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Capítulo 9: ¿Esto es un sueño?

"Mi Suk"

—Deja de gritar que vas a despertar a todos los vecinos, ¿o quieres que todos se enteren de que hay un hombre en la casa? —Esta, miró a Young Soo un tanto apenada. —No es como que tengamos la intención de ofender su honorable apellido, señor Won, pero en un ambiente como este, rodeados de personas que aparentan ser más periodistas que amigos de confianza, es mejor mantener un perfil bajo. Espero que entienda lo que intento decir.

—No se preocupe, soy consciente que ni siquiera se debe de confiar en uno mismo. Al final de todo, cualquier persona que se encuentre allá afuera puede traicionar a su persona.

—Regresando a lo anterior. —Interferí un tanto inquieta, mi ansiedad necesitaba aclarar una situación que posiblemente en un futuro me traería muy malos recuerdos. Así que, necesitaba evitar a toda costa que una parte de mi vida fuera arruinada por una persona que recién conocía. —En dado caso de que Young Soo se quedará a dormir y viéndolo desde un punto ético, no sería lo correcto que dos personas del sexo opuesto duerman en una misma habitación y mucho menos si no han construido un ambiente de confianza.

—Solo decía que podían dormir en la misma habitación, no tienen que dormir bajo las mismas sábanas ni permanecer abrazados toda la noche. Cada quien puede preparar su bulto de ropa y dormir independientemente.

Reí nerviosa al pensar que en este momento me veía como una completa estúpida al pensar en una situación que, por mucho, nunca sucedería y menos con una persona como Young Soo. Quizás, los dramas que solía ver en mis tiempos libres comenzaban a afectar mi imaginación puesto que, al pensar en aquel hombre en la misma habitación que yo solo me hacía pensar que una noche a la que solía estar acostumbrada sería modificada por una experiencia nueva y romántica.

Y aunque fuera cierto lo que dijera mi madre, no podía evitar que algo diferente fuera capaz de suceder esta misma noche.

—Bueno... —mencioné incomoda. Intentando que mis ojos conectarán con los del hombre, pero más bien, estaba demostrando como mis nervios sacaban ventaja de la situación. —No sé qué diga el señor Won ante esto, más bien, él tiene la última palabra.

—No tiene por qué tomar una decisión, está claro que desea quedarse aquí, pero se ve que es un chico que le da vergüenza dar el primer paso —Sonrió la mujer mientras se levantaba de la silla y caminaba hacia el hombre, tomándolo del brazo derecho por sorpresa. —No te preocupes hijo, Mi Suk buscará algunas prendas para ti para que duermas mucho más cómodo. Me imagino que ya sabes en donde está el baño, puedes ir a refrescarte primero y cuando termines, mi hija te puede mostrar su habitación, pero, les voy a pedir un favor, en caso de que, bueno... —Rió un tanto apenada, provocando que sus mejillas se pintarán de un color carmesí. —Ustedes ya son unos adultos y entiendo que el ser humano tiene necesidades básicas, una de ellas, el deseo de ser amado.

—Mamá —dije de inmediato, identificando claramente cuáles eran sus intenciones.

—Si desean dormir juntitos, por favor, sean silenciosos con lo que vayan a hacer porque está noche quiero dormir como una princesa...

—¡Mamá! —Interrumpí avergonzada. Sentía perfectamente como el calor en mi rostro se intensificaba, y mucho más cuando hice contacto visual con Young Soo.

Por Dios, no me quiero imaginar en lo que estará pensando aquel hombre y como está por describirnos como una especie extraña dentro de una población de enfermos que solo se dedican a su reproducción.

—Ya es tarde y esas copas sí que le han afectado, mejor, déjeme la llevo a su cuarto y le ayudo a que vuelva a conciliar el sueño. El señor Won debe de estar muy cansado para escuchar chistes de mal gusto, ¿no es cierto? —Pregunté en dirección al hombre, con la esperanza de que me diera la razón y que el mayor entendiera que su aportación no estaba siendo beneficiosa para ambos.

—Si, claro... Cómo ya se había mencionado en un inicio, ya es tarde. Es mejor que haga caso de lo que su hija le dice, le aseguro que si no duerme dentro de sus horas adecuadas puede empezar a afectar el estado de su piel y me imagino que le gusta verse joven todo el tiempo.

—En eso tienes razón. —Sonrió, tambaleándose un poco, sin saber si era producto de su borrachera o del sueño que estaba ganando está batalla. —Mi Suk, llévame a mi habitación y de paso, buscas algo para el señor Won.

Cómo niña obediente ante los mandatos de una madre, me le acerqué y la tomé de su brazo libre, zafándose del hombre. A pasos torpes recorrimos la mitad de la casa y llegamos a nuestro principal destino. Siendo cuidadosa con mis movimientos, deje que mi madre se recostara sobre las sábanas que la recibían estás últimas noches y siendo cautelosa, pase estás mismas por encima de su pecho. Verificando como su expresión cambiaba a una de satisfacción ante la comodidad que estaba atravesando.

—En aquel armario —dijo mientras que, una de sus manos apuntaba al pequeño mueble. Mi cabeza giró hacia donde ella quería que prestara atención. —Abres una de las puertas y en la parte inferior te encontrarás con unas cajas, ahí hay una ropa que usaba tu papá. Busca lo mejor y dáselo al señor Won.

—Pensé que se había deshecho de todo.

—No podía desaparecer todo lo que estuviera involucrado con tu papá, así que guarde algunas cosas. Vamos, no pierdas más el tiempo conmigo y ve con ese muchacho, se le ve muy estresado.

—Me imagino que está así porque está noche no dormirá en su lujoso colchón, sino más bien sobre unas tablas de madera.

Y sin más, me dirigí hacia el mueble y rebusqué en las cajas, entre varias prendas escogí aquel par que combinará y por supuesto, se asemejará más como un pijama. Cuando ya había obtenido lo que me interesaba, regresé todo como anteriormente se encontraba para finalizar en qué las puertas estuvieran en paralelo.

Teniendo en cuenta que mi madre se había quedado dormida en menos de dos minutos, fui lo bastante meticulosa para atravesar todo el cuarto y salir bajo un rotundo éxito respecto a no haber hecho algún ruido y que eso, fuera la causa de que se despertara.

Volví a la cocina y al no ver al hombre, me dirigí a la sala en donde el permanecía sentado en uno de los sillones. Se le miraba pensativo, así que no sabía si lo mejor sería interrumpirlo al entregar algo que para él, podría ser insignificante. Lentamente me fui acercando para qué él mismo saliera de su burbuja y se diera cuenta que en estos momentos no estaba solo, por lo que, mi plan funcionó a la perfección.

—Aquí está lo que le prometió mi madre. —Y sin más, le entregué la ropa. Por parte del contrario, solo lo aceptó sin decir alguna palabra. —En aquella puerta está el baño, puede tomar una ducha y vestirse ahí mismo, luego le enseñaré en donde va a dormir.

—Sobre eso... ¿Qué te parece si duermo aquí? Así nos evitamos pasar un mal rato y cada quien dormiría como si nada de esto hubiera sucedido.

—¿Está seguro de esto? ¿no prefiere dormir en mi habitación y yo aquí? Después de todo, usted es nuestro invitado, uno muy inesperado, por cierto.

Este, solo río.

Mi cuerpo se estremeció cuando lo escuché, quizás, en el poco tiempo que llevo conociéndolo puedo asegurar que ha sido el primer gesto sincero que he escuchado y aunque dentro de mi cabeza sonara un poco estúpido, su risa se escuchaba bonita.

—Perdón por ocasionar problemas, seré más cuidadoso en un futuro.

—No tiene por qué disculparse, este tipo de cosas suele pasar y déjeme decirle que usted tuvo mucha suerte de que haya estado ahí, porque si no... —De pronto, al analizar mis palabras me había dado cuenta que el rumbo de mis palabras se está dirigiendo a un plano que no debería tocar. —Digo, no es como si fuera una medalla de suerte o alguien muy importante sino más bien...

—Estás equivocada. —Interrumpió. Provocando que mi expresión se transformará a una de sorpresa, ¿mis oídos habían captado el mensaje correcto? O es que la hora comenzaba a afectar mi estado de conciencia. —Aunque no lo creas, en ese momento si fuiste mi medalla de suerte. Sin una billetera y sin un celular, no sé qué habría hecho, quizás... —Rió, como si el aún no fuera capaz de entender cómo había llegado a este punto. —Le hubiera pedido permiso a tu jefa de que me prestara su local para dormir ahí mismo.

Esta vez, yo reí. —¿De qué está hablando? ¿Enserio hubiera sido capaz de haber hecho eso? No creo que la ley apruebe algo así.

—En todo caso, gracias por ayudarme, de alguna forma te regresaré el favor.

—Solo le voy a pedir que sea puntual con sus pagos, no es como que le vaya a pedir la gran cosa.

Ante esto, el hombre se levantó y tomó con firmeza aquello que le había entregado

—No te quitó más de tu tiempo, de seguro debes de estar muy cansada después de un día tan movido. Gracias nuevamente por todo y hasta mañana.

Young Soo caminó hacia el baño y antes de que el picaporte fuera rotado sobre su propio eje, interferí más como un signo de impulso. Sin saber si esto podría cambiar las cosas entre nosotros.

—Aún no ha probado el pollo. —Sin mirarlo, presencié como la mitad de su cuerpo se giraba hacia mi dirección. —¿Qué le parece si antes de ir a dormir lo probamos juntos?

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—Si usted estuviera en mis zapatos, hubiera presenciado el terror que estaba sintiendo cuando mi madre nos descubrió allá afuera, pensé que se iba a poner a gritar como una cacatúa. —Las lágrimas resbalaban por mis mejillas gracias a las carcajadas que un ambiente tan confortable nos envolvía. —Conociéndola de toda la vida, casi no la libramos.

—Creo que es una de las pocas veces que estas agradecida con ella, refiriéndome a las condiciones en las que se encontraba.

—Tiene toda la boca llena de razón, quien diría que un hombre como usted sea tan inteligente. Claro... —serví más Soju en el pequeño recipiente de vidrio. —Debe de ser como listillo, ¿no? —Solté una estruendosa carcajada al haber dicho tal bobería. Algo que, a Young Soo no termino por entender ya que su aura era bastante seria. —Pero que tonterías estoy diciendo, es obvio que tiene que ser una persona profesional, capaz y, sobre todo, de clase. Quien imaginaria que en estas alturas de la vida estaría bajo el techo de un hogar humilde, tomando Soju con una desconocida y comiendo pollo frito de un restaurante que ni por enfrente conocía de su existencia. Estoy segura que, si los medios de televisión se enteraran sobre esto, inmediatamente aparecería en las portadas de chismes.

—No creo que algo como esto llegaría tan lejos. Hay otros temas mucho más interesantes hoy en día como para buscar por cielo, mar y tierra la razón por la cual me encuentro en este lugar.

—¡Ay no! pero que pereza con usted. —Gruñí ante el aburrimiento de sus palabras. Ante esto, los ojos de Young Soo se abrieron por la sorpresa, casi aseguraba que ni siquiera en la vida se imaginó que diría algo así, por más leve que fuera. —Vamos, beba otra copita más que no veo todo apagadito. Mire, si nosotros vamos a trabajar juntos para engañar a todos de que somos una feliz pareja de novios, lo mejor sería que empecemos a conocer al otro, ¿no cree?

El hombre permaneció en silencio mientras analizaba mis palabras con detenimiento. No entendía el porqué de su acción si había hecho una petición de lo más normal y, sobre todo, comprensible respecto al sin fin de situaciones que en un futuro tendremos que atravesar.

—Para que nuestra actuación funcione señor Won, tenemos que crear un vínculo más allá que el negocio. Si no hay química entre nosotros, los demás empezaran a sospechar y su abuela resultara ser la más afectada, piense en que le pasara si ella se llegara a enterar que lo nuestro nunca fue real.

La casa permaneció en silencio, nuevamente.

—¡Pero diga algo! —Grité un tanto desesperada, provocando que el contrario pegara un pequeño brinco desde su lugar. —No sabe que su callar me pone tan nerviosa, ni siquiera sé si estoy diciendo lo correcto para su situación, entienda que lo único que deseo es ayudarle porque bueno, aparte de que su vida amorosa estaría en peligro yo me quedaría sin trabajo... —Tras esto, ingerí el alcohol con tanta brusquedad que al instante mi garganta comenzó a picar, empezaba a preocuparme al pensar un terrible escenario como este, pero tenía que ser sincera y advertirle a Young Soo sobre lo que sucedería si ambos no ponemos de nuestra parte como debe de ser. —Pero, yo me imagino que no importa. —Reí sin ganas. —Al final de todo, sabrá Dios que pensara con esa cabezota que tiene.

Busqué entre las diversas botellas de Soju una nueva, pero sorpresa me llevé cuando todas estaban vacías. Mi rostro hizo una mueca de desagrado al saber que la diversión había terminado hasta este punto, la noche era joven y el pollo frito aún no se terminaba y que mejor sería acompañar este fabuloso platillo con algunas bebidas. Independiente de la situación en la que me encontraba, comenzaba a creer que sería una excelente idea de salir a la mitad de la noche para ir a la tienda de convivencia más cercana y comprar más botellas.

Mi cabeza se tambaleo, y todo lo que me rodeaba era como si diera vueltas alrededor de mí. Cuando mi cuerpo sabía que iba a caer sentí como unos brazos me tomaron rápidamente por la cintura y me atrajeron hacia un cuerpo totalmente desconocido, cuando mi condición visual por fin se estabilizó, caí en cuenta que mi rostro permanecería a escasos centímetros del hombre, siendo capaz de observar aquel par de ojos color avellana.

La posición en la que nos encontrábamos era un tanto incomoda ya que Young Soo se intentaba sostener con una de las orillas de la mesa con el propósito de que su cuerpo no cayera totalmente sobre mí. Mis ojos exploraron cada rincón de su rostro, dándome cuenta de una infinidad de lunares que poseía y lo atractivo que se miraba desde la posición en la que me encontraba, sin importar que esos anteojos estuvieran estorbando entre nosotros no le quitaba que Young Soo era el hombre que toda mujer desearía, desde lo atractivo que era hasta el buen cargo que tenía dentro de una empresa conocida internacionalmente.

—Entonces... ¿Como podríamos empezar a crear ese vínculo que tanto mencionas?

Esta vez, el tono de su voz sonó a diferente a lo que usualmente estaba acostumbrada, sabía que su intención era ponerme nerviosa con una insinuación un tanto comprometida, siendo mezclada con una entonación coqueta.

—Y-yo... —Tragué duro ante el nerviosismo, se podría decir que en ese momento se había bajado la borrachera de un solo golpe. —C-reo que ha malinterpretado mis palabras, no me refería a esa clase de vinculo, mas bien y-yo...

—Dado a la situación en la que nos encontramos. —Mencionó mientras que, nuestros labios comenzaban a rozarse. Sentía como mi vello corporal se erizaba cada vez que emitía alguna palabra, el fino tacto hacia mi provocaba que quisiera mandar todo a la mierda para besarlo de una buena vez. —Deberíamos empezar a practicar algunas muestras de cariño si ambos queremos que esto parezca lo más real posible.

—N-no, deberíamos. Es muy pronto para ponernos en un plan así. —reí nerviosa al momento de que, mi mano tocaba su pecho con la intención de alejarlo. Sin embargo, empezaba a presenciar su resistencia. —Qué tal si mi mamá despierta y nos ve en estas condiciones, imagínese lo que va a pensar de nosotros.

—¿Podrías dejar a un lado todos esos pensamientos que nunca van a suceder? Ahora, solo estamos nosotros dos.

Esto último se escuchó más como un susurro, cuando menos los creí mis ojos se cerraron ante la idea de lo que posiblemente sucedería. No obstante, cuando mis ojos se volvieron a abrir me di cuenta que ahora me encontraba en mi habitación gritando como una desquiciada sin importar que tuviera vecinos que posiblemente estuvieran dormidos.

Cuando por fin logré recapacitar, inmediatamente inspeccioné mi ropa ante la loca idea de que tal vez, por lo anterior y ante el nulo recuerdo de que sucedió más allá de aquel beso, mi vida haya dado un giro de ciento ochenta grados por el simple hecho de haberme acostado con un hombre.

Un suspiro de alivio salió de mis labios al darme cuenta que todo parecía estar en su lugar, pero de pronto, volví a caer en cuenta que no estaba sola en casa (a excepción de mi madre) y si todo lo que había sucedido ayer no se trataba de un sueño, lo más probable es que la presencia de Young Soo todavía se encuentre merodeando por mis alrededores.

Al haber creado un pequeño debate dentro de mi cabeza sobre si era necesario salir de mi habitación e investigar por mi propia cuenta, por fin me había armado del valor suficiente como para levantarme de la cama y caminar a paso firme hacia la puerta. Cuando mi cabeza se asomó y verificó si existía alguna actividad extraña por los rincones más cercanos, rápidamente me escabullí hacia la pequeña sala, aún con el recuerdo intacto de lo que había sucedido la noche anterior.

Sin embargo, gran sorpresa me lleve cuando todo parecía estar en su lugar, tal como si Young Soo nunca hubiera estado ahí. En ese momento mi cabeza comenzó a doler en un intento de recordar si lo que había vivido se trataba de un simple sueño o tal vez, Young Soo había tenido la delicadeza de haber limpiado todo mi desastre.

Vagamente fui recorriendo mi humilde hogar con el único fin de encontrarlo, pero cuando mis pies me habían llevado a la cocina me di cuenta que nadie más se encontraba ahí. Al mirar hacia la pared, justo en donde un reloj la adornaba entendí que aún era temprano, y que, si Young Soo de verdad se había quedado a dormir, no hizo nada más que irse temprano una vez que el sol comenzó a salir del horizonte.

Con pesadez tomé asiento en una de las sillas y miré con un poco de curiosidad la decoración que adornaba la mesa. Un protector de malla se encontraba en el centro y en su interior se lograba observar una gran variedad de platillos con diversos ingredientes, todos formaban una armoniosa imagen visual y no hay que descartar que el olor que emanaba era algo diferente a lo que mis fosas nasales lograban captar por lo general. Aunque, no iba a negar que era agradable.

Al continuar observando la escena totalmente fascinada, una hoja de papel que se encontraba cerca de una pequeña olla llamo totalmente mi atención, sabiendo que mi madre no era la creadora de tal festín, tomé rápidamente la nota y empecé a leer.

"Perdón por haberme ido repentinamente, pero aún tenía que atender algunas cosas en la empresa. Les dejo este desayuno para ambas, en muestra de gratitud. Gracias por abrirme las puertas de su casa cuando más lo necesitaba y, sobre todo, por brindarme una noche que jamás olvidaré."

Mi expresión se transformó a una de sorpresa cuando aquellas palabras me confirmaron que lo que había sucedido la noche anterior no se trataba de un simple sueño.

¡Feliz navidad! :)

HyunJack.

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