Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 38

Los chicos me dejaron en mi casa luego de dejar a Katia en la de ella. Ahora acomodaba mi abrigo en el perchero, feliz de llegar.

Noté que había grandes maletas acomodadas en los muebles y zapatos regados por todo el lugar, supuse que mi padre se iría a un viaje importante. Entré, luego a la cocina sedienta esperando encontrar algo en la nevera. Mientras me servía, alcancé a ver a Ashton salir del pasillo y organizar varias cosas en una de las maletas.

— ¿Ya se van? — pregunté un poco ilusionada.

— Lamentablemente. — alzó su mirada mostrando el cigarrillo en su boca. — no me extrañes mucho. — guiñó levemente su ojo. Contrario a lo que había dicho, estaba feliz de que se fuera, no era capaz de verle el rostro sin querer golpearlo.

— Me sorprende que creas eso después de lo de Javier. —  escupí enojada.

El soltó una risa, se levantó, acercándose hacia mí y tomó mi mentón con su mano, poniéndome nerviosa.

— Tus amigos no son problema mío. —  susurró con una media sonrisa traviesa. Sabía que hacia todo esto para enfadarme.

— No vas a...

— ¡Ellie! — escuché gritar a mi padre que estaba parado viéndonos asombrado por la escena que, obvio malinterpretó.

— ¡No estábamos haciendo nada! — aclaré avergonzada alejándome de Ashton.

— ¡Todavía estás muy joven para hacer esas cosas! — siguió hablando, ignorando mi comentario. Ashton solo reía.

— Pero no hice nada. — repliqué enojada al ver que Ashton no colaboraba.

— Mejor ve a tu cuarto. — demandó sin dejarme explicar. Yo le hice caso. Ashton solo continuó empacando sus cosas mientras mi padre lo miraba turbio.

Al rato llegó la hora de partida de Ashton y Brad. Estaba feliz, lo admito.

El resto del fin de semana lo pasé ayudándole a mi padre con el trabajo ya que me había puesto al día con todos mis deberes.

Cuando entró la semana, salí de la escuela a organizarme para mi primer día de trabajo con Lucas. Le había comentado a mi padre, pero, siendo sincera, no creo que hubiera escuchado y preferí no insistirle pensando que más tarde le diría.

— Adiós padre. — me despedí tomando mi abrigo, lista para salir y esperando que no preguntara nada.

— ¿A dónde vas?

Rayos.

— Voy... a trabajar. — respondí abriendo la puerta, creyendo que así, me dejaría ir rápido.

— ¿Trabajar?

— Si, en el supermercado.

— ¿Con ese muchacho Lucas? — preguntó escéptico.

— Si.

Tal vez me estaba asustando por nada, después de todo en Halloween salí con Lucas y no tuvo problema, claro que ni sabia, porque estaba ocupado trabajando.

Mi padre soltó un suave suspiro que no pude descifrar.

— Está bien. — dijo sin más.

Extrañada salí de la casa y empecé a caminar. Se notaba que intentaba mejorar, hace unos meses no me habría dejado ni cruzar la puerta.

Entré al local buscando a Lucas y a Javier. Segundos después, encontré sorpresivamente a Katia sentada en el suelo con varias cajas a su alrededor.

— ¿Katia? — pregunté acercándome a ella.

— Ellie, hola. — me saludó amable. — decidí que también quiero ayudarles acá en la tienda.

— Ah. — pronuncié entendiendo.

— Espero no te moleste. — dijo apenada.

— No, no, lo contrario, creo que va a ser divertido. — contradije. — y Lucas y Javier ¿Sabes dónde están ellos?

— Creo que están...

— ¡Muestras! ¡Muestras! ¡Vengan a probar esta delicia de avena! — los gritos de Javier interrumpieron a Katia y respondieron a mi pregunta.

Estaba en la entrada de la tienda con Lucas en un pequeño quiosco ofreciéndole pruebas de avena a la gente.

— Yo quiero una. — pedí llegando hasta donde ellos.

