La cita con Seungwan no había sido lo que esperaba, mejor dicho, ella no era quien creía. Se había equivocado y había confundido a Son Seungwan con la chica de sus cartas. Todo sucedió de la siguiente manera.

Jongin espero a la chica por diez minutos en el lugar acordado, ella llego con los labios rojos y el cabello atado, supuso que su retraso se debía a que se estuvo arreglando para su cita. Bien, eso no tiene nada de malo.

Caminaron hasta la plaza más cercana, irían por un helado. Jongin quería ir en autobús, pero ella se negó. Él creyó que quizá porque no estaba contemplado gastar en el pasaje, así que dijo que pagaría por ambos. Seungwan se sintió algo ofendida y después le explico que es adicta al ejercicio y que siempre caminaría incluso bajo la lluvia.

Le agrado que la chica fuera deportista, pero cuando ella le pregunto si él practicaba algún deporte, Jongin fue sincero y respondió que no, que prefiere pasar el rato sentado observando a los demás correr.

Y aunque ella no dijo nada al respecto, vio la desilusión en su mirada.

"Quizá quiere a alguien deportista."

En la heladería discutieron –en broma, obviamente– sobre cuál era el sabor de helado más delicioso, por más que Jongin argumentara a favor del sabor menta, ella jamás bajo la guardia sobre que el de uva era el mejor.

Se divirtieron mucho en ese momento. A Jongin le gusto su actitud ante defender lo que le gusta.

Entonces recordó la nota donde mencionaba que su mamá no le daba libertad para elegir sobre su futuro y la segunda donde le mencionaba que carrera había elegido.

– ¿Ya tienes elegido que estudiaras en la universidad? –Pregunto él.

Asintió. –Periodismo, ¿y tú?

Oh, genial periodismo... espera ¿Qué?

– ¿Periodismo?

–Sí, es mi pasión. Mi gran sueño seria aparecer en las noticias. ¿Y tú? –Repitió su pregunta.

–Bioquímica.

– ¿Qué es eso?

Le dio una breve explicación sobre que es la bioquímica y que se puede hacer con ella. Seungwan entendió todo a la perfección, incluso le hizo preguntas al respecto.

El interés que puso sobre su futura profesión le agrado demasiado, ya iban tres cosas a su favor –su belleza era una de ellas–. Trato de olvidarse un poco de las cartas, concluyo que quizá ella quería acercarse a él de una manera diferente, como cualquiera acostumbraría a hacer.

Siguieron conversando, de otro tema distinto. Salió a la luz los pasatiempos de ambos.

–A mí me gusta leer mucho, es lo que solía hacer todas las tardes antes de que empezara a asistir a cursos de preparación.

– ¿Solo eso?

Si ella respondía algo relacionado al dibujo significaba que no había error en su elección, su sexto sentido no había fallado, que todos los presentimientos eran ciertos.

Pero si no lo hacía, no cabía duda, ella no era.

–Quizá ver series, mi favorita es The vampire diaries. La he visto dos veces todas las temporadas, incluso compre el DVD por si algún día deja de estar en internet.

–No la he visto, lo siento, pero no soy capaz de debatir contigo sobre ella. Solo he visto Gotham.

–Y yo no he visto esa, la incluiré en mi lista para verla en las próximas vacaciones.

–Hazlo, es genial. –Jongin se levantó un momento para tirar la basura que había sobre la mesa. –Leer y ver series, ¿nada más? ¿No te gusta dibujar?

–Soy pésima dibujando, apenas y me sale bien un circulo sin usar un compás o una tapa de mayonesa.

–¿Enserio? Hubo una vez que visité a Kyungsoo en su salón y te vi sosteniendo una gran cantidad de colores. Creí que dibujabas.

–Déjame recordar. –Coloco sus dedos en su barbilla, la típica pose del pensante. –Me gustaba colorear mucho, solía tener libros para colorear, pero desde el primer año no lo hago. Aún conservo colores, pero los utilizo para adornar mis apuntes, quizá me viste terminando mis apuntes.

–Yo creo que sí.

Entonces que significaba eso, ¿se había confundido de chica? Si, está demasiado claro que sí.

Es hora de continuar con la búsqueda.

. . .

– ¿Qué música escuchas?

Un último intento, antes de dar por perdida esta batalla. Iban en un autobús de camino sus respectivas casas, ya que se le haría más tarde a Seungwan si caminaba hacia su casa, Jongin pudo convencerla de subir al transporte.

–Me gusta nuestro pop, aunque conozco más idiomas aparte del coreano, el k–pop es de lo mejor que hay.

– ¿Te gusta Chungha?

–He oído sus canciones, pero no, no es mi estilo. Prefiero mil veces a Ailee o Jessi. Realmente amo a Jessi.

–Entiendo, ambas son buenas. He escuchado algunas de sus canciones, tengo dos amigas con las que podrías pasar horas hablando del pop coreano.

– ¿Y tú que escuchas Jongin?

–Me gusta Eminem, es decir, escucho rap y otros géneros similares. También me gusta Drake.

–Genial.

Se mantuvieron en silencio hasta que llegó el momento de que Seungwan bajara.

–Adiós Jongin, nos vemos en la escuela.

–Adiós Seungwan.

Muy bien, estaba más que confirmado, ella no había mando el sobre bolsa amarillo.

