👽 CAPITULO 1. LA FÁBRICA PLATA
Lu, desconoce cual ha sido su destino. Desde su fallido escape en aquel recóndito lugar, ha permanecido dormida por otra dosis de ese veneno noquea-elefantes, que le fue inyectado en mayor cantidad. El efecto, por supuesto, no fue eterno, pero sus secuestradores esta vez, si, se esmeraron en que su impacto fuera mayor como en todos los demás, sin embargo, en ella, algo ocurre, y de nuevo desaparece el producto en un periodo, que no es normal para alguien de su especie.
Aunque, lo mejor mejor hubiera sido que siguiera dormida, y así, jamás habría escuchado los gritos desgarradores que invaden todo su alrededor...
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《¿Otra vez sueño con gente agonizando?》
No puedo creer que no haya ni un solo día donde mis pensamientos sean normales, desde que tengo memoria siempre ha sido así, veo sufrimiento, dolor, miedo, pedazos de personas, ¿estaré tan mal?, no comprendo por qué siempre tengo este tipo de pensamientos desalentadores, donde veo que siempre le hacen daño a los demás.
Sin embargo, hay algo que no es como todos los días, mis sentidos vibran en alerta máxima, ¿por qué? Me piden despierte ya, ¿qué me amenaza?, me advierten que mi vida corre un grave peligro, por lo que debo reaccionar ya.
Mi cuerpo de golpe conecta todos mis sentidos, no es agradable esta sensación. No distingo si me encuentro soñando aún, o estoy despierta en el mundo real.
"No es un sueño..."
Me dice una voz en mi cabeza.
"Es tu realidad."
Vuelvo a escuchar la voz.
"Es indispensable que seas dueña de tu ser Lu, o es seguro que morirás... "
Me advierte tajante y en tono recriminatorio, y juro que esta vez no soy yo, no es mi subconciente quien me habla, es alguien más que se encuentra preocupada por mi, tanto, que sus palabras van en un tono firme y con mucha seriedad.
Realizo un esfuerzo enorme para desentumecerme, mi adrenalina y cortisol comienzan a elevarse cuando voy captando lo que sucede a mi alrededor. Mis ojos obsevan la escena del frente, un corto circuito recorre mi ser de pies a cabeza y entonces, no puedo lo puedo digerir.
-¡¿Pero qué demonios?! -exclamo sumamente sorprendida.
Presa del impacto del momento, trato de moverme, pero un gran peso me asfixia y aprisiona. Giro mi cabeza para saber que hay encima de mi, para saber que es lo que no me deja salir de mi lugar, y lo que veo, causa una enorme impresión que nunca sere capaz de olvidar.
《¡Son personas!》
Grita mi mente.
La escena es terroríficamente desalentadora cuando ya presto atención a todo el lugar , y mi ser palidece. Mi miedo crece indescriptiblemente. Un pavor me invade por completo, lo cual hace que reaccione de forma apresurada e irresponsable y como cualquier ser humano en una situación así, trato de salir del lugar que me mantiene aprisionada.
Estoy en medio de una montaña de cuerpos inconscientes y muertos . Enmedio de un sitio que parece una fabrica. Sobre una banda de metal muy parecida a la de los centros comerciales en sus cajas de cobro.
Todo el lugar es un caos, y es que al frente, no muy lejos de donde me encuentro, ya se encuentran las primeras maquinas de metal descuartizando todo lo que va hacía ellas;me congelo.
Nunca he sido fanatica del género de horror, siempre traté de evitar ver cualquier pelicula que fuera de este tipo, mis sueños ya eran bastante espeluznantes como para darme otra dosis de terror. Sin embargo esta vez, veía en vivo y en alta definición el dolor, el desespero y el terror. Sangre, entrañas, pedazos de cuerpos cayendo al suelo y siendo transportados por todos lados.
—Qui-qui- quiero despertar...—No me salen las palabras, es muy fuerte la impresión, tanto, que en verdad creo estar soñando aún.
Se me dificulta respirar, el calosfrio me recorre, y mi cuerpo tiembla ya sin control. Quiero moverme, pero mi cuerpo no reacciona y comienzo a llorar presa de la frustración. Sin embargo, la desesperación de todos hace que reaccione, la estabilidad de la montaña que nos contiene se merma y si no salgo de aquí, terminaré aplastada por el peso de cientos de seres arriba de mi; muriendo inmediatamente. Estudio la altura en la que me encuentro, dándome cuenta que no solo me secuestraron a mi.
Hay muchas personas del mismo origen que yo, adultos y niños aplastados entre todos. Su piel ya se ve azulada, sus ojos desorbitados, y sus cuerpos se encuentran muy flácidos, veo que ya llevamos bastante tiempo en este lugar como para el estado en que se encuentran los cuerpos.
Observo a mi alrededor para hallar una solución, no quiero morir, no aún. Mi vista periférica recorre el lugar, entrecierro los ojos tratando de enfocar a la lejanía para darme una idea de la extensión del lugar.
《¡Madre Santa!》
Cuando mis pupilas toman la definición de siempre, me doy cuenta de que por todos lados hay criaturas, o una clase de ser humanoide. Varias pilas por montones de cuerpos muertos, inconscientes y recién despertados, apretados y gritando por ayuda.
—¿Dónde demonios estoy? —es algo que aún no entiendo.
"No es una pesadilla, ¡es muy real! , ya te lo dije". Responde de nuevo esa voz en mi cabeza, al parecer lee mis pensamientos.
La banda en la que me encuentro comienza a moverse. La pila se desacomoda un poco y causa más presión en la parte de arriba. No puedo respirar, mi pecho carga con mucha presión, e hiperventilo mareándome.
《¿A dónde debo ir?》
Pienso, esperando que la voz, que no es mía, me responda y me saque de la situación; pero no me responde. Trato de hacer llegar oxígeno a mis pulmones, siento que perderé el sentido la presión es enorme y miro de un lado a otro desesperada ¡quiero una solución!
El lugar es una enorme fábrica. Y como lo que es, se encuentra automatizada y llena de robots, de varias formas y tamaños que cumplen distinta función.
¿Han visitado alguna fábrica automotriz?
Pues este lugar es algo muy parecido, donde algunas máquinas son aquellas garras enormes que reparten la materia a los distintos sectores. Toman los cuerpos de aquellas gigantescas bandas corredizas, y no importa de donde y cómo, pero las criaturas son tomadas de la pila como un producto más. Cuando pasa esto, se puede escuchar como truenan los huesos de cada ser, se dejan de escuchar gritos por algunos segundos, pero a cambio, hay una exploción de con de sangre multicolor por todos lados.
-¡Aahhhh!- grito al no poder con la impresión.
Con esta vista, todos comienzan a emitir gritos presos del terror, y se vuelve un sitio macabro. Todo esto causa que haya más muertos; ya que todo mundo trata de escapar y no dejan de moverse aplastando a los que se encuentran más abajo. Hay un desespero y un desorden, al grado, de que la seguridad del lugar— robots de gran tamaño con forma humanoide—, se ven en la necesidad de intervenir, y recojen los cuerpos que han caído al piso; ya sean vivos o muertos.
Los que pueden moverse libremente, tratan de bajar de las bandas, y corren con la intención de esconderse en algún lugar donde no puedan entrar los robots grandes. Sin embargo, es inutil al ver que también hay robots mas pequeños que cumplen con su labor, y no importa como, pero así sea por pedazos, jalan y desmembrar la carga que se esconde en los rincones, para llevarla de nuevo a las bandas y ser material para algún sector; cuerpos deshechos son arrastrados por el suelo.
Desde las alturas, distingo no muy lejos de mi, como abren cuerpos de cabeza a pies aún estando vivos. Un tipo laser color azul corta la piel con tanta facilidad, que parece irreal. Los órganos caen. Los intestinos cuelgan. Los cuerpos convulsionan. Extremidades cuelgan entre cuerpos aún agonizando.
-¡No!¡No puedo terminar así! - pierdo el control, comienzo a pelear por salir de la pila de seres como todos los demás.
En mi desespero, puedo escuchar el sonido muy característico que hace una licuadora. Entiendo perfectamente lo que es y lo que pasa a los que entran ahí, los contenedores mulen y muelen a lo que cae adentro , lloro, no quiero voltear a ver que esta pasando por que sé, que si volteo, ya no voy a poder salir de este lugar.
-¡Dios Santo! - no puedo dejar de llorar, nunca habia estado tan aterrada en mi vida.
Sin embargo, mi vista periferica no puede evitar notar lo que pasa al rededor. Puedo ver como cortan las gargantas de todo ser en otro sitio, y los dejan ahogarse con su propia sangre colgando de cabeza. Les quitan la piel ¡los despellejan vivos! Llenan cilindros con la sangre como si fueran refrescos embotellados ; mientras que las pieles son colocadas en bandas corredizas que en otro lugar para ser planchadas.
Mas allá hay un enorme horno. Llamaradas ámbar se ven desde lo lejos con chispas naranjas, rojas, marrón. Las garras metálicas no dejan de llevar cuerpos, y los avientan tan descuidadamente que se escucha el azotar violento por dentro, y se queman vivos.
Uno de los brazos metálicos toma varios cuerpos por fin encima de mi, y me da la libertad para salirde la montaña que me aprisiona. Sin perder tiempo bajo pisando a otros, y pido disculpas internamente, lamento mucho ignorar las súplicas de ayuda, pero, tengo que salvar mi vida sin importarme los demás, o terminare muerta por querer actuar como heroína.
Al notar esto, el sistema operativo del sitio envía máquinas para tratar de atrapar todo lo que no va en las bandas corerdiza; eso me incluye a mi. Aplico lo que otros han intentado, y busco lugares angostos para que los robots no entren y me puedan atrapar. Me coloco en espacios pequeños, espacios donde no puedan hacerme nada y usando esto, logro llegar hasta una puerta que se abre de inmediato al sentir mi presencia; cruzo sin pensar dos veces a donde me llevará.
《¿A dónde debo ir a ahora?》
"A la derecha ..." Se susurra la voz.
Um pasillo larguísimo de color blanco hay detras de las puertas que acabo de cruzar, no tiene fin ni a la derecha, ni a la izquierda, es extraño no ver a nadie circulando por ahí. Observo el techo buscando cámaras; no noto nada. Entonces corro a mi derecha como me aconsejó la voz, hasta llegar a unas puertas corredizas, estas se abren y me cercioro de que no haya nadie. Me asomo como animal asustado; tampoco hay nadie. Entro a la habitación, cuando las puertas se cierran y una luz amarilla se prende.
-¡Maldición!
Inmediatamente criaturas, que parecen algún personaje de Star Wars, salen de pequeñas puertas y me rodean; todos visten un uniforme azul estilo militar. Uno de ellos se le acerca con un objeto en mano, es muy parecido a un teiser plateado y lo lleva a mi cuello.
-¡No! -grito golpeando la mano, lo cual provoca que caiga al suelo el objeto que lleva y evito que me lastimen.
Otro sujeto más grande, un tipo horrendo con forma bestial, se acerca para golpearme por la espalda y me tira al suelo. Quedo aturdida por el golpe por que su fuerza es bárbara, y con mi caida, aprovecha para esposarme de brazos a mi espalda, ordena a otros dos que me levanten y me saquen de ese lugar.
Ya con la seguridad a mi alrededor, camino guiada hasta las puertas por donde ellos entraron. El espacio es reducido, por lo cual me armo de valor. Miro a mis dos centinelas a cada lado, y como niña chiquita que hace berrinche, me dejo caer al suelo, causando que los sujetos pierdan el equilibrio y se golpeen el uno contra el otro. Rápidamente me pongo en pie, corro al único lugar que se ve libre; escaleras arriba.
Los centinelas dan la alerta como si fuera un rufián peligroso, haciendo que en varios niveles entren mas uniformados. Mi miedo, las ganas de querer vivir, el deseo de salir de ese lugar, me dan el aliciente para correr y buscar una forma de irme de ese sitio.
No puede bajar, todo camio me están bloqueando con placas enormes de metal, así que solo me queda subir, pero arriba no hay salida, solo un ventanal enorme al cual me acerco cuando el exterior llama mi atención...
Estoy estupefacta, mis ojos no creen lo que observo, y es que, el paisaje del otro lado del cristal es una vil imagen de una película de ciencia ficción. Una ciudad, una combinacion de Zalem de Battle Angel Alita, Curuscan de Star Wars y Tanagura de Ai No Kusabi, pero , esta ciudad además tiene enormes torres piramidales en color negro .
Enseguida observo el cielo, es de un color violeta tenue con tres soles. Cuenta con varias lunas y son tantas, que no alcanzo a contarlas.
-¿¡Dónde demonios estoy!?- me pregunto extraordinariamente sorprendida.
Mi ensimismamiento por el lugar se rompe, cuando escucho el ruido de aquellos que me persiguen, recuerdo entonces que trato de salir del lugar, ¿pero por dónde?
"La ventana..." De nuevo la voz, no deja de susurrarme y me gustaría que fuera mas específica, que si ya sabe que estoy en peligro, por que ella no viene a sacarme de aquí.
Ingenuamente sigo sus órdenes, vuelvo a mirar ese ventanal y me acerco para observar el exterior de la estructira en la que me encuentro. La forma del edificio es inclinada en varios canales de vidrio, si logro caer en uno de ellos, bien puedo ir hasta el suelo sana y salva. Sin pensarlo mucho me lleno de valor, retrocedo, agarro carrera y corro atravesando el cristal de lado; ya que mis manos aún se encuentran esposadas a mis espaldas y no quiero vidrios en mi rostro. Suplico que cuando caiga sobre el vidrio no se rompa, que aguante y me lleve hasta el suelo.
Caigo en uno de los canales, soporta mi peso aparentemente y me siento aliviada por el momento, resbalo a gran velocidad ,pero yendo a mitad de camino, el vidrio comienza a agrietarse y ¡zaz! Caigo metros abajo.
—¡Mierda!
Me golpeo con los soportes del edificio, las manos amarradas a mi espalda no ayudan en nada. Así que desde la retaguardia trato de agarrarme de unas mantas muy largas que cuelgan en los soportes y me sirven de resbaladilla. Pero nada sale como quiero, ¡crash! De nuevo se rompen las telas y caigo de nuevo hasta tocar piso.
Las costillas me duelen, mi brazo izquierdo se encuentra fracturado y duele horrores, pero cuando alzo la mirada, me doy cuenta que he caído en una habitación con paredes color negras, con una especie de espejos al rededor; supongo que atrás de ellas alguien me mira.
《¡Bandera roja!, recuerda Busqueda Implcable, nada termino bien.》No sé como puedo pensar idioteces aún, estando en mi situación.
Con mucho dolor, me pongo en pie. Cuando me encuentro totalmente erguida, observo a mi alrededor; la habitación es de forma cilíndrica con esos espejos a mirad de ella. Giro sobre mi eje, no se escucha nada. Hay una puerta a mis espaldas, inesperadamente se abre y cuando veo lo que entra, de nuevo el miedo aparece en mi interior. No puedo creer que uno de los robot de la fábrica del mal me haya seguido hasta quí, es más pequeño, pero eso no le quita que sea peligrosos para mi, extiende sus garras para apresarme, me agacho y lo esquivo.
Bajo del pedestal en donde caí, para esquivar al robot con mas facilidad, pero una garra prensa mi pierna y me jala derribándome al suelo; en este movimiento toca aquello que sujeta mis muñecas a mi espalda, lo rompe y lo disuelve. Ya tengo los brazos libres, peleo para no ser arrastrada afuera, araño el suelo con mi brazo aún servible, al llegar a la puerta me aferro del marco con todas sus fuerzas.
-¡No! ¡no! -exclamo mientras no deja de aferrarme -¡Suéltame maquina estúpida! -solo se me ocurre maldecir -¡no voy a terminar hecha pedazos! -¿pero cómo ganarle en fuerza a una máquina? No puede, es ilógico.
Afuera otra maquina con un contenedor color plateado y de forma cilíndrica aguarda, es un pequeño inter que usa la primera máquina para que por fin me jale al exterior. En el lapso en que la primera va a depositarme adentro del cilindro, agarro la orilla del mismo con mi brazo funcional y pies, brinco liberándome de nuevo, entro a la habitación encerrándome por segunda ocasión.
Cierro la puerta, me siento en el suelo recargada a ella y recupero el aliento, sin embargo, la pinza de la maquina que está en el exterior rompe la puerta, me jala hacia afuera para llevarme después, justo a donde estuve al inicio.
En el camino peleo, me contorsiono, busco un punto donde pueda soltarme, pero mientras más lo hago, más me aprietan. Me asfixian y rompen mis huesos, me estoy quedando sin fuerzas.
Por fin, me doy por vencida, ya no puedo pelear, ya no tiengo fuerzas.
Mi último pensamiento es desalentador, acepto que terminare en pedazos como todo un objeto que no tiene valor.
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