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👽 CAPITULO 3. LA NUEVA ADQUISICIÓN

Recobro la conciencia después de una larga, larga siesta. Mis sentidos comienzan a encenderse uno a uno, es una sensación bastante extraña que provoca una sensación de pesadez en mi cuerpo.

《Siento que me pasó un trailer encima. 》Pienso a causa del dolor que invade todo mi cuerpo, literalmente parece que me dieron una buena paliza.

Me encuentro recostada boca abajo en una superficie muy suave. Con todo lo que pasé, la comodidad de la que gozo ahora mismo es un regalo que agradezco infinitamente. No quiero abrir mis ojos, tengo miedo de saber que esta paz es momentanea y de esta forma, no quiero tampoco moverme de mi lugar, no quiero alertar a quien este a cargo de mi vigilancia de que ya tengo consiencia. Sin embargo, de nuevo soy victima de mi propio sexto sentido, me advierte que no estoy en un lugar seguro, que abra mis párpados y soy presa de la inquietud.

《¡No otra vez!, ¡no otra vez!, ¡no otra vez!》El pánico es lo único que mi ser produce a estas alturas, no ha acabado mi terrible situación.

Abro mis ojos y permanezco en la misma posición, observo todo a mi alrededor , quiere saber cómo es el entorno que me rodea, si soy observada por alguien, o si escucho algún sonido a mi alrededor. Muevo mis brazos con cautela y despacio hasta ponerlos a la altura de mi cabeza, me levanto con un cuerpo aún torpe, temblorozo y dolido.

¡Oh, sorpresa!, ya no tengo huesos rotos o heridas sangrantes.

Tomo mi brazo izquierdo examinándolo, no tiene ninguna fractura, está totalmente curado. Mis costillas no duelen, cada una se encuentra en su lugar. No hay ninguna herida, rasguño o moretón, por lo que dudo sobre si todo ha sido real, o tan solo me encuentro en un sueño de nuevo.

Miro mi alrededor, parece que estoy una habitación común y corriente, solo que es una habitación de color gris, como una de esas que hay en un hotel super lujoso. Cortinas largas color rojas aterciopeladas, cubriendo un enorme ventanal. Una cama realmente grande y suave, vestida de un edredon rojo carmín y sabanas negras. Una mesa de centro de cristal de forma hexagonal y no hay nada mas; esto es extraño.

Me muerdo el labio inferior para verificar que sienta dolor, si lo percibo es real, sino, es un sueño; ¡auch! si tengo sensaciónde dolor.

-¿Hola? -llamo al aire, quiero saber si hay alguien cerca y de una vez, estar preparada para una situación favorable para mi, o una muy mala.

Al no recibir respuesta, trato de incorporarme, pero aún me siento aturdida. No, no es aturdimiento lo que tengo, estoy drogada, eso describe mejor mi estado. Tengo esta sensación entre despierta y dormida. Con una reacción lentísima en mis movimientos, es lo que percibo. Logro incorporarme torpemente, hasta quedar sentada sobre mis piernas a mitad de la cama; todo me da vueltas.

《¡Demonios!》

Unas nauseas enormes me invaden, el estómago lo siento revuelto y tapo mi boca para no sacar todo lo que traigo, pero es inevitable; alcanzo a llegar a la orilla de la cama y saco todo. Una migraña descomunal amenaza con explotar mi cabeza, una reaccion de lo anterior. No puede enfocar bien, todo esta borroso y los síntomas se juntan uno a uno, hasta sentir que me muero; literal.

Una vez que logro gobernerme, me recorro hasta que mis pies tocan el suelo del lado del ventanal. Me ayudo de la pared de la cabecera de la cama para ponerme de pie, camino torpemente y voy hacia el enorme ventanal; quiero saber que tapan esas cortinas rojas.

Con ambas manos tomo las cortinas, trato de abrirlas de golpe , pero son muy pesadas, de tal forma que mis fuerzas actuales solo pueden mover una de ellas, logrando abrir un pequeño espacio que me deja ver el exterior; mi asombro es indescriptible.

