12° | Mundo sobrenatural
✝ Dos Mundos Conectados:
VATZEL & AZIEL. Alerta spoilers ✝
EN el Reino Sangrier, Emely Lekan de forma sigilosa se escabulle por los pasillos tras salir de sus aposentos. Constantemente observa hacia atrás, sin detenerse hasta que choca con un vampiro castaño que la reconoce.
—Princesa Emely o mejor dicho, Reina Emely.
—Futura Reina, ún no llevo una corona puesta en la cabeza —ella lo observa de pies a cabeza siendo los mismos ojos carmin que define al vampirismo—sigo siendo la misma.
El vampiro frente a ella, asiente.
—¿Irás a entrenar? Eres toda una guerrera.
—No Abraham, no es momento para eso con todo lo que está pasando. Además, no estoy concentrada cuando solo pienso en la Coronación.
—Será mañana —le recuerda y ella gira a ver hacia atrás— ¿Sucede algo Emely?
La vampira regresa a verlo y niega.
—Me oculto de Valok, cuando se entere que no estoy en mi alcoba, enviará a buscarme. Eso y querrá saber mi respuesta, me siento presionada por él.
—Tú padre lo dejó como encargado de ti.
—Si, pero el que debería estar aquí es él y no haberse ido. Cree que fue un sacrificio cuando fue una condena.
Emely vuelve a ver hacia atrás, agudiza su audicción vampirica al escuchar sus voces.
—Te ayudo a ocultarte, sígueme —le dice Abraham Vanci y Emely Lekan tras escucharlo, asiente y comienza a seguirlo. Se detienen frente a una puerta de madera que el vampiro se encarga de abrir y la cierra cuando se oculta con ella—. Con mi sangre, no te van a detectar —de su cinto, saca una daga y en su mano se hace así mismo una herida donde la sangre brota sin parar.
Emely es consciente del reducido espacio, su sed de sangre se hace presente al oler la sangre del vampiro que causa su atención. Sin embargo, desvía la vista al escuchar sus pasos y sus voces del otro lado de la puerta.
—Búsquela por todo el Reino, la princesa Emely no debe salir del Castillo —ordena Valok y en segundos su voz y sus pasos se alejan más y más.
—Funcionó —el vampiro observa su herida sanar por completo, con un pañuelo se limpia el rastro de sangre y regresa la vista en ella.
—Gracias Abraham. —Emely trata de mantener distancia con él con disimulo—. Volverá a insistir cuando aún no tengo la respuesta. No solo es el cargo de Reina, es elegir a mi compañero en el trono, a mi Rey y es obligatorio que sea un vampiro.
—¿Tienes una conexión con alguien?
Emely niega.
—Todo ha sido tan apresurado. Sabía que mi padre, eligió mi destino para mi. Esto eran sus planes, algún día ser su sucesora, la líder del Castillo que reino por siglos pero no creí que fuera tan pronto. Sin estar lista, no quiero ser la Reina, pero no quiero fallarle cuando confío en mi y los Lekan debemos seguir con el legado.
—Entiendo como te sientes pero todo ha cambiado desde la Profecía y empeora desde la ausencia de Vatzel.
—Mi hermano y mi padre son los que más me preocupan Abraham —ella se cruza de brazos y luce pensativa— no sé como ayudarlos.
—No hay mucho que puedas hacer más que contigo como Reina, el vampirismo no va a desaparecer. Podríamos ser los siguientes.
Emely niega aterrada.
—No, justo por eso lo haré aunque me olvide de lo que quiero.
—Princesa, no será por mucho tiempo. El Rey Valkian regresará así como el mismo príncipe de las Tinieblas.
—La situación de Vatzel es crítica que nos afecta a todos. —Emely hace una pausa y baja sus brazos— le daré una respuesta a Valok, elegiré a mi Rey.
—Cuenta conmigo para lo que sea Emely, si me dieras la oportunidad de conocerme, te darías cuenta que tengo sentimientos aunque sea un vampiro sádico como creés.
—Abraham, no es momento para eso —ella lo observa con atención. Ante su idea se acerca a él—. Tú, si, tú puedes ayudarme.
