Capitulo (19)
Eran las 7 de la mañana, Cristian nunca pensó que amanecería un día tan preocupado, molesto con él mismo. La noche anterior al agarrar a los hombres que estaban en esa casa, los encerraron y a las chicas las internaron, el detective había enviado a cada uno para su casa y que descansaran, que al siguiente día volvían a seguir. Hoy interrogaran a los hombres que agarraron, así que a las 7 de la mañana Cristian ya estaba llegando a la comandancia, cuando ya estaba ahí, no habían llegado Nicolás y tampoco sus padres, preguntó por el detective Carlos Cruz y le dijeron que esperara.
•Buenos días Cristian• Dice Carlos.
•No tienen nada de buenos•
•Lo sé, no pude dormir en toda la noche, de solo pensar que habían casos muchos más importantes, como esas 7 chicas que hacían con ella lo que quisieran y sé que como ella hay muchas más y Nicol entra en ese grupo•
•Lo sé, ¿Ya interrogaron a los otros hombres?•
•No, estaba esperando a algún familiar de Nicol, pero ya estas tu aquí, así que comencemos•
•Vamos•
•Por cierto el padre de Nicol está hospitalizado, parece ser que le dio un ataque, aun no estoy seguro, pero pienso yo, que deben ser los nervios por su hija•
•No sabía nada de eso, pero me imagino que si•
•Él no está pasando por un buen momento•
•Ninguno de nosotros lo estamos, te juro que hasta no vea a Nicol y la tenga entre mis brazos, no voy a estar tranquilo•
•Lo se•
Cristian se encontraba viendo y escuchando el interrogatorio, que Carlos le estaba haciendo a uno de los hombres.
•¿Conoce usted a esta chica?• Pregunta el detective mostrando una foto de Nicol.
•No, no sé quién es•
•¡MENTIRA!• Grita Carlos y golpea la mesa • ¡Di la verdad!•
•Si, si se quién es• Responde todo acobardado.
•¿Quién?•
•Es la chica que Miguel Lauter nos mandó a secuestrar•
•¿Dónde está?•
•No sabemos•
•¿Por qué no saben?•
•Nosotros trabajamos con secuestros y hay un superior que compra a las chicas que más les gusten, nosotros se la vendemos•
•¿Dónde está Ella?• Pregunta volviéndole a mostrar la foto y añade • ¿Por qué no estaba en la casa donde estaban esas 7 chicas?•
•A mi jefe y a mí nos quedan las chicas más regulares, las que no son vírgenes, pero como Esa chica era virgen, él se la llevó, bueno, la compró•
•¿Quién es ese imbécil?•
•Se hace llamar el amo, nunca hacia eso de comprar chicas vírgenes, siempre compraba chicas que no lo eran, pero esa niña le gustó mucho y ya es de él•
•¿Qué les hace?•
•Tiene sexo con ellas cuando él quiere, las tortura•
•¿Dónde podemos ubicar a ese hijo de puta?•
•No sé, nunca hemos sabido información acerca de él, solo lo hemos visto•
•¿Cómo es?•
•Alto, rubio, figura atlética, pisa los 30 o 35 años•
•¿Tiene algún tatuaje, algo que nos ayude a diferenciarlo?•
•No sé, no lo detallo•
•Muy bien, llévenselo•
•¿Me dejaran libre?•
•No•
•Pero he dicho todo lo que se•
•Por eso no vas a salir de aquí•
Se llevan al hombre y Cristian se acerca al Detective.
•Prácticamente no nos dijo nada, ¿Cómo vamos hacer?• Pregunta Cristian.
•No sé, al menos nos dijo un poco como era ese hombre•
•Igual quedamos en las mismas, ¡Maldita sea!•
•Tranquilízate, hay que tener paciencia•
•No puedo, ¿Oíste lo que dijo?, Que el tipo ese hacia lo que sea con las chicas que agarra, ¡¿cómo quieres que tenga paciencia?!•
El detective queda callado.
Nicol despertó, pensando que estaba en su casa, pero no era así, aún seguía en esa casa, cuando abre los ojos por completo, escucha la cerradura de la puerta y se tensa, entra el hombre Malo, el tal amo.
•Buenos días, preciosa• Dice él sentándose en la cama, Nicol lo mira con repugnancia.
•Buenos días•
•Disculpa por cómo te traté ayer, es que las cosas me gustan que sean a mi manera y tú te fuiste por otro camino, pero tranquila te daré otra oportunidad•
•Claro•
•Desayuna, ponte hermosa, que vamos a dar una vuelta•
•¿Una vuelta?•
•Si, muñeca•
•Claro• Vuelve a decir ella.
