Uno: Seulgi.
-¿Ya sabes a quien le regalarás algo este viernes? -Su amigo Sehun le ofreció una galleta del paquete que tenía en las manos.
Ambos estaban en el pasillo recargados en sus respectivos casilleros.
-¿viernes? ¿Qué ocurre el viernes? -Acepto la golosina, no tardo en morderla.
-Kang Seulgi, no me digas que lo olvidaste. -No hubo respuesta de su parte, lo miro fijamente esperando que continuara. El chico soltó un pequeño bufido antes de seguir hablando. -Es San Valentín.
Catorce de febrero del año 2020, falta menos de una semana para que ese día anhelado por muchos y quizá odiado por otros llegue. Para Kang Seulgi no es algo tan importante, no tiene nadie a quien darle un obsequio y está completamente segura de que nadie se preocupara por ella. Lo único que le importa de ese día es el maratón de películas románticas que transmiten en la TV y disfruta junto a su madre.
-A mi amor platónico. -Ella respondió a primera pregunta de su amigo sin darle mucha importancia, como si hablara de la tarea que no hizo. Estiro su mano hacia su amigo para quitarle una galleta más.
-¿tienes un amor platónico? ¿Quién es? ¿Por qué no sabía? ¿es porque soy un chico que no me tienes confianza? -Por la impresión, Sehun bajo su mano, impidiendo así que ella tomara otra galleta.
-Tranquilízate Sehun, es una broma. Sabes que confió en ti.
-Pero Seulgi, si tienes un amor platónico aprovecha esta fecha y confiesa tus sentimientos.
-No soy lo suficientemente valiente para hacerlo, lo sabes muy bien.
-Sí, pero puedes encontrar una manera de hacerlo, por ejemplo, una carta anónima en el buzón del amor.
Debido a que se celebraría un festival después de clases, se prepararon diversas actividades para que los alumnos -principalmente los de ultimo año- se divirtieran y lo disfrutaran al maximo. El buzón del amor era lo que más había llamado la atención, ya que todos morían por la curiosidad de si recibirían una carta o si recibirían una respuesta positiva a las que habían mandado.
Por la cabeza de Seulgi se cruzó la idea de escribirle una nota a Kim Jongin, el chico que había llamado su atención desde hace tiempo. Estuvo a punto de hacerlo, pero se rindió cuando imagino lo ridículo que sería ser rechazada por alguien que quizá ni sabe su nombre.
"Realmente no nos conocemos, solo una vez hablamos, sería tonto esperar algo de él." Pensó.
Su primer -y única- interacción había sido durante la fila para pedir en la cafetería, ella se había colocado detrás de él -estaba demasiado nerviosa- cuando de repente el chico volteo y pronuncio un Hola acompañado de una ligera sonrisa.
Seulgi respondió de la misma manera, sus nervios aumentaron aún más, miles de escenarios cruzaron por su mente, ¿acaso sabe quién soy? ¿será este el inicio de una amistad? son unos ejemplos.
Después de eso, no han vuelto a coincidir de esa manera. La chica prefiere observarlo andar por los pasillos e imaginar que en algún momento se conocen e inician una relación.
Pero ahora que Sehun lo volvía a mencionar la tentación por escribir una nota anónima había vuelto a surgir.
-¿Me dirás quién es?
-No sé cómo se llama.
-¿Hablas en serio?
-No, hace poco lo supe, es solo que pertenece a una clase distinta a la nuestra.
-¿Me dirás quién es? -El chico repitió.
-Oh Sehun, basta. No lo diré ni escribiré nada para él.
-Deberías hacerlo, por lo menos anónimamente.
El momento de volver a las aulas había llegado, su pequeño descanso termino y si ellos no corrían llegarían tarde a la clase y quizá se ganarían un retardo o en el peor de los casos, una falta.
El resto del día, la idea de la carta anónima la atormentaba. Imaginaba como debería hacerla o que debería escribir. Cuando estuvo sola en su habitación estuvo a nada de golpearse ella misma contra la pared, ella ya le había escrito cartas a su amor platónico, incluso lo había dibujado algunas veces, pero como todos esos obsequios permanecían en lo más oculto de su armario los olvido por un tiempo.
Todo estaba dentro de un sobre bolsa de papel color amarillo, extendió el contenido sobre su cama, reviso cada una de las cartas, tenían la fecha en la que había sido escrita en una esquina, los organizo de la más antigua a la más reciente y después las leyó, todas con una caligrafía distinta la que normalmente usaba, se había esforzado demasiado en hacer algo perfecto y ocultar que ella era la remitente por si alguna vez alguien las descubría.
La primera de todas era una pequeña nota con solo tres palabras y un pequeño dibujo de Snoopy en una esquina.
-Realmente estoy enamorada, esto es muy cursi. -Para cuando termino ya habían pasado un par de horas. -Está bien, lo hare.
Con suma delicadeza volvió a armar el paquete de cartas y dibujos, antes de meterlas en la bolsa de papel las ato con un lindo listón color amarillo, el cual tenía un estampado de pequeñas líneas blancas.
Escribiría en un trozo de hoja de color el nombre y clase del chico, lo pegaría en el sobre y mañana cuando nadie lo notara, metería eso al buzón.
"Lo hare, mandare algo anónimamente", le envió un texto a Sehun, quien no tardo más de un minuto en responder una felicitación por ser muy valiente.
Incluso le dijo de su gran misión a su prima favorita, ella también la lleno de preguntas, las cuales si respondió extensamente. Sabía que su prima no conocía a nadie de su escuela -o eso parece- así que no habría problema de que sea blanco de burlas y momentos vergonzosos frente a su amor platónico, porque también, ella vive en una ciudad diferente y se ven durante las vacaciones.
. . .
Al día siguiente, Seulgi llego muy temprano. No había nadie cerca, pudo meter el gran sobre sin ningún problema. Lo único que casi le provoca un infarto fue encontrar a la maestra organizadora del festival próximo a celebrarse, que también le da clases de cálculo.
-Señorita Im, me asusto. Buenos días. -Inclino su cabeza ante ella.
-¿Estabas metiendo una carta? -La maestra pregunto emocionada.
-No, digo, si, Sehun y Yerim me tomaron como mensajera y me mandaron a meter sus cartas.
-¿No querían arriesgarse a ser descubiertos?
-Sí, son algo cobardes respecto al amor. -Como yo, quiso agregar.
-¿No piensas enviar alguna de tu parte?
-No, no hay nadie por ahí que se lo merezca. -Respondio mirando sus zapatos, era capaz de sonrojarse por estar mintiendo.
-¿Y crees recibir una tú?
-No lo sé, no lo creo. Nunca recibo algo, ya me acostumbré.
-Las cosas pueden ser distintas este año, pero Seulgi, ¿puedo pedirte un favor?
-Claro.
-¿Podrías entregar todas las cartas? No sola obviamente, puedes pedirle a Sehun y Yerim que te acompañen. Es que me quien iba a hacerlo enfermó.
-Claro, nos encargaremos de eso.
-Gracias, me aseguraré de conseguirles algunos puntos extra.
-Muchas gracias señorita Im.
Hizo una reverencia antes de marcharse a su aula. Sehun ya estaba ahí cuando llego, le conto sobre su nueva tarea, él lo rechazo, pero después de un par de suplicas y escuchar que la maestra Im Yoona le daría puntos extra acepto.
Y ahora, Seulgi esperaba con ansias el día de San Valentín.
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