—En lo que sea Emely.
—Abraham —lo agarra de la mano causando su sorpresa—. Te elijo a ti como mi Rey. Sé que no existe una conexión mutua, no quiero ser una interésada pero de todos los vampiros, te prefiero a ti.
—Emely —él luce pasmado ante sus palabras— ser tú Rey no es algo que me moleste pero... tú padre nunca estuvo de acuerdo en cruzar nuestros Linajes, Lekan y Vanci.
—Él no está aquí para impedirlo, como futura Reina, es mi decisión.
El vampiro duda un instante, ante su mirada, responde:
—Esta bien Emely, acepto ese cargo solo por ti y haré día a día que sea mutuo. No dejaré de conquistarte.
Ella se inclina y deposita un casto beso en su pálida mejilla.
—Te agradezco mucho Abraham —se dirige al puerta y está por abrirla cuando él la detiene del brazo con delicadeza.
—Si sales de aquí, te verán.
—Quiero ir a ver a mi padre —Abraham niega varias veces— pero antes, ir con una amiga.
—No te dejarán salir del Castillo.
—Es mi decisión y como futura Reina, me van a obedecer.
Dicho esto y sale del cuarto cerrando la puerta mientras el vampiro dentro, sonríe ampliamente siendo evidentes sus colmillos.
...
Con mucha insistencia, Emely Lekan logró salir del Castillo, con su armadura y su espada juró volver antes del anochecer.
Fue cautelosa al dirigirse a un Reino más a pocos kilómetros. Cuando llega, se escabulle, cruza su límite atenta en cada lobo del Reino Creciente.
—¿Emely? —una joven castaña la observa asomarse detrás de un árbol.
—Lunett.
Ella alerta, se acerca a ella y la hace alejarse lo suficiente.
—¿Qué haces aquí?
—Necesito hablar contigo. Yo sé que el vampirismo no acepta la alianza con su manada pero entre nosotras hay una amistad.
—Por supuesto, eres mi amiga Emely aunque seas mayor que yo.
Ambas sonríen y se abrazan.
—El Castillo es un caos.
—Aquí igual —Lunnet Luwid se aleja de ella y se cruza de brazos— mi padre está más estricto en cada Luna llena y no nos permite salir del límite por sobrevivencia.
—Las cosas se han complicado Lunnet y es en todos los Reinos existentes.
—Temen caer Emely. La nueva profecía se activó desde que Vatzel desapareció de aquí y aún no regresa. Temen ser los siguientes, no permanecen todos los Reinos. Tal vez para mucho de nosotros es la primera vez pero para los antiguos no y mucho menos para los líderes y lo peor es que ya no existe Luzziel.
—La Reina Annebett lo va solucionar —Emely la rodea y Lunnet se da la vuelta atenta en sus movimientos— pero tengo mis propios problemas.
—¿Es cierto el rumor?
—Si, me volveré mañana su Reina a falta de mi padre y quisiera invitarte pero...
—Lo sé, exclusivo del vampirismo. No te preocupes por eso Emely.
Ella extiende sus brazos a los lados.
—Lunett, tuve que elegir a Abraham Vanci como mi Rey cuando no es mi alma. No existe un vínculo eterno con él.
—Emely, cuanto lo siento. Si me obligaran a estar con alguien que no quiero, dejo el Reino. Ya veré en donde quedarme.
—Así es en el vampirismo. Además, soy hija del antiguo Rey —se encoge de hombros— no aceptarán lo que quiero. Un cruce con otro ser distinto a mi, fuera de este Mundo o fuera de aquí no lo van a permitir —se cruza de brazos y se acerca un paso a ella—. En Luna de Sangre, me gusta convivir con mortales. Quisiera que no nos temieran, que sin hipnosis se dieran cuenta que no somos monstruos sangrientos como creen.
—Ningún ser sobrenatural de debe relacionar con ellos, Emely. La distancia, es un Mundo.
—¡No debería ser así!
—Amiga, sé que eres distinta pero son reglas de nuestro Mundo.
—Como Reina, haré que cambien —Lunnet se encoge de hombros— pero mi razón de venir aquí es porque necesito tú ayuda. Iré a visitar a mi padre.
—Tú creador está en el Inframundo.
—Lo sé.
—Emely, no vamos a bajar ahí. Además, nunca he estado ahí y al único demonio que tolero es a Vatzel y a la Reina de Oscuridad pese a lo que son.
—Lunnet, no me dejes sola. La Reina Annebett no permitirá que nos hagan algo.
Lunnet observa hacia atrás con duda.
—No se darán cuenta— insiste la vampira.
—Tienes un poder de convencimiento —le dice al verla— iré contigo solo porque Lenat le gusta la adrenalina.
—¿Tú loba interior?
—La pobre sufre el encierro tanto como yo —le responde y es la primera en avanzar por el bosque.
Enseguida, la vampira la sigue atentas en otros seres distintos.
...
En el límite, ambas se detienen y comparten una mirada.
—No hay portal— emite Lunett.
—Se darán cuenta que estamos aquí— le responde Emely.
Esperan poco tiempo y bajo su atenta mirada, observan un portal crearse y del mismo emerger la Reina de Oscuridad.
—Hola, Reina Annebett —ambas le hacen una reverencia.
—Emely y Lunett ¿qué hacen aquí?
La vampira se atreve a dar un paso adelante.
—Vine a ver a mi padre.
Annebett, cierra sus alas oscuras.
—Valkian, esta estable y por su seguridad, no les puedo permitir cruzar al Inframundo.
—Necesito verlo, hablar con él.
—Emely, comprendo que lo desees pero no es momento. Incluso, ninguna debería estar cerca de la otra. Se pueden dañar.
—Con todo respeto, somos amigas.
—No lo entienden, Lunett y Emely —observa a cada una— es inevitable, cada una puede absorber esencia de la otra. Por la Profecía, cualquier ser hará lo que sea por permanecer.
Ellas se ven fijamente y marcan distancia.
—No nos pueden prohibir hasta eso.
—Soy la primera en no estar de acuerdo pero no puedo cambiar la Profecía a nuestro favor. La distancia es incluso entre creaciones y creadores distintos, por eso les pido —sujeta sus manos— cada una, regresar a su Reino y les doy mi palabra que no será por mucho tiempo.
—Confiamos en nuestra Reina de Oscuridad.
Annebett les sonríe, les otorga su esencia sin ellas darse cuenta y las suelta.
—Te informaré de Valkian y sabrá que viniste a buscarlo.
—Gracias, dile que el Castillo siempre lo va a recibir cuando decida regresar y que me gustaría verlo en mi Coronación.
—Trataré de convencerlo.
Ambas seres se despiden de ella y se marchan. Cuando Annebett las pierde de vista, extiende sus alas y por el mismo portal cruza hasta aterrizar en el suelo infernal.
—Reina Annebett.
Ella se da la vuelta al escuchar su voz.
—Acatriel ¿qué sucede?
—El vampiro solicita más sangre demoníaca, más dosis que la última vez.
—Yo me encargo de él —semicierra sus alas y avanza hasta encontrarlo sobre una roca— Valkian.
—Annett —él se levanta al verla. Ambos se detienen dejando centímetros de distancia— Requiero más sangre.
—No, tú cuerpo está rechazando la sangre mortal y te excedes en la sangre demoníaca.
—Por lo visto, estoy rodeado de demonios a mi disposición.
—Así no fue el trato Valkian. Tanto yo y Azbel fuimos claros contigo para aceptar tú presencia aquí.
—Puedes exiliarme Annett —desesperado retrocede— pero haré lo que sea por conseguir sangre demoníaca.
Ella niega y se cruza de brazos.
Percibe en él las venas oscuras resaltar de su palidez como sus ojos no dejar de ser negros por completo.
—No puedes depender de esa sangre, que no te controle Valkian. Perdiste tú Reino, dejaste de ser su líder e incluso, afectas a tú hija.
