Epílogo.
Se había acostumbrado al silencio durante este largo tiempo. Era agradable, incluso demasiado para todo lo que había vivido. Abría sus ojos para ver la habitación en la que se había encerrado. Cientos de miles de cifras a su alrededor que le dejaban miles de mensajes que podía comprender.
Miró sus manos por un instante y recordó lo que tenía en su boca. Recordó una historia demasiada larga que le perforaba su corazón y la hacía llorar. Una historia que al final acabó en una farsa.
Se rio.
Qué hijo de puta, me ha engañado bien.
A duras penas pudo levantarse del suelo para mirar los números con detenimiento. Respiraba con un poco más de libertad que antes, una que la hacía sentir bastante viva tras tantísimos años.
Puso las manos en su espalda, agarrándoselas con calma para cerrar sus ojos y con ello empezar una cuenta.
Uno. Dos. Tres. Así sin descanso.
Sonrió como nunca, caminando hacia la puerta para mover su mano derecha. Pensó en abrir el pomo, pero se quedó inmóvil antes de hacerlo, escuchando las pulsaciones de su corazón situado, curiosamente, en el lado derecho.
Se dio cuenta que su habitación dejaba de ser numérica cuando la sala parecía ser destrozada por esos colores que jamás pensó que volvería ver. Se giró, mirándolo con un rostro impasible al ver como esos colores rectangulares que parpadeaban sin descanso, deseaban ir hacia ella.
¿De verdad, querido?
Con un movimiento sutil de su mano derecha, la sala se expandió a miles de millones de números que destrozaron esos errores en un gesto poco compasivo. Sonrió, aun con las vendas puestas, unas que ya deseaba retirárselas, de hecho, esa tentación tan grande surgió cuando su mano las agarró.
Se quedó en silencio, para luego soltar su mano y negar con calma. Miró hacia la puerta y con un gesto apenas percibirle de su mano derecha, abrió la puerta, una que se consumió en miles de números.
Al igual que tú te has hecho fuerte durante estos años, yo he estado meditando demasiado. ¿Sabes? Ya no tengo la paciencia de antes, tampoco creo que tenga el cariño.
Así que ven. Da igual que tengas el Tiempo de tu lado. A la infinidad no la puedes matar, y lo sabes. Tampoco puedo acabar con la inmortalidad, eso es cierto.
¿Pero no es gracioso?
La pelea que se viene va a ser peor que la que tuvimos hace años atrás, y créeme que estoy dispuesta a luchar hasta que el tiempo carezca de sentido y la realidad se destroce entre nosotros.
TvO: ¡Encontré estos mapas! ¿¡No te parece increíble!? ¡Por fin voy recordando algunas cosas!
¡Sí! ¡Aun queda demasiado! ¡Pero calma, calma! ¡Aun queda mucho de la Galaxia Olvidada! ¡Demasiado!
¡Pero pronto se sabrán de los demás héroes! ¡Pronto se sabrán sobre ellos!
¡Aun se puede salvar todo! ¡Solo hay que tener esperanza!
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