Es de noche, un verde oscuro cubre el cielo en su mayoria, con algunas variantes del mismo tono a lo lejos, y estrellas brillando tan intenso, que parecen estar muy cerca. Y no solo eso, hay dos lunas que puedo ver desde mi perspectiva, una junto a la otra, una del mismo tamaño de la luna terrestre de color rosado tenue, y otra enorme a su lado de color verde menta.

-¡No me jodas! - exclamo al ver el tamaño de esa cosa.

Dirijo mi vista ahora hacia abajo, estoy en un edificio muy alto, por lo que las luces azul neon del suelo, lucen tan pqueñas como luciernagas. Las distancias no son lo que parecen, todo lo que observo abajo, ha de ser de un tamaño enorme, pero estoy a una gran altura , que mi perspectiva deja ver todo pequeño para mi. Ahora mis ojos van hacia el frente, una luce blancas en forma de espiral giran a lo lejos, formando un gusano dorado que sube sobre una construccion que no puedo distinguir muy bien que es; típica escena de película ciberpunk.

《¿Qué será eso?》

Y justo cuando me pregunto esto, noto mi reflejo en el cristal del ventanal, causando me exalte y asuste; me encuentro totalmente desnuda.

- ¡Carajo! ¿y mi ropa? -grito- ¿que me han hecho mientras dormía? -Pienso lo peor, ¿qué otra cosa lo explicaría?

Si algo tenemos los humanos -me refiero a los de mi planeta, ya que no conozco otros alienígenas- es que tenemos emociones, costubres y formas de pensar muy "simples y comunes", el verme desnuda me hizo sentir pudor, seguido de un miedo terrible, al pensar que pudieron haber violado mi cuerpo de mil formas sin saberlo.

Sin pensarlo dos veces, agarro el edredon de la cama y la pongo encima de mi desnudo cuerpo, mis ojos se mueven en todas direcciones, en un delirio al sientir que alguien me mira por ahí, pero, no hay nadie, me encuentro sola en la habitación.

Y de esta forma, al tener sujetado el edredon a la altura de mi pecho, percibo que en mis muñecas llevo unos brazaletes plateados muy anchos, ¿cómo no los vi antes si me examine?

Entonces observo mis tobillos, de igualforma tengo esos metales, en su centro llevan una gema roja en forma de llama que no deja de brillar. La piedra preciosa, contiene un grabado alrededor de ella, una especie de ave, un halcón, tal vez, como si se tratase del emblema de un escudo. Voy de nuevo al ventanal y miro mi reflejo, en mi cuello llevo una gargantilla de un centímetro de ancho de color plata, se encuentra adornado con tres rubís de color rojos, que se prenden cual carbón en pleno fuego.

-Creo caí en las manos de un enfermo con mucho dinero. - No encuentro otra lógica.

Trato de quitarme la gargantilla, no puedo, al parecer permanece unida a mi piel y al jalarla duele, duele mucho. Al ver que mis intentos son fallidos, comienzo a llorar en silencio, entro en la etapa de asimilacion y entonces, se me viene el mundo abajo.

《¿Por qué salí de madrugada?, otras veces solo lo hubiera ignorado, aún estaría con mis hijos, estaría a salvo.》No puedo dejar de repetirme esto.

《¿En verdad él me amó alguna vez?, ¿o siempre me mintió?》Otra cosas que carcomía mi interior.

Me dejo caer al suelo derrotada, todo se fue al carajo, no sé ni a donde me encuentro ahora. ¿qué me esperaba? ¿mas dolor? ¿mas sufrimiento? ¿quién era dueño ahora de mi ser? Lloro, lloro desconsoladamente por que mi subconciente me dice que ahora viene lo peor.

《¿Estaré soñando?》Me pregunto inúltilmente otra vez.

Debido a mi gripe, bien puedo estar en cama y alucinando todo, si, esta podría ser una posibilidad creíble. Entonces me calmo un poco. Limpio las lágrimas de mis mejillas, cuando de nuevo se formula otro analisis.

《Lo sabes, lo sientes, no te engañes, esto... es ahora tu realidad.》

Respiro hondo, me pongo una vez más de pie y observo por el ventanal todo alrededor, me quedo mirando por largo tiempo, trato de digerir la situación, pero aún me niego; debe ser una pesadilla.

***********************

En la habitación, tengo la sensación de ser observada, lo presiento, me recorre un calosfrios y miro a todos lados tratando de buscar "eso", que me causa la incertidumbre.

Trato de averiguar de donde viene esta mirada. Giro sobre mi eje recorriendo cada rincon de la habitación, pero las luces tenues rojizas para variar, no me ayudan mucho. No distingo nada, ¿acaso mi precepción esta equivocándose a causa de todo lo que me ha pasado?

-¿Dónde diablos estoy? -me cuestiono en voz alta.

Observo por el ventanal una vez más, no tengo mucho alcance, como tampoco una gran vista panorámica, es de noche, es lo único que sé. Mis ojos apenas notan pequeños objetos en movimiento en el fondo, puntitos amorfos, no tengo idea de los que sea eso.

-¿Serán coches? -siguo estudiando el lugar -, ¿aquellos hileras brillantes serán edificios? ¿o tal vez , ventanas?

Sin embargo, cuando comienzo a adaptar mi vista, algo más me sorprende asustándome. Una especie de vehículos voladores pasan cerca del ventanal inesperadamente y caigo de sentón al suelo.

-¿Son vehículos?

Trato de digerir lo que sucede, giro, miro la habitación de nuevo. Pongo mucha atención a el lugar, aquel que me secuestró, en verdad se esmeró de darme un ambiente familiar, ¿acaso para que no cayera en pánico.

Los objetos del lugar en su mayoría son holográficos y raros para mi, el ambiente familiar se fue al carajo. Sobre una de las apredes se proyecta algo que supongo es un reloj, ya que cambia sus signos en un compáz muy parecido a los minutos. Una pantalla 3D aparece de la nada en medio del sitio, proyecta ambientación y de vez en cuando, aparecen criaturas humanoides, donde hablan indicando algo; por supuesto no entiendo nada.

Enseguida, del techo se desprenden cuatro esferas de cristal del tamaño de una pelota de beisbol, cuentan con un lente rojo en su centro, que enfoca mi ser como para "mirarme" mejor; las otras tres se colocan a mi alrededor de igual manera. Entonces comienzan su escaneo, de pies a cabeza y en todos los ángulos que sean posibles, suben y bajan con esas luces rojizas. Comienzan a emitir sonidos, que supongo son dialectos, pero siguo sin entender nada. Es tan sorprendente esta situación para mi, el ver funcionar estos objetos, que quiero tocarlos, sin embargo inesperadamente escucho una voz en la misma habitación que yo.

-Ek sal dit nie doen nie (no hagas eso). -Una voz grave, muy masculina y profunda, se escucha desde las sombras del rincón derecho al lado de la puerta.

Inmediatamente giro el rostro en dirección a donde escuche la voz. Según yo, nadie se encontraba ahí, cuando revisé la habitación en las dos ocasiones anteriores; así que me toma por sorpresa. Voy del lado opuesto entre el ventanal y la cama, pongo distancia y observo asustada a todas direcciones.

De la esquina derecha, donde hay sombras, noto una figura humanoide muy alta. Con cautela, sale un hombre de ese lugar, un varón de estatura muy alta, de apariencia muy peculiar.

《¡imposible!》Grita mi mente, ya que es irreal lo que estoy viendo.

Es un hombre groseramente atractivo fisicamente. Espectacularmente bello, y no me refiero a que sea "bonito", sino, que es muy varonil, un "hombre" que tal vez muchas hemos idealizado en la mente. Lo recorro de pies a cabeza, todo encaja perfectamente, todo a proporcion de su cuerpo. Sus pupilas son de un color rojo encendido carmín, con una mirada muy penetrante y hasta intimidante. Su nariz, boca, mentón; este ser cuenta con una simetria facial perfecta.

Pero lo que mas me impresiona es su cabello, no está teñido, es natural. Un color rojo fuego que, ni con diez decoloraciones podría quedar del tono que estoy viendo; además de contar con una cabellera larga que llega hasta su cintura. Quedo perpleja al ver tanta belleza, no puedo creer que sea real, por lo que cabe la posibilidad de que me encuentre soñando sin duda alguna.

La altura de ese hombre es casi tres veces la mía, parece una especie de maldito dios, sin embargo podrá lucir muy atractivo, y muy llamativo en su exterior, pero tanta perfección he aprendido que jamás puede ser buena.

Lo observo a los ojos, conectamos con nuestras mirada, pero ya al tener esta visión directa, toda la fascinación anterior que tenía se disuelve de inmediato. Su mirada se vuelve totalmente fría, helada, y causa que crezca un terror puro desde mi interior.

De nuevo me siento en peligro, tal vez diez veces más, que en esa fábrica del terror. Una presencia pesada va creciendo en el lugar. El ambiente cambia a uno malvado , maquiavelico; núnca había sentido algo así. Este ser es el único en esta habitación, por lo que es quien causa todos estos fenómenos. Trato de mantener el contacto vizual, pero me es imposible cuando esos ojos reflejan una mirada llena de desprecio descomunal hacia mi ser, junto con indiferencia y odio.

Bajo al mirada de inmediato, no m puedo mover, mi cuerpo tiembla sin poder controlarlo, hiperventilo, siento mi corazón latir con desespero y quiero salir corriendo para ponerme a salvo, pero mi cuerpo está en shock.

El sujeto camina hacia donde me encuentro. Lo único que me es posible hacer, es retroceder torpemente; él me observa atentamente

-Wat is jou naam?(¿Cuál es tu nombre?) -Articula estas palabras cuando para su andar y obseva mis acciones.

¿Creo haber escuchado que habló inglés?, no contesto, no soy dueña de mis labios y la voz no me sale.

-¿Human?( ¿humana?)

Esto si lo entiendo claro. Subo la mirada con gran dificultad, y asiento.

-¿Aarden?(¿Tierra?)

Quiero entender que sea correcto lo que escucho que dice, por que el hecho de que él vea que no tenga una conversación fluida, lo molesta. Entonces coloca su mano izquierda sobre su mentón, piensa para si. Unos segundos después, sus ojos de nuevo me miran.

-¿Ti...tieera?

-¡Si, Tierra! -contesto entre desesperación y miedo.

La puerta de la habitación se abre, entra un robot humanoide muy parecido a uno de los tantos que saca Max Steel cuando hace su "acción turbo", estoy viendo un Cytro en la vida real. El bello hombre de ojos rubíes lo mira, deja que pase su robot directo a donde me encuentro y se coloca Frente a mi para comienzar a entablar una conversación.

Escucho, trato de darle sentido a lo que emite, por que es obvio que está intentando "hablar" conmigo. Cambia los acentos, el idioma, la velocidad; ninguno es el que yo hablo.

En cada cambio de idioma por acto reflejo mis ojos van al pelirrojo, que se ha sentado sobre la cama y presta mucha atención en la interacción. Ha cruzado la pierna derecha sobre su rodilla izquierda. Su brazo izquierdo sobre su pierna, y la mano derecha tocando su mentón. Cada vez que ella lo veo, él arquea su ceja en descontento, y éste a su vez, mira al robot. Su gesto no augura nada bueno, es más, creeo que está pensando que su maquina traductora no sirve.

Pasa el tiempo, horas que son eternas para mi, tiempo que causa un desalentador sentimiento, al entender, que si no hay una comunicación activa, algo muy malo me puede pasar. El robot al no poder comunicarse conmigo, se acerca a su amo y ambos dialogan en un lenguaje que no entiendo. De nuevo el pelirrojo repite "Aarden" y me mira, para después, hacer que el robot intérprete se retire.

Enseguida el hombre de cabellera roja chasquea los dedos a la nada, no sé que signifique eso, o para que sea, sin embargo unos segundos después, dos seres de piel verdosa parecidas a una ninfa reptil, entran a la habitación ¿Cómo lo escucharon? Ahora entiendo que él, tiene bien amaestrados a sus esclavos.

Las ninfas visten de blanco, algo como vestimentas griegas, pero sin oro, mas que los brazaletes plateados, pero de distinto tamaño a los que yo porto. Los de ellas son m as bien pulseras, con una gema pequeña roja, una delgada cadena plateada sin joyas rojas, y no portan tobilleras platas en sus pies. Cargan algunas cosas en sus manos, que llevan directamente a mi.

