CAPÍTULO 49
Leo Jiménez -quererme así
CORREGIDO.
Han pasado dos días. No hemos salido de la celda en ningún momento, ya que al final Jax no tuvo la pelea y a mi la reina no ha vuelto a llamarme. Jax duerme apoyado en mi regazo mientras yo miro la pared y le doy vueltas a la cabeza. En la comida no ha aparecido ninguna otra nota. A veces pienso que solo fue un sueño, pero miro la nota que me mandaron y que ahora guardo en un bolsillo y se que todo es cierto.
Que llevo aquí encerrada ocho meses, que llevo sin magia y sin ver a Niall, o a cualquier otro, ese mismo tiempo. Una lágrima recorre mi mejilla en un paseo tranquilo y triste dejándomela húmeda a su paso.
Hace poco trajeron la comida, la misma que como desde hace ocho meses, pero nunca me había sabido tan mal como hoy. Le acaricio el pelo a Jax mientras dejo que el tiempo pase.
No se cuanto tiempo pasa cuando oigo pasos recorrer las celdas. Nunca nadie viene por la noche ¿de verdad Lydia viene? Despierto a Jax y le hago señas para que escuche los pasos. Son pasos tranquilos, nada apresurados, me doy cuenta de que provienen de dos personas. Se escuchan cada vez más cerca, pero no se apresuran.
Veo como abren la celda y dos figuras entran en la celda. Una es más pequeña y mucho menos corpulenta que la otra, no le veo la cara ya que esta mirando hacia abajo, la otra es más alta y muy corpulenta.
Los dos miran hacia arriba y mi boca se abre formando una O, me llevo las dos manos a la boca para ahogar un grito.
La primera persona es Lydia, y me sonríe con alegría. La segunda figura es Leo, el mejor amigo de Niall.
Me levanto del suelo y voy directa a Lydia. La abrazo fuerte, y suelto alguna que otra lágrima, al igual que ella.
Jax también se levanta y se acerca algo a nosotros.
-¿Como...? -intento preguntarle a Lydia.
-Luego te lo explicaremos todo, ahora hay que irse. No hay mucho tiempo.
-¿Quién es él? - me pregunta Leo.
-Es Jax, me ha estado ayudando todo este tiempo. Viene con nosotros, o sino yo no voy. -digo segura de mi misma.
-Esta bien, un amigo, un aliado más. Soy Lydia y él es Leo. -comenta mientras señala a Leo.
Leo lo saluda con la cabeza y Jax le devuelve el saludo.
-Hay que salir de las celdas, recorrer dos pasillos, doblar a la derecha, recorrer tres pasillos y saltar por una ventana rota por donde hemos entrado nosotros, ¿entendido?
Jax y yo asentimos.
Cuando llegamos a la ventana, por suerte nadie nos a visto ni salir de las celdas ni andar por los pasillos, el primero que sale es Leo, quien desde fuera nos ayuda a saltar. Luego salgo yo, Leo me coge y me deja en el suelo. Salta Lydia y Leo la ayuda al igual que a mi. Jax salta y cae bien algo desequilibrado pero Leo le ayuda a recomponerse, ninguno nos hemos hecho daño.
Andamos hasta que nos metemos en una pequeña y estrecha calle, algo alejada del castillo, lo suficiente para que no nos vean y empezamos a correr.
Respiro el aire y todavía no me creo que este fuera del castillo, y ningún guardia nos ha visto.
-¿No os habéis encontrado a ningún guardia? -pregunto.
Veo como Lydia asiente.
-Están inconscientes todos, nos aseguramos bien, este plan lleva ya un tiempo planeado. -me asegura.
No hay nadie en la calle y nuestras pisadas resuenan contra el suelo y nuestras respiraciones se oyen agitadas. Miro de vez en cuando hacia detrás, esperando ver a alguien perseguirnos, cosa que nunca pasa.
Corremos mucho hasta que llegamos a una calle demasiado oscura y muy estrecha, donde no cabrían tres personas en línea horizontal andando a la vez. Leo se para en frente de una puerta y da algunos golpes, como si fuera una contraseña secreta.
