Prov Sara

Ni siquiera los ejercicios de las terapias que tanto me hartaban o el hecho de el perro guardián que me seguía, cambió mi humor, al fin las cosas están tomando su curso y no de manera forzada.

Mordí mi labio para reprimir otra sonrisa.

-Ni siquiera me estás escuchando- la verdad no.

-Lo siento Xiao, tengo la cabeza en la luna. ¿Que decías?

-¿Que que quieres hacer?

-No lo se, podemos almorzar fuera. Luego ir a un café o algo. ¿Cuando te vas?

-En dos días, se supone que regrese en otros dos pero puede que tome más tiempo- asentí comprendiendo. -¿Volviste con el?

-Lo hicimos- creo

Bueno, nos besamos y eso, tenemos citas y me visita. Eso es volver así que si.

Aunque estoy más fría que arrollo naciente. No quiero parecer desesperada pero un polvo no se le niega a nadie ¿o era el agua?, es lo mismo.

Continuamos nuestro camino hasta llegar al fin a nuestro destino.

-¿Quien va a un restaurante a comer ramen?- se quejó entre risa.

-Yo- absorbí mientras este reía. -Está muy bueno.

-Sara- me llamó, llevé mi vista a él, tenía cara de querer tener esa conversación, mierda. -¿si no estuvieras tan colada por tu ex habríamos tenido alguna oportunidad tu y yo?

Dejé los palillos y rebusqué las palabras para responder.

-Para ser sincera no, y creo que si te habría conocido antes que a él, tampoco.

-¿Porque?

-Estás bueno, muy bueno. Lo tengo que reconocer, pero eres bueno, soy más del tipo que le atraen los fuck boy. Tampoco buscaba o deseaba una relación, apenas tengo 26 años, lo conocí, nos acostamos y los sentimientos surgieron. No tiene nada que ver contigo, solo así pasó todo.

-Entonces dices que nunca- asentí -¿debería dejar de buscar una relación seria entonces?- negué

-No, tú quieres eso y eso debes buscar. No cambies por el hecho de que eso me funcionó a mi, con Yoongi apenas estamos colocando los cimientos nuevamente y tomará tiempo, así que a ti te podría funcionar más que a mi si continuas esperando a una buena y linda  chica.

Continuamos hablando un rato más hasta que vino siendo hora de irnos, me llevo a mi casa y nos despedimos pues no nos veríamos más sino hasta después de su viaje.

Cuando llegué a mi piso me di un baño y me coloqué un vestido, me sujeté mi cabello en una coleta y maquillé levemente, para luego comenzar a preparar los bocadillos, Yoongi había asegurado que él traería la cena por lo que sólo debería preparar los snacks para la película.

El timbre se escuchó y al abrí sonreí como idiota por lo que vi.

Estaba deliciosamente maravilloso, pantalón y chaqueta negra y camisa blanca, su cubrebocas negro y su largo cabello caía sobre su cuello y rostro, olía de maravilla.

En sus manos estaba un enorme ramo de rosas rojas, no podía ver su sonrisa pero sus ojos me dejaban ver que lo hacía.

-Gracias- dije apenas lo tendió. -Pasa.- regresé mis pasos hasta la cocina.

Se me acaban los jarrones.

-Estás hermosa- dijo acercándose a mi para posar sus labios sobre los míos con un tierno roce de labios.

La cena llegó poco después y luego de quedar satisfechos nos acomodamos en el sofá a elegir la película.

-¿Estas bien?, estás muy callado. ¿Todo bien con el trabajo?

-Todo bien, solo estoy algo nervioso- reí

-¿Es tu primera cita?- bromeé

-Sara- tomó mi mano con delicadeza para hacerme mirarlo, tomó el mando del televisor y lo apagó.

¿Era el día de las conversaciones serías acaso?

-Te amo- entrelazó nuestros dedos. -Estos meses que hemos estado separados ha sido un martirio para ambos. He cometido muchos errores, tales que ni siquiera soy merecedor de tu atención y mucho menos de tu perdón. Quiero hacer las cosas bien. Esta vez quiero que todo esté bien entre nosotros. Lamento él no poder ofrecerte caminatas al parque o salidas constantes por mi situación como idol pero créeme que amaría hacerlo.- sus ojos brillaban evitando dejar salir las lágrimas que se posaban en estos. Mordí mi labio para evitar  acabar llorando.

-Nunca me molestó no mostrarme en público.

-Lo se, pero lo mereces. De verdad te amo. Recuerdo la primera vez que te vi, ese hermoso vestido y esa actitud grosera que me atrapó- reí, el es igual. -Esa maravillosa sexualidad que exudas y esa razón de siempre estar para los demás. Quiero ser tu soporte, siempre haz sido tú el de los demás, yo quiero ser el tuyo.- rebuscó algo en su bolsillo y abrió frente a mi una pequeña caja de terciopelo negra, tenía un anillo de oro con una piedra roja, era hermoso.

¿Acaso me pedirá matrimonio?

-Quería hacer bien esto, ya que será la única vez que lo haga en mi vida. La vez anterior te lo impuse, hoy quiero que decidas. ¿Quieres ser mi novia?- reí. Y luego de algunos segundos me carcajeé.

La risa no paraba, como pude asentí, mierda. Mi corazón estaba frío, pensaba que se quería casar, no era que no quería, solo. No ahora.

Debo dejé de imaginar cosas.

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