Una de ellas me extiende una tela blanca, pero no sé para que sirve, como tampoco la tomo. Permanezco sujetando el edredón a la altura de mi pecho, miro a todos los que se encuentran en la habitación con desconfianza, pero ellas insisten en que tome la tela. La esclava mira a su compañera con desesperación, no deja de ofrecerme la tela, y entonces ambas de reojo miran al mismo tiempo al de cabellos rojos, se nota que temen les vaya a hacer algo, si yo no agarro esa tela blanca. Así que me acomodo el edredón, y con la otra mano tomo el lienzo.

Al ver esto el hombre, se levanta de su lugar alertando a las ninfas, quienes marcan una cara de susto descomunal y se pegan a la pared más cercana; se inclinan y tiemblan.

Con grandes zancadas, el de cabello rojo va a donde me encuentro , y ya alertada por el actuar de las ninfas, retrocedo llena de pánico. Él extiende su brazo y alcanza a sujetar el edredón con que tapo mi desnudez , da un fuerte tirón arrebatando la tela, causando me jale bruscamente y quedo vulnerable frente a él. No sé que hacer, estoy asusta, tiemblo, hiperventilo.

Mi actuar le divierte al hombre, marca una sonrisa satisfactoria en los labios, y recorre con su mirada mi cuerpo. Sin embargo, su dedo índice izquierdo del pelirrojo va directo a la altura de mi pecho , y poco a poco lo sube hasta que toca mis labios.

-jou eenvoud speel teen jou ( tu simpleza juega en tu contra)

Baja su rostro hasta quedar a la altura del mío, y me mira de frente. Su mano se desliza hacia mi mejilla, quitando un mechón de mi cabello, y entonces lo lleva hasta atorarlo detrás de mi oreja.

-Hulle veg vir jou ( ellos se pelearán por ti)

Con un ademán del pelirrojo, las criaturas asustadizas de nuevo se acercan, y noto como la situación las confunde. Ambas ninfas miran al varón de reojo, y ese gesto en sus rostros me indican que algo no es normal aquí. El pelirrojo al ver que sus esclavas no se mueven, las acribilla con la mirada, entonces me ayudan a ponerme el lienzo blanco sobre mi cuerpo, lo más rápido posible. La tela le da forma a un vestido, uno muy parecido a los ropajes griegos, pero este, me queda a media pierna, no llevo ropa interior, más que esa prenda.

Mis pechos solo son tapados de la mitad hacia mis brazos, y mi vientre descubierto. Mi espalda se encuentra desnuda, y la tela es casi semitransparente, por lo que se ve todo sin dejar nada a la imaginación. Me siento incómoda, y mis inseguridades físicas se hacen presentes, nunca he vestido de esta forma, ni siquiera para mi esposo. Me siente como una cualquiera, una zorra barata de mi planeta.

Las ninfas al terminar su trabajo sobre mi cuerpo, se retiran, dejandonos solos al pelirrojo y a mi. Cuando el hombre ve el resultado, marca una sonrisa llena de satisfacción perversa. Agarra la gargantilla de mi cuello, y acomoda el metal; esta acción hace que una pequeña punzada me de, como una carga eléctrica. Mis manos van a mi cuello, para evitar que el metal toque mi piel, pero el pelirrojo toma mi mano y con un ademán de cabeza indica que no lo haga.

-Déjame ir -pido aprovechando la cercanía.

Los ojos carmesí van directamente a mi rostro, me observa unos segundos cuando, inesperadamente golpea mi mejilla, haciendo que caiga al suelo aturdida y adolorida del rostro. Eso no lo esperé y el hombre cuenta con una fuerza tremenda.

-U het geen reg om met my te praat nie ( tu no tienes derecho a dirigirme la palabra).

Finalmente, como areepentido de su actuar, me toma del brazo y me levanta bruscamente. Agarra mi mentón haciendo que lo mire de frente, las lágrimas recorren mis mejillas totalmente aterrorizada.

-Wel, ek hou van jou op die manier (bien, así me gustas).

Ahora sé, que me aparté de una situación desastrosa, cuando ya me he metido en otra mucho peor. El pelirrojo es violento, mas grande que yo, con más fuerza, y por lo visto, debo someterme si quiero sobrevivir en este sitio.

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