—Perdí mucho antes un hijo —la señala— es injusto que Azbel pueda recurrir a Vatzel.
—Ya te explique que fue invocado por nuestro hijo y tú Valkian, eres vampiro, no Demium.
—No me detendré hasta cruzar su portal.
Annebett toca sus sienes.
—Nunca vas a cambiar, seas Dempire o no. Tú no puedes ser invocado.
—Buscaré más opciones para recuperar a mi hijo de un Mundo mortal.
—Te entiendo, quiero lo mismo Valkian. Es Vatzel, nuestro hijo y soy la primera en buscar opciones para recuperarlo pero no te puedes afectar más a ti mismo —hace una corta pausa y suspira—. Emely vino a verte, quiso entrar pero conoces las consecuencias— ladea la cabeza ante su silencio— Valkian, se trata de tú hija.
—Emely hará lo que le pedí —gira a verla.
—Si, pero te necesita con ella. En su Coronación.
—No Annett, no soy el vampiro que era. Volví a activar la maldición y por ahora, no ha afectado a todo el vampirismo solo a mi. Estoy dispuesto a conllevar las consecuencias por ser Dempire pero será el sacrificio por Vatzel.
—Volverá pero a nuestro hijo, no le hubiera gustado verte así—. Él niega varias veces y desvía la vista— inténtalo por Emely.
—No seré su decepción. Preparé a mi hija para ser una guerrera y será la Reina que el Castillo necesita.
—Valkian...
—Tendrás que aceptarme Annett como lo hiciste con Vatzel que es más que un Dempire —regresa a verla y pasa por su lado.
—Valkian —la ignora en cada llamado. Cuando pierde su presencia, Annebett se voltea molesta— es peor para mi.
Decidida, se dirige de regreso al portal cuando se cruza con un Demium vigilante.
—Canon.
—Reina Annebett.
—Usaré el portal de nuevo, subiré.
—El Rey Azbel fue claro en no permitirle...
—Te lo estoy ordenando yo.
El Demium baja la vista y se aparta de su camino.
—Vuelves a usar tú poder de forma incorrecta, Annebett.
La misma Reina de Oscuridad se detiene al escuchar el aleteo de sus alas como su voz.
—Bel
—No saldrás del Inframundo.
Ella gruñe y se da la vuelta.
El mismo Rey del Inframundo, cierra sus alas distintas.
—No soy tú prisionera.
—Las consecuencias para ti son graves. Debilidad cuando visitas otros Reinos y lo que menos necesitas este Mundo, es tú ausencia— se acerca a ella— Eres el ancla, Bett.
Por su mirada, baja la vista.
—Puedo resistir más, pero lo que no puedo permitir es que más Reinos dejen de existir como antes— alza la vista, sus ojos fijos en él— perdimos muchos, ayer el Reino de Draga y las Brujas, no pueden usar su magia y de eso dependen para existir cuando la solución, es Vatzel.
—Le advertimos, hará lo correcto.
—No me quedaré a esperar, usaré todas mis posibilidades para ayudarlo desde aquí.
—Annebett —la mira retroceder y extender sus alas.
—Tengo que irme Bel, vigila a Valkian y no más enfrentamientos entre ustedes.
—¿Qué te hace pensar que te dejaré salir del Inframundo?
—Soy la madre de tú hijo y lo que hago es por él. Si no me obedeces como tú alma, lo harás como tú Reina superior.
—Te vas a debilitar más.
Ella lo ignora y bajo su atenta mirada se impulsa con sus alas hasta cruzar el portal.
—Rey Azbel ¿quiere que la detenga?
—No, Annebett volverá por su cuenta —deja de ver hacia arriba y se voltea— ¿Cuántos demium han sido invocados?
—Demasiados y todos regresan sin alma.
✝✝✝
En el Reino Celesty, la Reina Annebett sin complicaciones le es permitido entrar. Sin embargo, obtiene las mirada de todo ángel alrededor. Sus alas negras, como sus cuernos que no oculta hacen la diferencia de ángeles por doquier de alas blancas.
—Bienvenida a Celesty —la recibe un ángel femenino de cabello corto y blanco.
