice se encogió de hombros.

—Me tiene sin cuidado —admitió—. No voy a dejar de salir con mis amigos porque se sienta incómodo, yo no estoy haciendo nada malo.

—Entonces, ¿prolongarás la pelea interminablemente?

—No quiero eso. Pero tampoco puedo devaluarme porque él se sienta amenazado, es él quien se ha ido en primer lugar.

—No soy quien para decir esto, pero me parece lo más sensato que has dicho hoy —ella sonrió y me miró un instante.

—No puedo negar que la compañía de ustedes me ha hecho ganar algo de perspectiva —añadió logrando sorprenderme un poco.

—¿Sobre qué?

—Sobre cómo Joshua y yo hemos perdido la naturalidad al estar juntos, simplemente hay mucho trabajo de por medio y ahora todo es raro —se quejó y yo me quedé analizando sus palabras—. He visto que ustedes pueden juntar las cosas y ser fantásticos en todo. Como la semana pasada cuando terminaron ese programa imposible, se les ve bien juntos, que disfrutan de la compañía del otro.

—Es porque tenemos mucho tiempo haciéndolo —admití. Pero nunca habría pensado que a Alice le parecía que mi relación con Amanda era genial. Después de todo, ni siquiera era real.

—Sí, quizás nos falta práctica —analizó—. Y quizás necesitamos una pausa para poder hablar de todo esto.

—Es por eso que te irás temprano —pensé detenidamente.

—Sí, iré temprano a su casa, porque tampoco es mi intención que Joshua compita contigo, ni voy a irrespetarlo. En todo este juego los límites son muy difusos —yo le medio sonreí y asentí.

—Creo que va a molestarse de todas formas —ella suspiró y se quedó mirando el móvil.

—Pero tenemos problemas más grandes que este, así que trataremos con las cosas una a la vez —dijo con demasiada madurez y yo puse una mano sobre la de ella para darle algo de fuerza. Sin embargo, con mucha delicadeza ella deslizó su mano de la mesa y la volvió a poner sobre el joypad, dejándome bien en claro que no éramos tan cercanos. Y la amé todavía más por eso.

Porque fuese como fuese nos estaba poniendo en nuestro lugar a todos. A Joshua en su lugar de prometido, a mí en el cajón del amigo, mientras ella, muy regia, protegía sola su valor frente a cualquiera que osara siquiera tratar de definirla.

Cuando Amanda cruzó la puerta y Alice sonrió esbozando alguna nueva broma sobre ganarle a los hombres en el juego, yo supe que tenía mucho que aprender de ella, y que debía dejar de buscar mi fortaleza en una persona que tarde o temprano fallaría. Reconocer mi fuerza, reconocer mis habilidades y conocer mis capacidades me ayudaría a aproximarme un poco más a lo que necesitaba entender para ser un mejor hombre en todos los sentidos.

Reconocí por primera vez en mi vida que no, mi fortaleza no era ponerme verde y hacer de mí todo un idiota que manipulara, destruyera y alejara todo de todos para sentir que nadie podía herirme.

Vaya que la vida me había rodeado de mujeres realmente sabias y fuertes, que me mostraban en cada paso una realidad totalmente nueva que mi pequeño cerebro no conseguía advertir.

No obstante, ellas tampoco eran mi fortaleza. Esa fuerza que necesitaba para entender qué hacer era yo mismo, y no se iría tras Amanda, ni menos la recuperaría cuando volviera a estar con Mary Alice. 

Algo en mí era fuerte y estaba intrínseco, y ahora me encargaría de fortalecerlo más todavía, pero no esbozando un carácter endemoniado, sino fortaleciendo esto nuevo que crecía en mí: el deseo de ser un mejor hombre que dejara de destruir todo a su paso, de autodominarme, de aceptar mi lado verde, el fuerte, pero hacerlo con la cabeza, como Bruce Banner, y por encima de todo, de que mi fuerza dejara de herir a las personas que amaba.

Porque me atraía mucho la fortaleza de Amanda y su forma tan increíble de ser certera con sus análisis, sus palabras y su forma de conducirse. Y me enamoraba más la nueva fortaleza de Alice, capaz de tomar sus decisiones, lista para defender su valor y equilibrada en cada parte.

Ahora me tocaba a mí tener una fortaleza igual de admirable que las suyas, era tiempo de comenzar a construir algo propio que no pudiera ser arrebatado por ninguna circunstancia.

Fe-e-eliz lunes!!! Admito que este capítulo me costó un poco! Justin en general es algo difícil para mí pero creo que conseguimos un buen resultado, ¿o no?

Ya la historia va tomando forma y sentido y eso me encanta, porque seguro que ya más de uno está enganchado ^^ Así que porfa, ¿me dicen qué les parece Justin hasta ahora?

¡Muchas gracias por leer! Nos vemos el próximo lunes.

¡Saludos!

Atte: E.C. Álvarez

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro