Savaş/Batalla
3 de marzo de 1644
Los meses habían pasado y los Şehzades estaban retrasados para la guerra, esto gracias a su madre o abuela respectivamente. Después del retraso, todos salieron de la jaula dorada para dirigirse —algo confundidos—, al harem.
Al llegar, todas las Sultanas estaban presentes, iniciando por Kösem y sus hijas y finalmente las esposas de los Şehzades mientras, Fatmagül miraba atrás de Nur Sultan partir al padre de su hijo.
Cada uno de los Şehzades se despidieron de cada Sultana, dispuestos a regresar victoriosos y, recordando la cena de año nuevo donde todos estaban felices. Una felicidad que desaparecía.
—Cuídense —les pidió Kösem Sultan, preocupado. —Allah guiará su espada.
Todos los Şehzades sonrieron.
—No temas, madre —pidió Murad. —Regresaremos con bien.
—Hay muchos soldados y provisiones, saldremos ganando —aseguró Mahmud.
—Allah te escuche.
—Amén —dijeron en coro los Şehzades y Sultanas.
—Nos tenemos que ir —avisó Selim.
Kösem Sultan asintió para posteriormente los Şehzades darle una última sonrisa a su madre o abuela y salir del lugar contemplándolo por última vez su hogar ya que sabían que algo malo podría pasar.
Los Şehzades hicieron una fila empezando con Murad y seguido por Mahmud, Süleyman, Kasim, Ibrahim, Selim y terminando con Mehmed para después subirse al caballo de cada quien.
Una nueva guerra se estaba por librar. ¿Ganaremos? Se preguntaban todos.
—Debemos de regresar a nuestros deberes —dijo Kösem a sus hijas y nueras, dispuesta a irse, sin embargo, antes de poder dar vuelta en el pasillo, escuchó los problemas.
—Fatmagül, tráeme algo de tomar —ordenó Hümaşah.
—Es mi sirvienta, no puedes ordenarle nada —dijo Nur.
—Sigue siendo una sirvienta y de ahí no pasará, no deberías defenderla tanto.
—¿Qué tienes contra ella? —le preguntó mi hija Gevherhan. —Déjala en paz.
—Sultana, no tengo nada contra ella. Sólo quiero agua.
—Tiene manos —le respondió Fatmagül.
—¡Insolente! —le gritó Hümaşah.
Kösem las regresó a ver y vio como Hümaşah tiraba al suelo a Fatmagül.
—¡Ya basta! —gritó Kösem, regresando.
—Sultana —dijo Hümaşah, apenada.
—¡Discúlpate! —le ordenó, enojada.
—Sultana, es una sirvienta. No tengo porque disculparme.
—¡Tocaste a una mujer embarazada de un Şehzade del imperio!
Ella la miró confundida, viendo detenidamente a la mujer en el piso. Su ropa holgada impedía ver su vientre de seis meses por lo que nadie sabía de su embarazo más que Kösem Sultan, Gevherhan Sultan y Ayşe Sultan, hijas de dicha Sultana. La ropa holgada era obligatorio para todas las criadas al momento en que Fatmagül cumplió 3 meses para así no dar sospechas a nadie y funcionó.
—¡Discúlpate o te cortaré la lengua! —la amenazó Kösem.
—Discúlpeme, Sultana —se disculpó Hümaşah con Fatmagül.
Nur ayudó a Fatmagül a ponerse de pie y al hacerlo, ésta tocó el vientre de quien ya era su amiga y comprobó lo que Kösem dijo, sí estaba embarazada.
Meleksima miró sorprendida a su nueva enemiga y Hümaşah enojada por el simple hecho que ella no podía quedar en cinta hace tiempo, todo gracias a Meleksima que la había dejado estéril hace ya varios meses.
Mohács, Hungría, 24 de marzo de 1644.
Todo había cambiado de un momento a otro. Cuando los Şehzades menos lo esperaron, ya estaban en Mohács, lugar donde hace muchos años el Gran Sultan Süleyman El Magnífico pisó sus tierras en una batalla donde ganaron pero, nada aseguraba la victoria en ese momento. Cerca a los otomanos se encontraba el representante de Fernando III de Habsburgo rey de Hungría y Rey de Bohemia junto a su ejército.
Las ventajas de los otomanos eran muchas, empezando con que eran muchos visires que pelearían e idearían un plan para obtener la victoria.
Kemankes salió de la carpa principal y se dirigió con los Şehzades.
—Está todo listo, Şehzades —avisó, Kemankeş.
Todos los Şehzades asintieron para ponerse frente a su ejército, dispuestos a darles palabras de aliento antes de iniciar la batalla.
Mahmud, Süleyman y Mehmed estaban en caballos mientras los demás en el suelo. Claro, no dudarían mucho en los caballos pero, también era bueno atacar por lo alto.
—¡Otomanos! —gritó Murad, llamando su atención. —¡Hoy, nos enfrentamos a un ejército poderoso, muchas vidas se perderán pero, nuestro respeto regresará!
—¡Sí! —gritó el ejército.
—¡Hoy! —gritó Mahmud —¡Venceremos a los que nos ofendieron, aplastaremos al enemigo!
—¡Sí! —volvieron a gritar.
—¡Nuestro honor regresará! —gritó Ibrahim.
—¡Sí!
—¡Nuestra victoria llegará! —gritó Mehmed.
—¡Sí!
—¡Recuerden! —gritó Kasim. —¡Todos somos uno solo!
—¡Somos el imperio!
—¡No le defraudaremos al imperio! —gritó Süleyman.
—¡No defraudaremos al imperio!
—¡Vamos a ganar! —gritó Murad.
—¡Sí! —gritaron los soldados.
—¡Por el imperio otomano! —gritó Murad.
Después, los saldados, visires y Şehzades empezaron a marchar a paso lento rumbo al enemigo con las banderas del imperio en alto. La batalla estaba por comenzar.
Al estar a unos 200 metros frente al enemigo, los otomanos y húngaros, decidieron que era momento de empezar la batalla. El plan para los otomanos ya estaba, ahora faltaba que funcionara.
Los húngaros alzaron sus espadas y empezaron a correr hacia los otomanos dando por inicio la pelea.
—¡Por el imperio! —gritó Murad alzando su espada corriendo hacia el enemigo.
—¡Por el imperio! —gritaron los Şehzades imitando su acción.
—¡Por el imperio otomano! —gritaron los soldados haciendo lo mismo que los Şehzades.
—¡Ah! —gritaron todos.
Conforme se iba avanzando, los Şehzades se ponían más nervios, antes habían liderado grandes batallas pero, ninguna se comparaba contra los húngaros. Los húngaros tenían a los Hasburgo y los otomanos a ellos mismo.
Al estar a pocos metros del enemigo, de los arcos fueron lanzadas las flechas, las cuales cayeron en el enemigo húngaro. Por parte húngaro, también lanzaron las fechas sin contar que los otomanos se protegieron bien e hirieron muy poco y los heridos aún peleaban.
Murad dio el primer golpe, luego Kasim y así sucesivamente hasta que todos los Şehzades habían golpeado o habían sido golpeados.
Murad derribaba con facilidad junto a su enorme mazo, Mahmud mataba sin piedad, Süleyman provocaba grandes golpes, Kasim se enfrentaba contra quien sea y como fuera su complexión, Ibrahim era rara vez golpeando y provocaba grandes daños al enemigo, Selim manejaba dos espadas letales contra los húngaros y Mehmed junto a su hacha lo hacían temible ante aquel enemigo. Golpes recibían los Şehzades y golpes regresaban. Por otra parte, los visires peleaban a la par con los Şehzades y no era para menos, estaban Kemankeş, Ahmed y el joven Mustafa que era temible, sin embargo, el más importante era Kemankeş.
Los cañones empezaron a sonar, temiendo ambos lados por los muertos y heridos.
La batalla pasó entre varios cañonazos, flechas, sangre, sudor, miedo, nervios, muertos y valentía. Dando a conocer a un sólo vencedor: Otomanos.
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BÚSQUEDAS DE MAHPEYKER KÖSEM SULTAN.
Fue consorte del sultán Ahmed I y madre de la mayoría de los hijos del Sultan. Fue regente de todos sus hijos y nieto. Posteriormente fue Valide de su hijo Murad IV.
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¡Hola!
¡Nos leemos!
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