Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Recorrido Nocturno

Una vez en mi cuarto, fui directo al tocador y observé los cajones que no había abierto. Dos filas en vertical con tres espacios cada una de los cuales solo usé los cuatro primeros. Abrí el de la izquierda y nada... mi emoción creció de inmediato, no podía esperar a ver lo que mí tía había puesto para mí.

Abrí el último cajón lentamente, despacio hasta que finalmente logré ver una caja envuelta en papel de regalo color plateado con un pequeño moño púrpura; terminé  por sacar el regalo y me giré de inmediato hacia la cama, me postré junto a ella y retiré de la parte de atrás una tarjeta que tenía pegada y leí la inscripción.

«Para que vuelvas inmortales aquellos momentos que son efímeros»

Rasgué el papel llena de curiosidad y encontré una camara digital preciosa. La caja tenía plasmada una cámara en color rosa. No lo podía creer ¡Era un regalo increíble! En ese momento recordé sin querer las navidades que pasábamos en la casa anterior de mí tía, mucho antes de que el tío Fernando falleciera.
El nostálgico recuerdo se desvaneció con las ideas que surgieron al tener la cámara en mis manos. Podría capturar lo que yo quisiera para después plasmarlo en algún lienzo o papel y lo primero que buscaría sería un atardecer como el de hace un rato.

—Espero que te haya gustado el regalo —dijo mí tía de pronto a mis espaldas.

—¡Tía...! —respondí sorprendida—. No te escuché entrar.

—Lo sé —dijo esbozando una ligera sonrisa—. Supongo que estabas muy emocionada —agregó—, eso pasa cuando tú cerebro está por completo enfocado en una cosa en particular, sin embargo, si te guardas el debido silencio y te mantienes pendiente de tu entorno, puedes percibir y escuchar cualquier cosa.

Permanecí en silencio un momento, analizando si lo que me decía era porque me había descubierto. Dudaba si en verdad sabría ella que la espíe hace un rato, pero traté de disimular mi asombro mirándola de manera inexpresiva. Nos miramos durante unos momentos incómodos «—¿qué intentas decirme tía?—» decía mi mirada, pero los de ella decían: «—sé que fuiste tú».

—Gracias por la cámara tía —dije por fin bajando la mirada—. Es el mejor regalo que he tenido.

—Me alegra que te guste —respondió luego de dejar escapar un suspiro. Tomó mi rostro con ambas manos y me besó en la frente—. Una regla más —anunció mientras se levantaba—. En esta etapa de la pubertad, es bueno saber guardar un secreto. Toda dama debe conocer la prudencia, escuchar, observar y callar.

Definitivamente lo sabía, me sorprendió reconocer un temblor incontrolable en mis manos debido a los nervios de ser descubierta. Necesitaba relajarme, por lo que decidí dar un recorrido por la casa.
Eran casi las diez de la noche y a pesar de que me sentía cansada, las últimas palabras de mí tía antes de salir de mí habitación seguían dándome vueltas en la cabeza, eso y el alto volúmen de la música de los vecinos me perturbaban el sueño.
Bajé y fuí directo al piano, su hermoso color perla me llamaba la atención; sentía una extraña atracción por tocarlo.
Había un cuadernillo con notas pero... no tenía ni la mínima idea de cómo leerlas, me senté en el pequeño banco y cambié un par de páginas intentando entender un poco pero en definitiva, la música no era lo mío...

—Esa es una buena melodía —escuché a mí tía hablar detrás de mí.

—Sí, tuve esa impresión en cuanto la vi —respondí girándome para ver a mí tía—, pero no tengo idea de cómo interpretarla.

—Tengo algo de prisa ahora, princesa —dijo luego de mirar al segundo piso, como si alguíen o algo esperara por ella—, pero prometo enseñarte otro día a tocar un par de melodías ¿te parece? —asentí con la cabeza y subió con urgencia las escaleras, devuelta a su recámara.

Toqué un par de teclas pero se esfumó mi interés cuando el sonido golpeó mis oídos y seguí recorriendo la casa, fui directo al comedor y luego a la puerta que conducía al patio trasero, allí encontré una hermosa piscina con un mini bar en el interior. Literalmente había una barra dentro de la alberca con cuatro bancos apenas unos centímetros por debajo del nivel del agua y del otro lado, una vitrina repleta de botellas de alcohol, al principio me pareció extraño que mí tía tuviera una piscina en su jardín viviendo a la orilla del mar, pero siendo honestos... en la playa no está permitido ingerir bebidas alcohólicas, además, tenía sentido tomando en cuenta todo lo anterior. También creo que en ocasiones, es bueno darle a tus invitados un lugar privado para convivir.

A través de la ventana pude ver a Lucia terminando de limpiar la cocina. Mientras rodeaba la casa más dudas inundaban mi mente; los planes de mí tía no parecían incluir a nadie más que a Carlos y no recibir muchas visitas ¿qué pasaba con mis primas? ¿y sus hijos y esposos?
Terminé de rodear la casa por todo el jardín hasta llegar al patio de enfrente encontrando la fuente.
Desde allí pude ver a la casa de enfrente, los vecinos nuevos parecían ocupados ordenando el interior de la propiedad, un hombre grande y de cabello castaño claro, en compañía de un chico que calculé, tenía más o menos de mi edad, se paseaban por todo el patio acomodando pequeñas figuras de cerámica, mientras que en un extremo del jardín relucía una hermosa mesa de color blanco con cuatro sillas de metal y creí escucharles hablar en un inglés tan perfecto que me hizo erizar la piel; podría poner en práctica mis clases de inglés después de todo.

Terminé por acomodarme en la orilla de la fuente para ver más de cerca a los nuevos vecinos cuando de pronto, unos hermosos ojos azules resaltaron en la oscuridad y  muy a pesar de la distancia pudieron enfocarse en mí. El cabello oscuro y el jersey azul marino que usaba hicieron resaltar más el tono claro de su piel y pude verlo esbozar una amplia sonrisa que me sacudió por completo.

—Kevin, date prisa, todavía debemos preparar la cena—. Escuché decir al hombre desde lo que parecía ser la sala.

Kevin se giró y volvió al interior de inmediato.
«Espera un segundo... ¿acaso lo que oí fue español?»

—Deberías comenzar a hacer amigos —escuché una voz detrás de mí.

Cuando me giré descubrí a Lucía parada a unos metros de mí.

—Parecen ser buenas personas —señaló—, y por lo que veo acaban de mudarse aquí.

¡Saludos amante de historias!
Finalmente he logrado actualizar algo luego de un amplio periodo de ausencia, espero en verdad que este pequeño avance sirva para evitar que me olviden...
Lo sé, pido demasiado sin embargo prometo dedicarme a actualizar más seguido, pero mientras eso pasa, me gustaría saber su opinión en comentarios y si esto les gustó apreciaría que me lo hicieran saber dejando una estrellita, significaría mucho para este humilde servidor.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro