Tierra santa~ alas de fuego.

CORREGIDO.

Un ruido me despierta. Sin moverme de la cama estoy atenta a cualquier otro sonido.
Escucho la suave respiración de Deamon a mi lado y veo que estamos muy pegados. Él tiene su brazo rodeando mi cintura y su pecho muy cerca de mi espalda.

Escucho pisadas desde lejos. Evitando despertarlo muevo suavemente su brazo. Gruñe bajo pero se mantiene dormido. Me reincorporo en la cama e intento levantarme. La herida no duele tanto pero no la veo bien por la poca luz que hay en la habitación.

Al levantarme camino sin ejercer mucho esfuerzo en la pierna herida, evitando que se me vuelva a abrir. Llego a la ventana y visualizo el exterior sin mover la persiana. Primero no veo nada extraño ni ningún ruido. Cuando me vuelvo para volver a meterme en la cama vuelvo a escuchar pisadas. Al mirar otra vez veo a cinco rogues.

No están del todo convertidos, pero ya algunos tienes más pelo que carne humana. Algunos olfatean el aire y otros visualizan todo. Me aparto de la ventana y la cierro despacio, no quiero llamar su atención. Me aseguro que no pueden verme y me dirijo hacia Daemon.

Despierto rápidamente a Daemon, tenemos problemas, pero parece que él no quiere despertarse. Él es el lobo aquí, y parece no despertarse ni aunque haya rogues tan cerca como están ahora.

Él ruñe en respuesta y me ignora. Lo remuevo con insistencia hasta que por fin abre uno de sus ojos y el otro se lo frota con la mano.

-¿Que quieres Delia? -respondo con la voz ronca de acabar de despertar.

Yo me quedo callada un segundo, tomo una gran respiración y recuerdo que no puedo hacer movimientos bruscos o acabaré con la herida mucha peor.

-Hay... hay... -estoy demasiado nerviosa y no puedo casi articular palabra. Me paso las manos por el pelo y miro hacia todos lados de la habitación.

¿Cinco rogues contra un hombre lobo y una humana con poderes? No vamos a ganar. ¡Son tres más que nosotros ! ¡Y estoy herida! Cosa que debilita un montón mis poderes, tengo mucha menos energía.

Se sienta en la cama y coloca sus brazos en mis hombros. Busca mi mirada.

-Delia tranquilízate. -me habla- ¿Que hay? -pregunta calmado y veo como algunos mechones de su pelo le caen sobre el rostro, está adormilado y tiene la voz ronca, además está completamente despeinado.

-Hay cinco... ¡cinco rogues! -casi grito.

-¿Qué? ¿Donde?

Se está alarmando.

-Fuera... sin nos ven o nos huelen estamos...perdidos. No podremos ganar si luchamos contra ellos en está situación. Daemon no puede acabar con todos ellos y yo ahora mismo soy más un lastre que una ayuda. Estoy asustada, muy asustada.

-Recogeremos todo, sin hacer ruido. Hay que evitar que nos descubran así que no haremos nada que llame lo más mínimo su atención -me dice y yo asiento- No nos va a pasar nada pero hay que marcharse rápido, aquí ya no estamos seguros.

Él se levanta -sólo lleva unos bóxer- y se encamina hacia donde dejo ayer su ropa.

-No podremos salir todavía y yo quiero darme una ducha antes de irnos. Llevamos días sin darnos unas. ¿Puedes mirar si en algún armario hay algo de ropa que pueda servirnos?

Asiento y el se encamina hacia el baño.

Miro por los armarios. Algunos están vacíos pero hay otros donde hay ropa que puede que nos sirva.

Cojo seis bóxers y seis braguitas que encuentro -no sé cuando voy a poder conseguir más ropa- unos vaqueros de mujer que son dos tallas más grandes que la mía y otros para hombre. Cojo dos sujetadores de mujer que me vienen algo chicos y algunas camisetas que encuentro de hombre que también utilizaré yo. Por último rebusco algún abrigo. Cojo dos, a parte de lo que llevaremos en cima, no podremos cargar con más. Hay dos mochilas, parecen escolares y vacío los cuadernos que hay en ellas. Guardo la ropa no vamos a utiliza en ella y espero a que Deamon salga del baño.

Hecho un vistazo por la ventana, los rogues no se han ido peor tampoco parece que nos hayan encontrado, eso no es malo del todo, aunque para que nosotros podamos irnos ellos deben hacerlo primero, y no sabemos cuanto tiempo se quedaran aquí.