—Llévame con el Rey Caliel.
Athenia asiente y la guía a la sala principal.
En cuanto abre las puertas, hace una reverencia a su líder sentado desde su trono.
—Fuera de mi vista Athenia —el ángel se levanta y extiende sus alas blancas y más grandes que la de cualquier otro ángel—. Su visita es inesperada, Reina Annebett.
Ella espera la soledad, cuando la puerta se cierra, fija la vista en él cerrando sus alas.
—Destesto venir a tú Reino pero te requiero Caliel.
—A la Oscuridad ¿en qué puede ayudarle un ángel como yo? —se señala con arrogancia.
—Necesito que envíes a uno de tus ángeles al Mundo mundano y le de mi mensaje a Vatzel.
Él cierra sus alas y dura en silencio.
—Caliel, son los únicos seres sin incluir a los Demium que pueden cruzar y salir de este Mundo.
—No es un trato que me combiene ¿me jurara protección a mi Reino? Los ángeles seremos superiores a demonios y no vamos a caer primero.
—Es una orden Caliel, olvidas quien soy —lo mira molesta— a ninguno nos combiene que yo revele su secreto.
—Juró ningún otro ser enterarse.
—Lo juré pero a estas alturas mi palabra no tiene validez —lo reta Annebett— estoy desesperada por Vatzel y sea de tú agrado o no, mi hijo volverá.
—No enviaré a ninguno de mis ángeles. Les he prohibido salir.
La Reina de Oscuridad da un paso adelante sin importarle la diferencia de altura.
—No te creo Caliel, he escuchado tantos rumores de ti que comienzo a creerlos. No eres el Rey que este Reino, merece.
—Luzziel me creó para ser su líder y por siglos lo he sido y lo seguiré siendo.
Annebett retrocede.
—Bien, será por las malas —inclina la cabeza— quiero ver a tú Reina.
—Aliz está indispuesta.
—¿Indispuesta o prisionera por ti? —Annebett extiende sus alas oscuras— Llévame hasta ella o la buscaré por mi cuenta, pero serán para ti peores las consecuencias.
El Rey Caliel molesto, comienza a avanzar. Al salir, en todo momento Annebett lo sigue alerta. Ignora las miradas hasta que cruza una nueva puerta.
—Ahí está y obtuvo su castigo.
La Reina de Oscuridad se adentra más y más hasta detenerse con una expresión sorprendida. En el centro de la estancia, desde el suelo observa un ángel encadenado de brazos y pies, sin alas cuando le fueron arrebatadas con crueldad, con la vista baja. Su desnudez cubierta por una poca tela malgastada.
—¿Qué le haz hecho? —gira a verlo— ¡Te exijo que liberes a Aliz!
—Tengo poder sobre de ella. Son consecuencias de su engaño.
—¡No es justificación, Caliel! —ella misma se hace cargo usando su poder y fuerza para liberarla—. Debi subir antes a tú Reino.
En cuanto el ángel es liberada, cae inconsciente entre sus brazos.
—Es la madre de tú hija.
—Aurora desconoce esto, sigue creyendo que es un buen trato cuando Aliz no lo merece.
Annebett la deja en el suelo y se levanta.
—Era preferible su destierro.
—No voy a permitir que hasta demonios se involucren con ella por lujuria —él niega— la prefiero en mi Reino bajo mi vigilancia.
Annebett observa con detenimiento de él a Aliz.
—Estás robando su esencia —emite segura.
—Para lo único que me es útil.
—Suficiente Caliel —se acerca a él— Hoy mismo, la vas a desterrar. Prefiero verla como parte de los Caidos a que siga sufriendo en estas condiciones. Azbel le otorgará nuevas alas y en el Inframundo será recibida —lo ve negar—. Lo harás, de lo contrario, con la pena pero dejarás de ser su líder y otro ángel te va a sustituir. Yo misma, te voy a desterrar —él retrocede al notar la oscuridad en sus ojos— no te gustará ser un Caído más.
—Prefiero mi muerte a pisar su suelo infernal.
