La noche estaba helada y tu encima de mi estabas,

manchándome de sangre que desbordando de tu corazón se encontraba.

Mi amor escúchame, yo nunca te dejaré caer, susurraba.

Yo con mi mano cubriendo tu herida se hallaba,

ya que tu corazón estaba herido por una bala.

Amor escúchame yo nunca te dejaré caer, susurraba.

Ese chico había cambiado nuestras vidas,

con ese dedo apretado en la pistola, y tú tumbada en mi regazo,

muriendo con miedo, por miedo a volver a nacer y a mi dejarme, pero yo nunca te dejaré caer, susurraba.

Con tu mano temblorosa acariciabas mi pecosa y pálida mejilla,

haciendo como que nada pasaba y advirtiendo que lo nuestro no iba a acabar,

pero escúchame amor, yo nunca te dejaré caer, susurraba.

La puerta se abrió bruscamente dando paso a ver a un agente,

su mano hallaba una pistola que sin miedo apretó el gatillo y disparo,

a quien arruinó nuestras vidas haciendo que cayera y se diera con la silla.

Pasaron unos minutos y tu cuerpo se llevaron dejándome ver al amor de mi vida tirada en una camilla,

mi vida se derrumbaba, no podía vivir sin ti, pensando que rezándole a dios te iba a hacer sobrevivir.

Las sirenas sonaban, mientras los médicos te reanimaban, estabas inconsciente y no sabías lo que pasaba, pero yo mirándote, con miedo a perderte.

Llegamos a la UCI y te pusieron arriba de otra camilla, mientras se encontraban reviviéndote, yo no me lo podía creer, pero amor, yo nunca te dejaré caer.

La máquina sonaba, mientras en ésta una línea recta se hallaba, tu corazón se había ido, cogido de la mano con tu alma, ya se acabó, dios se llevó a lo que más amaba.

Yo salí corriendo a donde nos conocimos por primera vez, en aquel puente. 

Me subí encima del muro y sin pensar más me tiré. 

Mientras al agua caía, te vi con un vestido de color marfil, me cogiste y me dijiste, amor creéme,

 estoy feliz arriba sin ver tu vida partida en mil, 

amor yo desde arriba te cuidare y nunca te dejaré caer...

Lo sabía, se había ido, pero ella me enseñó a levantar la mirada e ir a donde más miedo me daba, ahí, a la realidad, con la verdad, 

tenía que admitir que el amor de mi vida se había ido, pero desde arriba me cuidaba y ella de verme no rendirme feliz de mi estaba, pero te prometo una cosa amor, cuando llegue el día, jamás te volveré a soltar y estaremos juntos otra vez, y por nada del mundo te dejaré caer. 

Con la verdad y la realidad, el agua me llevaba, me levanté del suelo y me fui a casa, sabiendo que, aunque te habías ido, estabas feliz porque no me rendí, y no me rendiré, porque lo que te prometí y me prometiste es que ni tú ni yo nos dejaremos caer.

Gracias a ti amor ahora estoy mejor, verte en mis sueños es lo que necesitaba.

 Me hice viejo, y ninguna mujer encontraba, ya que no quería a ninguna, yo sólo tenía una, que en el cielo se hallaba. 

Mirándome feliz porque aquella vez no me rendí. 

Por fin llegó el día en que me fui contigo, el que con ansias esperaba. Cerré los ojos y me dejé llevar, veía el cielo, la arena, y el mar.

 Ahí estabas, saludándome para después correr y abrazarme, sabía que mi momento había llegado y ya en el cielo contigo estaba, compartimos unas palabras,

 amor ahora nos cuidaremos mutuamente y viviremos la eternidad, juntos, la miré y la besé, 

lo sé amor tú me cuidaste desde el cielo, y ahora me toca a mí, ahora te lo puedo prometer... 

Yo nunca te dejare caer.  

FIN

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