Al cabo de 5 minutos las dos mujeres que la arreglaron el día anterior, entraron a la habitación con una bandeja y ropa, la que tenía la bandeja se tropezó y tiró todo al suelo, él se levanta de la cama furioso y se aproxima a ella dándole una abofeteada.
•¡No sirves para nada, Maldita perra!• Dicho eso, saca su arma y le da dos tiros, uno en el pecho y el otro en la cabeza • ¡Saquen a esta cosa de aquí!• Dice después.
Nicol no sabía qué hacer, estaba inmóvil, no podía creer lo que había presenciado, si era malo, ese despreciable hombre si era malo.
•Muy bien hermosa, nos vemos en un rato• Dice dirigiéndose a Nicol
•Claro• Dice con una sonrisa tímida.
Cuando él se fue, la mujer que cargaba la ropa, empezó a llorar y Nicol se aproximó a ella.
•Lo siento mucho• Dice abrazándola.
•Mi hermana, mi pobre hermana, le he dicho que la sacaría de aquí y no pude•
•Piensa que está en un lugar mejor que éste ¿Si?, Yo allá arriba también tengo a una persona muy especial, ahora están juntas, no llores por favor•
•Vamos a arreglarte. No vaya a ser yo la próxima•
Nicol cuando ya estaba lista, pensó en Cristian, como le hubiera gustado que el la viera así, tan femenina, tan bonita, pero luego rodo una lagrima por su mejilla al volver a la realidad y pensar que al contrario de eso le estaba luciendo a ese pedazo de insecto. Pero mientras la arreglaban también pensó en un plan, tenían que comportarse con él, muy bien, hacer todo lo que le dijera y dejarse hacer todo lo que él quisiera, para que no le hiciera nada, esa era la manera de sobrevivir ahí, haciendo todo como a él le gusta y después que tenga la suficiente cercanía de cualquier lugar tenía que conseguir un celular y llamar a la policía, a Nicolás o a Cristian.
Cuando salió de la habitación, el amo la estaba esperando en el jardín, cuando salió, pudo ver el paisaje, nunca había visto eso por ahí.
•Que preciosidad• Dice él
•Gracias• Responde Nicol con una sonrisa.
•¡Padrino, padrino!• Llama una chica a sus espalda, cuando Nicol voltea no puede creer a quien ve… Era Elisabeth.
•Ahijada, te presento a mi mujer, Preciosa, ella es mi ahijada• Presenta el amo.
Nicol quedó inmóvil, pero Elisabeth le dice con la mirada que no dijera nada.
•Hola, mucho gusto• Dice Elisabeth.
•Igualmente• Le responde ella.
Cuando terminaron de hablar, Nicol y el amo se dirigen a una camioneta, ya estando dentro, la camioneta empieza a rodar.
•Eres preciosa• Dice él besándole el cuello y tocando sus senos y piernas, Nicol no resistía que la tocara pero tenía que aguantar, de pronto la agarro y la monto en sus piernas, empezó a besarla en la boca, ella se dejaba hacer lo que sea, tenía miedo, pero era su única salvación, en una de esas el amo empezó a desabrocharse el pantalón, Nicol se tensa, cuando ve que va a sacarse el miembro, ella no sabe qué hacer.
•¿Qué vas hacer?• Pregunta ella con voz dulce.
•Te haré mía, en este mismo instante, no aguanto mas•
•No•
•¿No?•
•Digo, ¿Qué tal que nuestra primera vez juntos, lo hagamos a mi manera, bonito en una habitación?, ¿Si?, Y de resto será todo como tú quieras, ¿Te parece?• Dice eso ultimo con timidez.
•Bueno. Sera así, pero espero y sea pronto porque te tengo unas ganas•
•Y yo a ti, pero vamos con calma, ¿Si?•
•Está bien, perrita• Le dice él, Nicol no da crédito a eso, pero no podía protestar.
Él sigue besándola. Ella no podía creer la presencia de Elisabeth ahí, no podía creer que fuera familia de ese desgraciado.
Cuando están en el centro de ese lugar, se detienen frente a un supermercado…
•Te quedas aquí• Le dice el amo.
•¿Qué vas hacer?• Pregunta Nicol.
•No, no, no, eso no se pregunta, no te muevas•
Él sale y dos hombres quedan observando la camioneta, son de los mismo hombres que trabajan para el amo y ella dice “•Ya me voy a mover con esos tontos ahí afuera•”, Ella estaba sola en la camioneta y empezó a buscar algo que la ayudara sin hacer un mínimo movimiento, •Gloria• Dice al encontrar un celular y para completar no tenía clave. •Bendita sea mi suerte• Rápidamente llama a la policía...
Cristian estaba hablando con el detective de alguna probabilidad de encontrar a Nicol, cuando sale Francisco y dice...
•Hay una chica en la línea telefónica, dice que está secuestrada•
A Cristian se le coloca la piel de gallina y entra para la oficina donde recibieron la llamada.
•Bueno, bueno, ¿Me Escuchan?• Dice la chica con voz nerviosa, la llamada estaba en alta voz, Cristian la escuchó, Era ella, lo era. Francisco le dio el teléfono a Cristian para que hablara con ella.
•¿Mi Vale?• Pregunta él.
La reacción de Nicol era indescriptible al oír su voz, no podía creerlo, “Mi Vale”, se le hacía como años que no escuchaba eso.
•Cristian, no puedo creer que seas tú, Mi Amor•
•Ay Mi Vale, ¿Dónde estás?, Dime•
•No lo sé, no sé dónde estoy, jamás había visto este lugar• Trajeron el GPS que utilizaron la vez anterior, para rastrear la llamada.
•Tranquila, la llamada está siendo rastreada, ¿Quién te tiene?, ¿De quién es este teléfono?•
•No sé quién es, pero se hace llamar el amo, me tiene como su mujer, ha querido estar conmigo pero yo lo he rechazado y se ha molestado, si para la próxima no hago nada con él, me matará Cristian, esta mañana asesino a una chica con dos tiros, delante de mí, Cristian no quiero morir, ayúdame•
•Tranquila Mi Amor, he estado haciendo lo que sea y no voy a descansar hasta tenerte conmigo, dime otra cosa que quizás podría ayudarnos, para saber dónde estas•
•Elisabeth•
•¿Quién?•
•Elisabeth es ahijada del amo, tienes que buscarla y hacer que te traiga a este lugar, pero por favor no cometas la locura de venirte solo, ven con policías, no sé pero aquí hay demasiados hombres armados y muchas chicas que quieres salir de aquí•
•Vamos a buscar a Elisabeth, tranquila que a mí me está ayudando un detective y sus hombres, no te preocupes por mí, preocúpate por ti, por cuidarte, ¿Si?•
•Si•
•¿Me prometes que te cuidaras?•
•Si amor•
•La llamada ya está rastrada, estas fuera de la ciudad Nicol, de todos modos voy a ir en busca de Elisabeth•
•Pero es que ella hoy está aquí en esta ciudad•
•¡Maldita sea!, Pero hablar con ella, dile que se venga•
•No sé si me haga caso, casi nunca la traté, además, me da miedo•
•Tranquilízate, está bien ¿Si?, Nosotros ya sabemos dónde estás, vamos a ir por ti•
•Que sea pronto Cristian, tengo mucho miedo, ese hombre me causa temor• Dice ella empezando a llorar.
El detective agarra el teléfono...
•Nicol, soy Carlos Cruz, detective, estoy ayudando a Cristian y a tu familia en este caso, en tu caso. Necesito que me digas, específicamente ¿Cuantas chicas hay, ahí?, ¿Cuantos hombres armados hay?, Y dime algo que me ayude a diferenciar a el amo•
•Hay más de 100 chicas, siempre están desnudas y drogadas, haciendo oficios y si desobedecen la asesinan, los hombres armados no sé, siempre van y vienen, el amo no sé, no he... ¡Ay Dios mío!, tengo que colgar ahí viene él. No llamen más a este teléfono, luego veo como me vuelvo a comunicar• Ella cuelga y de una vez borra la llamada, apaga el teléfono, lo deja donde lo encontró y como lo encontró.
•¡No!, ¿Nicol?, Nicol responde• Grita Cristian
•Ya la llamada de cortó, pero sabemos dónde está, hay que salir para allá•
•Voy con ustedes• Dice Cristian.
•Es muy peligroso•
•No me voy a quedar aquí haciendo nada, iré con ustedes•
•No puedes ir, eres muy joven para esto•
•¡No me quedaré aquí!•
•Como quieras•
Todos empiezan a prepararse, salen 10 camionetas llenos de hombres muy bien armados, hasta Cristian llevaba un arma con él, por si acaso. También iban acompañados de algunas ambulancias.
Cuando Nicol y el amo llegaron a la casa, rápidamente se dirigieron para la habitación.
•Muñeca en estos momentos, no podré estar contigo, pero prometo estarlo más tarde. Por los momentos quédate aquí• Dice él.
•No te preocupes, de todas maneras la pase muy bien contigo, gracias por el paseo•
•Eres tan diferente a las demás, tú no te resistes ante mí, las demás me tienen miedo y siempre me desobedecen, tu no, tu eres perfecta•
•Es... Solo que tú me gustas mucho, amo• Miente ella, obviamente.
•No me digas amo, dime Jeicok, ese es mi nombre•
•Está bien Jeicok•
El la agarra y la besa, luego se retira.
Nicol queda sorprendida, ¿Cómo es que la trataba tan bien?, Él era tan extraño, en un momento era tan inhumano y después es bueno, “•Pienso que él necesita a alguien que lo quiera y que lo apoye, quizás él también tenga miedo, solo necesita a alguien que lo trate bien. Pero igual no es razón por el cual tratar y asesinar a las personas•” Dice ella, perdida en sus pensamientos, •Como me gustaría estar contigo Mi Amor, Cristian te extraño tanto, me haces demasiada falta, tengo mucho miedo de no volver a verte ni a ti, ni a Nicolás, que son mi familia. Temo a que vengas a buscarme y te hagan daño, no me lo perdonaría nunca, me dio tanta felicidad hablar contigo Mi vida.
Luego la saca de su pensamiento, el sonido de la puerta abriéndose con brusquedad.
•¡¡Quítate la ropa!!• Dice el amo gritando desesperado y desabrochándose el pantalón.
•¿De qué hablas?• Pregunta Nicol entrando en pánico.
•¡Obedece, perra!• Dice halándola del brazo, ella grita.
•No me hagas daño Jeicok, por favor, dijimos que lo íbamos hacer a mi manera•
•¡Cierra la maldita boca!, ¡Quítate la ropa!•
•No, no voy a quitarme nada• Dice ella.
•¡Qué te la quites, nunca me digas que no a mí!• Dice él y la golpea, haciéndole que sienta el sabor metálico de su propia sangre.
•¡Eres un maldito hijo de puta!, ¡Déjame en paz!•
•¡Cállate!• Dice y vuelve a golpearla. Le arranca el vestido y empieza a tocarla, ella empieza a gritar, la tenía apresada entre la cama, él estaba encima de ella, su mano la coloca en el cuello de ella • ¡Te dije que nunca me desobedecieras!•
•¿Pero en qué momento lo he hecho?• Pregunta ella con lágrimas en los ojos, estaba aterrada.
•Horita, al no hacerme caso•
•Pero habíamos quedado en un acuerdo, por favor no me hagas daño, te lo suplico• Trata ella de soltarse, pero no único que recibe es otro golpe y otro más.
Él empieza a quitarle el sostén bruscamente y tocándole cada centímetro de su cuerpo. Ella solo gritaba que la ayudaran, cada vez que se quejaba él la golpeaba más duro, apretaba sus piernas dejándole grandes moretones. Alguien toca la puerta…
•¡¿Quién me molesta maldita sea?!• Grita él lleno de furia.
•Disculpe amo, es que acaban de llegar unos nuevos hombres, que han sido enviados por Lauter y que trabajaran para usted• Nicol al oír ese apellido, entró en pánico, pero no podría tratarse de Cristian.
•En seguida voy• Dice él y agarra a Nicol por el cabello apretándola fuertemente •De ti me encargo más tarde•
•¡Vete al infiernos Jeicok!• Dice ella mirándolo con asco y desagrado, él le da una abofeteada y saca una navaja, la cual se la pasa por la pierna, enterrándosela con fuerza, haciéndole una corta y dolorosa herida, Nicol gritó como nunca lo había hecho y trataba de moverse, pero él la tenía bien sujeta, él sacó la navaja de la pierna de ella y la toma por la mandíbula y le dice…
•Nunca me faltes el respeto, te creí diferente, pero resultaste mucho peor, perra maldita•
Nicol quedó callada, él se fue, ella no sabía qué hacer, el dolor era tan fuerte que no podía ni moverse, no podía si quiera mirar la herida, como pudo pensar de él, que parecía una buena persona, si era el peor de todos. Después de un rato se levantó de la cama y pudo ver sus brazos y piernas con más claridad, estaban todos morados y su herida no paraba de sangrar, limpió con las sabanas la sangre e hiso presión con las misma, no podía resistirlo, se colocó un vestido de dormir que la chica había dejado en su habitación en la mañana y se tumbó en la cama a llorar.
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