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Capítulo 11


Alan


Estaba sorprendido de verla allí. 

Daniel y su noviecita habían ido a verme, incluso Daniel me alcanzó algo de comer justo después de que terminó la partida, ya que no pude comer nada antes de llegar. No solo ganamos, sino que aplastamos al equipo contrario. Pobres bebés llorones que se irán a casa sin ganar nada. Soy un profesional en esto. Este lugar no es para novatos, pero hay muchos aspirantes a grandeza que buscan algo más.

Me era fácil juzgar a cada uno de los equipos mientras salía a competir, hasta que la vi a ella. Me quedé pálido, no sabía que jugaba. Eso solo le sumaba puntos, y eso me asustaba. No quería que ella destacara entre las demás.

La novia de Daniel me miraba con diversión mientras mirábamos a su amiga competir. Y la verdad es que no lo hacía nada mal, pero seguía siendo una novata. No pude evitar preguntarme cómo sería el momento en el que me tocara enfrentarme contra ella y la eliminara del torneo. Porque no la dejaría ganar, por más que me provoque cosas.

—No bebas mucho, a menos que quieras que pase lo último de la última vez —le digo, mirándola con curiosidad.

Vinimos a celebrar con Daniel y su novia el hecho de que nuestros equipos habían pasado la ronda de preselección. Aun me sorprende que ella haya pasado, no es que haya jugado de forma extraordinaria.

—¿Estás preocupándote por mí? —sonríe con burla.

—No, que va—miro hacia otro lado, tratando de mostrar desinterés.

—Eres muy raro—me chuza el hombro con su dedo índice, como si me estuviera examinando—. No es la primera vez que lo haces. A veces eres el mejor tipo de todo el mundo, pero otras veces es como si parecieras un cretino.

Me sorprende que diga algo así con tanta facilidad, por su sonrisa no sé si está hablando en serio o solo se burla de mí. Sonrío, esta mujer cada vez me sorprende más. Pero es mejor que no la tenga mucho bajo la mira, o podría empezar a involucrarme de más. El sábado bajé la guardia y eso no puede volver a pasar.

—Tal vez soy un cretino—le digo.

—No creo—sonríe—. Tengo mis pruebas.

—Vaya, que bien te llevas con Valeria, amigo—se burla Daniel, mirándome. Mierda, ya he dado mucho de qué hablar entre mis amigos por culpa de ella—. Podrían entrenar juntos.

Claro que no.

—Somos rivales, no podemos entrenar juntos—me rehuso—. Además sería revelarle secretos al enemigo.

Pastelito me mira extrañada, como tratando de leerme de nuevo. Tengo que tener cuidado con ella, suelo perder el control demasiado seguido. Pero ella es tan cálida y es agradable. Aun así, lo que consigo con ella podría conseguirlo con cualquier mujer. Tengo miedo, porque sé que voy a volver a caer en algún momento.

Ella se lleva el vaso de cerveza y lo bebe de golpe. Cuidado, te puedes emborrachar muy rápido.

Me pongo recto, dándome cuenta de que llevo buen rato vigilando que no tome demasiado. ¿Es porque no quiero encartarme con ella de nuevo y llevarla hasta su apartamento? ¿O porque me preocupa?

Aire. Necesito aire.

—Disculpen, tengo que ir al baño.

—¿Quieres que te acompañe? —pregunta Daniel, sonriendo con burla.

Le saco el dedo medio y me voy de ahí. Ni siquiera me importa que se pregunten que pasó conmigo. Necesito poner distancia entre ella y yo cuanto antes. Con ese pensamiento en la cabeza saco mi teléfono y le marco a Jessica. Ella sabrá entretenerme antes de que pierda la cabeza. Sí, sexo, eso es lo que necesito. Después de eso, ya no pensaré en pastelito otra vez.


¿Por qué no funcionó?

Estoy mirando hacia el techo mientras Jessica me dice algo.

—Fue grandioso—ronronea—. Llámame cuando quieras, hay que repetirlo.

Me pongo el brazo sobre los ojos. ¿Por qué solo estaba viendo a pastelito y no a ella? ¿Qué mierda me pasa? No puedo haber caído tan rápido, no tiene ningún sentido. Además ella no va al mismo ritmo que yo.

No puedo haber caído. No puedo.

—¿Qué pasa? —pregunta Jessica, quitándome el brazo de los ojos—. ¿Tan mal fue?

—Déjame solo—murmuro.

Mi petición le extraña, pero no pregunta mucho y simplemente se va. Así funciona esto, es solo sexo, ella no pregunta por mis cosas y yo no pregunto por las de ella. Es solo algo casual. Pero a veces en medio de la soledad de mi apartamento no puedo evitar extrañar esas cosas. Y cuando pienso en que pastelito está al otro lado de la pared, ella se sentirá de la misma forma.


Son las once de la mañana, estuve toda la noche fuera, pero en vez de sentirme mas relajado como suele pasar, ahora estoy mas estresado. No quiero darle la razón al estúpido de Daniel, y sé que los demás también se burlarían. Juan David tampoco es que tenga derecho a hablar, sé que también tiene fichada a alguna mujer.

Antes de que logre cerrarse el ascensor, una mano de uñas pintadas agarra las puertas y unas bolsas de compras me obstaculizan el camino. La figura detrás de ellas hace malabares, como si no pudiera ni con su propio peso. Ruedo los ojos, pero entonces veo que un tubo de crema dental sale volando.

—¡Mierda!

Trato de contener la risa. Pastelito se ve ridícula tratando de recoger las cosas que se le cayeron mientras evita que se le caigan las bolsas. Es tan torpe. Agarro las bolsas por ella y la miro con una sonrisa. Sus ojos curiosos animan mi día casi al instante. 

—Ah, eres tú—dice cortante, y vuelve a agacharse.

Me agacho frente a ella para ayudarla a recoger las cosas, aunque solo es una excusa para verla mas de cerca. Su piel es blanca y suave, hace que me pregunte como se sentiría acariciarla. Como se sentiría tocar su mejilla, rozar mis labios con los suyos, compartir el aire y luego-

—Deja de mirar mis compras—farfulla. Parece molesta. Eso si es despertarme de golpe—. Es grosero.

¿Lo dice por las toallas femeninas con alitas que salieron volando hacia una esquina del ascensor?

—No hagas mas esto, tonta—me burlo—. Necesitas de un hombre fuerte que cargue tus compras.

Yo podría acompañarla a hacer las compras, en vez de que siga tirando tubos de crema dental y toallas higiénicas por ahí.

—¿Un hombre fuerte? —finge mirar alrededor—. Pero no veo ninguno.

Sí, está molesta. Sarcástica y molesta.

—No trates de hacerme favores si vas a comportarte como un cretino—me sermonea con ojos molestos.

El ascensor se abre.

Echa su cabello para atrás en una señal de rabia y con sus compras echa a andar hacia su apartamento. Aunque no debería preguntarme por qué, me lo pregunto. ¿Y a esa qué bicho le picó?

🎮

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Askdjasldja a veces algunos hombres son muy ciegos. Yo también, a veces, aunque no soy hombre :v pero se entiende.

¿Ustedes si entendieron por que está molesta? XD



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