–Puedes pedirle a Eunha que te ayude, es tu novia.

–Estamos peleados.

– ¿Qué paso?

Seulgi freno para mirar a su amigo, Sehun busco un lugar para sentarse, al no haber, se cruzó de piernas sobre el asfalto. Palmeo la banqueta para indicarle a su amiga que también se sentara.

<<Esto va para largo>>, pensó ella.

En conclusión, a Eunha no le agrado tanto que Sehun ayudara a su nueva amiga Sowon a cargar con algunos libros, cuando se encontraron en los pasillos de la escuela. Ni que ambos regresaran de la biblioteca a las grandes risas.

–No lo hiciste con mala intención, pero tienes novia y debes ser reservado, más cuando se trata de ayudar a una chica linda. Si me pongo en el lugar de Eunha la entiendo, me sentiría insegura, pero si hay confianza en la relación, si los sentimientos son fuertes, entonces no hay porque sentir inseguridad. Pero bueno, depende de cada quien.

–Me ignora, incluso me bloqueo no puedo enviarle mensajes ¿debería comprarle un regalo?

–No todo se arregla con obsequios, pero si podrías darle algo, no es mala idea. Hazla sentir especial, ella lo es. Lo merece.

–Vamos a la plaza entonces.

–No quiero, tengo sueño.

–Kang Seulgi, vamos a la plaza, no está lejos. Y ya no insistiré en que me ayudes con mi tarea.

–Bien, vamos.

Por suerte no se habían alejado tanto de la escuela, así que fueron a la plaza más cercana. Mientras llegaban, Sehun preguntaba que podría regalarle a su novia.

–Es el primer regalo que le doy, apenas llegaremos al mes.

– ¿Un peluche?

–Para conmemorar nuestros 30 días juntos le regalare un ramo de flores y un llavero.

–Entonces ahora busca un peluche. –Señalo una tienda.

Sehun no espero mucho y corrió hasta ella, Seulgi iba a ir tras él, pero por alguna extraña razón volteo, detrás de ella estaba una boutique, una tienda de cosméticos y una heladería, en donde Jongin y la chica de la otra vez compraban un helado.

–Da igual, que sea feliz yo tenía más amor para darle.

Suspiro y camino hacia su amigo, quien había entrado ya en una crisis por no saber que peluche elegir.

. . .

Un pequeño Pikachu fue lo que compro Sehun, ambos salieron de la plaza, Seulgi llamo a Eunha para preguntarle si estaba en casa y si su padre no estaba ahí. Ella rápido sospecho la verdadera intención de su llamada, que su novio estaba detrás de todo. Aun así, respondió con la verdad, ella quería reconciliarse con él.

–Dice que te ve en la tienda de la esquina a una cuadra antes de su casa.

–Gracias Kang, eres la mejor.

–Lo sé y recuerda alejarte de las chicas guapas.

–Solo Eunha.

Cada uno tomo rumbos distintos, Seulgi hacia la parada de autobuses, Sehun a la casa de su novia.

Tuvo suerte de que el bus no tardara tanto y que pudo ser de las primeras en subir, así tendría un lugar asegurado.

Cuando estaba ya bien acomodaba, se dio cuenta que el lazo de sus zapatos estaba suelto, con un poco de dificultad se agacho para atarlo. Poco después el vehículo arranco.

– ¿Qué música te gusta?

Ya llevaba algunos minutos avanzando, al oír tal pregunta se asustó. Ella conocía esa voz.

–Me gusta nuestro pop

Discretamente volteo y visualizo lugares atrás a Jongin junto a la chica.

Resbalo ligeramente de su asiento, eso le sirvió para ocultarse de ellos. Lo primero que pensó fue que de seguro subieron cuando ella estaba distraída. Trato de no perder la postura, respiro profundamente y se dedicó a escuchar la conversación.

–Él cree que ella soy yo.

Concluyo aquello después de que se despidieran. Cuando bajo, Jongin seguía ahí, se bajó el cabello de tal manera que le cubría casi toda la cara, como si fuera el personaje de aquella película de terror conocida donde al ver una cinta te quedan siete días de vida.

Se sintió a salvo al estar a una cuadra de distancia de su hogar.

–Se acercó a ella porque me está buscando.

Comenzó a brincar de felicidad logrando atraer la atención de algunos de sus vecinos. Se disculpó y corrió al interior de su hogar.

Tuvo que esperar unas horas para poder llamar a su mejor amigo.

–Tienes que saber que paso después de que nos despedimos.

–¿Te encontraste con Yixing?

–No, nada de eso.

–¿Entonces?

–Viaje a casa en el mismo autobús que Jongin y otra chica, con la que tuvo una cita rato atrás.

–¿Eso que tiene de bueno? Debe ser doloroso para ti.

–Lo era, hasta que accidentalmente escuche su conversación. En resumen, él me está buscando. Busca a la chica que le envió un gran sobre el día de san Valentín.

–¿Cómo estas tan segura?

–En los dibujos que envié agregue notas con títulos de canciones, mis favoritas y las adecuadas para dar un mensaje secreto y hoy Jongin le pregunto a la chica sobre la música que escucha y sus gustos son totalmente distintos a los míos.

–¿Eso es bueno o malo?

–La esperanza no ha muerto, tengo una oportunidad. –Dijo emocionada.