—Tú decides Caliel, envías a Aurora conmigo.
—Mi hija no...
—No te pido tú permiso, estés o no de acuerdo, me vas a obedecer —le da una última mirada a Aliz inconsciente y regresa la vista en él—. Hoy mismo la pierdes y si me entero que usas a otros ángeles para tú existir, no tanto por el Reino, vendré a darte el peor castigo que te puedas imaginar.
Dicho esto y pasa por su lado recibiendo su silencio.
En cuanto antes, abandona Celesty tras dar órdenes a otros ángeles.
Se demora en regresar al Inframundo ante la debilidad hasta que logra cruzar el portal. En cuanto aterriza, Canon la recibe.
—¿Se encuentra bien?
—Lo estaré hasta que Vatzel regrese —con su ayuda se endereza y oculta sus alas.
—Annebett —el demium que la sostiene, lo sustituye el mismo Rey del Inframundo. Ante su mirada, los deja solos— esencia angélical.
—Fui a Celesty.
—Caliel.
Annebett asiente y con él avanza hasta la roca más cerca. Despacio con su agarre en su cintura, la ayuda a sentarse.
—Eran cierto los rumores, Aliz estaba en las peores condiciones cuando su pecado fue caer por el deseo de Alaric y Caliel... la tenía en horribles condiciones, sin sus alas y le robaba su esencia.
—Lo creo de él.
—Lo amenace Bel y vas a tener que recibir a Aliz como Desterrada de su Reino y darle nuevas alas.
—Serán más Caidos.
—Azbel.
—Lo haré, por ti y por esos seres, porque acepto un cruce de seres de distinta esencia. Aquí hay rastro de ángeles, recientemente un vampiro con sangre demoníaca, como yo lo soy.
—Gracias Bel —Annebett estira su mano a tocar sus alas con delicadeza—confío más en Demium que en otro ser —le sonríe siendo evidentes sus colmillos— ¿Por qué los ángeles no pueden ser como cualquier otro Demium?
—Bett, la oscuridad nos controla aunque fuimos creados por Luzziel por lo que es, depende de eso y de la intervención de su hermano.
—¿Donovan?
Azbel la observa fijamente, cierra sus alas y la sostiene de ambas manos.
—Desde que existo, se cree y se rumora que Luzziel creó primero a los ángeles como seres del bien pero hubo uno que cayó por el mal por Donovan y ese fue Caliel que condenó a todos. Se rumora que lo hizo por poder y desde entonces, el mal fue parte de los ángeles como en otros seres cuando el primer Rey Oscuro, quiso un equilibrio. Se cree que con su hermano, creó a cada ser de este Mundo. Él creo a todos pero influyó en cambiarlos, Donovan.
—¿Qué seres eligió mi padre?
—Ángeles, Hadas, Driades, Duendes, Elfos, Arpías, Griffos y Lobos.
—El mal fueron todos aquellos que incrementó la oscuridad. En Demium, Vampiros, Sombras, Sirenas, Ondinas, Brujas y Dragones. Sería el balance, seres en contra por naturaleza.
—Cometieron un error.
—El peor error de Donovan fue Raziel—con su ayuda, Annebett se levanta— si conoce su poder y de quien es descendiente, lo usará en nuestra contra. Cada vez, más Demium son invocado, demasiados diariamente y cuando regresan, no conservan su alma.
—Está utilizando a los mundanos —Azbel le da la razón— no puede ser.
—No es todo Bett, Veitan desapareció hace poco y no pude intervenir.
—¿Fue invocado?
—No aparece en el grimorio infernal. Ningún mundano lo invoco pero solo desapareció y tengo la seguridad de afirmar que fue Raziel.
—No puede controlarlo desde aquí si fue Desterrado.
—Comparte parentesco por Liriel.
—No es posible.
—Tiene a Veitan y lo usará en sus planes pero mi preocupación es por Vatzel. Una vez lo controló.
—No volverá a hacerlo.
—Annebett, tendrá la oportunidad si cuando estaba aquí, lo atacó con gravedad que comienzo a dudar que fue capaz de...
