25
Apenas Yoohyeon estuvo consciente en su cuerpo no tardó en buscar a Minji, ¿para qué? Ni ella lo sabía con exactitud, pero por eso mismo necesitaba hablar con ella. Estaba tan confundida que no se lo terminaba de digerir ¿qué acababa de pasar entre ellas? ¿por qué había pasado? ¿no que JiU era hetero? ¿o por qué les había mentido? ¿por qué se enojaba con Siyeon solo por cuidar a su amiga? ¡¿Por qué de pronto todo era un caos?! Esa misma mañana, en lo único que había estado pensando era en estar lista por si a Dami se le ocurría ir sobre ella en alguna de sus citas de estudio... ¡Y como supiera eso no lograría ni besarla!
—Minji... Por favor... —suplicó la menor, sin ver otra alternativa más que hablar para aclarar sus dudas,también necesitaba de su amiga. Le gusta o no, fuera apropia o no.
La castaña tomó distancia mientras se sacaba el equipo y consideraba cómo escapar de todo, o al menos de la atenta mirada de su padre. Respiró profundo en lo que colgaba el maletín con sus cosas y, aunque lo intentó, no consiguió muchos ánimos a la hora de hablar.
—Yoobin, por favor dile a papá lo que pasó hasta ahora. Con Yoohyeon tenemos que hablar, pero si acabamos rápido seguro te decimos de comer algo juntas... aunque mejor no nos esperes.
Media triste sonrisa después ya estaba subiendo las escaleras con la repartidora caminando un paso atrás. El recorrido siguió, en medio de un incómodo silencio, hasta que llegaron a la cabaña de la playa. Apenas pusieron un pie en la madera sus gargantas se cerraron. De pronto ya ninguna tenía ganas de hablar, y la menor no estaba segura siquiera de querer comer. Lamentablemente debían reponer energía por si las necesitaban otra vez en MBC, asi que se obligó a tomar algo del desastre que habia en el refri.
Minji, por el contrario, sacó de la heladera las sobras de sándwiches de la "fiesta" y se las llevó a la mesa junto a una botella de agua. Se sentó justo donde esa misma madrugada había abrazado a Siyeon y se quedó mirando la unión de sus manos, buscando qué decir mientras su contraria también se acomodaba. Lo único claro en su mente era ser sincera, así que prefirió improvisar según le saliera... Si es que su boca no decidía colaborar para, al menos, sacar de su cabeza uno de los cientos de discursos que había ensayado desde que se enamoró.
—Me... Me gustas —empezó subiendo la mirada, a la fuerza y con el batido de sentimientos muy desagradable dentro. —. Y no, no me gustan los chicos... Pero creí que, no sé, si lo repetía me lo acabaría creyendo... Pero me sigues gustando, y eres una chica... Aún creo que decepcioné un poco a papá, que pongo en mala posición mi estatus económico futuro ¿y sabes qué? Al diablo, ya te dije lo que tenía que decir, lo sabes y ahora solo necesito que me expliques por qué correspondiste... Porque... estoy muy confundida... Y-y... ¿No que te gusta Dami? ¿O te gus-
—¡Me gusta! —aclaró la repartidora, siendo eso lo único seguro que tenía en ese momento. El miedo a cagarla con Dami por un error se lo estaba confirmando, más no se sentía cómoda llamando "error" lo que había pasado con Minji, aunque eso era ¿no? Un error, un desliz, algo del momento ¡Ella ni siquiera lo quería hacer! Así se excusó con lo primero que le vino a la cabeza. —Yo... Yo estaba pensando en ella mientras... ya sabes. Pensaba en Dami.
Lo que soltó un Crack resonando dentro del pecho de la mayor, para Yoohyeon significó un respiro de alivio.
—Entonces... No te gusto... —era difícil de aceptar después de haber sentido tanta esperanza, tanta... seguridad. En ese momento, mientras se besaban con toda esa necesidad, Minji juró haber entendido todo el comportamiento de Yoohyeon, el porqué sus sentimientos insistían en quedarse... pero ahora sus cabos estaban suelto otra vez, su pequeña carpa de seguridad estaba siendo agitada por un fuerte viento. Y el resultado emocional no le estaba gustando ni mierda. Solo podía decir que dolía, sus ojos lo estaban poniendo en evidencia. — ¡¿Entonces por qué me celas?! ¿Por qué te molesta tanto que le quiera dar una oportunidad a Siyeon?
