Querida brisa...
La verdad es que no me he estado sintiendo muy bien, la noche se aproxima cada vez más y soplas con tanta fuerza que me da miedo salir de mi casa.

Querida lluvia...
Siento mucha melancolía, cada vez que decides cubrir mi día con tus nubes y relámpagos me dan ganas de quedarme sentada allí afuera, solo para ver si me arrastras junto con las fuertes mareas.

Querido atardecer...
Ya sé que me intentas demostrar que hay cosas muy bonitas, pero ¿cómo hago para que ese sentimiento me dure para siempre?

Y querida luna
Siento que tú me entiendes, porque la mayoría del tiempo estás rodeada de oscuridad, sin embargo aún no lo logro entender... ¿Cómo es que sigues brillando con tanta intensidad?

Yo también quisiera brillar como tú, pero a veces se me olvida que mi chispa tomó partida junto a esa bella silueta, que en el despertar de aquella sombría y dolorosa mañana siguió su camino hacia el tren de la vida.