—No lo hizo —lo interrumpe— detuvimos a Raziel a tiempo y reconozco mi error, debí matarlo que ahora afecta a mi propio hijo pero Vatzel, lo va a derrotar. Volverá con nosotros y me encargaré de revivir a todos lo seres faltantes.
—Luzziel no está más a aquí.
—Pienso recurrir a mi última opción Bel —se suelta de su agarre—. Hace tiempo, le envié mi mensaje.
—No hay respuesta, Annebett.
—Estoy débil y se dará cuenta, es como yo.
Los invade el silencio.
De pronto, aparece una Demium que al verlos, le hace una reverencia.
—Haya.
—Reina Annebett, tiene visita —cuando se endereza, agrega— Él, está aquí.
La Reina de Oscuridad comparte una mirada con el Rey del Inframundo y sonríe.
—Iré Bel, mantén a todos los Demium, lejos de nosotros.
—No te arriesgues Bett.
Ella pasa por su lado y sigue a Haya hasta cierta distancia. Cuando llegan cerca del portal infernal, Annebett se detiene y le pide retirarse. Al perderla de vista, avanza hasta llegar hasta él que le da la espalda.
—Bienvenido otra vez.
—Recibí tú mensaje, mis disculpas por la demora —él se da la vuelta dejando sus manos en su espalda— asuntos en mi dimensión.
—Comprendo y en estas condiciones nos volvemos a ver después de tanto tiempo pero te necesito. Se trata sobre Vatzel, mi hijo.
Él la escucha con atención, en total silencio hasta que la Reina Annebett, guarda silencio.
—¿En qué puedo ayudarte?
—Requiero tú poder unido al mio, Aziel. Sin Vatzel, sin contar a Raziel, somos los únicos seres Oscuros aquí. —La Reina Annebett da un paso adelante— quiero invocar a Luzziel.
—Luzziel —él repite desconcertado— no existe más.
—Lo sé pero he investigado y tal vez no puedo resucitarlo, lograrlo, él solucionaría todo pero puedo proyectarlo por primera y última vez cuando aquí dejó de existir, pero es necesario unir nuestro poder. Usar nuestro Afiro.
—No hay más Afiro a mi disposición. Usé el necesario en mis propias creaciones —ella luce sorprendida.
—Tenemos mucho de que hablar pero no es necesario una expulsión de cierta cantidad. Aún permanece el corazón de Luzziel en ti y por ser su hija, podemos lograrlo cuando aún conservo una parte.
Aziel duda un instante.
—No habrá riesgo para ti, podrás volver a donde perteneces pero necesito saber como resucitar a los seres que este Mundo, ha perdido— insiste— Luzziel tendrá la respuesta.
—Conocerlo, invocarlo desataria futuras consecuencias incluso para ti misma.
—No me importa, Aziel. Soy capaz de dar mi eternidad por Vatzel.
—Su creación es poderosa y lo será mucho más.
Ella lo ve confundida.
—¿Qué ocultas?
El ser Oscuro, avanza y la rodea hasta detenerse del lado contrario.
—Debe ser por Luzziel pero me di cuenta que Vatzel —se inclina a su oído y le susurra— será el Rey de todo.
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N/A:
Holaa, ya extrañaba escribir esta historia y lo logré en estos días que me sentí mejor. Por mi salud, si se verán afectadas las actualizaciones pero nunca las abandonaré. Con respecto al capítulo, intenso con muchas sorpresas. Con respeto a este nuevo personaje, AZIEL es parte de otra historia de fantasía pero tiene mucha conexión porque tanto él y Annebett son Oscuros, originados por Luzziel. Mundo Darkness y Vampire Darks, en ciertos libros se conectan por algo similar. Así como en Entrelazados, se mencionó a este personaje, igualmente aquí en Vatzel aunque no tendrá mucho protagonismo porque Aziel tiene su historia y le pertenece a Vatzel pero si será necesario para ayudar en estos casos.
Les dejo una ilustración con IA de Annebett “La Reina de Oscuridad”
Sigan leyendo que es doble actualización 👀
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