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CAPÍTULO 50

Marea- La luna me sabe a poco.

CORREGIDO. 

TENEIS FOTOS DE LOS PERSONAJES EN MI INSTAGRAM "juliaamontero_" EN HISTORIA DESTACADA.

Unos golpes me despiertan. Me froto los ojos y los abro. Jax duerme en la otra cama que hay en la habitación, no se ha despertado. Los golpes en la puerta vuelven a sonar insistentes. Me levanto a regañadientes de la cama y descalza me dirijo a la puerta.

Detrás de la puerta me encuentro a una muy sonriente Lydia para ser por la mañana y tener todos los problemas que tenemos.

-¡Buenos días! -grita mientras me empuja hacia un lado y entra en la habitación.

Bufo y cierro la puerta. Lydia ya esta despertando a Jax.

-¡Joder! Ya me levanto. Pesada, ¿sabes cuanto tiempo llevaba sin dormir en una cama? - gruñe Jax mientras se levanta. Solo lleva unos pantalones de pijama.

Se pasa la mano por el pelo y se frota los ojos.

-Ya vuelvo. -dice antes de meterse en el baño.

-Y bueno... ¿sabemos algo más? ¿algún contacto con el exterior? -comento mientras me siento en mi cama, Lydia se sienta al lado mía.

-Desgraciadamente, nada. Pero en una semana aproximadamente se podrá salir de la ciudad. Nosotros y la reina.

-¿Una semana? -murmuro. Eso no es nada de tiempo. Ni para planes, ni estrategias ni organización. Estamos ya medio muertos y no ha empezado la guerra.

En ese momento sale Jax del baño y se acerca a nosotras.

-¡No os desaniméis ya! Algo podremos hacer. Hay que intentarlo al menos.

-Vamos abajo. Ya están todos.

Cuando llegamos veo a diez chicos, sin contar ni a Leo ni a Lydia. Siete chicos y tres chicos. De unos diecisiete a unos treinta años.

-Ellos son Delia -me señala Lydia- y Jax -lo señala. 

Empiezan los saludos. Yo me limito aasentir algunas veces con la cabeza mirando en direcciones distintas. Los tres nos sentamos mientras comemos algo de fruta al igual que los demás.

-¿Alguien ha pensado algo? -dice uno de los chicos, antes dijo su nombre pero ahora mismo no me acuerdo.

-No hay mucho. -responde una chica- con los de fuera no nos podemos comunicar, las plantas nos dejan encerrados aquí... al menos tenemos bastantes armas para defendernos, aunque no hacerse ilusiones, no hay suficientes como para atacar. Apartes solo somos nosotros y seis que han salido fuera. Dieciocho. No somos nada comparados con ellos.

-Si, no hay muchas expectativas. ¿Qué haremos? No me voy a quedar de brazos cruzados mientras todo se va a la mierda. -digo- mientras pueda hacer algo, voy a hacerlo, aunque sea la única en pie, aunque este a punto de caer. No me voy a tirar, me tendrán que empujar. Lucharé hasta mi último aliento, mi último latido. Esta guerra no la hemos perdido aun. Y yo no pienso rendirme.

La sala se queda en completo silencio. Todos me miran entre asombrados y algunos sentimientos más. Luego vienen los murmullos. Cada uno susurra con el de al lado y algunas personas más. Después las miradas y el barullo de frases pronunciadas en distintos tontos, hasta algunas discusiones. Mientras tanto Jax y yo estamos callados, observando el ambiente que hay a nuestro alrededor.

Una mano, que ya conozco muy bien se cuela debajo de la mesa y se dirige a mi rodilla, donde tengo yo apoyada la mano. Jax me coge la mano y me da un pequeño apretón reconfortante.  Doblo mi rostro y lo miro, él me mira también y nuestras miradas conectan. En mi rostro se forma una pequeña sonrisa para transmitirle que estoy lo mejor que puedo, él me la devuelve.

Sin soltarme de la mano se acerca más a mi, hasta que pega su boca a mi oído y sus labios rozan mi oreja mientras suelta algunas palabras en susurros.

-Digan lo que digan los demás, yo voy a estar contigo, voy a luchar hasta que ganemos o caigamos. Pero nunca rendirnos. No después de todo lo que hemos pasado.

Se vuelve a colocar derecho. Me da un último apretón en la mano antes de soltármela y me da una pequeña sonrisa.

La sala cae en total silencio de nuevo y los dos ponemos rectos y miramos al frente. Todo el mundo nos mira, incluso Lydia que esta justo al lado mía.

-¿Y bien? ¿Nos diréis algo? -pregunto yo, para nadie en concreto.

Uno de los muchachos es el primero en hablar.

-Estoy contigo. No pienso rendirme.

Después todos dicen cosas así. Ahora somos doce, que es mejor que nada. Aporrean la puerta de la entrada y siento todo mi cuerpo tensarse, el sentimiento de la intranquilidad no desaparece de mi interior.

-Serán los demás. Iré a abrir. -dice Leo.

Se levanta de la silla arrastrándola y sale de la habitación con el único sonido de sus botas resonando contra el suelo.

Nadie habla, ni se mueve. Oigo como la puerta es abierta por Leo y como algunas personas entran. 

Levanto la vista cuando las pisadas paran y aparecen en la puerta cinco chicos y una chica acompañados de Leo. Ninguno me resulta conocido.