— A vos te doy una especial. — dijo entregándome el pequeño vaso del que tomé un sorbo.

— Está deliciosa. — halagué saboreando.

— Gracias, fue difícil, pero llegué a darle el toque perfecto. — presumió sonriente. Lucas soltó una carcajada.

— Ya quisieras, yo fui el que hizo todo.

Javier gruñó estresado.

— No me dejás ni un poco de crédito.

—  Bien, ¿y yo que tengo que hacer? — pregunté lista para trabajar. Lucas pensó unos segundos.

— Javier, ve y ayúdale a Katia, yo me encargo acá con Ellie. — ordenó llenando otro vaso.

Javier aceptó y se fue dejándome sola con Lucas, quien me enseñó como hacer la avena para comenzar a servirla.

— ¿Qué tal? — pregunté asustada mientras Lucas tomaba del primer vaso que había hecho.

Él hizo una mueca al terminar que me desilusionó por completo.

— Ay no, ¿está muy dulce? Lo hice exactamente como dijiste, no sé porque...

— Ellie, está deliciosa. — habló por fin sonriente. Yo recuperé el aliento y feliz, seguí sirviendo.

Al puesto le fue muy bien. Cuando cayó la tarde la avena ya se había acabado, cosa que me entristeció porque quería seguir ofreciendo, y obviamente, mucha gente interesada entró a comprar.

— Bueno, yo me tengo que ir. — avisó Javier encontrándonos desarmando el quiosco. Katia iba detrás de él.

— Ah, hoy es tu primera cita, ¿no? — asumió Lucas. Supuse que hablaban de la terapia.

— Así es. Admito que ando un poco nervioso. — dijo rascándose la cabeza.

— No te preocupes, va a ir muy bien. — lo alentó Katia.

— ¿Tú también te vas? — pregunté.

— Si, ya se me hace tarde para mis clases de piano.

Así todos nos despedimos, le dimos ánimos a Javier, que estaba bastante intranquilo por su cita. A mí me alegraba que se dejara ayudar. Y ahora, de nuevo, quedábamos Lucas y yo solos.

— Fue un largo día. — suspiró el castaño, recostándose en la banca que hace un rato nos habíamos sentado.

La luna ya había salido y un frío acompañaba la noche con ella. Aquella banca daba con la calle dejándonos ver pasar a los carros de un lado a otro apurados.

— Si, así fue. Pero disfruté mucho trabajar contigo. — dije mirándolo alegre. Él me miró igual.

— Gracias por hacer esto por Javier. — respondió tomándome por sorpresa.

— No es nada, él es mi amigo y quiero ayudarlo. — hablé orgullosa.

Él me miró con una sonrisa, de esa que hacía a sus ojos encoger y que me gustaba tanto.

— Sigo sin creer que pronto voy a ir a la universidad. — comentó extrañado.

Eso era algo que no quería asimilar. Lucas y Javier se irían pronto a estudiar al exterior y dejarían al pueblo. A mí todavía me faltaba un año.

— ¿Ya decidiste cuál será?

— No, pero tengo varias opciones. Ahora quiero concentrarme en los exámenes. — respondió. Se veía bastante apasionado con eso.

— Entiendo. De seguro te irá bien. — intenté animarlo, pero fracasé y soné deprimida.

— ¿Qué pasa?

— Es que... te voy a extrañar mucho. — susurré un poco avergonzada pensando que él no se sentiría igual. Él soltó una pequeña risa.

— Yo también te extrañaré mucho. —  aceptó igual. — la verdad, no he querido pensar demasiado en lo que pasará con nosotros, quisiera solo aprovechar el tiempo que queda.

Escucharlo hablar de eso me asustaba. Al final iba a pasar, él se iría, esa era la realidad.

— Si, es lo mejor. Pero, sin importar lo que pase, estaré feliz sabiendo que estás haciendo lo que te gusta y cumpliendo tus sueños. — intenté convencerme de la situación.

— Ellie... — llamó. Noté que había un pequeño brillo en sus ojos. — Te amo.

_______ 

Lucas en galería.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro