Muchos dicen, muchos hablan y muchos juzgan, pero pocos observan, sin llamar la atención, estos solo piensan, intentando amontonarse ganándose una voz, que dice que no deben estar ahí, porque son diferentes.

Son las ovejas negras que hacen al mundo "El Mundo", careciente de perfección. Es verdad que todos los seres son diferentes pero en la humanidad existe la gente similar, la que disfruta y batalla, sin mirar a los lados.

Pocos acuden al "¿Porque?", y estos son los curiosos, los que buscan en cada rincón la respuesta a la pregunta de la que nadie se ha parado y preguntado, y que por ninguna gota en la lluvia lo harían.

Luego se encuentra el vacío, en el que muchos caen alguna ves y otros no vuelven después de entrar, estos mueren dentro en lugar de vivir, pierden el alma más temprano de lo esperado y lo único que se encuentra a su alcance es la locura, la retorcida locura. El vacío es así, un dolor sin nombre ni apellido.

Es así aquí, algunos viven muriendo y otros mueren viviendo, sin ninguna luz que los detenga. De igual forma la oscuridad les teme, perdiéndose en sus pasos cuando se encuentran cerca.

Y aquí faltaba algo, o alguien, el soñador; que solo brilla en su imaginación, sin razón alguna. Estos sueñan soñando, sin encantos. Miran al cielo pidiendo algo de conciencia, y acaban su día en la cama, soñando.

Como soñador solo puedo declarar que los sueños son una bolsa de ladrillos con candado, y si, frustra ser lo que uno no quiere ser y con eso nos limitamos y olvidamos, sin dejar rastros. El corazón suele ser detective pero no abogado, y el alma acabará con el juicio, y con quien es juzgado.

(A continución la locura tomará el control de este lugar, él les preparo algunas sorpresas, nos vemos)