Daemon sale del baño con una toalla en la cintura. De su pelo caen gotas de agua y su torso se ve húmedo.

Le paso la ropa que he buscado para él y yo me meto en el baño.

-No he encontrado zapatos para ti, solo había unos cuantos y de mujer, de mi talla había unos, asi que eso me los voy a poner yo -digo antes de meterme en el baño. 

-Esta bien, si necesitas ayuda con tu pierna avísame. 

Asiento y cierro la puerta del baño.

Me desnudó completamente y me meto bajo la ducha. Abro el grifo y suelto un suspiro cuando el agua caliente cae sobre mi. Lo echaba de menos. Froto bien cada parte de mi cuerpo hasta quitar toda la suciedad. Cualquiera sabe cuándo volverá a ducharme.

La herida de mi muslo está mejor aunque todavía tiene mala cara, ahora no está vendada y evito mojarla. Está más sana, aunque todavía falta para que este curada completamente y seguramente me deje cicatriz. Primera cicatriz que me marca en esta guerra.

Froto mi cuero cabelludo quitando toda la mugre que tenía, sintiéndome genial. Incluso quito sangre seca, que supongo se me quedaría cuando intente taparme la herida del muslo y luego me tocaría el pelo.

Cuando termino salgo de la ducha y me enrollo una toalla al cuerpo. Me seco un poco el pelo con una toalla pero lo dejo suelto. Mi pelo gotea un poco pero no me molesta. No le hago nada más a la herida, no creo que haga falta, lo único que tiene que pasar es el tiempo y dejar que se cure.

Cuando salgo del baño Daemon ya está completamente vestido, la ropa también le va algo grande pero no le queda nada mal.

Cojo mi ropa y vuelvo a meterme en el baño. Los muebles tienen algunos arañones y bollos pero están medianamente bien. Cuando me termino de vestir tengo que ponerme un cinturón ya que me quedan demasiado grande los vaqueros.

Salgo y Deamon está metiendo alguna comida que aún no está caducada en las mochilas.

-Los rogues ya se han ido. Nosotros tenemos que hacerlo también. No sabemos cuándo pueden volver.

Asiento y el me tiende una mochila. Yo la cuelgo en mi espalda. 

-¿Tienes bien la herida? No se te ha descosido ningún punto ¿verdad?

-Tranquilo, va bien para mi suerte. -responde.

Él abre la puerta con cuidado. Mirando a los lados, viendo que no hay peligro sale, y yo voy detrás.

-Hay que ir rápido no se donde se han podido ir los rogues o si solo están escondidos. -susurra.

Asiento en respuesta. Corremos mientras cruzamos la ciudad, yo intento no hacer mucho esfuerzo con el muslo, pero hay momentos en el que dan pequeñas punzadas de dolor. Ningún coche que hay cerca parece en buen estado. Todos están demasiado destrozados.

Después de un rato corriendo escuchamos pisadas y de inmediato los dos nos escondemos en un callejón. Yo intento controlar mi respiración. Este callejón no esta muy iluminado así que es posible que no nos vean.

Varios rogues -unos siete- andan coordinadamente rodeando algo, aunque ni Daemon ni yo reconocemos que o quien es. Caminamos por el callejón y torcemos hacia la derecha. Corremos a la vez recto una calle bastante largo. Cuando volvemos a encontrarnos con una calle que se conectan por donde pasaban antes los rogues paramos en seco.

Me quito el pelo que me ha caído en la cara y me lo pongo detrás de la oreja mientras Daemon mira por el callejón, el al ser hombre lobo tiene mejor vista que yo. Le lleva un tiempo visualizar algo, los rogues se han parado pero siguen en la misma formación que antes, rodean algo, posiblemente alguien.

Tengo la respiración muy agitada y solo pienso en que por favor no nos encuentren. Estaremos perdidos si nos encuentran, hay que irse y dejar que ellos sigan su camino para que no interfieran en el nuestro.

Daemon me mira y yo solo identifico preocupación en su mirada.

-¿Qué has visto? -le pregunto.

Lo que no sabía era que su respuesta me dejara tan horrorizada.

-Los rogues están rodeando a Niall.

Y todo mi plan se va a la mierda cuando termina de pronunciar su nombre.

Y.... ¡Niall volvió a aparecer!

¿Qué tal el capítulo?

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JULY❤️