-¿Son ellos? -pregunta un chico.

-Si. -responde Lydia.

-Vale. -responde otro de ellos.

-Ellos son...- comienza a presentarlos Lydia, aunque la verdad no le presto ninguna atención.

-Encantado. -suelta Jax cuando ella termina de hablar.

-Encantada.- digo sin estar demasiado interesada en la conversación.

Ellos asienten en respuesta.

Ellos se van sentando mientras yo miro la mesa y estiro mis dedos como si hiciera lo más interesante del mundo. No presto atención mientras cogen algo de comida y se sientan en alguna de las sillas. Mi mente esta en otro lado, maquinando alguna solución, alguna posibilidad de victoria, y no encuentro absolutamente nada. 

-Traemos noticias. -y con esas palabras mi mente vuelve a la sala donde estoy.

Levanto la cabeza y miro fijamente al chico que lo ha dicho. Me coloco recta en la silla y me cruzo de brazos.

-¿Qué clase de noticias?

-Cada vez las ramas que hiciste crecer para dejarnos dentro se debilitan más, si siguen así, en uno o dos días se podrá salir de la ciudad. Tanto nosotros como la reina.

-Mierda - maldigo por lo bajo.

Unas alarmes comienzan a sonar dentro de la casa. Demasiado fuertes y ruidosas. Todos -menos yo y Jax- se levantan de un salto.

-¿Qué es esto? -digo.

-Es la alarma.

-¿La alarma?

-Cuando éramos atacados y nos dábamos cuenta sonaba esta alarma. Dejo de sonar hace ocho meses... cuando las ramas nos dejaron atrapados.

-¿Os atacaban? -pregunto. Eso quiere decir que no todos estaban controlados.

-Si. Pero no era eso a lo que iba. Si alguien ha entrado ya se puede salir. Y si tenemos esperanzas a lo mejor los que están atacando van contra la reina.

No quería hacerme ilusiones. Pero por un momento pensé en la posibilidad de que fuera Niall.

-¿Y a que estamos esperando? Antes has dicho que tenias armas.

-Vestirse y estar aquí en cinco minutos. Vosotros ir sacando las armas. -le dijo Lydia a los que habían llegado hace poco.

Salí corriendo a mi habitación -en la que dormí- con Jax pisándome los talones. Choque el brazalete que todavía llevaba en la muñeca con la puerta antes de entrar en la habitación. Pero no me entretuve. De uno de los armarios saque dos pantalones de cuero de uniforme para guerra y le lance uno a Jax, lo cogió en el aire y empezó a ponérselo después de quitarse los que llevaba puestos.

Yo lo imité.

Cuando ya tenia saque dos camisetas negras dos chaquetas de guerra y le lance uno de cada a Jax. Cuando estamos listos salimos corriendo, ya se escuchaban pasos corriendo por toda la casa. Esto no podía salir bien. Es todo demasiado rápido, todo improvisado, no hay ni siquiera una maldita estrategia, pero si seguía pensando así si que todo saldría mal.

Mientras corríamos a la sala de antes me hice una coleta mal hecha y alta para que no me molestase. Ya estaban repartiendo las armas. Cogí tres pistolas, dos navajas y unos frasquitos que contenían líquido tóxico si lo bebías... podían ser de gran ayuda.

Jax y yo salimos juntos afuera y mientras esperamos a los demás cruzamos algunas frases. Nos dimos un abrazo, no quería que fuese un adiós pero no se que puede pasar hoy.

-No va a pasar nada ¿esta bien?

Sabía que mentía, que solo intentaba darme ánimos y consolarme. Yo le regale una sonrisa de dientes cerrados.

-Pase lo que pase no me olvides. -dije abrazándolo.

Salieron los demás y nos dispusimos a salir. Las calles estaban tranquilas, pero la alarma no paraba de sonar. Andamos varias calles antes de que empezara el ruido, los gritos y los disparos a lo lejos. Nos miramos entre nosotros y salimos corriendo en esa dirección. Yo ya tenía una navaja y una pistola en la mano.

Doblamos una esquina y todos paramos en seco. Gritos y disparos se oían de todos lados. Habías manchas de sangre por todos lados. Hombres y lobos heridos y muertos por el suelo. La sangre ya teñía las calles. Aullidos de lobos se escuchaban desde todas direcciones, lobo y rogues, y también humanos. Tres razas enlazadas en una pelea catastrófica.

Veía como ramas que rodeaban las barreras de la ciudad se caían haciendo un ruido espantoso, aplastando a gente y matándola. Intente buscar el más mínimo poder o energía en mi cuerpo en vano. No podía hacer nada, y muchas personas, de mi bando y del contrario estaban muriendo ante mis ojos. 

Mire a mis compañeros y con un último adiós con la cabeza me metí en la batalla.

Algunas caras me sonaban. Corría mientras mataba algunos rogues disparándoles en el entrecejo y viendo como caían sus cuerpos sin vidas al suelo, su sangre manchando las aceras.

Y corrí. Corrí como nunca lo había hecho. Allí estaba luchando con rogues. Mate de un disparo en la nuca al rogué causando que me mirara.

Y Selene me sonrió como nunca. 



Valeee, no me maten. Se que esperaban que fuese Niall. Pero aquí esta nuestra amiga Selene. Jejeje.

Voten y comenten.

JULY

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