—No lo sé, solo me molesta ¡¿Sí?! No la quiero cerca tuyo... Siento que te va a lastimar y no-
—¡Tú me lastimas! —interrumpió Minji, levantandose enojada de donde estaba. —Si no te gusto ya deja de hacerlo, porque me ilusionas ¡Y ya tengo suficiente conmigo misma como para pensar en ti! ... Al menos Siyeon es sincera.
—¡Yo soy sincera! —se defendió, tomando la misma posición que su contraria, creando una chispa invisible de tensión entre ambas. — Y si te estoy diciendo que no sé es porque, de verdad, no lo sé. Estoy confundida ¿si? Yo... Quiero a Dami, quiero estar con ella pero no sé porqué correspondi ¡no quería hacerlo! ¡Y no sé porqué te celo!
—Te lo haré facil: ¿Yo o Dami? —preguntó, creyendo ya saber cuál era el egoísta problema de Yoohyeon.
—¿Qué?
—¿Yo o Dami? —insistió, pese al desconcierto de la menor. Necesitaba una respuesta antes de ponerse histérica otra vez. — Supongamos que ambas estamos aquí, las dos te pedimos que seas nuestra novia ¿A quién le das el "sí"? A mí o a ella, Yoohyeon, no es muy difícil.
La repartidora bajó la mirada al suelo, un solo nombre se estaba repitiendo en su cabeza, y si no salía para afuera era por miedo a cometer un error, otra vez. Se tomó un momento para plantearselo, ¿de verdad querría estar con Minji? ¿de verdad quería estar con Dami? Y cerró los ojos, había un "sí" y un "no" definidos, pero decirlo en voz alta la hacía dudar. No quería lastimar a nadie.
—A Dami —concluyó. —. Te quiero, unnie, pero no es lo mismo, lo siento. Nos vemos.
Tomo el jugo y se levantó, buscando un descanso de esa horrible pesadez. La relación con Minji estaba hecha añicos, y junto a esos pedazos quedaba el regusto amargo de no haber logrado arreglar nada. O al menos eso pensaba mientras se iba otra vez a la base.
Lamentablemente, para la repartidora, ahora tenía otro asunto que resolver. Gahyeon no era tonta, ni se consideraba lo suficientemente externa al asunto para quedarse callada. Tenía planeado hacerle frente para cuidar a su amiga fría, la cual era desconocedora de la situación... Y pobre de Yoohyeon cuando se cruzara a ese maremoto... Iba a escuchar todo lo que ella opinaba, sin contar que tendría que seguir sus concejos de forma forzada.
Por otro lado, y hablando de la otra hermana Lee, ésta ya estaba buscando a la castaña para tener una seria charla. Se negaba a quedar sin opinión ¡tenía que hablar ella primero! La tenía que convencer de que Yoohyeon era una maldita caprichosa, de que tenía que dejar de verla solo a ella, y también tenía que aclararle que su mentirita no se la creía nadie.
Después de estar de acá para allá por la playa llegó a la cabaña. Apuró el pasó al escuchar algún que otro sollozo ahogado y encontró a Minji llorando, con los brazos cruzados sobre la mesa,mientras entre ellos estaba metido su rostro.
Un vistoso llanto estaba invadiendo esa rojiza carita cuando la peliazul llamó a su nombre.
—Siyeon...
—Sh~ tranquila —dijo, tratando de no tomarse a mal la situación. Al contrario, quería apoyarla y escuchar qué era toda esa aflicción. Así que se sentó a su lado, pasando una mano a lo largo de la espalda, ofreciéndole una mirada compasiva. —¿Qué pasó? ¿Me quieres decir?
Minji negó, girandose con algo de duda hacia la surfer, de la misma forma rodeó el torso contrario y se apoyó en aquél redondeado hombro. Su tensión disminuyó a medida que pasa tiempo ese cálido lugar, algo que en verano resultaba incómodo pero que estaba disfrutando pese a la alta temperatura. En aquél momento solo necesitaba sentirse contenida para derramar las últimas lágrimas. Cuandonse calmó pasó otro rato en medio de los fuertes brazos, en el que apreció el color parejo y levemente bronceado, la respiración tranquila y ese olor salado que ya parecia tan parte de la playa como de Siyeon. Se preguntó por qué no estaba ya enamorada de esa combinación entre fortaleza y frescura, se preguntó si llegaría a estarlo o cuánto tardaría en olvidarse de Yoohyeon para seguir con otro amor. Se preguntó si quería enorarse de verdad, pero en el fondo sabía que su respuesta mucho no importaba; en cuanto la vida quisiera le pondría un caprichoso amor a la vuelta de la esquina. Si es que ya no estaba justo a su lado.
—Gracias. Yo... no sé qué estás esperando de mí, y no quisiera darte falsas esperanzas. Es decir... tengo ganas de... tal vez, ya sabes, salir contigo... Pero no creo que deba hacerlo.
—Y yo no tendría que aprovecharme de que estás llorando para besarte... Pero de todas formas lo haremos —Minji, algo desconcertada, levantó la cabeza para pedir una explicación de lo que acababa de decir ¿entonces daba por sentado qur iban a salir? ¿acaso la iba a- su duda se respondió sola cuando recibió un dulce beso sobre los labios. Estuvo por alejarse, pensando en lo mal que estaba aprovecharse de lo sentimientos de Siyeon así, pero ¿qué tal si se estaba equivocando? Tal vez no estaba jugando con sus sentimientos... solo estaba trantando de corresponderlos ¿cierto?
Mientras, del otro lado de la playa, tres chicas estaban caminando por la orilla del mar, tomando un jugo helado con pajita y tratando de entender a sus rebuscadas amigas.
—Yo lo sé, a esas dos las conozco como si fueran mi celular. Se acostaron y ahora las dos idiotas estan confundidas. Sin contar que Minji tiene que estar de lo más nerviosa, no es para menos. Su pequeña mentira ahora la sabe Yoohyeon, su padre y Siyeon ¿tienen idea del drama que hay ahí? Aunque creo que el proma no es tan grande... pero seguro mete la pata.
—Y Siyeon esta: a) llorando en su nueva habitación por escuchar algo que no quería, o b) aún tratando de conquistar a Minji con su "re-lax, nena" —imitó lo último con el tono cantarin de su hermana, sumándolo el gesto de una mano recta a la altura del hombro.
—Deberían apoyarlas, no tomar jugos —expuso la extranjera, pensando en por qué no las aconsejaban ya que tanto las conocían. Aún si eran tres idiotas, eran sus idiotas.
—Tranquila, amor. Nosotras sabemos cómo lidear con esos bichos. Y hablando de lidear ¿alguna sabe dónde buscar a Yoohyeon? Hay como un par de insultos que tengo que decirle por Yoobin unnie.
—No no —espetó SuA, agitando su dedo índice de un lado a otro. —. De esa niña me encargo yo, es casi como mo hija. En todo caso puedes ver qué tal Dami. A ver si sabe algo o si sigue metida en su burbuja.
—Ufaaa... —aquél tierno puchero hizo que Dong la abrazara por los hombros y dejara un beso sobre el despeinado cabello. Y Gahyeon decidió ceder solo por tener un mejor plan en mente. —Pero bien. Te dejo a Yoohyeon.
—Yo creo que las necesitan~.
—Que no. Ellas se metieron en esto, ellas salen. Lo necesitan para crecer —explicó la Lee para luego tomar otro sorbo de su jugo, sin apartarse de su noviecita, de hecho hasta termino pasando su propio brazo alrededor de la cintura contraria.
Ninguna de las otras dos dijo nada respecto a su edad menor, pero sí lo pensaron. Solo se lo dejaron pasar, después de todo llevaba la razón.
A modo de cierre final para la conversación los tres celulares sonaron a la vez y, aunque la razón era obvia, se preguntaron por qué tenían que ir a la base. Es decir, otra vez en un solo día.
"URGENTE. Próxima reunió en 10 minutos."
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