Un toque.

Dos toques.

Tres toques.

YoonGi se levantó de la cama tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar a JiMin. Las luces estaban apagadas en la cabaña, todos dormían agusto luego de horas de desvelo. Otro toque lo hizo dar un leve brinco de pie. Se acercó a la puerta de madera, viendo atraves de la mirilla que esta misma poseía.

Aguantó un grito de emoción al verlos frente a la puerta, la abrió y se lanzó a los brazos del soldado rubio, él lo recibió gustoso, sobando con cariño su espalda y con una gran sonrisa en la cara.

"Volvieron" murmuró en el oído del contrario.

"Claro que lo hicimos, no podíamos dejarlos así como así" SeokJin alejó al menor de su cuerpo para mirarlo con expresión seria.

El castaño sintió una sensación extraña, una muy mala.

"¿Pasa algo, hyung?" sus cejas se fruncieron con preocupación.

"No es nada de lo que tengas que preocuparte, Yoon" dudó antes de hablar "Pero si es un poco urgente, así que, ¿Puedes ir a hablarle a los demás chicos?" el bajito asintió y corrió a hacer lo pedido.

Sorn, quien estaba escondida detrás del musculoso, salió y entró a la casa luego de pedir permiso. Miró curiosa cada esquina de la casa, el frío que antes sentía se desvaneció al sentir el calor que provenía de la chimenea. JungKook se acercó a ella para preguntar se necesitaba algo, la rubia negó.

A los pocos minutos todos llegaron con cara adormilada, cubiertos con mantas y batas calentitas. Tae miró a la chica que se ocultaba tras el ex pelicereza.

"¿Uh?, ¿Quién es la chica?" preguntó JiMin mientras jugaba con la dulce bebé.

"Es Sorn, nos topamos con ella en... la casa de los Min" YoonGi se paralizó al escuchar eso, no dijo nada y tomó a la bebé en brazos para salir de la sala.

"Iré por él" avisó antes de perseguir al castaño.

Jin suspiró, dejando a un lado ese tema para seguir con el que más le atormentaba.

"Nos tenemos que ir, ahora" habló "Pudimos huir de ese idiota pero no creo que tengamos de nuevo esa suerte si nos vuelve a atrapar" calló sentado en el cómodo sofá.

Hwasa asintió.

"Entonces no esperemos más. Alisten sus cosas" todos salieron de la sala, siguiendo las órdenes de la chica.

"¿No le dirás so-" el militar lo interrumpió.

"No los estresemos más" miró a los dos menores, ellos apretaron sus labios asintiendo.

El mayor no dijo más. Caminó hasta la habitación que compartía con su pareja.

"¿Puedo ayudar en algo?" JungKook asintió.

"Voy por una mochila al cuarto, puedes ayudar en meter la comida en ella" la chica asintió y el chico caminó al cuarto que compartía con su chico.

Entró en el, Tae estaba de pie metiendo la poca ropa que tenían en los buros, algo andaba mal con él. Cuando llegó nisiquera se acercó a él para abrazarlo, ¿A caso no lo había extrañado? Abrazó al ahora pelinaranja debido al escaso tinte ya en su cabello.

"¿Estás bien, cariño?" el más bajito se tensó levemente.

"Sí" contestó con simpleza.

Su novio suspiró.

"¿Es por Sorn?" Tae se alejó del abrazo doblando una camisa. Asintió.

"Ella estaba tan cerca de ti, yo... sé que es algo tonto pero me es imposible no sentir celos" un puchero creció en sus labios, sintió sus ojos humedecer.

JungKook volvió a acercarse a él con una sonrisa creciendo. Acarició la suave piel de la mejilla ajena, esta se sonrojó debido al contacto visual que mantuvo con el chico.

"Ey, está bien" besó su frente con cariño "Ella tenía miedo, no tienes que preocuparte, además, en todo el camino le hablé sobre ti y Sorn estaba ansiosa de conocerte, tú huiste" el mayor bajó la mirada.

"Iré con ella" sonrió.

"Bien. Yo termino esto, tú llevale una mochila y junten la comida" Tae salió de la habitación con la mochila en manos.

Ahí estaba la rubia, sentada en un sofá de la sala con los brazos cruzados y la mirada en sus pies, se notaba nerviosa. Claro, estaba en un lugar desconocido con practicamente extraños.

"Hola" habló llamando la atención de la chica.

"Oh, tú debes ser el novio de JungKook" se acercó a él, asustando al mayor por el abrazo repentino "Eres exactamente igual a como te describió, son tan afortunados de tenerse" el pelinaranja se sonrojó.

"Gracias, ven, juntemos la comida rápido" los dos se dirigieron a la cocina, hablando de cosas triviales y soltando leves risas.

[...]

"¿Señor Jeon?" un hombre se adentró a la limpia oficina del pelinegro, quien firmaba papeles importantes de la empresa en la que trabajaba desde hace años.

"¿Si, Jack?" dejó los documentos a un lado, reposandolos en el pulcro escritorio de madera.

El doctor caminó hasta llegar frente a su jefe, extendió una tableta con la nueva información del proyecto al que todos le tenían grandes expectativas.
La tomó entre sus manos, leyendo atentamente cada minúscula palabra que se dejaba ver atraves de la pantalla.

"¿Es todo?" el castaño asintió, el señor Jeon suspiró "¿Nada de novedades?" esta vez negó.

Suspiró antes de informar lo que le atemorizaba.

"Desafortunadamente uno de los pacientes enloqueció, se ahorcó con la manta de la cama" sobó su frente con frustración por lo dicho por el doctor.

"¿Avisaste a los Min?" Jackson negó a su pregunta "Y no lo hagas. Esos lunáticos me matarán si se enteran de eso" el asintió a la indicación.

"¿De casualidad sabe que harán con su hijo cuando acaben de insertarles las muestras?" su jefe no respondió.

"No es algo que nos deba importar, doctor Wang" apretó sus labios y asintió comprendiendo "Retirece... ah, y acuerdece de guardar muestra de la sangre del paciente Park"

Jackson lo anotó en la tablete para después salir de la oficina.

¿Esos idiotas no tenían compasión por sus propios hijos?

______________________

Estoy llegando a pensar
en arrodillarme frente a
alguien para que me haga
una portada por que yo
apesto para eso. JSJSJSJJS