Con tanto secreto se escucha como las cerraduras se abren desde dentro.
Me froto los brazos, tengo la piel de gallina, hace frío. La puerta se abre y un muchacho, algo mayor que yo nos abre. Nos mira y veo como una pequeña sonrisa se planta en su rostro.
El hombre se aparta de la puerta y nos deja pasar.
Primero pasa Lydia, luego yo, Jax y por último Leo. Cuando el hombre cierra la puerta y las cerraduras comienza a hablar con Leo.
-Venid conmigo, os daré algo de ropa y os duchareis. Todos están durmiendo, no hagáis ruido. -nos dice Lydia.
Nos da algo de ropa del sótano y mientras Jax se ducha Lydia y yo nos sentamos en una cama de la habitación y charlamos.
-¿Cómo no te afecto?- pregunto.
-Si me afecto, pero después de dos semanas dejo de hacerme efecto, a Leo le paso casi igual, pero tardo más en que no le hiciera afecto.
-¿A más personas también le ha ocurrido?
-Cada vez hay menos gente controlada, no te hagas ilusiones también hay mucha controlada, pero el cuerpo busca curarse y estar controlado es... como estar enfermo. Cada día hay gente que ya no esta controlada, pero actúan como si lo estuvieran, así vemos como actúan desde dentro o desde fuera, mientras ellos creen que solo son cuerpos controlados.
-Eso es bueno ¿verdad?
-Si, lo malo es que si no vencemos, perderemos. La reina quiere salir de aquí e ir a buscar una planta con la que hacer que estemos controlados, y es todavía más fuerte, pocos, pocos sobrevivirán a esa sustancia. Es tóxica, y si no eres controlado morirás.
Me he quedado atónica.
-Con las plantas que hiciste la has retenido ocho meses, y todos te estamos agradecidos. En verdad, ya has hecho demasiado.
-¿Que tenemos? ¿Algún plan? ¿Estrategia? No podemos rendirnos antes de empezar. La he retenido ocho meses, y en esos ocho meses... ¿alguien se ha comunicado con la gente de afuera? Tiene que haber algo por donde empezar.
-Es imposible. Tu muros son demasiado altos. Nadie los ha podido ni empezar a escalar.
-¿Sabes algo de Niall?
-No. Ni de él ni de nadie de fuera. -me dice -¿No podrías reforzarlos? Aunque nos quedáramos más tiempo dentro, más gente se descontrolaría...
-No puedo. -le corto- llevo ocho meses sin magia. No puedo. -aseguro a mi pesar.
Ella me mira preocupada. En ese momento Jax sale del baño con una toalla alrededor de la cadera y el torso mojado. Es demasiado guapo y atractivo, pero solo lo veo como un amigo y él a mi también.
Me levanto de la cama sintiendo la mirada de Lydia clavada en mi.
-Voy a ducharme -digo para Lydia cuando me paro al lado de Jax.
Él me mira.
-Allí tienes ropa -señalo encima de una de las camas- cuando salga hablamos.
Asiente y antes de dirigirse por la ropa me da un beso en la frente.
Me desnudo y me meto en la ducha.
Me quito la trenza enredada de tanto tiempo dejando mi pelo suelto, llegándome hasta algo más abajo de la cintura. Abro el grifo y el agua se desliza por mi cuerpo. Toda la suciedad se va mientras me froto la piel y me lavo el cabello.
Mientras el agua cae en mi cuerpo cierro los ojos y me apoyo en la pared.
¿Cómo lograremos ganar? ¿Sin poderes, sin fuerza? Ya no se si en mis mejillas cae agua o lagrimas, pero tampoco importa. Pero hemos salido, al menos ya no estamos allí encerrados.
Me pongo recta. No pienso ser débil. No me rendiré antes de empezar ni me dejare amenazar. Si pierdo será luchando, y dejándome allí hasta el último aliento, suspiro y esfuerzo. Nunca me rendiré.
Siempre seré valiente.
Y se que ahora viene la verdadera guerra.
Voten y comenten sus teorías de lo que pasará. Jejejeje.
JULY
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro